Enemigos del comercio
Por Alberto Benegas Lynch (h)
Diario de América
Las diferencias entre las personas en cuanto a aptitudes, vocaciones y productividades permite que cada uno se dedique a diversas actividades y, a su vez, eso hace posible la cooperación social a través de las transacciones comerciales. Se entrega lo que la persona considera tiene menos valor respecto a lo que recibe de otro y, en sentido inverso, eso ocurre con la otra persona en la transacción de marras. En otros términos, por la razón apuntada, en los intercambios libres y voluntarios ambas partes ganan, lo cual, a su turno, significa que la riqueza se ha revalorizado y en esto reside el progreso.
Pero henos aquí que irrumpen megalómanos del aparato estatal que ponen palos en la rueda y tratan de manejar precios, márgenes operativos, cuotas, barreras aduaneras y todo tipo de atropellos a los derechos de propiedad que perjudican gravemente el proceso anteriormente descripto. Estos son energúmenos que no producen nada sino que, como queda dicho, obstruyen y se quedan con tajadas crecientes de lo producido por otros. No se limitan a recaudar para proteger derechos sino que todo lo invaden y lo distorsionan.
En estas líneas quisiera centrar la atención en el comercio que tiene lugar entre empresas y personas ubicadas en distintos puntos del planeta y que son obstaculizadas en sus transacciones por disposiciones gubernamentales que se suelen denominar tarifas aduaneras. Es increíble que a esta altura de los tiempos después de tanto esfuerzo para reducir fletes terrestres, aéreos y marítimos resulta que cuando el producto llega a la aduana se contrarrestan esos progresos y se retrotrae la situación a la época de las cavernas debido a las susodichas tarifas aduaneras que elevan innecesariamente los costos.
Pues bien, por increíble que parezca, hay quienes sostienen que dichas barreras al comercio son beneficiosas porque “protegen la economía local”(sic). Semejante desatino pasa por alto que cuando se incrementa artificialmente el costo en la aduana las erogaciones por unidad de producto se elevan, lo cual naturalmente significa que la productividad cae que, a su vez, conduce a que la cantidad de productos disponibles se contrae y, consecuentemente el nivel de vida se reduce. Es lo mismo que lo que ocurre en la familia. Cuando los ingresos disponibles deben destinarse a productos mas caros, estos serán menores en su cantidad o calidad (o las dos cosas a la vez), lo cual empobrece a la familia.
Las importaciones constituyen la otra cara de la moneda de las exportaciones, del mismo modo que las compras dependen de las ventas. Cuando se vende al exterior ingresan divisas lo cual hace que su mayor oferta las torne mas baratas, cosa que permite comprar del exterior a menor precio. Pero, a su vez, esto último encarece la divisa, lo cual torna mas atractiva la venta al exterior y así sucesivamente. Al limitarse las importaciones se restringe la demanda de divisas, situación que perjudica a los exportadores puesto que obtendrán menores ingresos por sus productos. En verdad, las exportaciones constituyen los costos de las importaciones, del mismo modo que la venta de nuestros servicios profesionales o la venta de los productos que fabricamos es el esfuerzo en el que debe incurrirse para poder adquirir lo que necesitamos. Lo ideal para todos sería poder adquirir lo que deseamos sin necesidad de incurrir en los costos de producir y vender algo, pero esto significaría que otros nos estarían regalando los bienes y servicios que requerimos. Lo mismo ocurre en el comercio internacional, con la única diferencia que los interlocutores están mas alejados entre sí.
Las tarifas y barreras aduaneras de diverso tipo ponen de manifiesto que aún no hemos entendido que resulta mejor comprar más barato y de mejor calidad que más caro y de peor calidad. Cuando se alude al “proteccionismo” en realidad se desprotege a la gente que se ve obligada a desembolsar mayores porciones de sus ingresos para obtener una cantidad menor de bienes. Las llamadas integraciones regionales de la actualidad revelan que aun no se han comprendido las ventajas de integrarse con el mundo.
Cuando se dice que la integración es un primer paso en esa dirección no parece percibirse que muchas veces es un primer paso en la dirección opuesta ya que los aranceles aduaneros del conjunto muchas veces significan, para ciertos países miembros del bloque, retrocesos respecto de las situaciones tarifarias antes de implantarse la integración. De todas maneras, el léxico militar utilizado como si se tratara de ejércitos de ocupación: “conquistas de mercados”, “invasión de productos” y demás parafernalia, revela que no se han entendido las ventajas del librecambio como para adoptar ese meta y dejar de lado pasos y etapas que no son mas que burdos pretextos para negociaciones inconducentes que pretenden ocultar la manifiesta incomprensión respecto del comercio libre. Al insistir que se trata de un primer paso -que ya viene durando mas de tres siglos desde que expusieron la idea los economistas clásicos- se pone en evidencia que la razón por la que no resulta posible ir al último paso es debido a que aún no se han entendido las ventajas de abrir paso al comercio libre, a lo que se suman los intereses subalternos de empresarios prebendarios que sacan tajadas ilegítimas para engrosar sus bolsillos.
Si no fuera por los aranceles aduaneros no habría tal cosa como contrabando que, en última instancia, no es más que el sustituto del comercio libre y no se limitarían los beneficios de la tontera de los “free shops” que tanto encandila a turistas que no siempre son capaces de articular el sentido de esos islotes que graciosamente concede la autoridad, en lugar de ampliar la idea a todo el país. Los vistas de aduana apuntan a una de dos cosas o las dos simultáneamente: al cohecho o al insolente revisar valijas y efectos personales para cubrirse de la posibilidad de que se ingresen bienes más baratos y de mejor calidad, lo cual “perjudicaría a los compatriotas” (?).
Aún estamos rodeados de demasiados enemigos del comercio que, entre otras muchas cosas, perjudican a los mas necesitados. Es sabio el proverbio chino que reza así: “si quieres ayudar a un necesitado no le entregues un pez, enséñale a fabricar una red de pescar” y Moisés Maimónides en el Code of Jewish Law ha sentenciado que “La más noble caridad consiste en evitar que un hombre acepte caridad y la mejor limosna es preparar a un hombre para que no acepte limosnas”(cap.x, párrafo 7). En este sentido, el eje central para ayudar a los necesitados consiste en explicar y difundir las ventajas de la sociedad abierta. El comercio -una de las bases de la cooperación social- permite ayudarse a uno mismo, al tiempo que hace bien a los demás en un clima en el que se abren las compuertas de par en par a las múltiples obras de filantropía dirigidas a quienes están imposibilitados de manejarse por sus propios medios en la vida.
Tal como resume Alfred Whitehead en Adventures of Ideas: “El intercambio entre individuos y entre grupos sociales es de una de dos formas, la fuerza o la persuasión. El comercio es el gran ejemplo del intercambio a la manera de la persuasión. Las guerras, la esclavitud y la compulsión gubernamental es el reino de la fuerza”.
Hoy preocupa el incremento en los precios de los alimentos sin prestar la debida atención a las razones centrales del aumento. Dejando de lado causas naturales como la sequía en Australia y la irrupción de la población de la India y China en el mercado, las razones artificiales son de mucho mayor peso. Esto es así debido a los caprichosos decretos gubernamentales para frenar los enormemente beneficiosos transgénicos, la manía por cargar los alimentos con una maraña de impuestos y reglamentaciones inauditas, los subsidios a emprendimientos antieconómicos, las barreras aduaneras, la implantación de absurdas cuotas, permisos, certificados, cortapisas y trabas burocráticas y demás embrollos y parafernalia estatal que no permite asignar eficientemente los factores productivos y, consecuentemente, los encarece de modo innecesario.
Curiosamente el presidente de México y el de Nicaragua acaban de recurrir a idénticas palabras para aludir a la situación alimentaria del momento. Como una gran concesión humanitaria declararon que “con carácter transitorio y como una medida de emergencia” (sic) dejarán sin efecto algunos aranceles a la importación de alimentos. Sería de gran utilidad que esos gobernantes y muchos otros del planeta tuvieran en cuenta que la politización de estos delicados asuntos no constituye la solución sino que allí precisamente estriba el nudo del problema y que también prestaran la debida atención a lo dicho por el premio Nobel en economía Milton Friedman: “Si a los gobiernos se les diera la administración del Sahara, pronto se quedaría sin arena”.
Ricardo Lafferriere
Argentina: Imagen, rumores y crisis
La esclerosis neuronal en que se ha sumido el peronismo presidido por Kirchner frente a la situación nacional y los reclamos del campo no sólo produce preocupaciones en toda la sociedad –que siente que no existe gobierno- sino en escalones cada vez más grandes del peronismo, consciente de que una falta de reacción de sus dirigencias sensatas lo arrastrará junto con el propio matrimonio presidencial.
Cada vez son más los dirigente peronistas que, cansados de esperar un cambio, van reagrupándose según sus afinidades y ubicación política al margen del oficialismo y tomando prudente distancia de su política. No sólo uno de los más prestigiosos peronistas del interior, el Senador Nacional Reutemann, sino el ex gobernador cordobés de la Sota –quien imputó a la conducción presidida por Kirchner de tener rasgos stalinistas-, el ex gobernador entrerriano Busti –quien renunció a la presidencia del peronismo de su provincia, luego de sostener que no acepta integrar un partido con "pensamiento único"-, el gobernador Rodríguez Saá de San Luis, varios ex legisladores nacionales y figuras de prestigio han marcado su fuerte discrepancia con el matrimonio presidencial. "Si el peronismo no reacciona –ha expresado un importante dirigente del interior- corremos el riesgo que este torrente nos arrastre a todos, incluyendo el Congreso. En dos o tres meses veremos a la gente reclamando "el poder a la Corte".
Puede ser. Es evidente que la coalición social que se ha conformado alrededor del reclamo del campo ha superado totalmente la protesta agropecuaria. Ya no se limita al tema de las retenciones y se extiende a la calidad institucional, a las formas de gobierno, al fin de la corrupción desenfrenada, a la arbitrariedad del poder, al federalismo, a la sensatez en la economía y a la exigencia de un auténtico estado de derecho, que ha ido desapareciendo paulatina y sistemáticamente en los años "K-K". A esta altura, quizás no sea aventurado suponer que el reclamo del campo hasta sea una molestia que impide que esa coalición social se exprese en su totalidad, con una fuerza irreversible. La imagen positiva de la presidenta, según últimas encuestas guardadas bajo siete llaves, marcan un nuevo descenso, a un escalón del 15 % (con un 40 % de imagen negativa) y un retroceso fuerte en la imagen del ex presidente y de Daniel Scioli, a esta altura superados ambos ampliamente por la del líder agropecuario Alfredo De Angelis. Por encima de todos están Elisa Carrió y Mauricio Macri.
¿Cuál será el devenir de los hechos?
En estos tiempos, parecieran haber proliferado los diseñadores de escenarios. Dicho sea de paso, muy pocos de esos escenarios imaginan al kircherismo en el poder dentro de un año. No faltan los rumores con las nuevas y tenebrosas "listas" –como en las últimas épocas de Isabel Perón-, que enumeran a quienes serían detenidos luego de declarado por los Kirchner un presunto Estado de Sitio, en el estertor final de su gobierno y –desde el otro lado- las que incluyen como futuros habitantes de "Comodoro Py" no sólo al matrimonio presidencial, sus ministros y funcionarios emblemáticos, sino a los legisladores que hayan votado los superpoderes, a los empresarios protegidos por el régimen y a los jueces alineados con el actual gobierno.
Por el momento, estas hipótesis se escuchan dentro del peronismo y no han desbordado hacia otros actores de la política. Sin embargo, la oposición ha acelerado sus contactos. Desde la Coalición Cívica, la UCR y el PRO han surgido acciones comunes y sintomáticos respaldos cruzados, como el de Federico Pinedo (PRO) solidarizándose con Margarita Stolbizer (CC) por su citación judicial por haber participado en un acto agropecuario, e iniciativas legislativas conjuntas, como el reclamo de la reforma política y el reclamo de llevar al Congreso el conflicto con el sector agropecuario, bloqueado por la mayoría kirchnerista.
La manipulación de la justicia en el problema con el campo ha hecho ascender un escalón de tensión al conflicto. Frente a la posibilidad de una saludable modificación del rumbo (o, al menos, de un intervalo lúcido que calme las aguas), el gobierno ha preferido apostar al escenario de profundizar la crisis, confiado en que su manejo del aparato superestructural del Partido Justicialista será suficiente para disciplinar la historia. Ingenuidad que los hechos se encargarán de demostrar como ilusoria.
¿Era necesario llevar a la Argentina a estos límites, en una de las etapas internacionales históricamente más favorables para el país? Indudablemente, sólo el autismo inconsciente puede explicar una actitud que, a la inversa de cualquier gobierno del mundo, frente a un problema solucionable con el diálogo ha preferido profundizar el enfrentamiento para convertirlo en un problema político que amenaza su supervivencia.
La crisis, mientras tanto, avanza. La inflación se profundiza, carcomiendo los ingresos de los sectores de menor poder adquisitivo e incrementando su descontento. Los vencimientos de deuda pública se acercan, mientras el país sólo cuenta con el favor chavista para obtener fondos, por su cerril ataque al sistema financiero internacional y su ruptura con el FMI. El crecimiento de la inflación ha licuado la ventajas seudocompetitivas de la industria protegida, que ya pide otra devaluación. Los gremios han desbordado el límite del 20 % de aumento salarial, y están ubicándose en el escalón superior al 30 % (como ha sucedido con el último convenio metalúrgico presentado por la propia presidenta en la Casa Rosada, con el 32 % de aumento promedio).
Y el gobierno, para el que no hay inflación, ni deterioro social, ni problema con el campo, ni retroceso de la competitividad industrial, ni aumento de la pobreza, sigue vaciando el poder presidencial transfiriéndolo al ex presidente, un "don nadie" institucional que, sin embargo, desde Puerto Madero maneja a su antojo la administración, el parlamento y la justicia mientras la presidenta formal, vaciada de todo poder, como lo fuera Isabel en otras épocas, es usada sólo para los actos protocolares, convencida que está gobernando la Argentina feliz, en "tren bala" hacia la "modernidad".
Carlos Sabino
La absurda economía venezolana
Llama poderosamente la atención, a cualquier observador que transite por las calles de esta ciudad, el pobre desempeño que tiene en estos momentos la economía venezolana. Más allá de los datos macroeconómicos, a veces difíciles de entender para el ciudadano común, hay hechos que pueden comprobarse sin mayor dificultad: faltan los productos esenciales de la dieta diaria del venezolano, pues es difícil –o a veces imposible- conseguir leche, pollo, harinas o granos, mientras escasean muchas medicinas y productos esenciales para la salud.
Pero además los precios de todos los artículos suben constantemente y los salarios están prácticamente congelados desde hace años. Todo esto ocurre en una economía petrolera, que recibe ingresos increíblemente abultados gracias a que los precios petroleros se han multiplicado casi por cuatro desde 2003, en la que el estado maneja cifras enormes en su presupuesto y, para acentuar el contraste, manifiesta estar decididamente a favor de los pobres.
Pero son precisamente quienes viven de un salario los que más sufren la situación que acabamos de describir, los que tienen que ver el espectáculo de unas calles atestadas de caros y modernos automóviles mientras hacen malabarismos para conseguir un litro de leche o un paquete de azúcar.
Gran parte del problema al que nos referimos se inicia en 2003, cuando el gobierno de Chávez decide implantar un control de cambios que reguló el precio del dólar y situó en las manos del estado el otorgamiento de las divisas extranjeras, estableciendo poco después leyes penales que controlan severamente las transacciones con monedas extranjeras. Pronto apareció, como es natural, un mercado paralelo para el dólar, se redujeron las importaciones y un organismo público, CADIVI, quedó a cargo prácticamente de todo el comercio exterior del país.
El gobierno de Chávez tomó estas medidas por dos razones fundamentales. La primera, para evitar que el alza del dólar –que subía aceleradamente debido a la inestabilidad política reinante en ese tiempo- se trasladase a los productos importados que forman una buena parte del consumo básico de los venezolanos: fijando el precio del dólar e imponiendo a la vez un control estricto sobre el precio de medio millar de productos Chávez logró mantener artificialmente la capacidad de compra de los venezolanos, en momentos en que se sentía acosado desde todos los frentes y quería mantener y aumentar su apoyo político. La segunda razón, tan importante como la anterior, hay que buscarla en la vocación socialista de este gobierno: al imponer su control sobre todas las operaciones de cambio con moneda extranjera el estado quedó en capacidad de someter a fuertes presiones a las empresas locales, >controlando los insumos de los medios de comunicación y ejerciendo una vigilancia total sobre la actividad económica de los ciudadanos comunes.
Todo esto funcionó bastante bien para el >gobierno en el corto plazo y dio una impresión de bonanza porque, a la par que se controlaban los precios, subía también el ingreso petrolero de un modo sostenido y realmente impresionante. Venezuela pudo mostrar favorables índices de crecimiento económico y Chávez, en ese contexto, ganó varias elecciones y se pudo mantener en el poder. Pero la situación ha cambiado y, en estos momentos, la economía es otro de los puntos débiles del gobierno chavista.
Las razones de este cambio son múltiples pero hay dos que, por su importancia, deben destacarse ante el lector. Por una parte el gobierno, por obvios motivos políticos, ha lanzado a la calle inmensas cantidades de moneda local y ha gastado con largueza en programas sociales poco efectivos y en su intento de lograr un respaldo internacional dentro del continente. Por otro lado las empresas, acosadas por múltiples controles y amenazas constantes contra la propiedad privada, han reducido sus inversiones al mínimo, apenas a lo necesario para mantenerse en funcionamiento. Tampoco el estado ha invertido en obras de infraestructura que favorezcan el desarrollo, pues sus gastos sociales son simples dádivas que se ofrecen con motivos políticos y sólo sirven, hoy día, para aumentar la inflación.
Todo esto ha llevado a una disparidad muy fuerte entre el dólar oficial (que se cotiza a 2,15 bolívares) y el valor que existe en el mercado paralelo (donde oscila entre 5,5 y 6 bolívares), conformando una situación que día a día se hace menos sostenible. Venezuela ha pasado por problemas parecidos en el pasado, aunque menos intensos. Tanto en 1989 como en 1996 fue necesario eliminar los controles de cambios y de precios para evitar la hiperinflación y sanear en algo las cuentas fiscales. Pero ahora Chávez, que se presenta como un campeón contra el llamado "neoliberalismo", no querrá adoptar esas necesarias medidas y no podrá, tampoco, avanzar mucho más en el camino del socialismo, por los resultados adversos del referéndum que perdió el 2 de diciembre.
Trichet avisa: puede haber una subida de tipos en julio
Jean Claude Trichet, presidente del BCE. Foto: archivo
El Banco Central Europeo (BCE) ha dejado los tipos de interés en el 4%, en línea con las previsiones del mercado. El presidente de la entidad, Jean Claude Trichet, ha informado de que han elevado sus previsiones de inflación y ligeramente las de crecimiento para este año y que tras analizar la situación, "es posible, aunque no seguro, que se suban los tipos en una pequeña cantidad" en la reunión de julio. Las bolsas europeas han reaccionado con fuertes caídas. Siga la cotización del Ibex 35 en tiempo real.
El mercado esperaba que Trichet elevara su tono inflacionista tras anunciar la decisión de mantener estables los tipos de interés en el 4%. Lo que no se imaginaba es que hablara de forma tan abierta sobre la posibilidad de un incremento del precio del dinero en julio.
"Una parte del consejo piensa que es necesario subir los tipos de interés, mientras que otra parte piensa que es necesario subir los tipos, pero más tarde, y algunos consideran que no es necesario", dijo Trichet, quien anticipó que en la próxima reunión del Consejo del BCE, tras analizar la situación, "es posible, aunque no seguro, que se suban los tipos en una pequeña cantidad".
Estas palabras de Trichet llegan después de que en el comunicado para explicar la decisión de hoy indicara que los riesgos para la estabilidad de precios "se han incrementado más" y advirtiera de que la institución mantiene un grado de "elevada alerta" frente a la inflación.
Previsiones de inflación al alza
El BCE sustenta sus intenciones de subir los tipos de interés con la revisón hoy notablemente al alza sus previsiones de inflación para 2008 y 2009. El organismo emisor pronostica ahora un IPC de la zona euro para 2008 de entre el 3,2 y el 3,6%, frente al 2,6 y el 3,2% pronosticado en marzo, y de entre el 1,8 y el 3% para 2009, también por encima de las proyecciones realizadas hace tres meses, cuando preveía una inflación de entre el 1,5 y el 2,7% para el año que viene.
Según Trichet, la revisión al alza de la inflación "refleja unos precios del petróleo y de los alimentos más elevados y presiones inflacionistas en el sector de servicios". El IPC permanecerá por encima del 3% durante un periodo más persistente de lo anticipado previamente, apostilló el presidente de la entidad europea, cuyo objetivo de estabilidad de precios es una tasa de cercana pero siempre por debajo del 2%.
En cuanto a su visión de la evolución de la economía, prevé un crecimiento este año de entre el 1,5 y el 2,1%, en comparación con la horquilla de entre el 1,3 y el 2,1% que había augurado en marzo, lo que supone una revisión al alza del rango inferior del intervalo.
Para 2009, el banco europeo augura un incremento del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona del euro de entre el 1 y el 2%, lo que significa que ha revisado a la baja las proyecciones de marzo (1,3 y 2,3%) debido al incremento del precio de las materias primas.
'Cruzada' antiinflacionista
Los principales bancos centrales del planeta se han sumado a la causa antiinflacionista del BCE. Incluso el presidente de la Fed, Ben Bernanke, ha mostrado una creciente inquietud por la marcha de los precios en las últimas semanas. En un contexto más sensibilizado con los precios, el presidente Trichet y el Consejo del BCE parecen haberse sentido más liberados para volver a la carga. Más aún con una inflación que, según el dato provisional, repuntó en mayo del 3,3 al 3,6% interanual.
El mercado ya había llegado a dar un 70% de probabilidades de una subida de tipos en septiembre. Algunos analistas de Goldman Sachs, Bank of America o Royal Bank of Scotland creen que el próximo movimiento de tasas en la región puede ser al alza pero no tan pronto como anuncia el mercado.
El principal argumento de los expertos que apuestan por una bajada o un mantenimiento de tipos es la ralentización que sufrirá la economía de la región los próximos meses.
Reino Unido
El Banco de Inglaterra también ha decidido hoy mantener los tipos de interés estables en el 5%, como esperaban los 35 economistas consultados por Thomson Financial. El temor a la inflación ha motivado esta decisión de la entidad británica, que ha pesado más que la marcada desaceleración por la que atraviesa la economía del Reino Unido.
El sector inmobiliario se debilita con una caída de los precios que parece estar acelerándose. A esto se ha unido el deterioro de la confianza del consumidor, que se encuentra en su peor nivel en casi dos décadas.
Wall Street sube un 1,73% animada por el alza de las ventas minoristas y Verizon
La Bolsa de Nueva York cerró hoy con un alza del 1,73 por ciento en el Dow Jones de Industriales, animada por el aumento de las ventas minoristas en mayo en Estados Unidos y por la compra de la compañía de telefonía móvil Alltel por parte de Verizon.
El Dow Jones (DJI.NY ) de Industriales, el más importante de Wall Street, subió 213,97 puntos, para cerrar en 12.604,45 unidades y con 27 de sus 30 valores en positivo.
Las acciones de Verizon (VZ.NY ) lideraron las subidas de este índice, al avanzar un 5,35 por ciento, después de anunciar que su filial Verizon Wireless adquirirá a la rival Alltel por 28.100 millones de dólares, para convertirse así en la mayor operadora de telefonía móvil en Estados Unidos, por delante de AT&T.
Los títulos de Wal-Mart (WMT.NY ) ganaron un 3,68 por ciento, tras conocerse que las ventas en Estados Unidos de la mayor cadena minorista del mundo aumentaron un 4,4 por ciento en mayo y superaron las previsiones de los analistas.
El Nasdaq sube
El mercado Nasdaq (NDX100.NQ ), donde cotiza gran parte de las empresas de tecnología e Internet, avanzó 46,8 puntos (2,76 por ciento), (1,87 por ciento), hasta las 2.549,94 unidades, impulsado por el alza de las acciones de Amazon <:AMZN.NQ:> (3,69 por ciento), Microsoft (MSFT.NQ )Google (GOOG.NQ ) (2,46 por ciento) y Apple (AAPL.NQ ) (2,29 por ciento), entre otros valores.
El selectivo S&P 500, que mide el rendimiento de las 500 principales empresas cotizadas en Nueva York, ganó 26,85 puntos (1,95 por ciento), hasta 1.404,05 unidades.
El NYSE, que agrupa a todos los valores del mercado, subió 195,73 puntos (2,12 por ciento), para situarse en 9.408,49 unidades, después de que el Departamento de Trabajo informó de que en la semana pasada se tramitaron 357.000 nuevas solicitudes de subsidio por desempleo, lo que supone un descenso de 18.000 solicitudes respecto de la anterior.
Continental despedirá 3 mil personas
Los títulos de la aerolínea Continental subieron un 4,83 por ciento hasta los 15,40 dólares, tras anunciar que eliminará 3.000 puestos de trabajo y retirará 67 aviones para hacer frente a "la peor crisis de la industria desde el 11-S", según la empresa debido al alto precio del combustible.
La decisión de Standard & Poor's de rebajar a AA la calificación de crédito de MBIA y Ambac no sirvió para aguar la fiesta a Wall Street ni para hacer caer las acciones de estas dos aseguradoras de bonos, que cerraron con avances del 7,28 y 5,22 por ciento, respectivamente, tras el fuerte descenso registrado el miércoles.
La Bolsa de Nueva York movió en la sesión 1.314 millones de acciones frente a los 2.144 millones de títulos del Nasdaq. En el mercado secundario de deuda las obligaciones a diez años bajaron y ofrecían una rentabilidad del 4,04 por ciento, frente al 3,97 por ciento del cierre del miércoles.
En la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex) el precio del petróleo de Texas, de referencia en Estados Unidos, subió 5,49 dólares, para cerrar a 127,79 dólares, en paralelo al debilitamiento del dólar, mientras que la gasolina se vendió un día mas a precios históricos en Estados Unidos.
La gran apuesta chilena
Andres Oppenheimer
De tanto en tanto uno se topa con una noticia esperanzadora, que le hace pensar que Latinoamérica -o por lo menos una parte de Latinoamérica- tiene por delante un gran porvenir.
Así me sentí en estos días cuando, en una entrevista al Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alejandro Foxley, me enteré de la reciente decisión chilena de crear un fondo de $6 mil millones para enviar a 6,500 estudiantes chilenos por año al exterior para cursar estudios de posgrado en universidades estadounidenses, europeas y australianas. Los estudiantes recibirán becas completas, que se pagarán con los intereses anuales del fondo gubernamental.
Para un país relativamente pequeño de 16.4 millones de habitantes, esto equivale a una exportación masiva de sus mejores cerebros, con la esperanza de que algunos regresen al país con mayor capacidad tecnológica, mejores contactos internacionales y nuevas ideas que ayuden a Chile a diversificar sus exportaciones.
Hasta hace apenas tres años, el gobierno chileno otorgaba tan sólo 170 becas anuales para estudios de posgrado en el extranjero. Con el nuevo fondo, el número de becas de posgrado en el exterior aumentará a 1,000 este año, a 2,500 el año proximo y a 6,500 para el 2012.
La mayoría de las becas se destinarán a estudios de posgrado de Ingeniería, Ciencia y Tecnología, las áreas clave para ayudar a que el país produzca exportaciones más sofisticadas, y mejor cotizadas en el mercado internacional.
''Si Chile quiere crecer más rápido, no podemos seguir exportando solamente cobre, celulosa y salmones'', me dijo Foxley. ``Necesitamos crear nuevos productos. Necesitamos que toda una nueva generación de estudiantes, o la mayor parte que podamos, se expongan a la economía global''.
El nuevo Fondo Bicentenario de Capital Humano será creado con el superávit procedente de las exportaciones del cobre, cuyos precios al igual que otras materias primas han subido enormemente en los últimos años. El fondo será colocado en bancos del extranjero para impedir que el dinero entre a Chile y pueda creer presiones inflacionarias.
Además, el nuevo fondo -anunciado por la presidenta Michelle Bachelet el 21 de mayo en su informe anual al país- financiará las becas de 2000 jóvenes técnicos para que realicen cursos en los colegios terciarios comunitarios de Estados Unidos y de otros países industrializados, y también contratará a 100 científicos internacionales para enseñar en las universidades regionales de Chile.
¿No temen una fuga masiva de cerebros?, le pregunté a Foxley, señalando que muchos de los 6,500 estudiantes que cursarán estudios de posgrado en Estados Unidos y en Europa tal vez no regresen al país.
''No nos importa que no vuelvan a Chile inmediatamente'', dijo Foxley. ``Si uno mira lo que ha estado pasando en India, verá que muchos ingenieros indios se han quedado durante diez años trabajando en Estados Unidos y luego han vuelto a su país para establecer nuevas empresas. Tenemos que pensar a largo plazo''.
Patricio Navia, un profesor de la Universidad Diego Portales y de la Universidad de Nueva York, dice que el fondo es una gran iniciativa, cuyo éxito no está garantizado.
``La implementación va a ser mucho más complicada que la iniciativa, porque para enviar a esa gente al exterior los procesos de selección van a ser realizados por el sector público, que tiene grandes problemas de eficiencia. Pero en tanto puedan mantener un proceso de selección transparente, será un éxito''.
Mi opinión: es cierto que el éxito del plan no está garantizado. En el 2003, Chile anunció que se convertiría en la primera nación latinoamericana que adoptaba el inglés como idioma de enseñanza obligatoria para todos los escolares a partir del quinto grado, y los chilenos todavía están esperando que eso ocurra. Según funcionarios oficiales, todavía no hay suficientes maestros de inglés para implementarlo.
Pero esta vez, el dinero ya está disponible, y hay varias razones para pensar que el nuevo fondo es una buena noticia. Primero, es maravilloso que Chile use su superávit de exportaciones para financiar la educación y la innovación, porque esa es la mejor manera de convertirse en un país del Primer Mundo. En segundo lugar, me parece fantástico que se concentren en la Ingeniería, la Ciencia y la Tecnología, porque esas son las carreras que, tal como lo han demostrado China e India, contribuyen más a que un país pueda producir bienes de mayor valor agregado. En tercer lugar, es una excelente idea que el fondo sea depositado en el exterior, lejos de las tubulencias económicas y políticas internas.
Entre tantas noticias que le hacen a uno a veces perder las esperanzas sobre la modernización de América Latina, ésta es una que le hace a uno recobrar la fe en el futuro de la región.
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