lunes, mayo 19, 2008

México y la narcoviolencia
Redacción, BBC Mundo

La renuncia de un jefe de policía casi nunca es noticia. Pero la renuncia de Guillermo Prieto, quien tenía bajo su responsabilidad garantizar la seguridad de Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, sirve para ilustrar el grado de frustración y de impotencia de las autoridades mexicanas ante la violencia del narcotráfico.

Soldados mexicanos patrullan calles, AP

El nombre de Guillermo Prieto es uno de los 22 que aparecen en la lista negra que hicieron circular las organizaciones de la droga.

Siete policías, cuyos nombres aparecían en dicha lista, fueron asesinados en fechas recientes, pese a que el gobierno ha movilizado decenas de miles de soldados y agentes federales en los puntos más afectados por los enfrentamientos de los cárteles entre sí y los de sus sicarios con la policía.

Soldado mexicano durante el funeral de varios miembros de la institución, AP
Los cárteles de la droga publicaron una lista con los nombres de 22 mandos policiales.

Durante la semana pasada, la atención de las autoridades se centró en la costa del Pacífico, donde varios altos mandos policiales perdieron la vida en ejecuciones y emboscadas.

Pero la violencia floreció en Juárez, por donde pasa gran parte de la droga que entra a Estados Unidos, según la Agencia antidrogas de ese país.

Tan sólo el fin de semana hubo diez muertos en esa ciudad, donde se han registrado 75 asesinatos violentos en mayo y más de 300 en lo que va del año.

Pero Guillermo Prieto no está solo. Otros tres altos mandos policiales mexicanos pidieron asilo político en EE.UU. por temor a perder la vida en una guerra que nadie sabe cuándo comenzó y nadie sabe cómo va a terminar.

Panorama

La violencia que se ha ensañado con la policía federal mexicana, es la misma que le ha arrebatado la vida a más de 3.500 personas en los últimos 18 meses en todo el país.

Soldados mexicanos decomisan heroína en Ciudad Juárez, AP
La violencia del narcotráfico se ha agudizado particularmente en Sinaloa en las últimas semanas.

Es la violencia del narcotráfico que se ha agudizado particularmente en Sinaloa en las últimas semanas.

La respuesta del gobierno ha sido el despliegue de soldados y policías federales adicionales para combatir a los cárteles.

En total, más de 30.000 efectivos han sido destacados para el combate del crímen organizado en todo el territorio.

Algunos portavoces del gobierno argumentan que la reciente oleada de homicidios es una señal de que los cárteles están siendo debilitados por el despliegue masivo de tropas, y que están intentando responder.

Policía mexicano observa a detenidos por porte de drogas en Ciudad Juárez, AP
Los cárteles son una fuerza peligrosa capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias.

Pero algunos analistas afirman que los cárteles continúan siendo una fuerza muy fuerte y peligrosa, capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias, todo con el fin de mantener el control del suministro de drogas hacia EE.UU., valorado en cerca de US$20.000 millones.

Aunque el gobierno afirma que está utilizando todos los medios posibles, el narcotráfico está mostrando una capacidad que no se había visto hasta ahora.

"Lo que tenemos es un estado débil, altamente penetrado por la delincuencia organizada", le dijo a la BBC Mundo recientemente Ernesto López Portillo, director ejecutivo del Instituto para la Seguridad y la Democracia.

Los niveles de criminalidad son tan altos, que según Eduardo Buscaglia, consultor de la ONU sobre crimen organizado, México es uno de los cinco países con mayor delincuencia organizada del planeta.

Patrulla de soldados mexicanos en Tijuana, AP
Cerca de 30.000 efectivos han sido destacados para el combate del crímen organizado.

Algunos señalan que una de las mayores debilidades de las autoridades en el combate de la violencia asociada al narcotráfico es la deficiente inteligencia policial.

Para otros, el gran caldo de cultivo de esta violencia incontrolada es la corrupción.

"Está claro que todas las medidas previas no funcionaron, aunque desde hace mucho tiempo se había advertido que la delincuencia organizada se estaba fortaleciendo", comentó Ernesto López Portillo.

"No sólo no se hizo lo adecuado, sino que la delincuencia organizada en México nació al amparo del poder político mexicano", explicó.

"Ahora hay una construcción de ínsulas de poder a lo largo del país de grupos de delincuencia organizada de distintos tamaños, que parecen tener capacidad de fuego suficiente para enfrentarse también al Ejército", aseguró Luis Astorga, especialista en crimen organizado y narcotráfico.

Corresponsables

Fuerzas de seguridad revisan autos en México, AP
Todo indica que la violencia en México continuará a largo plazo.

Otra de las claves para comprender las raíces del problema es el tráfico de armas desde territorio estadounidense, que las autoridades de ambos países están tratando de controlar.

Pero el panorama no puede ser más oscuro. El tráfico de armas es un negocio difícil de atacar; y en materia de narcóticos, la política de EE.UU. sigue siendo la de castigar más la oferta y no tanto la demanda.

Esto significa que el mayor peso del combate contra el narcotráfico y la violencia asociada a éste, seguirá recayendo en los países donde se produce la droga, como Colombia, o en aquellos por donde los cargamentos pasan hacia EE.UU., como México.

Los analistas pronostican que todo esto provocará que los enfrentamientos continúen a largo plazo.

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