por Sergio Sarmiento
Sergio Sarmiento es articulista de Reforma y comentarista de TV Azteca.
Por lo menos Pemex ya no está perdiendo dinero. En el primer trimestre de este 2008 nuestro monopolio petrolero logró una utilidad neta de 3.300 millones de pesos. Éste es un resultado positivo, sobre todo si se compara con la pérdida de 10.400 millones de pesos del primer trimestre del 2007.
La utilidad neta de Pemex en este primer trimestre del 2008, sin embargo, es una minucia si se compara con las ventas totales de la empresa, las cuales fueron de 321.500 millones de pesos en ese período. Una utilidad neta de menos de 1 por ciento es muy pequeña para una petrolera en estos tiempos de altos precios internacionales.
Royal Dutch Shell, que también reportó sus resultados trimestrales esta semana, tuvo utilidades netas por 9 mil millones de dólares con ventas de 114 mil millones de dólares, esto es, 7,9 por ciento. Y cuidado, porque Shell y las demás petroleras del mundo pagan regalías mayores a los gobiernos de los países en los que operan cuando suben los precios, como está ocurriendo ahora.
Los problemas de fondo de la industria petrolera mexicana están en evidencia en el informe de operaciones del primer trimestre de Pemex. Si bien las ventas subieron 32,4 por ciento, como consecuencia de un aumento de 73,7 por ciento en el precio de la mezcla mexicana de exportación desde los tres primeros meses del 2007, la producción de petróleo crudo cayó 7,8 por ciento. Las exportaciones de crudo han caído todavía más, 12,4 por ciento. Ya no se puede argumentar que estos descensos son producto de los frentes fríos. La causa es la declinación del yacimiento de Cantarell.
A pesar de todos sus problemas, a pesar de toda su ineficiencia, Pemex podría tener un resultado tan bueno o mejor que otras empresas petroleras. El rendimiento antes de impuestos, derechos y aprovechamientos de nuestra petrolera aumentó 60,9 por ciento en el primer trimestre de 2008 para alcanzar una cifra récord de 204.900 millones de pesos, un más que saludable 63,7 por ciento de las ventas. Pero la depredadora codicia del gobierno federal, que no ha podido impulsar una reforma fiscal, hizo que la Secretaría de Hacienda ampliara su tajada de los ingresos brutos de Pemex en 46,4 por ciento para alcanzar 201.600 millones de pesos. Después de este brutal golpe, sólo quedaron esos 3.300 millones de pesos que citaba anteriormente como utilidad neta.
Hoy, cuando el país entero está discutiendo una reforma energética, tenemos obligación de ver estas cifras. Pemex es una empresa relativamente ineficiente, por lo menos en comparación con las petroleras privadas del mundo. Pero el tema de fondo no es ése, sino si realmente podemos seguir permitiendo que Hacienda saquee a Pemex de la manera en que lo hace sólo porque no ha podido hacer una verdadera reforma fiscal.
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