lunes, noviembre 03, 2008

¿Qué pasará si gana Barack Obama?

Andres Oppenheimer

Si las encuestas están en lo correcto y el candidato demócrata Barack Obama gana las elecciones de Estados Unidos, he aquí dos posibles escenarios de lo que podría ocurrir con su gobierno. Los invito a que decidan cuál de las dos proyecciones es la más probable.

La perspectiva optimista: Después de recibir un llamado de felicitación de su rival republicano John McCain en la madrugada del miércoles 5 de noviembre, Obama aparece en la televisión nacional rodeado de un equipo de superestrellas económicas y políticas. Con el billonario Warren Buffet, el ex director de la Reserva Federal Paul Volcker, los ex secretarios del Tesoro Bob Rubin y Larry Summers y el ex Secretario de Estado Colin Powell parados detrás de él, Obama pronuncia un discurso ultraconciliador.

Luciendo feliz pero sereno, Obama dice que su gobierno producirá ''un cambio real y duradero'', y anuncia que reclutará a republicanos prominentes porque ``estamos enfrentando una monumental crisis económica que requerirá un supremo esfuerzo de unidad''.

Un nuevo viento de optimismo sopla de inmediato en el país, y en el mundo. La elección del primer Presidente negro de la historia de Estados Unidos es interpretada como una prueba de que el sueño americano aún sigue vivo. Los expertos estadounidenses en política predicen una luna de miel en las relaciones exteriores, señalando que a muchos paises islámicos o latinoamericanos les resultará muy difícil acusar a Obama de explotador imperialista del mundo en desarrollo.

A medida que transcurre la semana próxima, el optimismo crece cuando los periódicos informan que es probable que Obama designe al senador republicano Richard Lugar como Secretario de Estado, o a su colega --también republicano-- Chuck Hagel como Secretario de Defensa.

Fuentes del equipo de transición de Obama señalan que si Obama elige a Hagel, es probable que designe al gobernador de Nuevo México y ex embajador ante la ONU, Bill Richardson, como Secretario de Estado, lo que lo convertiría en el primer hispano en ocupar ese puesto. En Latinoamérica, muchos funcionarios celebran la posibilidad de que Richardson, que habla fluidamente español y que se siente como en su casa en la región, sea el nuevo jefe de la diplomacia estadounidense.

Las señales que emite el equipo de Obama aumentan la confianza de los consumidores norteamericanos, que hacen más compras navideñas de lo esperado. El mercado de valores empieza a subir lentamente ante las expectativas de mayores beneficios corporativos. El país está esperanzado en que saldrá de la crisis económica y recuperará su deteriorada imagen en el exterior.

La perspectiva pesimista: Obama gana por una diferencia aplastante el martes, y su partido demócrata obtiene una mayoría de 60 bancas a prueba de obstrucciones en el Senado, que le permitirá a los demócratas controlar a voluntad la agenda legislativa.

Aunque el discurso conciliador de Obama tranquiliza a los mercados, el mundo corporativo empieza a inquietarse cuando aparecen reportes de prensa según los cuales --a raíz de la crisis económica-- la nueva administración se dispondría a aumentar los impuestos máximos más allá del 39.6 por ciento sugerido durante la campaña presidencial.

El nerviosismo de la comunidad empresarial empeora poco después, cuando ya se han escrutado todos los votos para el Congreso, y Nancy Pelosi, la demócrata que preside la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anuncia eufórica que la aplastante victoria de Obama equivale a ``un mandato para poner en práctica la totalidad de agenda demócrata''.

Los empresarios están aterrados. Temen que el ala izquierda del Partido Demócrata tome las riendas del Gobierno, aprobando leyes que aumentan más de lo esperado los impuestos corporativos, una agenda antilibre comercio, y nuevas leyes que les darían enormes poderes a los grandes sindicatos.

Por primera vez en décadas, dicen los analistas de Wall Street, no hay un verdadero sistema de pesos y contrapesos en el Gobierno de Estados Unidos. El miedo generalizado a una agenda legislativa antiempresas y a un aumento potencialmente inflacionario del gasto público hace que la bolsa de valores sufra otra caída récord. Las compañías estadounidenses anuncian despidos en masa, el consumo cae dramáticamente, y la economía pasa de una recesión a una semidepresión.

Mi opinión: si Obama gana, gran parte de su éxito dependerá del margen por el que gana. Si es una victoria cómoda, pero no aplastante --digamos, si los demócratas obtienen en el Senado una mayoría de 56 bancas, pero no llegan a la todopoderosa mayoría de 60 bancas-- es probable que se dé la perspectiva optimista. Si es una victoria aplastante con una mayoría demócrata absoluta en el Senado, habrá más posibilidades de que se dé la perspectiva pesimista.

Tal como se vio durante los gobiernos de Reagan y Clinton, entre otros, Estados Unidos tiende a funcionar mejor cuando su Presidente tiene un Congreso opositor, y hay un equilibrio de fuerzas en Washington D.C. El gobierno de Obama no sería una excepción a la regla.

Walesa fustiga al gobierno de Hugo Chávez

Estudiantes universiarios portan una pancarta con las imágenes, de izquierda a derecha, del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, el ex presidente cubano Fidel Castro y el venezolano Hugo Chavez, en una protesta el viernes 31 de octubre del 2008 durante la XVIII Cumbre Iberoamericana en San Salvador.
Esteban Felix / Foto AP
Estudiantes universiarios portan una pancarta con las imágenes, de izquierda a derecha, del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, el ex presidente cubano Fidel Castro y el venezolano Hugo Chavez, en una protesta el viernes 31 de octubre del 2008 durante la XVIII Cumbre Iberoamericana en San Salvador.

El premio Nobel de la paz Lech Walesa criticó el lunes al presidente venezolano Hugo Chávez por sus tendencias de izquierda, al señalar que su gobierno debería de aprender de la experiencia polaca sobre los daños que puede traer el comunismo.

"Las ideas del equipo de gobierno (en Venezuela) son ideas muy malas", dijo Walesa, ex presidente de Polonia.

"Yo soy la mejor prueba de que el comunismo cayó porque era un sistema malo, e introducirlo ahí (en Venezuela) es el mayor error cometido en la región", dijo en una entrevista televisiva.

Walesa, de 65 años, decidió no asistir a un foro por la democracia realizado esta semana en Venezuela, organizado por estudiantes opositores, luego de que las autoridades le dijeron que no podrían garantizar su seguridad.

Walesa lo interpretó como una señal de que no sería bien recibido.

"Hay comicios próximos ahí y algunas personas me tienen miedo", dijo Walesa. El también ex líder sindical señaló que su voz es escuchada en Venezuela, porque algunos miembros de la oposición son sus amigos y lo invitaron al foro.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Venezuela para Europa, Alejandro Fleming, negó que Walesa no fuera bien recibido en Venezuela.

Walesa, quien al frente del movimiento pacífico Solidaridad derrocó al gobierno comunista en la década de 1980, recibió el premio Nobel de la paz en 1983.

Chávez ha buscado una relación más cercana con Rusia y Cuba, en tanto que los lazos entre su gobierno socialista y Washington se encuentran en mal estado.

Desde que fue reelecto en Venezuela en 2006, Chávez ha nacionalizado empresas eléctricas, impuesto el control del gobierno en proyectos petroleros y retirado a su país del Fondo Monetario Internacional.

Chávez también ha reprimido a las estaciones de televisión que lo han criticado y propuesto un referendo sobre cambios constitucionales que centralizaría el poder en su presidencia y retiraría los límites a la duración de su mandato.

Venezuela realizará elecciones estatales y municipales el 23 de noviembre.

En 1990, Walesa se convirtió en el primer presidente electo por voto popular de Polonia, pero perdió un intento para ser reelegido ante el ex comunista Aleksander Kwasniewski.

Walesa ha viajado desde entonces por el mundo, hablando sobre su papel en la transición incruenta de Polonia hacia la democracia, visitando Venezuela en varias ocasiones.

La recta final en la batalla por la Casa Blanca

El Partido Republicano lanzó el domingo una campaña de llamadas telefónicas automáticas a millones de electores en estados indecisos en que se escucha a a Hillary Clinton en las primarias calificar a Barack Obama de demasiado inexperto para postularse contra John McCain.

Obama, mientras tanto, lanzó un anuncio político de 30 segundos por televisión en que contrasta el respaldo que recibió del inversionista multimillonario Warren Buffett y del general retirado Colin Powell con el apoyo otorgado a McCain por el impopular vicepresidente Dick Cheney.

Mientras ambas campañas tratan de energizar a los electores en los últimos dos días de la carrera, McCain batallaba el domingo por un repunte en Pennsylvania, New Hampshire y Florida, mientras Obama pasada el día en Ohio.

El estado de ánimo de las dos campañas era marcadamente diferente.

McCain y su equipo se mostraban desafiantes. En Wallingford, en las afueras de Filadelfia, los altoparlantes tocaban el tema de Rocky mientras McCain subía al escenario en el gimnasio de una secundaria para dirigirse a unas 2,000 personas.

"Permítanme hablarles directamente sobre el estado de la carrera hoy'', dijo McCain. "Quedan sólo dos días, estamos un par de puntos atrás en Pennsylvania. Los expertos nos han descartado, como han hecho antes. Pero, amigos míos, aquí estoy''.

McCain también programó una reunión pública en New Hampshire, donde desde hace mucho tiene una fuerte red de apoyo pero ahora está a la zaga de Obama por 10.7 puntos porcentuales, según el promedio de encuestas estatales deRealClearPolitics.com. "Vamos New Hampshire porque pensamos que podemos ganar'', dijo Mark Salter, asesor de McCain.

Obama y su campaña derrochaban confianza.

"Dos días'', dijo Obama a 60,000 partidarios en Columbus, donde comenzó el día, antes de una presentación por la noche en Cleveland con el cantante Bruce Springsteen y un mitin nocturno en Cincinnati. Aunque Obama pidió apoyo a sus partidarios, diciendo: "No crean por un minuto que entregaremos el poder sin batallar'', agregó: "Llegó nuestra hora. Nos impulsa el saber que estamos en lo correcto''.

La campaña de llamadas del Comité Nacional Republicano, aprobada por la campaña de McCain, presenta las palabras de Hillary Clinton restándole importancia a la experiencia de Obama y el significado del discurso que pronunció en el 2002 oponiéndose a la invasión de Irak. Clinton ha hecho campaña a favor de Obama en todo el país desde el verano.

"En la Casa Blanca no hay tiempo para discursos y capacitación'', dijo Clinton entonces. "El senador McCain lleva a la campaña su gran experiencia y el senador Obama lleva a la campaña su discurso del 2002.

Kathleen Strand, portavoz de Clinton, emitió una declaración en respuesta a la campaña de llamadas de los republicanos.

"La senadora Hillary Clinton no aprueba ese mensaje y mientras recorre el país, ha dejado en claro repetidas veces quién es su candidato. El boleto McCain/Palin sólo ofrece más de las políticas fallidas, mientras que el boleto de Obama/Biden ofrece la visión, el liderazgo y las soluciones positivas que necesitamos. Me pregunto por qué los republicanos no están usando esas palabras''.

Mientras tanto, la campaña de McCain trabajaba a toda máquina en Pennsylvania. McCain confía en una combinación de galvanizar a la base republicana y encontrar a suficientes demócratas que respaldaron a Hillary Clinton pero todavía no están listos para votar por Obama. Pero las encuestas estatales muestran a Obama a la delantera por un promedio de siete puntos.

En Columbus, los partidarios de Obama abuchearon el nombre de Cheney. Obama señaló que Cheney dijo que estaba ‘‘encantado'' de apoyar a McCain, y aludiendo a la característica sonrisa sardónica del vicepresidente, dijo: "Ustedes nunca han visto a Cheney encantado antes, pero sí lo está'', dijo, provocando risas entre los asistentes. "Eso es difícil de entender''.

Obama dijo que McCain se había ganado el apoyo de Cheney con su apoyo a la guerra en Irak y a las políticas económicas del presidente Bush.

Argentina, tierra arrasada

Con problemas de caja y de credibilidad, los Kirchner enfrentan un escenario político y económico muy complicado.
Cuando Néstor Kirchner anunció el pago al contado de toda la deuda al FMI argumentó que Argentina estaba en una política de desendeudamiento, con esta medida, supuestamente, liberaba al pueblo argentino de la opresión del FMI. Hoy no saben cómo hacer para enfrentar los vencimientos de deuda, la que, como siempre digo, la han llevado por encima del nivel que tenía en diciembre de 2005. El resultado del genial manejo de la deuda pública es que Argentina quedo fuera del mercado internacional y terminó en las manos de Chávez que, para ayudar al pueblo argentino, le compró bonos a los Kirchner a tasas propias de default. Dejamos de pagar deuda a tasas bajas para tomar más deuda a tasas más altas. Una forma muy particular de entender la política de desendeudamiento y de ayudar a la población, a la que ahora quieren someter a una nueva confiscación para pagar el supuesto desendeudamiento.


Cuando Cristina se lanzó con la resolución 125, primero argumentó que era para diversificar la producción agropecuaria. Claro que nunca aclaró que la producción ganadera y láctea había sido destruida por los manejos del señor Moreno. Como ese argumento era muy burdo, luego salió la secretaria de medio ambiente a argumentar que había que castigar la producción de soja para conseguir un mejor equilibrio ecológico. Causó tanta gracia el argumento que, finalmente, después de 90 días de ir cambiando de explicaciones para semejante atropello, Cristina dijo que lo que se obtuviera de ingresos adicionales iban a ser destinados a planes sociales. Otra vez, surgía la línea de argumentación de que la expoliación al sector privado era para hacer solidaridad y beneficiar a la población. Para ellos siempre queda bien esconder los atropellos contra los derechos de la población sacando a relucir la bandera de lo “social” y “solidario”.

Ahora, la expropiación a la que pretenden someter a los que aportaron a las AFJP se escuda en el argumento de que es para defender a los jubilados y a los trabajadores del sistema de capitalización, el cual, según el gobierno, ha fracasado. Para los Kirchner el sistema estatal de reparto es superior al sistema de capitalización. Pero viendo que la medida está teniendo muy baja receptividad en la gente, resulta que salen con el argumento que la expropiación de los $ 98.000 millones no es una estatización sino que es un cambio de administrador de dichos fondos. Si esto es así quiere decir que no es que el sistema de capitalización sea malo sino que los malos son los que administran las AFJP. De acuerdo a los nuevos dichos de Cristina, uno debería concluir que no desaparece el sistema de capitalización, solo cambia el administrador de los fondos y, por lo tanto, el sistema de capitalización no había fracasado como dijeron en un primer momento.

Ahora viene un tarifazo en energía que el ministro de Planificación, Julio De Vido, explicó con las siguientes palabras: “Con las medidas hoy anunciadas estamos siendo justos, promoviendo la redistribución del ingreso. Esto nos permitirá elevar el nivel de vida de la gente y apuntalar el crecimiento de la Economía”. Otra vez el argumento sensiblero de la solidaridad y la justicia redistributiva para esconder la realidad de una caja que agoniza. Además, si la medida es tan solidaria, ¿por qué no la adoptaron antes? Llevan 5 años y medio en el gobierno incrementando los subsidios para no tocar las tarifas, ¿y recién ahora se acuerdan que el camino inverso es el solidario? Y eso que el precio del barril del petróleo bajó, sino los problemas de caja que tendrían serían mucho mayores.

Con esto quiero mostrar que los Kirchner se lanzan a hacer cosas sin medir las consecuencias, y luego, cuando ven que la gente los rechaza, empiezan a enredarse en las argumentaciones hasta terminar en el ridículo, aumentando la falta de credibilidad en que han caído y dejando en evidencia que las medidas que van tomando son para esconder la realidad. Le pagaron al FMI para sacarse al auditor de encima porque de lo contrario no podrían estar dibujando el IPC de la forma en que lo hacen. No pueden transparentar el INDEC porque la deuda les estallaría y descubriríamos que las políticas progresistas de los K han disparado la pobreza e indigencia. Y confiscan los ahorros que son propiedad privada argumentando, primero que no eran propiedad privada y luego que son propiedad privada pero cambia el administrador, cuando en rigor lo que necesitan es plata para mantenerse en el poder.

Antes, subir las tarifas de energía era propio del neoliberalismo salvaje. Ahora el tarifazo es una política de solidaridad social.

Argentina tiene una población sumamente pendular en sus opiniones. A quienes endiosa en un momento, luego los descalifica sin piedad, particularmente cuando llega la época de las vacas flacas. Cuando se acaba la fiesta del consumo artificial, también se terminan la admiración y el apoyo.

Los Kirchner han entrado, a mi juicio, en esta etapa. Ya nadie les cree ni aquí ni afuera. En el exterior han quedado totalmente aislados, al punto que un presidente progresista como Tabaré Vázquez acaba de vetar a Néstor como presidente de UNASUR, mientras otro progre como el presidente Español, está que trina.

Los Kirchner han perdido el respeto de la población y están perdiendo la caja. Y en su desesperación por tener más caja han creado un escenario de pánico en la población. La gente se pregunta si habrá otro corralito, si no irán por las cajas de seguridad. ¿Hasta dónde piensan llegar? se preguntan. Es que ven como quisieron confiscar el ingreso de los productores agropecuarios y ahora los ahorros de la gente. Esas dos medidas han sido letales para el matrimonio gobernante porque no hay economía que pueda funcionar si la gente no confía en sus gobiernos. Y los Kirchner, mal que les pese, han caído en un tirabuzón de desconfianza.

¿Qué podemos esperar hacia delante? Los Kirchner no van a dar marcha atrás y reconocer sus errores, por lo tanto no se recuperará la confianza en los consumidores ni en los inversores. Ante los problemas internos más un escenario económico exterior con viento de frente, seguramente estarán dispuestos a llevar a cabo cualquier confiscación de activos y flujos que puedan. Esto irá agravando la crisis económica hasta niveles insospechados, y dependiendo de cuánto dure esta política, pueden llegar a dejar a la Argentina como tierra arrasada. © www.economiaparatodos.com.ar

El apogeo del retroceso

El proyecto de estatización de las AFJP sienta jurisprudencia para que el Gobierno recurra al dinero de la gente según sus necesidades coyunturales.

No hay duda de que son días complicados, quizás mucho más de lo que se observa a simple vista, o posiblemente, de una problemática más seria que la que pretenden hacer creer a la ciudadanía. Aquel escenario que se adjetiva “negro” no pasa únicamente por la estampida del dólar la Bolsa de Comercio.

Está claro que el tema con las AFJP divide las aguas en la ciudadanía. No se lo trata, lamentablemente, como una causa común: hay quienes no están satisfechos con la actitud del gobierno pero, simultáneamente, cuestionan la ineficacia de las administradoras privadas. Es decir, entienden que algo debe hacerse al respecto pero distan considerablemente de adherir a la metodología kirchnerista: o sea, “la legitimación del saqueo”.

Por otra parte, están aquellos que no se detienen a analizar la conducta de las entidades administrativas, y ponen el énfasis de su reclamo en el avance oficial sobre fondos particulares y privados. Estos, seguramente, ven más allá de esta medida, un avance sin freno del kirchnerismo para llenar las arcas con las cuales hacer frente a los compromisos del 2009, entendiendo claro que la prioridad está en el advenimiento de los comicios. Otro sector se siente ajeno a todo aquello, y son pocas las voces que se alzan para mostrarles el error. O tal vez son muchos los medios que no se hacen eco de esa alocución.

Ahora bien, si caemos en la polémica acerca de quién administra mejor los fondos previsionales, y no atendemos el marco y el modo con el cuál se está llevando a cabo la institucionalización del atraco, se corre el riesgo de perder, peligrosamente, el foco del conflicto por el que atravesamos. En consecuencia, el Gobierno obtendrá una supuesta “victoria”, y es allí donde se centra lo grave del tema. Pues, ese “triunfo” oficial no es sino una derrota de y para la sociedad.

Con esta premisa, estamos diciendo que la puja que se está dando es, ni más ni menos, que entre el gobierno y los ciudadanos. Y aunque no sea la primera vez que suceda, plantearlo de esta manera puede resultar extremista cuando, en rigor, es la realidad en sí misma. Las AFJP – aún sin inocencia en su haber – son o debieran ser un intermediario a considerar y juzgar después de dilucidar cómo evitar el saqueo.

Y es que los fondos que pretenden se queden a “resguardo” del Estado, son los depósitos que han hecho -con miras a su retiro laboral-, los ciudadanos. Es así aún cuando éstos no puedan hacerse de ellos en forma tangible y concreta. Es decir, el hecho de no poder retirar los billetes y guardarlos en el bolsillo o en la cartera, a lo mejor, torna difusa la comprensión de la propiedad que tiene el pueblo sobre aquello que está a punto de ser usurpado con aval parlamentario. Parece apenas un traspaso de dinero, de unas manos ineficientes a otras inoperantes, y sospechosas. Como sea, se trata de un manejo arbitrario y prepotente del poder político, inadmisible en el contexto democrático que hace apenas unos días se ha festejado.

Pero la gravedad de la situación va más allá de la hegemonía del matrimonio presidencial, y su avance sobre el régimen constitucional. La maniobra en cuestión sienta jurisprudencia para que el Gobierno recurra al dinero de la gente según sus necesidades coyunturales.

Hoy son las AFJP pero mañana pueden ser las cajas de ahorro, los depósitos, etc. Porque los argumentos que pretenden calmar los ánimos son demasiado abstractos: los bancos están fuertes hasta que dejan de estarlo, y las reservas se esfuman a diario. Sin ir más lejos, desde la asunción de Cristina, 4500 millones se han evaporado.

La complejidad de esta situación lleva, a veces, a planteos que, paradójicamente son funcionales al oficialismo porque no se trata de ver en el horizonte al comunismo irrumpiendo en la Casa Rosada, ni de Marx o Lennin remplazando a Hegel, filósofo que, según su propia confesión, guía a Cristina. Se trata, más sencillamente, de una estructura de poder que ante el descalabro pretende fortalecerse, y en vez de buscar establecer políticas de Estado concretas y consensuadas, ejecuta una suerte de robo comando.

Tal es la infraestructura que pone en juego para ello, que es difícil desenmarañarla y frenarla antes de consumado el asalto. El bloque oficialista copa los micrófonos y el aparato comunicacional, distrae. La ANSES aporta el vehículo, obra cual transportadora de caudales, y los Kirchner se lanzan a la oratoria desde atriles diferentes pero con la misma retórica: “No se trata de estatizar los fondos”. Casi a dúo sonó la excusa en Ecuador y en Florencio Varela.

Justificación forzada por la medida tomada por el juez Griesa en Norteamérica. Medida que no entraremos a analizar pero que tiene una lectura implacable por demás: hasta los foráneos se han dado cuenta del modo cómo el gobierno pretende hacerse del dinero del pueblo. La imagen del país sigue, consecuentemente, en su apogeo. Es decir, en el apogeo del retroceso.

Ante estas circunstancias, más otras cuantas que se suman a lo cotidiano, y que no admiten tanto maquillaje ni fogoneo: la inseguridad, el malentendido garantismo jurídico, la salud pública colapsada, la educación vilipendiada, la inflación de la cual ya casi ni se habla…, etc.; el país se va deshaciendo, y 25 años de democracia aparecen entonces como un motivo de festejo pero también de nostalgia.

Nadie cuestiona los elogios que cosecha la siembra del líder radical contemporáneo por antonomasia, pero es extraño que nadie recordara aquella hiperinflación que fue devastadora para el doctor Raúl Alfonsín, aun cuando es digno rescatar su sinceridad frente a la crisis. En lugar de negarla interviniendo el INDEC, dio un paso al costado, y hoy, ese hecho, se destaca y merece reconocimiento.

Lo cierto es que si Alfonsín, se convirtió en el icono democrático, habría que atender sus palabras, aunque deberían ser obvias o advertirse en su ejecución diaria. Porque, qué sorprenda y se destaque el pedido de diálogo al que aludió el ex Presidente en su último discurso, es revelador de una actualidad irreverente.

¿En qué país democrático, medianamente serio, la comunicación entre los diferentes sectores e incluso entre oficialismo y oposición no es una práctica fundacional de esa democracia? ¿Puede haberla si no existe el intercambio de ideas y posiciones? No se trata únicamente de que existan debates parlamentarios, en ocasiones, más parecidos a monólogos entre sordos, sino al entrecruzamiento de criterios objetivos y razonamientos precisos para enriquecer aquello que desea implementarse como ley en lo sucesivo. Esta actitud, lamentablemente se rescata en unos pocos.

Por todo lo dicho, en estas circunstancias, lo que está en juego no son simplemente los fondos previsionales sino la continuidad, y el avance de un sistema que dista de ser aquel que se ha instaurado hace 25 años. Quizás eso explique la melancolía que generó el aniversario y sea, a su vez, lo que revele por qué Raúl Alfonsín y algunos de sus seguidores en el cargo, parecen hoy grandes próceres y estadistas intachables que no han cometido errores ni arbitrariedades pese a que han sido y son humanos.

Y es que al lado de quienes han llegado a Balcarce 50 hace casi seis años, el hombre capaz de alzarse como el artífice del cambio hace un cuarto de siglo puede incluso ser comparado con cualquier prócer magno, sin que se recuerde cómo, cuándo y a quién legó la banda, el cetro y el mando.

Todo está trastocado por un presente de escándalo. La democracia debe entenderse como un ejercicio cotidiano y no como una mera apertura de urnas cada cuatro años. De no ser así, el viaje de Guatemala a Guatepeor puede ser tan corto que no da tiempo siquiera a percibir cuántas estaciones han pasado desde la partida hasta el andén donde hoy estamos varados. © www.economiaparatodos.com.ar

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