lunes, enero 19, 2009

Más ideas sobre la supuesta crisis del capitalismo

Por León Gómez Rivas

Instituto Juan de Mariana

En los últimos días de diciembre asistí a un interesante coloquio en la sede del IESE de Madrid, dentro del llamado Foro Interdisciplinar Rafael Termes. Intervenían dos ponentes bien conocidos: Pedro Schwartz y José Luis Feito, moderados por el director de esta institución, Juan José Toribio, bajo el siguiente título: "¿Hay que refundar el capitalismo?"

La mayor parte de las preguntas estuvieron relacionadas con la crisis financiera, sus causas y posibles consecuencias; pero es un tema que me interesa menos, a pesar de que se abordó con especial calidad técnica, tanto por los ponentes como por su moderador (economista del Banco de España y presidente ejecutivo del FMI). Me interesaban más otras reflexiones, como la que proponía Feito sobre lo absurdo que resulta especular sobre la refundación del capitalismo, toda vez que nadie lo "fundó" en ningún momento conocido. Siguiendo un argumento hayekiano, explicaba muy bien que la organización económica que nosotros llamamos "capitalismo" es una de esas instituciones de las que se dota la sociedad humana después de un largo proceso de prueba, búsqueda y ajuste espontáneo. Sabemos que un sistema de mercados abiertos es el que mejor se adapta a la naturaleza del hombre; y conocemos desgraciadamente muy bien que las utopías planificadoras solo traen con ellas hambre, pobreza y pérdida de libertad. Lo cual no significa que nuestras economías de mercado sean perfectas, ya que sin duda es necesario corregir defectos o evitar malas prácticas.

También siguió un discurso desmitificador el profesor Schwartz, explicando que durante los dos últimos siglos ha habido muchas otras "crisis" del capitalismo, más o menos largas (existe una precisa medición econométrica sobre los tiempos de duración), de las que se ha salido también con mayor o menor agilidad. Pero, en cierta medida, hay que recordar que un componente esencial del sistema capitalista son precisamente estas crisis, que lo depuran, lo renuevan, e incluso a veces le permiten avanzar más rápido. Yo tampoco soy un experto en ciclos económicos (habría que recordar las ideas de Schumpeter; o que precisamente a Hayek le dieron un premio Nobel por sus estudios en este campo), pero si algo nos enseña la Historia es que el desarrollo humano es zigzagueante (Vico habló con enorme lucidez del corso e ricorso).

Dicho lo cual, me permito introducir algunas reflexiones personales sobre la situación económica actual. Yo creo que sí hay una crisis profunda, complicada y generalmente poco atendida: se trata de una crisis moral. Precisamente de la Moral que explicaba Adam Smith en su cátedra de Glasgow. Si algo tenían claro los filósofos y economistas de la Ilustración es que la naturaleza humana debe respetar unas leyes o principios básicos de comportamiento, y que existe una objetiva diferencia entre lo bueno y lo malo. Probablemente se equivocaron en la fundamentación de esos principios (lo cual estamos todavía pagando), pero sin duda criticarían con fuerza todos los comportamientos inmorales que estamos (tristemente) acostumbrados a ver en el mundo de las finanzas o la política. Robar, mentir, engañar no tiene nada que ver con ese "capitalismo" supuestamente "fundado" por aquellos pioneros del liberalismo.

Así pues, las recomendaciones que propongo son fáciles de comprender, pero más complicadas de llevar a la práctica. Es patente que una civilización en la que se respeten esos principios morales sin duda alcanzará unos mayores niveles de riqueza y solidaridad. Pero no como imposición de ninguna autoridad, sino como convencimiento personal de cada uno de sus miembros. Es la opción interior de cada individuo por un buen comportamiento lo que puede salvar nuestra sociedad de su decadencia moral. Aunque también es cierto que los gobiernos, los medios de comunicación o la Justicia podrían ayudar en este sentido: persiguiendo con diligencia conductas ilegales, fomentando la ejemplaridad como virtud cívica, evitando la reverencia social hacia el tramposo, o simplemente exigiendo que el ladrón devuelva lo que ha robado. Yo personalmente reniego de un sistema de mercado en el que el fraude económico resulte rentable y además bien visto: busquen ustedes en los escritos de los "fundadores del capitalismo" y encontrarán justamente lo que escribo.

Alguna consideración final más optimista, aprovechando que se inicia el año centenario del Mutatione monetae de nuestro Juan de Mariana. Pues recomiendo una vez más leer a aquellos maestros salmantinos que hablaron con gran perspicacia de una organización económica basada en los requisitos morales de la Justicia y el Derecho. Cuando Mariana criticaba las alteraciones en el contenido metálico de las monedas, o Azpilcueta explicaba por qué se producía la inflación al incrementarse la cantidad de plata proveniente de América, sentaron las bases de unos principios de organización económica que suponían previamente –y ante todo– otros principios de comportamiento moral sin los cuales (creían ellos y me temo que el tiempo les está dando la razón) los primeros no podrían subsistir. En este sentido, tal vez sí podríamos hablar de la necesidad de una "refundación" del sistema capitalista...

¿A quién debería pedirle consejo Obama?

¿A quién debería pedirle consejo Obama?: Jimmy Carter

Oval Office Meeting Por Ivan Eland

El Instituto Independiente

Ante un pedido del presidente electo Barack Obama, el presidente George W. Bush convocó a una complicada reunión de todos los ex presidentes vivos en la Casa Blanca para reunirse y presumiblemente aconsejar y alentar al novato. El lenguaje corporal de los participantes en la fotografía de la cumbre, tomada en la Oficina Oval, lo dijo todo.

El presidente electo estaba conversando amigablemente con George H.W. Bush, el padre del actual presidente. ¿Podrá ser que Obama estuviese felicitando al mayor de los Bush por su política exterior “realista”—de la cual el presidente electo afirma ser un simpatizante?

Justo junto a estos dos tortolitos políticos se hallaba otro harmonioso dúo. También disfrutando visiblemente de la compañía del otro, estaban los actuales paladines del intervencionismo militar estadounidense de izquierdas y de derechas—Bill Clinton y George W. Bush. Clinton fue un liberal wilsoniano que en términos numéricos fue el campeón de las aventuras militares, la mayoría de ellas por razones ostensiblemente “humanitarias”. Intervino militarmente o amenazó con utilizar la fuerza en Sudan, Afganistán, Haití, Somalia, Bosnia, Kosovo, Iraq y Corea del Norte. El Bush más joven, un neoconservador (un wilsoniano de derechas), fue el adalid en términos de enmarañar profundamente a los Estados Unidos de manera simultánea en dos innecesarios atolladeros para edificar naciones—Irak y Afganistán.

Apartado de los otros en la fotografía de la cumbre—y luciendo sumamente incomodo—estaba Jimmy Carter. ¿Podrá ser que el intervencionismo, real o profesado, de todos los demás lo volviese un poco aprensivo? Carter, si bien no fue perfecto—en seguir con la visión original de los fundadores de la nación—resultó ser militarmente más moderado que el resto. A pesar de que comenzó a suministrarle ayuda a los muyahidines afganos, su objetivo era fastidiar a los soviéticos y darles otro Vietnam. (Ronald Reagan, el sucesor de Carter, abrió más tarde las compuertas a la ayuda masiva, procurando ganar la guerra, y de ese modo posibilitó de manera mucho más significativa una futura amenaza para los Estados Unidos).

La única correría militar ostensible de Carter, que terminó en fracaso debido a la incompetencia de las fuerzas armadas de los EE.UU., fue el intento de rescate de los rehenes estadounidenses en la Embajada de los EE.UU. en Irán. Incluso esta misión exhibió moderación, cuando quienes tomaron a los rehenes y asaltaron a la embajada estadounidense, cometieron una acción que bajo el derecho internacional equivale a atacar suelo estadounidense. A pesar de que Carter podría haber llevado adelante un ataque militar de represalia contra Irán, supuso acertadamente que los rehenes diplomáticos habrían sido asesinados. Pese a que la misión de rescate falló, los rehenes fueron eventualmente liberados sin que los Estados Unidos hayan hecho concesión alguna a sus captores (a diferencia de la asombrosa venta del macho Ronald Reagan de armamento pesado a este mismo régimen radical iraní, que era un Estado que patrocinaba el terrorismo, como pago del rescate de los rehenes estadounidenses en el Líbano).

Carter es el más subestimado de los presidentes modernos—en verdad, usualmente recibe malas críticas. Sin embargo, la gente tiene problemas para recordar muchos detalles específicos acerca de por qué fue tan abominable. Usted no puede tener prosperidad y libertad si está siempre en guerra. Mientras que otros presidentes recientes han sido al parecer inconscientes de este hecho, la experiencia de Vietnam parece haber hecho que Carter se percatase de él. Carter utilizó conscientemente el poder militar de manera renuente y solamente como un último recurso. Los fundadores hubiesen estado complacidos. También devolvió la Zona del Canal—un trozo colonial estadounidense de Panamá—a sus dueños legítimos.

En el frente interno, Carter cometió algunos errores, pero también heredó la “stagflation” (expresión inglesa para la inflación acompañada del estancamiento de la economía) causada por la Guerra de Vietnam y las pobres políticas económicas de los presidentes anteriores. Al principio, la empeoró pero luego nominó a Paul Volcker como Director de la Reserva Federal. Volcker restringió la oferta de dinero, expulsó a la inflación de la economía y esta medida extrema contribuyó enormemente a la prosperidad de los años de Reagan y Clinton. (Lamentablemente, fue desastrosamente abandonada en la era de George W. Bush). Además, Carter fue capaz de reducir el gasto gubernamental como una porción del PBI e incrementó la eficiencia económica al desregular a las industrias del transporte, las comunicaciones, la energía y los servicios financieros.

Resumiendo, quizás Carter lució apartado en la fotografía del encuentro debido a que estuvo por encima del resto en su desempeño en el cargo. Obama parece encaminado a persistir con las políticas socialistas de George W. Bush en el país y las políticas realistas de George H.W. Bush en el exterior. Si bien las políticas realistas son mejores que las políticas intervencionistas wilsonianas de Clinton y George W. Bush, Obama parece que perseguirá una versión maximalista, en lugar de una minimalista, de las políticas de esa escuela. Ya está duplicándose en el pantano afgano y está dando señales de una mayor intervención militar en Darfur.

Pero Obama parece estar abierto a los consejos externos. En lugar de solamente enviar al exterior a Jimmy Carter en misiones humanitarias de paz, Obama debería invitar a Carter a una sesión a solas en la Oficina Oval y aprender del maestro moderno a practicar la política preferida de los fundadores de moderación militar. Obama podría aprender también que los beneficios domésticos podrían aumentar con la eliminación de la sobretensión de las fuerzas armadas de los EE.UU. en el exterior—por ejemplo, el mejoramiento en las finanzas y economía de la nación.

¿ECLOSIÓN LIBERAL?

¿ECLOSIÓN LIBERAL?


A primera vista podría decirse que, en Europa, el socialismo ha fracasado en todas sus modalidades. El siglo XX en Europa, puede denominarse el siglo del socialismo con un balance, tan concluyente, como desolador, en la práctica. Sin embargo, no parece que este fracaso haya desplegado aún todas sus consecuencias en los socialismos europeos. Una breve revisión de los hechos ocurridos parece corroborar de modo pleno estas afirmaciones.

En efecto, primero cayeron los socialismos de tipo antiautoritario, a los que se conoce como ácratas o anarquistas. Y así, para 1939, pese a la importancia que llegaron a tener en algunos países, como España, quedaron definitivamente arrumbados. Luego les siguieron los socialismos nacionalistas, denominados genéricamente fascismos, que declinaron a partir de la derrota militar alemana de 1945. Treinta años después cayeron las dictaduras corporativistas, de origen militar e inspiración pretendidamente cristiana, que gobernaron los dos países de la Península Ibérica hasta 1974 -Portugal- y 1975 -España-. Por último, en torno a 1990, se derrumbó el socialismo comunista, de inspiración marxista, que se había desarrollado en los países del Este continental, bajo la hegemonía de la extinta Unión Soviética. Aunque no puede olvidarse que el comunismo ha seguido sobreviviendo hasta el presente en algunos países africanos, en la América Hispana (señaladamente en Cuba) y en Asia, donde continúa siendo el régimen de China, Corea del Norte y Viet-Nam. Tras ellos, sólo se ha mantenido en pie el llamado socialismo democrático o socialdemocracia, que ha ido recogiendo en su seno los restos del naufragio de todos los demás.

Al hilo de esa sucesión de decepciones hay quien ha sugerido la posible eclosión del liberalismo como necesaria e inevitable consecuencia, si bien esto dista de estar tan claro como esas optimistas visiones proponen. La crisis final del comunismo en Europa en 1990, significó, entre otras muchas cosas, un golpe terrible para el pensamiento socialista, del que no parece que haya conseguido reponerse ni es fácil que lo llegue a hacer. De hecho, desde ese momento, los grupos políticos, movimientos y escuelas de pensamiento que se reclaman de la tradición socialista, incluida la socialdemocracia, atraviesan una grave crisis de identidad y de ideas. Ciertamente parece, a falta de ideas de mayor magnitud, que se han refugiado en la intensificación del estado de bienestar incorporando nuevos o más servicios sociales y avanzando en aspectos, que no en derechos, atípicos, “folclóricos” o puramente marginales, como sucede con la eutanasia, los matrimonios homosexuales u otra clase iniciativas.

Paralelamente al proceso descrito de caída de los distintos socialismos en Europa, surgieron reformulaciones liberales, sobre todo las realizadas por los autores de las llamadas Escuela Austriaca y Escuela de Chicago que, si bien inicialmente se habían mantenido en un segundo plano, empezaron a cobrar un auge notable a medida que los socialismos decaían. La presidencia de Reagan en USA (1983-1991), el éxito de las políticas económicas aconsejadas por la Escuela de Chicago, o el gobierno liberalizador de Margaret Thatcher en Inglaterra (1979-1990), fenómenos todos ellos producidos en los momentos inmediatamente anteriores al desplome del comunismo, preludiaron sin duda ese hundimiento.

Pero para que efectivamente se produzca un resurgimiento del pensamiento liberal será necesario algo más que el desastre práctico de los diferentes socialismos que habidos hasta ahora. Como dijo Revel, la caída del Muro de Berlín sucedió, pero sólo allí, no en las conciencias de la mayor parte de los europeos. Y la realidad nos demuestra que el ideario del socialismo ha terminado por impregnar a los más amplios y diversos sectores sociales y políticos de Europa y hasta de América. Los conservadores, los demócrata-cristianos, y hasta algunos grupos del liberalismo más clásico, se han visto invadidos por ideas y criterios socialistas. La integración como observador del Partido Demócrata USA en la Internacional Socialista, durante la presidencia de Clinton, la reconversión del liberalismo inglés en el actual conglomerado “liberal-socialdemócrata”, la adopción por los conservadores europeos, y de los españoles también, de pautas genuinamente socialistas, demuestran que el liberalismo necesitará de algo más que de la crisis del socialismo para resurgir.

La verdad, dicho sea con toda crudeza, a lo que realmente asistimos no es un auge del liberalismo sino a un auge del conservadurismo, sólo teñido de liberal, por la propaganda. Así, el norteamericano Bush, el francés Sarkozy, la alemana Merkel, el italiano Berlusconi, u otros, pese a su pretensión de revestir sus ideas y proyectos “como” liberalismo, no son liberales, sino conservadores. En realidad, lo que verdaderamente ha ocurrido, es que existe una adscripción puramente “nominal” al liberalismo desde el campo conservador e incluso, a veces, desde el ámbito del neosocialismo, como ha sucedido con Tony Blair . Y por eso, pese a los augurios triunfalistas de algunos, creemos que el liberalismo va a tener que seguir esperando aún su momento.

El Comentario de Dieter

NOTICIAS EN LA LIBERTAD

El Madoff venezolano

Miguel Ángel Santos
El Madoff venezolano

La premura de Chávez por realizar un referendo en febrero no obedece a razones económicas sino de tipo político, en un momento en que Venezuela presenta un récord de importaciones y una sobre-estimacion de las exportaciones petroleras.


Hace poco más de un mes, Madoff era dueño de una firma de trading y un hedge fund que se contaba entre los más exitosos de Estados Unidos. Hizo una larga carrera en Wall Street, llegando a ser Presidente del Nasdaq, una de esas figuras a las que siempre se recurría en busca de opinión y consejo.

Sus clientes incluían, entre otros ricos y famosos, a Steven Spielberg y Banco Santander; el tipo de referencias que a su vez atraen aún más clientes. Madoff era considerado una especie de Midas, un George Soros, que produjo a sus inversionistas retornos consistentes de dos dígitos aún en los peores tiempos.

Todos se preguntaban cómo era posible, muchos trataron de acercarse a él, fue visitado por los contadores de sus principales clientes e inclusive investigado dos veces por la Comisión de Valores de los Estados Unidos. Siempre salió adelante. Madoff era inaccesible. Mantenía bien sus secretos. Tras ser detenido en diciembre pasado por fraude, ha reconocido que "todo fue una gran mentira".

Su fondo de inversiones era sólo una pirámide, los retornos prometidos eran pagados con el dinero aportado por nuevas y sucesivas rondas de inversionistas. Hasta que esa base llegó a ser tal que no fue posible reunir una nueva cohorte tan grande como para financiar los retornos de la anterior.

Nuestro propio Madoff asegura que aún con el petróleo a cero aquí no habrá crisis. No importa que las importaciones representen 37% de la demanda interna, su punto más alto en los últimos 25 años. Tampoco que el petróleo represente 95% de nuestras exportaciones, otro tope histórico. Para eso tenemos un enorme fondo que hemos ido acumulando durante todo este tiempo, nadie sabe muy bien cómo, con el que podremos hacerle frente a la caída en los precios y salir incólumes.

Uno se sienta a sacar cuentas con los volúmenes reportados por las fuentes internacionales y los precios de la cesta venezolana, y descubre una sobre-estimación de nuestras exportaciones petroleras de más de veinte mil millones de dólares sólo en 2008. Siendo así, tomando en cuenta que estamos en niveles de récord de importaciones y salida de capitales, ¿cómo fue posible la acumulación de 40.000 mil millones de dólares?.

Además, en el supuesto negado, ¿en estos años no se ha pagado nada de ahí? ¿Están íntegros? Al igual que en el caso de Madoff, hay muchos analistas que, sin saber explicar muy bien esa enorme diferencia, insisten en que efectivamente esas son las magnitudes de las que dispone. Para ellos, Venezuela está produciendo lo que dice la Opep y no lo que dice Pdvsa, pero esos fondos de alguna manera se han ido acumulando allí. Es casi mágico, como Madoff.

Por eso este año no habrá crisis, aunque el petróleo promedie 45 dólares por barril, 50% menos que el año pasado. Es decir, la premura por hacer el referéndum en febrero no tiene un trasfondo económico, es sólo un capricho político. A la hora de las chiquitas, nuestro Madoff ordenará que nuestra ilusión de bienestar sea fondeada desde ese bolsillo. Algo así como Hitler ordenando movimientos de divisiones y tanquecitos de plástico en el mapita, a días de la caída de Berlín. Sí, sí, mi Führer. Todos mirándose las caras. Toda una gran mentira.

Renace el capital...de Marx

Paul Laurent
Renace el capital...de Marx


No sorprende que las ventas de la obra El Capital hayan aumentado, sobre todo si tenemos en cuenta que desde la izquierda a la derecha, se habla del colapso definitivo del libre comercio, tesis ésta que el autor cuestiona.


Un despacho de una agencia de noticias alemana refiere que las ventas de El Capital de Marx han aumentado considerablemente a raíz de la presente crisis financiera internacional. Ello no es de extrañar, sobre todo si advertimos que desde izquierdas (Lula y los Kirchner) a derechas (Bush y Sarkozy) se señala que estamos ante el definitivo colapso del laissez-faire, laissez-passer.


Que el Estado regulador haya fracasado nuevamente se toma como palpable muestra de que el mercado no puede regirse por sí solo. ¿Leyó bien? ¿Captan la incoherencia? Cómo puede naufragar lo que nunca ha estado en la mar. He ahí los coros de quien juzgaba que el orden burgués es funesto por llevar en su seno la apetencia por el lucro y la competencia.


Bueno, exactamente ello fue lo que Marx (y Engels) expresó en el Manifiesto comunista de 1847. Exactamente el año en que Marx recién se trasladaría a Inglaterra en la década del cincuenta de esa centuria, la ciudad donde haría sus "profundos" estudios económicos.


En ella redactará Das Kapital. En el mismo momento en que se estaba dando inicio a un completo replanteamiento teórico de la economía. Por ejemplo, en 1854 Gossen argumentaba que era absurdo concebir que desde el poder político se pueda concebir cada una de las necesidades de la gente. Después vendrían Jevons, Menger y Walras; en todos se incide en la constitucional relevancia que tiene el aspecto psicológico (lo subjetivo) en la formación del precio.


Por los tiempos en que ello sucedía y el impacto de lo planteado, Hayek intuye que la lectura de los aportes de Jevons y Menger hizo que Marx renuncie a seguir con la redacción de El Capital.

Con mayor razón, el desfase se radicalizó cuando póstumamente (1885 y 1894) aparecieron los siguientes dos tomos de su magnus opus. Aunque claro, ello no fue culpa de Marx (muerto en 1883), sino de Engels. Fue él quien llevó a cabo la tarea de "terminar" el resto de El Capital, y si tenía que proceder a "actualizarlo", lo haría.

En 1895 el italiano Achille Loria advirtió que contradictoriamente a lo señalado en el primer volumen, en el tercero "Marx" se adscribía a la teoría subjetiva del valor.


Quizá los dieciséis años que separan la aparición del primer tomo y del segundo sea una señal. Ya por entonces se vivía en medio del vituperado capitalismo decimonónico. Evidentemente, Marx se había quedado en el tiempo. Después del primer volumen no volvería a publicar nada referente a asuntos económicos. Su siguiente obra sería La guerra civil en Francia (1871). Luego Crítica del programa de Gotha (1875, publicada póstumamente en 1891). Después, silencio…


Sus seguidores han insistido que en el momento de su muerte (el 14 de marzo de 1883) Marx estaba preparando el cuarto volumen. Sí, el cuarto. A pesar que en vida sólo publicó el primero, el segundo lo dejó a medio hacer y el tercero ni lo empezó.


Ya en este escenario póstumo, Böhm-Bawerk sería quien se encargue de demoler los postulados económicos del comunismo moderno partiendo de la noción de "preferencia en el tiempo": el interés del capital es el precio del intercambio entre bienes presentes y futuros. Se apuntala lo subjetivo.


A partir de entonces las diferencias entre pareceres propiamente económicos y políticos serán sencillos de advertir. Empero el marxismo ya no era un referente racional, sino irracional. Tal es
El Capital que regresa. Uno de esos disparatados remedios que, al más puro estilo del Barón de Münchhausen, pretende invitarnos a "salir del hoyo" tirándonos de los cabellos.

Un presidente hipotecado

Crisis económica

Un presidente hipotecado

Salir de la crisis no será posible con un presidente del Gobierno superado por la realidad, tan hipotecado políticamente e incapaz de adoptar las decisiones que necesitamos

Ignacio Cosidó

El vicepresidente económico, Pedro Solbes, sometió ayer al país a una fría ducha de realidad. Corrigiendo de forma dramática el optimismo de Zapatero, nos situó en un escenario de una crisis larga, una fuerte recesión económica y un espectacular crecimiento del paro en los próximos años. Pero la realidad siempre es peor de como la pinta Solbes. La cuestión es si este Gobierno, que se había negado hasta ahora a asumir la dura realidad, está en disposición de sacarnos de la crisis. La respuesta es no.

Rodríguez Zapatero se ha convertido en el principal lastre para la economía española. El presidente ha acumulado demasiadas hipotecas políticas que lastran el futuro de todo el país. La primera hipoteca son sus promesas electorales, situadas fuera de toda realidad. La segunda son las deudas contraídas con sus socios nacionalistas en la legislatura anterior, cuyo pago es ahora reivindicado por los nacionalistas de su propio partido en Cataluña. La tercera hipoteca es haber radicalizado su electorado, lo que le impide afrontar cualquiera de las reformas estructurales que requiere nuestra economía para salir de la crisis.

Es cada vez más evidente que Zapatero mintió deliberadamente a los españoles durante la última campaña electoral. El candidato socialista no se limitó a negar la posibilidad de una crisis económica en nuestro país, sino que insultó zafiamente a todos aquellos que la anunciábamos descalificándonos como agoreros, profetas del desastre y antipatriotas. Pero no sólo ocultó la crisis, sino que lanzó promesas como el pleno empleo y ofreció todo tipo de cheques electorales hoy de imposible cumplimiento. Esas mentiras pesan ahora como una losa en la política económica del Gobierno. En primer lugar, porque han retrasado la respuesta del Gobierno a esta crisis hasta el punto de aprobar para 2009 unos presupuestos irreales. Y cuando el Gobierno quiera reaccionar de verdad será demasiado tarde. En segundo término, porque Zapatero deberá traicionar su palabra y la confianza de quienes de buena fe creyeron sus mentiras. Y eso es lo peor que puede hacer un político.

Su segunda hipoteca son las deudas contraídas con los nacionalistas por el apoyo recibido en la anterior legislatura, una deuda de la que ahora Montilla se ha hecho acreedor subsidiario. Para sacarse de encima la patata caliente del estatuto catalán, Zapatero diseñó un sistema de financiación para Cataluña que suponía un espectacular incremento de los fondos para la Generalidad. Para no generar un agravio insoportable con el resto de comunidades, se ha embarcado ahora en una revisión del modelo de financiación que consiste en dar más dinero a todos. El problema es que con un déficit público disparado ya al seis por ciento en 2009 las cuentas no cuadran. En un momento en que la austeridad presupuestaria debería ser la norma, Zapatero anda disfrazado de rey mago sentado en La Moncloa prometiendo a cada presidente autonómico que le visita todo lo que pide. Pero la Navidad ha terminado y Solbes sabe que si concede todo lo que le piden puede precipitar la quiebra del Estado.

La tercera hipoteca de Zapatero es haber escorado tan a la izquierda a su propia base electoral que ahora es rehén de su propia radicalidad. Es más, la crisis económica ha exacerbado aún más el discurso ideológico del Gobierno culpando al capitalismo de todos los males actuales, criminalizando a la derecha como una amenaza para los derechos sociales y centrando su política en camuflar los síntomas de la crisis en vez de buscar soluciones a sus causas. En estas circunstancias Zapatero está políticamente invalidado para iniciar una sola de las reformas estructuras que necesita nuestra economía. El ejemplo más paradigmático fue la última comparecencia del ministro de Trabajo en el Congreso negando cualquier posibilidad de reforma laboral mientras el paro se dispara hacia los cuatro millones y España genera uno de cada dos parados de la Unión Europea.

Estamos ante la peor crisis económica de nuestra reciente historia democrática, pero no tengo ninguna duda de que los españoles tenemos la voluntad y la capacidad para superarla. Sin embargo, tengo la misma certeza de que salir de la crisis no será posible con un presidente del Gobierno superado por la realidad, tan hipotecado políticamente e incapaz de adoptar las decisiones que necesitamos. Es más, tengo la convicción de que cuanto más dure Zapatero, más dura y profunda será la crisis.

Irlanda debe abandonar el euro si no recibe ayuda de la UE

ESPAÑA, GRECIA Y PORTUGAL PODRÍAN SUSPENDER PAGOS

McWilliams: Irlanda debe abandonar el euro si no recibe ayuda de la UE

Euros

Un destacado economista irlandés, ex funcionario del Banco Central de Irlanda, ha instado al Gobierno de Dublín a amenazar a Europa con sacar a Irlanda de la zona del euro si no recibe ayuda de sus socios. Irlanda podría suspender pagos, al igual que "España, Grecia e Italia".

"Es la guerra: los países tienen que defenderse", dijo David McWilliams, ex funcionario del banco central irlandés, citado este lunes por el diario británico The Daily Telegraph. "Es esencial que vayamos a Europa y expliquemos que tenemos un problema grave. Y que digamos: o nos declaramos en suspensión de pagos o nos salimos de Europa", afirmó McWilliams en declaraciones a la emisora RTE.

"Si Irlanda sigue por este camino, que está muy cerca de la suspensión de pagos, toda Europa se verá afectada muy negativamente. Podría ocurrirles lo mismo a España, a Italia o a Grecia", pronosticó.

McWilliams, ex miembro de la directiva del banco suizo UBS y ahora un destacado comentarista radiofónico, ha violado un tabú al amenazar con una crisis de la Unión Monetaria Europea, que podría desencadenar una reacción en cadena por los países del Mediterráneo, comenta el periódico británico, informa Efe.

Sus declaraciones, dice el Daily Telegraph, reflejan la creciente irritación de Dublín por la manera en que se ha tratado al país después de que sus ciudadanos votasen contra el Tratado de Lisboa. "La existencia de una moneda única implica obligaciones y responsabilidades de una parte y otra. La idea de que Alemania y Francia pueden dejarnos en la estacada, como se ha venido diciendo en los últimos días, no debería aceptarse sin más", agregó.
Irlanda, hacia la suspensión de pagos

Sin embargo, los irlandeses no están a favor de la salida del país del euro como demuestra un sondeo publicado este domingo por el Irish Independent, según el cual un 97% de los ciudadanos es contrario a esa posibilidad.

Tres de cada cuatro entrevistados se muestran a favor de un gobierno de unidad nacional para intentar sacar a Irlanda de la crisis, idea propuesta, entre otros, por el ex consejero delegado del grupo Unilever Niall Fitzgerald. Según McWilliams, el euro está obstaculizando la economía irlandesa: "La única forma que tenemos de ganar esta guerra es convirtiéndonos de nuevo en un país exportador".

"Podemos seguir haciendo como hasta ahora: es decir, reducir salarios, aumentar el paro y sufrir una larga contracción económica", dijo McWilliams. "El otro modelo, agregó, es imitar a los británicos, que están dejando caer la libra esterlina, es decir que echan a otros el problema. Pero nosotros no podemos porque somos miembros del euro", agregó el experto. "Estamos pagando doble por el euro: primero, con el tipo de cambio y segundo, con los intereses", se quejó McWilliams, según el cual con la actual política.

Se esperan caídas más profundas

John Prestbo: "Se esperan caídas más profundas de las experimentadas hasta ahora"

JohnPrestbo.jpg
John Prestbo, editor y director ejecutivo del índice estadounidense Dow Jones. Foto: Archivo

La última vez que elEconomista entrevistó a John Prestbo, editor y director ejecutivo del índice estadounidense Dow Jones de Industriales, el indicador se acercaba vertiginosamente a los 14.000 puntos. Casi dos años después, el panorama es desolador. Sin embargo, para Prestbo, encargado de elegir quién entra a formar parte de su cartera de índicadores, todos ellos elaborados por Stoxx -que también calcula Eco10-, todavía hay esperanza.

Eso sí, habrá que esperar hasta 2010 para ver la luz al final del túnel.

¿Cómo están afectando los problemas que vive la economía estadounidense al índice Dow Jones?, ¿se ha cambiado la forma de elegir a los blue chips que lo componen?

Hemos tenido que adaptarnos a los acontecimientos. Tuvimos que eliminar a la aseguradora American International Group (AIG) y sustituirla por Kraft Foods. Obviamente, AIG constituía un representante de la industria financiera, mientras Kraft es un conglomerado alimenticio. Decidimos restar peso al sector financiero, ya que dadas las circunstancias era muy difícil hacer una elección sólida dentro de la industria. Esperamos que una vez que pase la tormenta podamos volver a nuestra forma convencional de seleccionar líderes representativos de cada industria para formar parte de los 30 componentes del Dow Jones.

Entonces, ¿el índice no es representativo de lo que ocurre en la economía estadounidense?

Sí lo es. Los 30 componentes son compañías lo suficientemente grandes para ser un reflejo de la economía. Hay que tener en cuenta que nada significativo puede ocurrir en la economía estadounidense sin que afecte a estas empresas. Creemos que las cotizaciones de nuestros blue chips son un indicativo de lo que sucede en los mercados estadounidenses y, por extensión, en la economía del país.

Qué piensa de aquellos que apuntan que General Motors no debería estar incluido en Dow Jones tras recibir ayuda del Gobierno estadounidense?

De momento, la asistencia federal a General Motors (GM.NY

3,93 +0,26% +0,01
Última noticiaJohn Prestbo: "Se esperan caídas más profundas de las experimentadas hasta ahora" Ver más resumen noticias perfil gráficos histórico ) ha sido a través de préstamos que deben ser devueltos a los contribuyentes. Si comparamos esta situación con la intervención realizada sobre AIG, en la que el gobierno pasó a controlar buena parte del accionariado de la aseguradora, se pueden observar diferencias. GM todavía no ha llegado a ese punto, mientras que el rescate realizado a AIG podría considerarse una nacionalización, por eso decidimos sustituirla. Aunque GM haya caído considerablemente en el último año, sigue siendo una de las principales manufactureras del país, por lo que sus empleados y las empresas que dependen de ella la hacen imprescindible en el índice. El impacto económico de GM es mucho mayor de lo que su capitalización de mercado indica.

¿Piensa que una vez que salgamos del atolladero, la recuperación será rápida?

Eso depende de cuanto tarde EEUU en salir de la recesión. A día de hoy las cosas no parecen demasiado esperanzadoras, ya que no se espera una mejora a lo largo de 2009. De hecho, la perspectivas económicas que manejamos indican que no se experimentará una recuperación hasta el primer trimestre de 2010. Eso no ayudará demasiado a los mercados durante el presente curso e, incluso, se predicen caídas más profundas que las experimentadas hasta ahora. Sin embargo cuando la recesión termine, y como consecuencia de todos los estímulos que se inyectarán a la economía, la recuperación será rápida.

¿Cuál es su opinión personal sobre la crisis económica que sufre EEUU? ¿Existe una necesidad de reforzar la regulación del sector financiero?

Por supuesto, creo que tanto los hedge funds como las obligaciones de deuda colateralizada evidencian que muchos reguladores carecen de conocimiento sobre cómo funcionan estas entidades y productos, además de desconocer su impacto en la economía global. Necesitamos reguladores informados y un coordinador que siga y que sintonice a todas las agencias supervisoras. Sobre todo es preciso aunar fuerzas. Las agencias de Inteligencia de EEUU crearon un organismo único que fiscaliza todos los organismos, desde la CIA hasta el FBI, y creo que en el sector financiero deberíamos hacer lo mismo. Eso sí, debemos estar seguros de no regular en exceso la industria, ya que correríamos el peligro de que el negocio se fuera a otros países. La clave está en encontrar un equilibrio.

¿Será capaz la Administración Obama de resolver los retos económicos de EEUU?

Todos queremos que así sea. Desde luego está actuando rápido e intentando poner remedio a la situación. Sin embargo, creo se va a encontrar con problemas. De hecho, parte de esos escollos podrían presentarse dentro de su propio partido en el Congreso donde se le pondrán muchas trabas para conseguir sus objetivos.

¿Aparecen oportunidades en tiempos de crisis como ésta?

Absolutamente, no hay crisis sin oportunidades. Eso sí, algunas veces las oportunidades no son evidentes hasta que la tormenta pasa. Ahora, muchos inversores están apostando por sectores que creen que saldrán beneficiados de estas circunstancias. Por ejemplo, mucha gente cree que buena parte del dinero del estímulo económico irá destinado a obras de infraestructura, por eso algunos ya invierten en sectores como la construcción. Quizás las inversiones en estas áreas den resultados positivos más pronto que en otras industrias.

Buffett: estamos ante un "Pearl Harbor" económico

Buffett: estamos ante un "Pearl Harbor" económico pero no caeremos en otra Gran Depresión

Buffetapoyado.JPG
Warren Buffett. Foto: Bloomberg.

Warren Buffett ha dicho en una entrevista en la cadena NBC que Estados Unidos se enfrenta a un "Pearl Harbor económico". "Tenemos un ciclo negativo en marcha ahora mismo", según la transcripción que ha colgado la CNBC en su página web. Sin embargo, el Oráculo de Omaha no piensa que el parón vaya a ser tan severo como en la Gran Depresión, aunque sí que lo considera como el peor desde la Segunda Guerra Mundial.

En cuanto a Obama, cree que "no podría haber nadie mejor en el cargo", aunque no hay que esperar milagros, porque la situación requerirá tiempo. De hecho, piensa que el plan de estímulo ayudará, pero no inmediatamente.

"Vamos a tomar una medicina en una dosis como nunca hemos visto antes... pero no tendrá un impacto inmediato. Lleva tiempo para que tenga impacto real en la economía. Por lo tanto, la gente no debería esperar milagros en febrero o marzo o abril. Eso no va a pasar".

Eso sí, Buffett no quiso predecir cuánto tiempo pasaría antes de ver una recuperación, aunque no espera que se necesiten cinco años para conseguirlo. "Tenemos un miedo que lleva a la gente a no querer gastar y no queriendo invertir. Y esto lleva a más miedo".

No obstante, Buffett no descarta la posibilidad de que el desempleo alcance los dobles dígitos a finales de este año. A pesar de ello, se mantiene muy optimista respecto a la capacidad del país para superar los momentos problemáticos.

"La verdad es que lo hemos hecho antes y lo haremos otra vez. Pero no es siempre un camino suave". Buffett, el hombre más rico del mundo, concluye que "al final, desde 1.776 no ha sido nunca rentable apostar contra América".

El Ibex 35 pierde los 8.500 puntos

El Ibex 35 pierde los 8.500 puntos tras el desplome generalizado de la banca en Europa

cierremonopoly.jpg

El índice de referencia de la bolsa española perdió el 1,45% de su valor y cerró en 8.494,80 puntos tras haber oscilado entre un máximo de 8.788,3 y un mínimo de 8.389,9 durante la sesión. Los inversores movieron 2.475 millones de euros en todo el parqué en una jornada que trajo a la memoria las negras sesiones de octubre y noviembre, cuando los bajistas campaban a sus anchas y disfrutaban con durísimos ataques relámpago. Los bancos, con RBS a la cabeza, agravaron su caída.

Y es que el selectivo comenzó el día con subidas y hueco alcista, movimiento que aliviaba la sobreventa que se arrastraba desde la semana pasada y que permitía a los bajistas trazar un plan de ataque por muchos barruntado. (Un vistazo al Ibex 35, al Eco 10 y al resto del mercado)

Así, tras el lento declinar del índice durante la mañana, los osos atacaron fieramente pasadas las 13:30 horas. El zarpazo fue enorme e hizo que el Ibex 35 borrara las ganancias pasando a cotizar con pérdidas del 2% en cuestión de minutos. A partir de ahí, todo estuvo bajo el control de la horda bajista, que con Wall Street cerrado por el festivo de Martin Luther King se divirtió metiéndole volatilidad al mercado.

"Empezamos con un poco de optimismo, pero entonces han aparecido las noticias sobre Royal Bank of Scotland (RBS) y los bancos han vuelto a ser el centro de atención", dijo a Reuters Hans-Jürgen Delp, estratega de Commerzbank. "Lo peor está por venir", añadió.

Efectivamente, RBS fue el protagonista del día al anunciar una pérdida potencial de hasta 30.000 millones en 2008. Y todo el mismo día que el Gobierno británico anunciaba un segundo plan de rescate bancario por importe de 110.000 millones. Así las cosas, la debacle del sector en el FTSE 100 fue memorable.

Rebotes al margen, los bajistas tienen el control

"El conjunto de los índices europeos mantenían al cierre su zona de soporte decreciente, que en el caso del Ibex 35 coincidía con un potente hueco desplegado por el contado del índice en los 8.490 puntos a principios de diciembre", señalaba Carlos Doblado desde Bolságora.

"Al cierre los precios han mantenido la zona de soporte y hay dos cosas que se mantienen vivas, las mismas que en las jornadas anteriores: la posibilidad de un rebote alcista, y el control de los bajistas más allá de éste", sentenciaba el analista

Quedarse por todo el Siglo XXI

Quedarse por todo el Siglo XXI

por Manuel Hinds

Manuel Hinds es ex Ministro de Finanzas de El Salvador y autor de Playing Monopoly with the Devil: Dollarization and Domestic Currencies in Developing Countries (Council on Foreign Relations, 2006).

Pocas expresiones han sido tan auto-condenatorias como las palabras que Marx escribió en su ensayo "La Ideología Germánica", sobre la necesidad de darse cuenta de lo que alguien es no a través de lo que dice de sí misma sino por lo que hace. En este ensayo Marx, que despreciaba a los tenderos, escribió que "Mientras que en la vida ordinaria cualquier tendero es muy capaz de distinguir entre lo que alguien profesa ser y lo que es en realidad, nuestros historiadores todavía no han podido adquirir esta trivial habilidad. Toman cada época por su palabra y creen que todo lo que ella dice e imagina sobre sí misma es cierto".

Estas palabras regresaron como bumerán a Marx, que dedicó su vida a promover apasionadamente el comunismo, una ideología con enormes contradicciones entre lo que decía de sí misma y lo que produjo en la realidad —no sólo atraso económico sino también tiranías tan terribles que sólo pueden compararse con las del nazismo—. Esta reflexión de Marx puede también aplicarse al famoso "Socialismo del Siglo XXI", que nunca ha sido definido en forma coherente por su creador, el presidente Hugo Chávez de Venezuela. Para determinar lo que es, es necesario ver los frutos que ha producido.

En primer lugar es fácil definir lo que el "Socialismo del Siglo XXI" no es: no es ni socialismo ni es del Siglo XXI. Los regímenes socialistas modernos, como los de los países nórdicos, se distinguen por dos cosas: la libertad económica que existe en ellos (están entre los países con las economías más libres del mundo) y por la plenitud y calidad de los servicios sociales disponibles para la población. El presidente Chávez ya ha estado por suficiente tiempo en el poder y ha tenido disponible suficiente plata como para ya haber orientado a Venezuela en este sentido, combatiendo la pobreza con educación y salud. No lo ha hecho. Se ha gastado el dinero del petróleo en comprar voluntades para llenar sus ambiciones de poder a nivel latinoamericano. Hasta el tendero de Marx se da cuenta de que lo que le importa a Chávez es en lo que gasta su dinero —no los pobres sino el poder a nivel continental.

El "Socialismo del Siglo XXI" tampoco es sobre el cambio. Hace unos días publiqué un artículo en el que señalaba que todos los asociados y predecesores del "Socialismo del Siglo XXI" han tendido a matar el cambio ya una vez en el poder —instalándose en él para nunca más permitir un cambio—. En el artículo noté que esto ha sido una constante en todos estos regímenes, incluyendo la Unión Soviética, Cuba, China, los otros países europeos que estaban detrás de lo que se llamaba la Cortina de Hierro, Corea del Norte, Nicaragua, Venezuela y los otros países latinoamericanos que son aliados del presidente Hugo Chávez.

El mismo día que apareció el artículo salió una noticia sobre un discurso de Evo Morales en el que había dicho que su partido se va a quedar para siempre en el poder. Igual que Chávez ya hizo y sigue haciendo, él está promoviendo reformas electorales que le permitan perpetuarse en la presidencia. El presidente Correa de Ecuador, otro aliado del "Socialismo del Siglo XXI", está en el mismo proceso —asegurarse que, como los dictadores de antaño, pueda quedarse en la silla presidencial como dijo Evo Morales, para siempre.

Internacionalmente nadie puede decir que las políticas del presidente Chávez sean del Siglo XXI. En realidad sus alianzas son con países y grupos que todavía viven en la Edad Media, tales como Irán, una teocracia que todavía cree en que la iglesia mahometana debe concentrar en sí misma el poder terreno y el poder celestial, y que debe concentrarlos no sólo en Irán sino en todo el mundo. El aliado de Chávez, el presidente de Irán, ha expresado su admiración por los nazis —junto con el comunismo, las fuerzas más negras que vivieron en el Siglo XX—. Nadie puede decir que esto es moderno o socialista democrático. Nadie puede decir que es inteligente para los latinoamericanos aliarse con movimientos que nos llaman "los infieles" y que piensan que a los infieles hay que convertirlos a su religión o dominarlos. No es inteligente ni moderno ni socialista traer a los ayatolas. Es la Edad Media otra vez.

Por supuesto, lo que los caudillos del Socialismo del Siglo XXI dicen es que necesitan quedarse para siempre en el poder para poder volver realidad lo que ellos dicen que es su ambición: poner su ideología en práctica. Sus actos, sin embargo, hacen evidente que necesitan hablar de esa ideología para poder justificar frente al pueblo lo que es su real ambición: quedarse en el poder por todo el Siglo XXI.

Que no le apliquen a usted la reflexión de Marx. No importa lo que usted piense o diga de sí mismo, si escoge un rumbo tonto, si cree que el Socialismo del Siglo XXI traerá modernismo y progreso, hasta el tendero de Marx dirá que es una persona tonta. Y, como diría Marx, lo será.

El resultado de espantar capitales

Ecuador: El resultado de espantar capitales

por Gabriela Calderón

Gabriela Calderón es editora de ElCato.org y columnista de El Universo (Ecuador).

Guayaquil, Ecuador— Un déficit comercial o en la cuenta corriente no es malo siempre y cuando el capital siga entrando a nuestro país, o, en otras palabras, los extranjeros sigan confiando en el sistema que impera en Ecuador lo suficiente como para seguir financiando nuestro endeudamiento. Por ende, no es lo mismo cuando Zimbabwe tiene un déficit que cuando EE.UU. lo tiene. Mientras que los capitales huyen instantáneamente del primero, en EE.UU. siguen entrando a pesar de que las tasas de interés están por el suelo.

La balanza de pagos es un resumen de todas las transacciones internacionales de una nación que consta de tres cuentas—la corriente, la financiera y la capital—y todas juntas siempre deben balancear. Los déficits o superávits corresponden a componentes de la balanza de pagos.1

Un déficit en la balanza comercial no necesariamente es algo malo porque la contraparte de eso es que hay un superávit en la cuenta financiera por el monto que financia ese déficit en la comercial. El economista Michael Bordo indica que los déficits comerciales acompañaron el desarrollo económico en países como Argentina, Australia, EE.UU. y Canadá a fines del siglo diecinueve y principios del siglo veinte. Pero estos países, mientras tenían un déficit, también atrajeron capital.2 En nuestro país estamos experimentando un déficit y el resultado de más de tres años de medidas gubernamentales que espantaron el capital del país.

Los capitales, como su palabra lo sugiere, últimamente tienen criterio capitalista: van donde más se respete la propiedad privada y donde más ganancias puedan obtener. Hasta el empresario más socialista se negaría a invertir su dinero en un país que no tiene un marco jurídico seguro, donde siempre están cambiando las reglas del juego, y donde tienen que perder parte de su capital para sacarlo de ahí. Tampoco lo invertiría en un país donde el código tributario es utilizado como arma de persecución política, cambia frecuentemente o llega a ser confiscatorio.

Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Ecuador recibió $837 millones en inversión extranjera directa (IED) en 2004 y desde ahí la IED ha venido cayendo estrepitosamente: para 2005 solo recibimos $493 millones, para 2006 $271 millones y para 2007 $178 millones.3 La ONU tiene un índice que mide la captación de IED en relación al PIB de una economía y en este Ecuador pasó de estar en la posición 34 en 2004 a la posición 127 en 2007 (de 141 países en ambos casos). Los únicos países latinoamericanos y caribeños que captaron menos IED que Ecuador en relación a su PIB fueron Bolivia y Venezuela, porque hasta Haití nos superó.4

El problema no es que los ecuatorianos importamos demasiado, el verdadero problema son las medidas del gobierno que continúan socavando la confianza de los inversionistas (domésticos y extranjeros) en el sistema.

En lugar de eliminar comportamientos y medidas que han espantado capitales este gobierno reacciona restringiendo la libertad de elegir del consumidor ecuatoriano. Cuando lo recaudado por el fisco en aranceles a las importaciones y el reducido gasto de dólares en importaciones que ya no se permitirán ya no basten para alimentar el gasto público, el Estado ecuatoriano podría llegar a confiscar, una vez más, los ahorros de cada ecuatoriano.

No hay comentarios.: