Lucrativo negocio de celulares para Cuba
JUAN CARLOS CHAVEZ
El Nuevo Herald
Bajo la sombra de la contratación libre de celulares en Cuba y la autorización del gobierno de Estados Unidos para que los estadounidenses puedan enviarlos a la isla, un grupo cada vez más numeroso de comerciantes particulares de teléfonos móviles está observando un alza importante en sus ganancias.
Aunque no hay datos oficiales disponibles sobre el número de teléfonos celulares vendidos, los propietarios y dueños de negocios en el sur de la Florida coinciden que la actividad se muestra favorable.
"Ahora los teléfonos [celulares] para Cuba se han convertido en una parte muy importante de nuestras cuentas, a muchos nos salvó de caer de bruces'', afirmó Juan Echeverri, el dueño de Cellutrade U.S. Inc. La compañía incrementó sus ventas de teléfonos desbloqueados, que luego son conectados en cualquier red celular, de 12 a 35 equipos semanalmente.
El precio de los celulares a nivel local también ha servido para activar la demanda. Así, mientras que en Cuba un modelo Nokia o Sony Ericsson puede costar $280, en las tien-das surfloridanas se ofrecen teléfonos portátiles de la misma marca por debajo de $150.
"Yo compré un Motorolla de uso en $70 y un bluetooth'', dijo Xiomara Valdés, una cubana de 41 años, residente de Hialeah. Valdés planea enviar el teléfono a una hermana menor que vive en La Habana, así como el accesorio de $39.99 aprovechando el viaje de un conocido a la isla.
Antes de que empezara la eliminación de prohibiciones excesivas en Cuba a fines de marzo, la venta de celulares sólo fluía en el mercado negro debido a que estos artículos estaban reservados, desde 1991, a mpresas y ciudadanos extranjeros mediante la modalidad de prepago en pesos cubanos convertibles (un peso convertible equivale a $1.08).
La adquisición de un celular para los ciudadanos cubanos es aún una operación costosa en un país cuyo salario promedio es de 408 pesos cubanos mensuales (unos $17).
El anuncio hecho por el gobierno de Raúl Castro el pasado 14 de abril de que se permitiría a los residentes de la isla la compra y uso libre de teléfonos personales, o registrar los que hasta ahora estuvieron siendo utilizados de forma ilegal, le ha inyectado más trabajo a Mario Avila, un técnico del suroeste de Miami que desbloquea celulares.
"Básicamente es como si abriéramos un candado. Es la única forma de hacer funcionar el teléfono en Cuba'', aseguró Avila, quien en promedio modifica más de una docena de celulares por semana a $30 cada uno, dependiendo de las especificaciones y características del modelo.
Un año atrás, Avila desbloqueaba alrededor de seis celulares cada 30 días.
"Ahora tenemos muchos pedidos. La gente quiere mandar un teléfono allá [para Cuba] para hablar directamente con sus familiares'', señaló.
La estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) y Cubacel, que detenta el monopolio de la telefonía móvil, no mantiene contrato con ningún proveedor de servicios de celulares en Estados Unidos.
Por esta razón resulta necesario desbloquear los teléfonos y asegurarse de que el modelo escogido tenga un ancho de banda de 900 mHz, el sistema estándard de comunicación en Cuba que incorpora tecnología digital mediante la norma GSM (sistema global para comunicaciones móviles).
ETECSA anunció que a fines de diciembre serán desactivadas todas las líneas que operan con el circuito de transmisión antiguo, conocido por las siglas TDMA (acceso múltiple mediante división del tiempo), "para que los usuarios disfruten de las bondades de la norma GSM'', según un reciente comunicado.
Así las cosas, desde que fue autorizado para el público el servicio de telefonía móvil en Cuba más de 8,000 aparatos han sido activados en la red y las autoridades calculan que en el 2013 habrán 1.4 millones de líneas portátiles. Asimismo, en el sistema celular figuran como abonados un total de 331,270 usuarios, pero sólo 198,252 aparecen como clientes fijos (sin uso de tarjetas prepagadas).
No obstante, la isla ocupa el último lugar entre los países de América Latina en cuanto a acceso telefónico móvil (0.2 por habitante).
Pedro Arrocha, dueño de Caribbean Communication & Cellular Corp, en Miami, comentó que muchos de sus clientes que envían celulares a Cuba buscan modelos con tecnología de avanzada.
"Ellos quieren aparatos con cámara, música y juegos. No se limitan'', apuntó el hombre, quien vende a la semana un promedio de 36 teléfonos personales para Cuba en los dos negocios administrados junto a su esposa Carmen.
La cifra representa un alza significativa en sus cuentas, si se compara con los 20 teléfonos modificados que vendía al mes antes de la liberación de las prohibiciones.
Sin embargo, el viraje en relación con la política que permite el envío de celulares es visto con una dosis de escepticismo por los dueños de agencias de viajes y despacho de mercancías a territorio cubano. Estas empresas mantienen un litigio con el Estado de la Florida, que intenta exigirles depósitos en garantía hasta de $250,000 además de otras disposiciones.
"Con tanta restricción en disputa no creo que las agencias se animen a enviar celulares hasta que la situación con Tallahassee se resuelva'', dijo Mario B. Romero, dueño de Cojimar Express Services. Romero añadió que la autorización del presidente Bush sobre los celulares, lejos de ayudar a la transición democrática en la isla, favorecerá el trabajo de gente inescrupulosa como las ‘mulas', es decir, personas que via- jan a Cuba llevando paquetes y mercancías sin ninguna supervisión.
El 20 de mayo, Bush autorizó el envío de celulares a Cuba e informó que cambiaría las regulaciones vigentes para permitir que los teléfonos puedieran comprarse y abonarse su cuenta desde Estados Unidos. El gobierno cubano no ha reaccionado oficialmente a esta medida, aunque ETECSA tiene control absoluto sobre el servicio de telefonía celular dentro del territorio nacional.
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