jueves, enero 08, 2009

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Ponzi, Madoff y Estados Unidos

Crisis del dólar

Ponzi, Madoff y Estados Unidos

Desde 1971, cuando Nixon declaró la inconvertibilidad del dólar con el oro, el único respaldo que le quedó a las diversas monedas fue la confianza. Si ésta se debilita, la divisa se hunde.

El esquema de venta piramidal desarrollado por Carlos Ponzi ha sido practicado por sucesivos gobiernos y empresas a lo largo de la historia, y como es natural siempre ha tenido un pésimo desenlace.

En la década de los 90, la economía argentina implementó este mismo sistema duplicando su deuda pública y admitiendo que el pago de los intereses de dicha deuda sólo podría mantenerse en la medida en que los inversores extranjeros siguieran adquiriendo nuevas emisiones de deuda. Pero cuando tales acreedores (como los organismos internacionales de crédito o incluso el Gobierno español) desistieron de continuar financiándola, el país experimentó la depresión más larga y más profunda de todo el siglo: impagó la deuda, confiscó los depósitos (corralito)...

Como correctamente explica Juan Ramón Rallo, el caso Madoff no fue diferente. Ofrecía una alta rentabilidad a los inversores, pero para poder pagarla necesitaba que otros inversores entraran en su fondo. Cuando la Reserva Federal elevó los tipos de interés y dejó a la economía sin liquidez, muchos inversores decidieron retirar su dinero del fondo y, como era de esperar, quebró.

La economía norteamericana sigue un camino similar. Su deuda pública la financian los inversores internacionales que buscan la seguridad que históricamente la ha caracterizado. Financiada principalmente por los gobiernos de Japón y China, Estados Unidos ha iniciado guerras y proyectos enormes de gasto que hoy agravan su crisis. Al enorme volumen de deuda pública también debemos añadir la emisión de dólares que realiza la Reserva Federal (ya que cuando lo hace para satisfacer la demanda extranjera de billetes verdes, es como si emitiera nueva deuda).

Que tal sistema continúe en pie depende de que los agentes económicos sigan demandando los dólares como moneda de referencia. Sin embargo, es de esperar que esto no ocurra por mucho tiempo. Por un lado, el sistema ya no es rentable. El tipo de interés de referencia está en el 0% y si finalmente hubiera inflación, incluso podría ser negativo en términos reales.

Por otro lado, el sistema tampoco es seguro, si consideramos que sucesivos acreedores han manifestado el deseo de dejar de financiarlo. Primero tenemos a China quien ha advertido de que no comprará la deuda pública americana de manera indefinida. Después a Japón, quien se ha desprendido de sus activos en dólares.

Y ahora se han sumado los países del Golfo (Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Qatar y Omán), quienes acumulan el 40% de las reservas de petróleo del mundo y han decidido abandonar el dólar como moneda de referencia y crear una divisa única para su bloque económico. Los interrogantes que algunos planteamos en 2006 hoy suenan con mayor intensidad.

Desde 1971, cuando Nixon declaró la inconvertibilidad del dólar con el oro, el único respaldo que le quedó a las diversas monedas fue la confianza. Si ésta se debilita, la divisa se hunde. Y si se abandona el dólar como moneda de referencia, se podría experimentar un cambio en el orden económico mundial.

En los últimos meses la libra se ha devaluado con respecto del euro. La paridad uno a uno está cada vez más cerca, lo que hace posible pensar en una integración entre estas dos monedas. Es la oportunidad del euro (quizás junto con la libra) de fortalecerse, desplazar al dólar y recuperar un rol central en la economía mundial, aunque para ello el Banco Central Europeo deberá evitar seguir las políticas que la Fed viene desarrollando y tomar medidas de libre mercado en materia monetaria, terminando con cualquier tentación de discrecionalidad.

Crisis financiera En defensa de la "codicia"

Crisis financiera

En defensa de la "codicia"

Sin el respaldo estatal y esta política de dinero artificialmente barato, los agentes económicos jamás se habrían lanzado a esta irresponsable orgía crediticia que está en el origen de la crisis. Y no lo habrían hecho, en parte, gracias a su afán de lucro

Con escasas y lamentables excepciones, todos los defensores de la libertad han señalado que la coacción sólo puede reducirse a un mínimo cuando se espera que los individuos, en general, se ajusten voluntariamente a ciertos principios morales. Por citar a sólo dos de ellos, Burke señalaba que "la idoneidad de los humanos para la libertad civil está en relación directa con la disposición a atar con cadenas morales sus apetitos; con la disposición a poner su amor a la justicia por encima de su rapacidad". Tocqueville, por su parte, aseveraba que "jamás existió una comunidad libre sin moral".

Es por ello que, a pesar de su provocativo titulo, el objetivo de este artículo no es tanto salir en defensa de nada excesivo –y la codicia, por definición, lo es–, sino salir al paso de ciertos lugares comunes o simples boutades que culpan, sin más, a un "desmedido" afán de lucro, indefectiblemente asociado con el libre mercado, de la enorme crisis financiera que estamos padeciendo.

Tal es, en mi opinión, el caso del diario El Mundo que, en un reciente editorial que califica a la codicia como "enemigo del año 2008", considera que "la especulación, el endeudamiento por encima de lo razonable, la búsqueda de dinero fácil y la falta de escrúpulos, alentado por la laxitud de las normas, son factores que explican el problema, pero sólo en parte. De hecho, si eso fuera todo, habría que darles la razón a quienes han reclamado un mayor peso del Estado en la economía y han acusado al capitalismo de haber inoculado el virus del cataclismo".

Aunque con esta última frase El Mundo trate aparentemente de distanciarse de quienes reclaman un mayor peso del Estado en la economía, lo cierto es que su editorial no termina de explicarnos, sin embargo, por qué los supuestos "excesos", anteriormente enumerados, sólo explican "en parte" el problema, ni tampoco por qué habría que darles la razón a los partidarios de un mayor intervencionismo público en el caso de que, por sí solos, sí explicasen la crisis en su totalidad. De hecho, aunque El Mundo reconoce que al capitalismo le debe Occidente "los mejores años de desarrollo y prosperidad", termina por acusar al mercado de "haber facilitado a la avaricia los cauces para prosperar".

Si bien El Mundo también reconoce que la codicia "bien encauzada puede ser un estímulo para la economía" –otro tanto podría haber reconocido también de su demonizada especulación–, su editorial ni reconoce ni culpa al intervencionismo público por haber protegido y alentado en su seno esos vicios morales. Sin embargo, ¿desde cuando "la especulación, el endeudamiento por encima de lo razonable, la búsqueda de dinero fácil y la falta de escrúpulos" no se pueden buscar y encontrar en la intervención del Estado en la economía?

Recordemos que la burbuja y la crisis financiera nace de un entorno en el que el dinero tenía y tiene un precio intervenido, y que son los Estados y las autoridades monetarias los que, en pro de una política supuestamente altruista de dinero barato, promueven un expansionismo monetario y crediticio, completamente ajeno al volumen de ahorro de la sociedad.

Por ceñirnos, concretamente, al caso de las crisis de las subprime, recordemos que Freddie Mac y la Fannie Mae son corporaciones federales –government sponsored enterprises, autorizadas y promovidas para facilitar prestamos a deudores de alto riesgo. Sin este respaldo estatal y esta política de dinero artificialmente barato, los agentes económicos jamás se habrían lanzado a esta irresponsable orgía crediticia que está en el origen de la crisis. Y no lo habrían hecho, en parte, gracias a su afán de lucro, que les habría hecho ser más prudentes y no cometer esos excesos que, a la larga, ponían en riesgo a sus negocios.

Sin embargo, la crisis no se origina en un marco de mercado libre, sino en un mercado intervenido por el Estado, que fija el precio del dinero y que envilece la actividad bancaria con privilegios que nada tienen que ver con los principios generales del derecho en los que descansa todo mercado realmente libre.

El afán de lucro por si sólo no explica nada, fundamentalmente, porque lo explica todo. Puede estar detrás de actividades sumamente beneficiosas para el conjunto de la sociedad, como estar detrás de sus más dañosas disfunciones. Tampoco explicamos nada adjetivándolo como "excesivo" o "moderado": el afán por convertirse en uno de los hombres más ricos del mundo –que como afán de lucro no está nada mal– puede revertir en un beneficio para toda la sociedad. Sin embargo, una afán tan modesto como poder llevarse algo mejor a la boca puede ser socialmente perjudicial si se busca a través de la coacción, el hurto o el engaño.

No nos quedemos, pues, en la mera denuncia del vicio moral, sino denunciemos también cual ha sido el cauce –en este caso institiucional– por el que ha circulado. Puestos a adjetivar moralmente al culpable de la crisis, denunciemos al codicioso intervencionismo.

Pelosi presiona a favor de plan económico

Pelosi presiona a favor de plan económico

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi presionó ayer a los legisladores del Partido Demócrata para que aprueben antes de mediados de febrero un costoso plan de recuperación económica, aunque los analistas pronosticaron al mismo tiempo un déficit presupuestario récord en los próximos años.

Pelosi insistió en las obras públicas y ambientalistas del plan de estímulo que diseña el Congreso y el presidente electo Barack Obama en respuesta a una de las recesiones más graves desde la Gran Depresión. La combinación del aumento del gasto público y reintegros fiscales costarán al erario casi $800,000 millones.

''Muchos se centrarán en su costo'', afirmó Pelosi a la Comisión Demócrata de Dirección y Política de la Cámara. ''Aunque no estamos hablando de pequeñas sumas, el proyecto es fiscalmente responsable porque producirá un dividendo fiscal al devolver el 40 por ciento del costo al Tesoro'', acotó.

Tras destacar que el plan incluirá gastos en obras públicas y de infraestructura, tecnologías de energía limpia, carreteras interestatales y mejora de las escuelas, Pelosi sostuvo que ``no se trata del proyecto de ley de obras públicas de la época de los abuelos''.

Pelosi pidió la aprobación del proyecto a más tardar para mediados de febrero. El lunes, el presidente electo Barak Obama había indicado que le gustaría que fuera aprobado para fines de enero o la primera semana de febrero.

Por su parte, y pese a la cuantía del gasto público y el déficit presupuestario, Obama prometió imponer la disciplina fiscal en los gastos federales aunque reconoció que los números rojos serán masivos en los próximos dos años debido al plan de estímulo. Algunos legisladores presionaron al Presidente electo para que adopte medidas que permitan reducir el déficit, una tarea mucho más apremiante tras anunciar ayer la Oficina Presupuestaria del Congreso que el déficit llegará a la cifra sin precedentes de $1.2 billones en el año fiscal 2009.

''Parte de la discusión que debe tener lugar ahora no es lo que debemos hacer ya, sino mirar al futuro, cómo lograr un presupuesto equilibrado y comenzar luego a encarar esta horrible, horrible deuda nacional que tenemos'', declaró el representante demócrata Dennis Moore.

Obama ve graves consecuencias sin su plan de estímulo

Obama ve graves consecuencias sin su plan de estímulo

El presidente electo de los Estados Unidos, Barack Obama, durante su reunión con su equipo económico en Washington, EEUU, hoy 6 de enero de 2009. Obama afirmó hoy que el país sufrirá un déficit presupuestario que superará el billón de dólares durante años, pero insistió en que es necesario el gasto para reactivar la economía.
EFE
El presidente electo de los Estados Unidos, Barack Obama, durante su reunión con su equipo económico en Washington, EEUU, hoy 6 de enero de 2009. Obama afirmó hoy que el país sufrirá un déficit presupuestario que superará el billón de dólares durante años, pero insistió en que es necesario el gasto para reactivar la economía.

El presidente electo Barack Obama dijo el jueves que la recesión podría "durar años" a no ser que el Congreso inyecte ingentes sumas del dinero de los contribuyentes en la economía.

"No creo que sea demasiado tarde para cambiar el curso, pero lo será si no adoptamos medidas contundentes lo antes posible", dijo Obama en un discurso que será pronunciado en la Universidad George Mason en Fairfax, Virginia, en las afueras de Washington. Parte del discurso fue difundida de antemano por su equipo de transición.

Fue el cuarto día consecutivo que Obama ha tratado el tema económico.

El discurso será pronunciado 12 días antes de asentarse en la Casa Blanca. Generalmente los presidentes electos se limitan a designar a los miembros de su gabinete y se mantienen en un segundo plano durante el periodo de transición hasta el 20 de enero, cuando juran el cargo. Empero, Obama ha utilizado la ansiedad reinante en el país sobre la situación económica y el deseo generalizado de un cambio en la Casa Blanca para insistir en el tema.

El panorama económico es sombrío y le ha dado la razón.

"Una mala situación podría tornarse mucho peor", dijo Obama, y mencionó un desempleo de por lo menos el 10% y la pérdida de un billón de dólares en actividades económicas - en una de las peores recesiones desde la Gran Depresión de la década de 1930.

Los consumidores y las empresas han retraído sus gastos ante el desplome del mercado de la vivienda, la contracción del crédito a nivel global y la crisis financiera, una de las peores desde los años 30. la recesión, que comenzó en diciembre del 2007, es la más duradera en un cuarto de siglo.

Correa mantiene una larga entrevista con Raúl Castro

Correa mantiene una larga entrevista con Raúl Castro y espera ver a Fidel

El presidente de Cuba, Raúl Castro (i), y su homólogo de Ecuador, Rafael Correa (d), pasan revista a las tropas hoy, 8 de enero de 2009, en el Palacio de la Revolución de La Habana, en la ceremonia de recibimiento al mandatario ecuatoriano quien lleva a cabo una visita oficial a la isla.
EFE
El presidente de Cuba, Raúl Castro (i), y su homólogo de Ecuador, Rafael Correa (d), pasan revista a las tropas hoy, 8 de enero de 2009, en el Palacio de la Revolución de La Habana, en la ceremonia de recibimiento al mandatario ecuatoriano quien lleva a cabo una visita oficial a la isla.

La Habana, 8 ene --(EFE)-- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, mantuvo hoy una larga entrevista con el gobernante cubano, Raúl Castro, en el inicio de su primera visita oficial a la isla como jefe de Estado, en la que espera poder reunirse con el jefe de la revolución, Fidel Castro.

''Hemos tenido una larga conversación con el comandante Raúl Castro, pero frente a una leyenda como él es muchas veces un regocijo sólo escuchar y aprender mucho'', dijo Correa a los periodistas tras participar en un acto ante el monumento al prócer ecuatoriano Eloy Alfaro en La Habana.

Rafael Correa fue recibido en ceremonia solemne por el presidente cubano y, a continuación, ambos mantuvieron un encuentro privado en el que abordaron la situación de las relaciones bilaterales y los campos de cooperación futura.

El presidente ecuatoriano indicó que se firmaron "importantes acuerdos'' de "toda índole'', que abarcan, entre otros, los campos de la ciencia, tecnología, deporte y educación, y manifestó su esperanza de que esos pactos se puedan plasmar en hechos concretos.

''Vamos a velar porque se cumplan esos convenios en beneficio de nuestros dos pueblos'', señaló el mandatario, quien añadió: "ojalá alguna vez lleguemos a tomar fotos no cuando se firmen los convenios sino cuando se han cumplido''.

En ese sentido, recordó el interés de su Gobierno por colaborar con Cuba en los sectores farmacéutico y de la biotecnología, donde "ya había convenios (...) para poner una fábrica de genéricos con asistencia técnica cubana en Ecuador'', dijo.

Hay "un convenio que tiene cuatro o cinco años pero, como tantos otros convenios en Gobiernos anteriores, tan sólo quedaron para la foto y para el archivo'', lamentó el presidente, que permanecerá en la isla hasta el próximo sábado.

Con relación a un eventual encuentro con Fidel Castro, que convalece de una grave enfermedad desde julio de 2006, Correa comentó: "eso habría que preguntárselo al comandante''.

''A mí me encantaría verlo, no sé cómo se siente en su salud, pero por supuesto que me encantaría verlo'', dijo.

El presidente ecuatoriano destacó el "inmenso significado'' que para él tiene el encontrarse en La Habana en las fechas en que se recuerda el 50 aniversario del triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro.

''No sé si así lo pensó el Gobierno cubano cuando nos invitó a esta visita de Estado, pero coincidir con el 50 aniversario de la revolución, la entrada de Fidel triunfante a La Habana, para nosotros es un alto honor y un privilegio'', afirmó.

Por otro lado, Correa manifestó su esperanza de que el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, cambie la "absurda'' política exterior de ese país y ponga fin al bloqueo que Washington mantiene contra la isla desde 1962.

''Ojalá que el nuevo presidente de EE.UU. dé muestras de que realmente va a haber un cambio en la absurda política exterior de Estados Unidos, al menos con respecto a Cuba'', dijo.

Correa agregó que "en otros aspectos también es bastante absurda'' la política de Washington, en referencia a "la ausencia de condena a la agresión de Israel a Gaza''.

El presidente ecuatoriano llegó anoche a La Habana al frente de una amplia delegación de su Gobierno, que incluye a los ministros de Relaciones Exteriores, Fander Falconí; Salud, Caroline Chang; Educación, Raúl Vallejo, y Cultura, Galo Mora.

En la agenda del presidente ecuatoriano figura una entrevista hoy con el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, y una conferencia que impartirá mañana en la Universidad de La Habana.

Además, tiene previsto visitar el sábado la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) y hacer allí su habitual programa de radio y televisión semanal.

Fuentes ecuatorianas consultadas por Efe señalaron que Correa también viajará a la ciudad central de Santa Clara para visitar el mausoleo al guerrillero cubano-argentino Ernesto "Che'' Guevara. EFE

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