Edomex: trabajo de parto
El ultrasonido previo al alumbramiento del aspirante priista aún no permite identificar los rasgos fundamentales del nonato.
Ricardo AlemánLa sucesión del gobierno en el Estado de México pasa por momentos decisivos. El alumbramiento del candidato del PRI al relevo de Enrique Peña Nieto está previsto para los últimos diez días de marzo, y el proceso vive ya un franco “trabajo de parto”.
Sin embargo, el ultrasonido previo al alumbramiento del aspirante priista aún no permite identificar los rasgos fundamentales del nonato, y los que han tenido acceso a esa fotografía digital dicen que la genética visible no permite descartar a ninguno de los cinco precandidatos que aparecen en la pelea: Alfredo del Mazo, Eruviel Ávila, Ricardo Aguilar, Luis Videgaray y Ernesto Nemer, en ese orden.
Los parteros de la sucesión mexiquense dicen que en diez días será visible la identidad del nonato, una vez que el proceso de gestación haya concluido de manera positiva las pruebas de “competencia”, “crecimiento en la elección” y “carisma popular”. Es decir, antes del parto, el elegido a candidato al gobierno mexiquense deberá ser acreditado a satisfacción de los parteros, las tres “FC”. ¿Y eso qué quiere decir?
Nada complicado; que “el bueno” para enfrentar al PAN y al PRD en el Estado de México —o en su caso a una coalición de azules y amarillos— tendrá que haber aprobado de manera positiva “Factor de Competencia”, “Factor de Crecimiento en la Contienda” y “Factor de Carisma”. En pocas palabras, que será elegido el más competitivo, el que muestre la mayor capacidad de recaudar votos no priistas —o de crecer en la contienda— y que reproduzca con la mayor fidelidad el fenómeno Peña Nieto: “Hacer clic con los electores”.
Aún así, una última aduana podría mudar los pronósticos en el último momento. Nos referimos al “Factor del Linaje”. Todos saben que la línea sucesoria en el Estado de México pasa por cedazo de las “familias custodia”, que tienen su origen en El Grupo Atlacomulco y ramificaciones en la poderosa comunidad de origen árabe y los llamados “Tolucos”. De manera literal, el forcejeo para la designación del candidato a sucesor pasará por esa peligrosa y poderosa aduana.
Por otro lado, y según operadores del primer círculo de Enrique Peña Nieto, el proceso de compulsa mantiene vivos sólo a tres de los cinco aspirantes: Alfredo del Mazo, Eruviel Ávila y Ricardo Aguilar —el dirigente estatal del PRI no irá al CEN del tricolor, como se especuló—, quienes están a la espera de consultas de última hora que orientarán la decisión final.
También contra lo que se especuló en semanas recientes, desde el arranque del proceso de selección del candidato priista al gobierno mexiquense se decidió perfilar al más dotado y mejor posicionado para enfrentar el escenario de mayor riesgo: la coalición PAN-PRD que podría postular al Estado de México no a un candidato local, sino a una carta con estatura de presidenciable. Eso quiere decir que, desde el inicio del proceso de sucesión, Enrique Peña Nieto se preparó para hacer frente al más complicado de los escenarios.
Entre los hombres de Peña Nieto nadie duda que habrá coalición opositora PAN-PRD y casi apuestan a que, al final del día, la candidata de azules y amarillos será Josefina Vázquez Mota, en tanto que están seguros de que López Obrador terminará por abandonar su repudio a las alianzas, cuando su candidato, Alejandro Encinas, sea declarado legalmente inhabilitado. En síntesis, que los “peñistas” creen que en el Estado de México se reeditará el “fenómeno Oaxaca”, en donde PAN y PRD —junto con la chiquillería— sumarán fuerzas con un candidato de unidad, en tanto que AMLO volteará hacia otro lado.
Por lo pronto, todo está a punto para que en 20 días se anuncie el feliz alumbramiento de esa “madre amorosa” que es el PRI mexiquense y para que, como en los viejos tiempos, la cargada estalle en júbilo por el nuevo prohombre de la clase política mexiquense. Al tiempo.
EN EL CAMINO
Por cierto, mañana viernes, una vez que Humberto Moreira se convierta de manera formal en presidente del PRI, también se podrá hablar de la legitimación de la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto. ¿Por qué? Porque Moreira es el hombre de Peña Nieto en el PRI. Es decir, que el mexiquense les habrá ganado a todos sus adversarios del tricolor el control del partido. Para los que no lo saben, y para los que hacen que no se acuerdan, vale decir que el principal impulsor de la presidencia de Moreira en el PRI se llama Enrique Peña Nieto. Y que el viernes se habrá cerrado el círculo de lo que entonces será llamado “el PRI de Peña Nieto”.
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