sábado, enero 24, 2009

Nicaragua: ¿Merecemos semejante destino? - por Carlos Tünnermann *


El viernes de la semana pasada la nación fue testigo, entre estupefacta e indignada, de una de las negociaciones políticas más inmorales y vergonzosas de nuestra historia.

No hay otro calificativo para designar el escandaloso "trueque" convenido entre los dos caudillos: sobreseimiento definitivo para Arnoldo Alemán, pese a la abundancia de pruebas en su contra, tal como lo reconocen en su voto razonado los magistrados orteguistas, a cambio de entregar al caudillo del FSLN el control de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional. Afirmar que se trató de una simple "coincidencia" es agregar una dosis de cinismo a la falta de ética.

Existen, además, fundadas sospechas acerca de que el "dando y dando" posiblemente incluya el compromiso, de parte de la cúpula del PLC, de apoyar una reforma parcial de la Constitución Política que suprima la prohibición de la reelección presidencial continua, algo que tanto ambiciona el caudillo del FSLN, que estuvo dispuesto a pagar el enorme costo político que significa la sentencia de sobreseimiento para Arnoldo Alemán.

Y no es creíble el argumento de algunos diputados de la cúpula liberal que afirman que "el trueque" más bien aleja la posibilidad de la reforma constitucional, porque así lo acordó el CEN del PLC (también habían prometido no entregar la directiva de la Asamblea al FSLN), y porque Alemán estaría interesado en postularse como candidato presidencial en 2011, por lo que no le convendría pagar el costo político de la reforma constitucional.

Este argumento nadie se los puede creer, por la tremenda erosión que sufrió la credibilidad de la cúpula liberal con el "trueque", y el hecho de que si Alemán realmente delira volverse a presentar como candidato, pese a sus antecedentes, entonces más bien le conviene que el candidato contrincante sea Daniel Ortega, a quien se imagina podría derrotar con mayor facilidad por el enorme descrédito que éste viene acumulando como gobernante.

Si las cosas se cumplen de esta manera, en 2011, que está a la vuelta de la esquina, tendríamos un escenario realmente trágico para el pueblo nicaragüense: verse obligado a escoger entre Daniel Ortega y Arnoldo Alemán. Seguramente los dos caudillos, gracias a la reciente reedición del pacto, se las arreglarían para impedir que participe en las elecciones de 2011 otra fuerza política que pudiera representar una alternativa decente para el país.

¿Cómo es posible que habiendo elegido el pueblo 53 diputados, supuestamente democráticos, en las elecciones de 2006, con el 62% de los votos, ese bloque se haya desmoronado por las componendas y disputas políticas, y el FSLN, que logró elegir sólo 38 diputados, tenga ahora el control de la Asamblea Nacional?

Hay que tener presente que 21 diputados del PLC hicieron posible la elección de la nueva Junta Directiva, dominada por el FSLN, a cambio del sobreseimiento definitivo de Arnoldo Alemán, anteponiendo así los intereses personales de su caudillo a los de su propio partido y, ya no digamos, de toda la nación.

Todo esto refleja el total deterioro de la decencia política en que hemos caído. Además, negociar políticamente una sentencia de sobreseimiento representa un estímulo para la corrupción. En el futuro, muchos se sentirán tentados a enriquecerse desmesuradamente desde el poder, sabiendo que en este país las sentencias de nuestro más alto tribunal de justicia son susceptibles de negociación política, aunque se afecten no sólo el erario público, sino también la imagen y el futuro del país.

En conclusión, Arnoldo Alemán dejó de ser reo de graves delitos y rehén de Ortega. Pero ahora es todo el pueblo de Nicaragua el que se convierte en rehén de los mezquinos intereses políticos de los dos caudillos.

Nicaragua no merece semejante destino.

* Carlos Tünnerman es miembro del Comité Ejecutivo del Movimiento por Nicaragua (MpN).

Chile: Division de los poderes publicos

Chile: Division de los poderes publicos - por Jose Luis Lopez Blanco *


Recientemente se ha difundido la propuesta de modificar la Constitución Política, con el objeto que parlamentarios puedan ser designados Ministros de Estado. A primera vista, la idea parece atractiva. Se trata de personas que han dedicado años al servicio público, que conocen las distintas alternativas de la administración del Estado, y que, por sus relaciones con otros sectores políticos, son capaces de producir acuerdos en medio de ásperos debates. Esta teoría – aparentemente inspirada en modernas doctrinas constitucionales – permitiría, se dice, un trabajo más armónico y eficiente entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo.

Al estudiar la historia de la humanidad, se observa que las formas primitivas de gobierno contemplaban que todo el poder de una sociedad radicaba en el soberano, situación que se extendió hasta los monarcas del siglo XVIII. Dicha autoridad ejercía, al mismo tiempo, el mando supremo, dictaba las leyes y hacía justicia, a su saber y entender. En muchos casos, este exceso de poder fue causa de grandes abusos y sufrimiento para los ciudadanos, que no tenían derecho a recurso alguno en contra de las decisiones del soberano, legislador y juez, en forma simultánea.

Hace ya unos siglos, el tratadista francés Montesquieu, en su obra Espíritu de las Leyes ( 1748 ), estudiando las instituciones del sistema político inglés – basadas en la libertad de los ciudadanos - y, siguiendo corrientes de pensamientos ya iniciadas por el filósofo Aristóteles, consagró la doctrina de la separación de los poderes públicos. De esta manera, distinguió el Poder Legislativo, a quien corresponde dictar, modificar o derogar las leyes, el Poder Ejecutivo, que, como el nombre lo dice, las ejecuta, y el Poder Judicial que tiene facultad de imperio para sancionar y castigar los incumplimientos.

Fundamentando el valor esencial de la libertad, expresa Montesquieu: “Cuando en la misma persona o en la misma magistratura el Poder Legislativo está unido al Ejecutivo, no hay libertad, porque se puede temer que el mismo monarca o el mismo Senado haga leyes tiránicas para ejecutarlas tiránicamente. No hay tampoco libertad, si el poder de juzgar no está separado del Poder Legislativo y del Ejecutivo”.

Estos principios de separación de los poderes públicos están claramente consagrados en nuestro sistema constitucional, desde los inicios de la República, ratificados por la Constitución que nos rige desde 1980, y son garantía del respeto a la libertad y a los derechos fundamentales de las personas.

Las advertencias del filósofo Montesquieu son muy severas y más vale la pena tenerlas en cuenta.

Evo Morales, el nuevo dictador

Bolivia: Evo Morales, el nuevo dictador - por Daniel Pasquier Rivero *

Parece que la saga no termina. El locuaz H. Chávez anuncia el retiro “obligatorio” del primero de los Castro, "El Fidel aquel, que recorría las calles y pueblos de madrugada con su uniforme y abrazando a la gente, no volverá'', ¿muerte o situación irreversible?; la pugna entre sucesores está en marcha, todos tienen ambiciones, hay que mostrar antecedentes.

Desde enero del 2006 ha conseguido ordenada y sistemáticamente, casi eliminar el Tribunal Constitucional, dejándolo con una solitaria representante; de igual manera diezmar la Corte Suprema de Justicia y desobedecer sus resoluciones; crear un cuerpo de jueces y fiscales a su servicio con jurisdicción ilimitada por encima de los jueces naturales territoriales; la administración y fiscalización de la judicatura inexistente por desaparición del Consejo de la Judicatura; el Poder Electoral reducido a la acción de un fiel presidente nombrado a dedo, acompañado por dos vocales mantenidos para hacer quórum.

El Poder Legislativo formado por levanta manos preocupados en aprovechar los beneficios de la torta del poder, involucrados en todo tipo de actos de corrupción: tráfico de influencias, complicidad en contrabando, silencia frente a demandas por conexiones con estafas al Estado, contratos mal habidos, tenebrosa pero evidente relación con agentes ligados al narcotráfico y políticas facilitadoras de la actividad ilícita, honorables ocupados en mantener el discurso y la imagen anti-imperialista, etc. y de aprobar “por decreto” todo lo que no puede conseguir el consenso o el apoyo de la Cámara de Senadores, en manos de la oposición. Convocar al Congreso (sesión conjunta de ambas cámaras) para conseguir con “simple mayoría” imponer la voluntad del Ejecutivo se ha convertido en ritual.

En consecuencia el gobierno no reconoce en los hechos los derechos constitucionales y atropella la libertad de las personas al detener sin mandamiento judicial legal, sin respetar procedimientos y ejecutando en general allanamientos y detenciones por gente encapuchada sin identificación alguna; sometiendo a la condena pública, vía medios de comunicación, a políticos, cívicos, periodistas, opositores y hasta a disidentes del oficialismo sin mención de cargos, presentación de pruebas ni el respeto al debido proceso. Todos los considerados “opositores”, hasta por el simple hecho de haber denunciado hechos de corrupción de personeros del gobierno, se encuentran en prisión, en la clandestinidad o en el exilio. Del discurso promoviendo el temor se pasa sin distinción al ejercicio del terror mediante las fuerzas policiales y militares al servicio del gobierno y no de la Nación. Cuando haga falta, se complementa la represión mediante el uso de la fuerza paramilitar, irregular, conformada por civiles armados y entrenados para la represión, que según repetidas denuncias de testigos han sido comandadas por personal venezolano y cubano.

Evo ha propuesto en público “fundar otra OEA sin EEUU”, como respuesta a la política estadounidense de bloqueo a Cuba, sin hacer mención al compromiso solicitado al los gobernantes de la isla sobre el respeto a los Derechos Humanos y garantías a la mínima libertad de expresión, de asociación, de prensa, de trabajo, de comercio, y libertad de conciencia. Los pocos presos liberados lo han sido por cumplimiento de condenas, a pesar de injustas y en general terriblemente largas. No ha sido por “ablandamiento humanitario” ni condescendencia a los pedidos internacionales de apertura a los Castro. Pero su propuesta sobre la OEA no ha sido suficiente para Evo y ha propuesto que “Los latinoamericanos deberían sacar a los embajadores (de EEUU) de sus países si no levantan el bloqueo a Cuba”, entrometiéndose sin miramientos en asuntos de política interna de otros países. Hace poco ha declarado “Siento que las naciones del mundo tenemos que fundar otra Naciones Unidas, sin Estados Unidos”

Evo tomó con tropas las instalaciones de empresas petroleras que trabajaban en Bolivia, sin respetar contratos, y después de tres años todavía tienen negociaciones pendientes con el Estado. Ha seguido en su discurso agresivo el estilo y las consignas del presidente venezolano, imitándole en la expulsión del Embajador de EEUU tras acusaciones de injerencia en la política interna y de apoyar a la oposición, siempre fiel a su estilo, sin ninguna prueba. Las agencias ligadas a la lucha contra el narcotráfico despedidas y desmanteladas. En terreno tan movedizo el gobierno practica la lucha en el discurso y sólo recurre al “autocontrol” en los hechos, algo como dejar el mercado libre a los sembradores de coca para que definan con los fabricantes cuánto y dónde entregarán la droga.

Ahora Evo se alinea con los movimientos terroristas al “condenar a Israel por genocidio en Gaza” y romper relaciones diplomáticas, sin considerar la complejidad del problema, la participación de Hamas ligada a Hezbollah y los movimientos fundamentalistas islámicos, mostrando solidaridad más que con la causa palestina con Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad, cuyo gobierno expresaba "Ojala podamos hacer entre Bolivia e Irán un acuerdo internacional contra este conflicto en la zona Palestina (la Franja de Gaza)", mediante su Ministro M. Abbasi. Las relaciones de Chávez con las FARC están fuera de toda duda y así parece también con el gobierno de Morales (Ciudadano X2, de E. Martínez)

Evo ha conseguido convocar a referéndum sobre su proyecto de nueva Constitución Política del Estado (CPE), donde reafirma la condición de privilegiados ante la ley al indígena originario campesino, creando la segunda categoría para el 70 % de la población conformada por mestizos; reconoce libertades y derechos, pero no los garantiza, porque en todos los casos está la muletilla de “sujeto a ser definido y reglamentado por ley”, y quienes conformarán los organismos legisladores según esa CPE sólo podrán ser partidarios de la línea ideológica del presidente. Por último, existe el artículo 411, por el cual “todo” en la nueva CPE, a partir de su aprobación, puede cambiarse parcial o totalmente por simple mayoría, adiós el compromiso de los 2/3 en Congreso, dejando al arbitrio del mandatario todos los derechos y deberes de los ciudadanos. Si cabía alguna duda sobre estas intenciones, el propio mandatario se ha encargado de disiparlas y ha declarado que “después de diez días, vamos a cambiar todo” Y añade “Hemos venido a quedarnos (en Palacio Quemado) para toda la vida”, como lo pensaron Mussolini y Hitler, y como lo consiguieron Stalin y Castro.

Evo ha prometido nada menos que echar de Bolivia, y quizás del mundo, al “dios de los oligarcas, el dios de los colonizadores”, al Dios que reconoce el 85 % del país. Y si su propuesta no es aprobada en referéndum el próximo 25 de enero “Si no me aprueban leyes, pondré en vigencia la constitución (CPE) mediante decretos”. Evo se declara Dictador.

LA SEMANA EN LIBERTAD

Internet por la libertad

Ventanas

Internet por la libertad

En Cuba, cualquiera puede sumarse a los miles de encarcelados –incluidos más de doscientos presos políticos– por molestar al Gobierno. Y hacer esto último no es nada complicado: basta con expresar tu opinión en voz alta (incluso dentro de tu propia casa).

Antonio José Chinchetru

La red se ha convertido en un instrumento fundamental en cualquier estrategia de comunicación política y movilización social de todo tipo. Aunque en España estemos a una distancia abismal de lo que se hace en otros países, en especial de Estados Unidos, aquí también se ven cosas que merecen la pena; y lo mejor no viene –no podría ser de otro modo– de los partidos políticos. Si hace algo más de medio año la Asociación de Solidaridad España-Israel (ASEI) sorprendía a los internautas españoles con su campaña País de mierda, ahora son la Asociación Española Cuba en Transición y la Asociación de Iberoamericanos por la Libertad quienes han puesto en marcha la no tan impactante pero sí muy buena iniciativa web Cuba. Medio siglo sin libertad.

Se trata de una web de una apariencia muy limpia y, al mismo tiempo, ingeniosa. Se ha puesto en marcha para generar un efecto viral que movilice a internautas de cara a la concentración que se celebrará en el próximo 1 de febrero con el objetivo de reclamar la libertad para Cuba. El mecanismo de preguntas-respuestas, que ofrece un contenido diferente según la contestación seleccionada, resulta ingenioso y eficaz como método tanto de movilización como de divulgación de la realidad cubana. Y es de agradecer que el código para insertar el banner de la campaña en la bitácora de cada uno sea tan fácil de localizar.

Además de su calidad, debe destacarse también su objetivo: animar a participar en una concentración contra una dictadura que se prolonga ya durante medio siglo y que somete a millones de seres humanos a todo tipo de sufrimientos. Merece la pena asistir por muchos motivos. Las que dan los responsables de la campaña son suficientes, pero hay más. En ese país, lejano en lo geográfico pero cercano en lo emocional y lo cultural, los ciudadanos no pueden ser llamados tales (puesto que no gozan de derechos y libertades frente al todopoderoso Estado) y viven en una situación difícil de imaginar desde España.

En Cuba, cualquiera puede sumarse a los miles de encarcelados –incluidos más de doscientos presos políticos– por molestar al Gobierno. Y hacer esto último no es nada complicado: basta con expresar tu opinión en voz alta (incluso dentro de tu propia casa), ser católico practicante, homosexual, activista pro derechos humanos, sindicalista, masón o cantante de punk, entre muchas otras cosas. Basta con leer libros que no sean del gusto del régimen, escuchar emisoras extranjeras con una radio de onda corta (prohibidas), ver cadenas de televisión foráneas o simplemente conectarse a internet sin permiso del Gobierno.

La falta de libertad y la locura dirigista del régimen ha condenado al exilio a dos millones de cubanos y sometido a la miseria a muchos millones más (incluidos todos aquellos que quieren irse pero a los que el castrismo prohíbe salir de la Isla). El paraíso socialista caribeño no es más que el infierno en la tierra.

Por todo ello, merece la pena participar en la difusión de la campaña Cuba. Medio siglo sin libertad y, por supuesto, acudir el mediodía del próximo 1 de febrero a la Puerta del Sol de Madrid.

Zapatero y Guantánamo

Tengo un terrorista para usted

Si Zapatero celebra el cierre de Guantánamo deberá elegir entre ser hipócrita y pretender que otros se queden con los terroristas o ser coherente y poner a nuestro país a disposición del asilo de terroristas convencidos

Quienes se han forjado la idea de un Guantánamo repleto de pobrecitos pastores de cabras afganos, deben antes de nada ser prudentes. En Guantánamo, hay tres tipos de presos. En primer lugar, aquellos terroristas contra los que se tienen pruebas suficientes, obtenidas conforme a ley, y que tras el paso por Guantánamo sería posible juzgarlos en un tribunal ordinario, condenarlos y ponerlos fuera de circulación. En segundo lugar, otros cazados cuando se entrenaban en las artes criminales, con la intención de actuar, pero que por una u otra razón suponemos que tras su paso por Guantánamo no representan un peligro inmediato aunque sí un peligro futuro, al tratarse de islamistas radicales con vocación de yihadistas.

Existe un tercer grupo. Son un centenar y medio de presos, inequívocamente terroristas, identificados y reconocidos por agencias y servicios de inteligencia y seguridad como autores de la ejecución, preparación e inducción de actos terroristas. En este caso, las pruebas acumuladas contra ellos no serían suficientes para condenarlos ante un tribunal ordinario, o han sido obtenidas con métodos que no serían válidos ante un tribunal.

Los componentes de los tres grupos son inequívocamente yihadistas en distinto nivel de compromiso y preparación, pero convencidos de la bondad de la yihad. Así que con el cierre de Guantánamo, los problemas se sucederán unos tras otros. Los del primer grupo serán juzgados según garantías constitucionales, con hábiles abogados, lo que hará más difícil su condena y, de producirse, más corta. Qué harían después personas convencidas de que atentar contra nuestras ciudades es un deber divino, lo dejamos para la imaginación de nuestros lectores y de Zapatero, pero en un alto número, nada bueno.

Pero eso es sólo el principio. Aquellos contra los que no se tienen pruebas habría que repatriarlos a sus países de origen. De éstos, unos lo rechazan aterrados ante la posibilidad de tenerlos cerca. Otros los soltarán, por miedo o convencimiento a la primera ocasión. Y en otros recibirán un trato que ríase el lector del recibido en Guantánamo. Algo habría que hacer con ellos.

Así que a quienes, como Zapatero, defienden el cierre de Guantánamo, sólo les quedan dos opciones. O hacerse el tonto, desentenderse y presionar para que otros se queden a los terroristas –una actitud inmoral e hipócrita– poniendo en riesgo sus sociedades; o repartírselos y aceptarlos en nuestros países con el status de refugiados, represaliados políticos, etc. Y eso sí, libres para ir, hacer y ver a quien quieran. Lo que es aterrador, puesto que hablamos de personas que odian nuestras sociedades y nuestra cultura y que han jurado y se han preparado para destruirnos.

Esto es lo que queremos saber sobre qué está dispuesto Z a ofrecer a Obama por el cierre de Guantánamo, puesto que el "socialdemócrata puro" tiene varios terroristas para nosotros. Zapatero posee una buena oportunidad este lunes de decirnos a los españoles si va a soltar en nuestras ciudades a terroristas capaces de atrocidades como las de Atocha o Londres. Porque ahora varias decenas de los terroristas más peligrosos del mundo están encerrados a buen recaudo en Guantánamo, pero si hay que clausurar la prisión, quedarán sueltos para seguir con sus actividades criminales. ¿En nuestro país?

Precedentes no faltan: el expreso ceutí de Guantánamo, de quien en su día los medios celebraron su inocencia, resulto ser inocente... tanto como que poco después familiares y hermanos fueron detenidos cuando iban a provocar una masacre contra el recinto ferial de Ceuta. Pues bien; ahora multipliquen situaciones como éstas en nuestras ciudades.

Esto es lo que hay. Si Zapatero celebra el cierre de Guantánamo deberá elegir entre ser hipócrita y pretender que otros se queden con los terroristas poniéndose en riesgo, o ser coherente y poner a nuestro país a disposición del asilo de terroristas convencidos, con el grave deterioro en nuestra seguridad. Ya no se trata de propaganda. La responsabilidad por las consecuencias derivadas de esto serán sólo y únicamente de Zapatero.

No hay comentarios.: