Carlos Alberto Montaner Por qué votan los electores? ¿Qué los motiva? La etnia a la que se pertenece, y a la que pertenecen los candidatos, sin duda, es un factor. El elector generalmente busca a uno de los suyos, o, por lo menos, del vecindario. Parece que el 95% de los electores afroamericanos votará por Obama. Es natural. Es la primera vez que un candidato negro tiene posibilidades de ser presidente de Estados Unidos. En los comicios locales de la Florida ocurre lo mismo. El votante cubanoamericano suele respaldar a los candidatos de esta procedencia, los anglos apoyan a quienes se les parecen a ellos y tienen nombres anglosajones (no siempre: hubo un gobernador anglo apellidado Martínez) y los afroamericanos prefieren a su gente. No obstante, según las encuestas, el candidato Obama tiene el respaldo de un sector muy importante de votantes blancos. ¿Quiénes son esas personas? En general, electores de grandes centros urbanos, varones, más educados y prósperos que la media, demócratas e independientes que se autodenominan ''liberales'' en el distorsionado sentido que esta palabra, de origen español, ha adquirido en inglés. Para ellos, las diferencias étnicas pesan menos que la imagen positiva que perciben de Obama: un hombre joven, culto, dotado de una personalidad magnética, notable orador, empeñado en cambiar al país, aunque todavía no ha aclarado cómo ni en qué dirección. Creo, además, que votar por una persona de otra etnia les proporciona a los liberales la gratificación emocional de demostrar que son personas libres de prejuicios. (Es un mecanismo conocido: a las personas muy religiosas les conforta votar por los candidatos justos y severos. El voto es también una fuente de placer psicológico.) El caso de los hispanos es muy interesante. Como suele ocurrir, los afroamericanos y los hispanos son dos minorías no muy bien integradas. Viven en barrios separados, y no es estrictamente una cuestión racial: los afrocubanos o los afrodominicanos prefieren residir entre hispanos que entre afroamericanos. La etnia y la cultura importan más que la cantidad de melanina que tiñe la piel. Entre ambos grupos fluyen prejuicios y estereotipos. Las pandillas juveniles hispanas y afroamericanas se enfrentan en las calles de las grandes ciudades y luego continúan sus cruentas batallas en las cárceles. Cuando los hispanos tuvieron que elegir entre Obama y Hillary, prefirieron a Hillary. Pero entonces la elección era dentro del Partido Demócrata, al que pertenecen dos de cada tres hispanos. Por ahora nadie sabe con precisión qué sucederá cuando la alternativa sea entre un republicano blanco y un demócrata negro. ¿Prevalecerán los resabios étnicos o la filiación partidista? Los judíos se enfrentan a un dilema parecido. La mayoría responde al perfil sociológico obamista (blancos, educados, radicados en ciudades grandes, más prósperos que la media, liberales y demócratas), pero las relaciones entre los afroamericanos y los judíos no son las mejores. Los líderes radicales negros vinculados al islamismo, como Louis Farrakhan, se han dedicado a envenenarlas. Ya casi nadie recuerda a Sammy Davis, aquel talentoso cantante y showman negro que se hizo judío sin dejar de burlarse de unos y otros. ''Desde que me hice judío --decía Davis-- cada vez que paso frente a una joyería no sé si asaltarla o comprarme un diamante''. Cuando Barry Goldwater era el candidato republicano en las elecciones de 1964, un conservador sureño de Arizona, Dean Martin, solía consolar a su amigo Davis (muy demócrata) con una frase malvada: ''No sé por qué Sammy está preocupado. Ya le he dicho que si gana Goldwater yo lo compro''. Eran otros tiempos, menos preocupados por la corrección política. ¿Qué emoción va a prevalecer entre los electores judíos? ¿La secreta hostilidad étnica o la afinidad ideológica liberal? Todavía es muy pronto para saberlo. En todo caso, me parece que Obama, no obstante ser hoy el candidato favorito, puede acabar perdiendo frente a McCain, pese a la edad del senador republicano, la impopularidad de su presidente, los problemas económicos que experimenta el país y el rechazo a la guerra de Irak. Y si Obama pierde será víctima, precisamente, de estos incómodos pero reales factores étnicos. Es a esto a lo que se refería Hillary Clinton cuando advertía sobre la probable no elegibilidad del senador Obama. Como McCain es un republicano moderado, no irrita a casi ningún blanco demócrata, republicano o independiente que sienta algún reparo en votar por un afroamericano. Triste e inevitablemente, la elección americana será (ya va siendo), en gran medida, una contienda racial. Y ahí McCain lleva las de ganar. Obama y el voto étnico
Bolivia; el presidente llorón
José Brechner
Como temeroso niño bravucón que busca a su papá, para que se enfrente con sus amiguitos a quienes previamente estuvo provocando e intimidando; el presidente Evo Morales fue corriendo a reunirse con sus patoteros compañeros del ALBA, a pedirles que se pronuncien contra el referéndum autonómico que se avecina en Bolivia.
Para un individuo sin dignidad, ni capacidad, como es el mandatario indígena, la injerencia extranjera es a lo único que sabe jugar cuando le conviene. Hasta pidió al embajador estadounidense que se manifieste sobre el tema, tratando de involucrarlo en el asunto interno, para justificar cualquier maniobra que pueda estar confabulando con sus socios.
El mediocre estadista, cree que los norteamericanos son tan necios como él, y caerán en la trampa de darle argumentos para que comience la represión, y ponga freno al deseo popular.
Si el embajador dice que está de acuerdo con el referéndum, el gobierno boliviano dirá que Estados Unidos está provocando la división del país. Si dice que no está de acuerdo, dirá que hasta los Estados Unidos se oponen, y es ilegal.
El razonamiento del caricaturesco gobernante es tan majaderamente infantil que, como todo lo que dice y hace, causa vergüenza ajena.
En los pocos días que faltan para llegar al 4 de Mayo --día establecido para la consulta democrática-- Morales utilizará todas las artimañas posibles, para neutralizar el voto que pondrá fin a su inoperancia y despotismo.
El pedante dirigente cocalero logró enemistarse con prácticamente todos los sectores que componen el espectro social boliviano, y los únicos que lo apoyan son sus congéneres y mantenidos. La raza es su principal herramienta de cohesión contra el resto de la población.
No existe ningún país con menor tolerancia política que Bolivia, donde el promedio de duración de un gobierno es de dos años. Morales es el presidente número 84 en 183 años de vida independiente. En comparación: Estados Unidos tiene 232 años y Bush es el presidente número 43.
El último cuarto de siglo fue la excepción democrática, y puede estar llegando a su fin, debido a las desquiciadas, demagógicas, y fundamentalmente estúpidas medidas tomadas por el presidente campesino.
Las maquinaciones de Morales ya no son novedosas. Pero lo que viene puede ser totalmente inusitado para Latinoamérica.
En Venezuela hay un loco suelto, belicoso, armado, con poder y dinero, y su principal protegido está a punto de ser vapuleado democráticamente, tal como le sucedió a él en su último referéndum, pero con la gran diferencia de que lo que pasó en Venezuela sólo tuvo leves consecuencias políticas. La autonomía de las regiones orientales bolivianas es de carácter económico.
El oriente boliviano es generador de la mayor parte de los ingresos que recibe el país, y está cansado de que esos dineros vayan a parar a los bolsillos de los inútiles, cleptómanos, burócratas de occidente.
Evo no quiere quedarse sin el biberón y Chávez no quiere un aliado cada día más pobre. Mantener a Cuba ya le cuesta demasiado. Si el venezolano intenta inmiscuirse en el aprieto, Brasil puede reaccionar, porque Sao Paulo depende del gas boliviano que se encuentra en la región oriental. Para Brasil es más fácil, coherente, conveniente y confiable, negociar con los orientales que con Morales.
Si el referéndum autonómico deriva en situaciones de violencia, la Argentina, aliada de Chávez y Morales, ya previno --durante su anterior gobierno-- que no se quedará de brazos cruzados; como si fuera de su incumbencia. Considerando la cantidad de dinero que los Kirchner recibieron del magnate venezolano, parece que sí es.
Bolivia puede convertirse en un campo de batalla entre bolivianos, venezolanos, cubanos, argentinos y brasileros. La OEA ya fue comprada por Chávez, y el único que podría resolver el conflicto sería Estados Unidos, pero después de que corra sangre…
En otro escenario, el voto autonómico podría llevar a la federalización de facto de Bolivia, que le impediría a Morales gobernar centralistamente. Ante una poderosa mayoría opositora, su mejor opción sería renunciar, como hicieron los tres presidentes que le precedieron. Pero Morales ya anunció que prefiere la muerte antes que dejar el poder.
Los cantos de sirena del Estado
Robert Higgs
Oakland, California (AIPE)- El Estado es la más destructiva institución concebida por los humanos, un incendio que puede ser controlado por muy poco tiempo, antes que se propaguen las llamas por todas partes. Lo que promueve el crecimiento del Estado debilita la defensa de los individuos y nada promueve más el crecimiento del Estado que una emergencia nacional.
La actividad fundamental del Estado es el robo, aunque le dan otro nombre –impuestos-, bajo la excusa de que se trata de una obligación, inclusive moral.
Todos los gobiernos son oligarquías, ya que apenas un pequeño grupo de personas toman las riendas y deciden cómo usar el poder. Detrás de ellos, un grupo más grande constituye la coalición que los apoya. Ese otro grupo goza de privilegios legales, subsidios, cargos, concesiones exclusivas, licencias y transferencias de riqueza, a costa de las masas. Así utilizan la fuerza, incluyendo la policía y el ejército, para explotar a los demás, obligándolos a respetar las leyes que imponen.
Los rituales democráticos, tales como las elecciones, disfrazan el expolio y le hacen creer a las masas que el gobierno las está beneficiando. Pero, ¿algo que no se logra sin hacer uso de la violencia puede realmente ser de beneficio para todos?
A pesar del encanto ideológico que los altos funcionarios y los intelectuales estatistas utilizan para desplumar a la gente, a veces la gente se resiste y apoya a políticos que prometen aligerar las cargas, evaden impuestos y regulaciones, operan en la economía informal, violan las prohibiciones o emigran.
Esa reacción de la gente establece un cierto límite y la política puede verse como la pelea para arrimar ese lindero, en una u otra dirección. Mientras que las “emergencias nacionales” ayudan a la clase política a debilitar a quienes se oponen a la expansión del gobierno.
Casi cualquier guerra sirve el objetivo político porque une a la gente, al menos en el corto plazo, en apoyo a la bandera. Y como el gobierno siempre entona cantos de sirenas, esa constante propaganda cala, especialmente cuando se logra asustar a la gente y se utiliza a los medios de comunicación para lograrlo.
La llamada “guerra contra el terrorismo” ha disparado el crecimiento de ciertas industrias en Estados Unidos. Entre 1999 y 2006, el número de empresas contratistas del Departamento de Seguridad Nacional se disparó de nueve a 33.890 compañías. Y lo menos que los buitres quieren es que disminuya el miedo, lo cual terminaría con sus negocios que dependen totalmente del dinero proveniente de los impuestos.
¿Qué chance tiene la paz cuando tantos oportunistas dependen de la “guerra contra el terrorismo” para su éxito financiero? Para el Congreso, el Departamento de Seguridad Nacional se ha convertido en la principal fuente de prebendas políticas y de coimas. Todos están felices, con excepción del ciudadano común y corriente, a quien le meten la mano en el bolsillo y le coartan su libertad.
Un Estado pacífico es una virtual imposibilidad. Cuando no pelea con extranjeros, pelea con su propia gente, para mantenerla bajo control. Nunca gozaremos de una paz duradera mientras nuestra lealtad sea a un rey, que en nuestro caso es ese conglomerado de explotadores institucionalizados que llamamos Estado.
DE CAPITAL IMPORTANCIA
RICARDO II
Ricardo II, la célebre obra de William Shakespeare, relata la disputa entre un rey y un revolucionario, cuyas formas de ser chocan radicalmente, en detrimento del orden y de la sociedad. El drama conlleva una lección sobre los límites del liderazgo, así como las consecuencias no intencionadas que emanan de la usurpación del régimen—en el reino político, en el marco jurídico, en la familia, en las relaciones civiles, en el jardín nacional, en la ecología institucional.
Ricardo II aparenta ser un tirano, quién ejerce sus caprichos al margen o por arriba, de la ley. Sin embargo, subestima su papel como gobernante legítimo. Su incompetencia nace de la inocente vanidad de que él, sólo él, es la encarnación de la voluntad política. Pero su indiferencia a la resolución de disputas, hasta la conservación del contrato social, lo convierten en un ser incapaz de gobernar. Ricardo II vacila, se pregunta si es realmente el rey, a la vez que supone que su fuero constituye un cheque en blanco para hacer lo que sea. No comprende los límites del ejercicio político, ni el contrato que subyace la relación entre la sociedad civil y la polis reinante. Cuando surge una disputa territorial entre los civiles prefiere ignorar el problema, en vez de enfrentarlo. A la postre, de forma arbitraria, expropia los terrenos de los personajes más respetados del reino, como el ilustre Gante.
La tragedia es menos de un drama individual y más del destino de una patria sin un rumbo, sin un liderazgo eficaz. Ricardo disfruta de legitimidad, pero falla en forma lamentable en el ejercicio de sus deberes. Su contraparte, Enrique Lancaster, injustamente expulsado de su madre patria, regresa para revolucionar el orden. Enrique tiene virtudes, es admirado, un estupendo estratega—pero no tiene legitimidad política. Gante, a punto de morir, resume la tragedia de este choque de fuerzas aludiendo a la violación de su demi-paraíso, el Edén territorial, secuestrado por debilidad y rebelión.
El secuestro ocurre a nivel individual, también. Ricardo no escucha, cree que todos sus deseos deben, por ser suyos, convertirse en realidad—al margen de la ley, la tradición, o el lazo familiar. Este hubris lo alimenta una corte extravagante de asesores, que nunca le hablan con la verdad, que le hacen creer, siempre, sus propias mentiras. Son los jardineros de una patria podrida, más bien orugas que con sus adulaciones, sus ritos de servidumbre, han fragmentado las raíces del jardín, generado turbulencia, corrupción y desconfianza. El individualismo de Ricardo nace de su tonta vanidad, de ver el mundo como suyo, girando siempre a su alrededor. Cree que todo es maravilloso; y cuando no lo resulta ser, cuando cae, asume la posición de un mártir infantil.
Si bien Enrique tiene causa legítima para buscar la restitución de sus derechos, no la tiene para ser el héroe revolucionario. Su arrogancia no respeta el orden, el derecho, las tradiciones del régimen. Sin duda, logra derrotar a Ricardo, pero el cuerpo político queda desalmado, sin corazón ni cabeza, en un escenario de “darwinismo social,” donde ganar es función de músculo, del quien pega más fuerte. Ricardo evade decidir, enfrentar el mundo real, buscando en vez los falsos halagos de una corte corrupta y deshonesta. Ello refleja un vacío de liderazgo, pero no constituye una justificación para revolucionar el reino político. Ambos, Ricardo y Enrique, carecen de la humildad y sabiduría práctica que requieren los líderes para enfrentar los problemas que llegue a vivir el orden civil.
El liderazgo, así visto, no es un mecanismo de reformación. Un líder debe respetar las instituciones, y dejar ser. El derecho a gobernar no implica un amparo ante la rendición de cuentas. Ese es el origen del tirano, el “zorro” que, con astucia, sabe cuando prometer, cuando excusar, cuando acusar, como abusar los escasos recursos del jardín, desde la raíz más profunda hasta los bosques más apreciados.
Esa es la tragedia de Ricardo II—una tragedia derivada de la vanidad, del idiota que no ve, del perfecto idiota que se la cree, y del resto de nosotros que toleramos.
El euro calienta motores: ¿recibirá un nuevo impulso alcista?
Hoy es un comienzo de semana especial, ya que los mercados bursátiles de Londres y Nueva York están cerrados, por lo que las divisas carecen de fundamentos para realizar importantes movimientos en la presente jornada. Puede ser un buen momento para repasar estrategias, debido a que las próximas sesiones traerán mucha acción. Un vistazo al cambio euro/dólar.
El barril de crudo nuevamente será el protagonista. Las tensiones al sur de Nigeria no cesan y más oleoductos son atacados por el grupo militante Moviendo de la Emancipación del Delta Níger. Para colmo, el tequila también está teniendo efectos en el crudo, a medida que México reduce a sus mínimos de doce años la extracción de éste desde sus mayores pozos petrolíferos.
Con la demanda que no para de crecer y la oferta que a muy poco plazo es cada vez menor, mañana se podría ver el barril cerca o por encima de los 135 dólares. Por los refugios del oro, yen, euro, franco suizo y dólar canadiense entrarán con mucha acción.
Pero habrá otras monedas que pueden beneficiarse aún más con la subida del precio del crudo. Si bien el euro seguirá subiendo a medida que éste realice bruscos rallies alcistas, lo haría una marcha más lenta que monedas como la corona noruega o la sueca. Nadie duda de las presiones inflacionidtas de la Eurozona, pero sus cifras macroeconómicas comienzan a mostrar claros signos de ralentización.
Pendientes de los datos
Esta semana tendremos una batería de datos macroeconómicos desde suelo europeo. Mañana mismo conoceremos el Producto Interno Bruto (PIB) alemán (08:00 CET) del primer trimestre. Se espera que haya crecido 1,5%, en línea con lo obtenido en el período previo y con una acumulación anual del 1,8%. De confirmarse estos resultados, la economía germana habría crecido a su ritmo más rápido en doce años, alegrándole la sesión a los eurobulls (inversores que apuestan por un euro al alza).
Además, teniendo en cuenta que el águila sigue siendo el ave favorita del presidente del Banco Central Europeo (BCE), debido a la constante subida de los precios de producción, una sorpresa por encima de lo estimado del PIB germano podría empujar a la divisa comunitaria cerca de la altura de los 1.60 dólares.
Otra variable que los eurobulls estarán mirando también mañana muy de cerca, es el índice de confianza del consumidor germano elaborado por el instituto Gfk. Si bien la semana pasada la confianza económica y las expectativas para realizar negocios han sido bastante positivas, será clave ver cómo los altos precios energéticos vacían cada vez más el bolsillo del consumidor.
No sólo la confianza del consumidor será un obstáculo duro de vencer esta semana. También los datos de empleo de Alemania darán que hablar. A pesar que se espera que la tasa de desempleo haya descendido del 7,9% al 7,8% en el mes de mayo, se estima que se habrían perdido 25.000 puestos de trabajo en dicho período.
Al otro lado del Atlántico
A pesar de que las actas de la última reunión de la Reserva Federal mostraron un explícito hincapié en la presión alcista de los precios, el dólar siguió debilitándose.
Sin embargo, crece el consenso en el mercado que en la segunda mitad de 2008, la primer economía se recuperará de su tropezón. Mañana veremos si el sector inmobiliario americano muestra tímidas señales de haber tocado fondo. Conoceremos el índice de precios de viviendas elaborado por las empresas S&P/Case-Shiller.
Más tarde, a las 16.00 horas el mercado tendrá la emoción de ver cómo evoluciona la confianza al consumidor de mayo, junto con el índice manufacturero Richmond de la Fed y la venta de nuevas viviendas.
A lo largo de la semana se verán otras variables de gran relevancia como el PIB americano, el consumo personal, discursos de varios gobernadores de la Fed, incluyendo a su presidente Ben Bernanke y el PMI de Chicago entre otros.
El cruce del euro (EURUSD ) se negocia alrededor de los 1,5777 dólares. A nivel interbancario, los operadores contemplan los soportes de 1,5341 (mínimo del 24 de marzo); 1, 5146 (mínimo del 5 de marzo) y 1,5000 (clave). Dado que el precio actual ha penetrado las resistencias de 1,5500 (clave) y 1,5671 (mínimo del 14 de abril), vuelven a vigilar la siguiente en 1,5904 (ex récord histórico).
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