El estilo y el riesgo de Moreira
Es raro ver a un líder priista de estas características. En el código genético de ese partido no estaba el enfrentamiento público
Leo ZuckermannHumberto Moreira llegó a la dirigencia nacional del PRI a tambor batiente. Su estilo es entrón, lo cual es poco usual en el partido tricolor. El ex gobernador de Coahuila no esconde su origen norteño: habla de frente sin muchas florituras. Y le encanta provocar a sus adversarios. Desde que llegó, ha tenido la capacidad de posicionarse en los medios e imponer en la agenda pública la discusión de dos temas: el combate a la pobreza y el crecimiento económico. El priista insiste en que, en ambos rubros, los gobiernos panistas han fracasado, sobre todo el de Felipe Calderón.
Es raro ver a un líder priista de estas características. En el código genético de ese partido no estaba el enfrentamiento público. El PRI siempre cuidaba mucho las formas hacia afuera. Los políticos no ventilaban sus peleas frente a las cámaras. Por el contrario, todo eran muestras de “unidad” y “solidaridad” en torno al “gran proyecto de la Revolución Mexicana” encarnada en el señor-presidente-de-la-República. Desde luego que dentro del partido había muchos conflictos. Pero se daban por debajo de la mesa y lejos, muy lejos, de los medios de comunicación.
Por eso llama la atención el estilo entrón y hasta bravucón de Moreira. Me recuerda al de Vicente Fox cuando era gobernador de Guanajuato y candidato presidencial. La diferencia es que Moreira es priista y, como mencioné, este estilo no es muy común que digamos entre los miembros de su partido.
Con sus duras y ocurrentes críticas, Moreira ha logrado provocar la reacción de los panistas. Hasta el presidente Calderón ha tenido que salir a responderle de manera oblicua.
Ayer, en el noticiero radiofónico de Carlos Loret de Mola, el presidente nacional del PRI sostuvo un debate amplio con el secretario del Trabajo, Javier Lozano, otro político entrón. Al margen de una batalla verbal donde iban y venían estadísticas, la discusión resultó muy ilustrativa del nuevo estilo de la dirigencia priista. Sumamente diferente de los modos, las generalidades y las citas poéticas de Beatriz Paredes. Imposible imaginar un debate como el de ayer entre ella y Lozano.
Sin embargo, el estilo de Moreira tiene riesgos. Uno es que los opositores al PRI logren calentarlo, se le vaya la lengua, cometa un error y haga el ridículo. O peor aún: que él solito se emocione y enrede. Todo dependerá de qué tan impulsivo o cuidadoso resulte ser el dirigente del PRI.
Otro riesgo es que su estilo sea tan atractivo que le haga mucha sombra al que seguramente será el candidato presidencial del tricolor, es decir, Enrique Peña Nieto. El gobernador del Estado de México tiene un estilo muy diferente al de Moreira. El mexiquense está más chapado a la antigua: es recatado y mesurado. A menos, desde luego, que la estrategia del PRI sea tener un “chico malo” que ataque a los opositores priistas (Moreira) y un “chico bueno” que proponga las soluciones para el país (Peña).
Moreira llegó a la dirigencia nacional del PRI gracias al apoyo de Peña. ¿Qué tanto el mexiquense está detrás de la estrategia de enfrentamiento que trae el coahuilense en contra de los panistas? ¿Estarán los priistas midiendo el impacto del estilo entrón de su dirigente? ¿Le funcionará al PRI tener un “chico bueno” y uno “malo”? ¿Podrá controlar el primero al segundo? ¿Le ganará el protagonismo a Moreira? ¿Gustará tanto su estilo entrón “a la Fox” que acabe eclipsando a Peña Nieto?
En el camino, veremos. Por lo pronto, es indudable que hay un nuevo estilo en la dirigencia del PRI muy diferente a lo que estábamos acostumbrados en el pasado.
México trágico
México trágico
José CárdenasTengo tres piezas de un rompecabezas. Ayer las vi por separado. Están al alcance de la mano de quien quiera juntarlas, acomodarlas, armarlas. Encontrarles significado.
Pieza 1. “Estamos hasta la madre”. En Cuernavaca y en otras 27 ciudades del país se escucha el mismo grito. Miles de personas lo dirigen a los gobernantes, a los políticos, pero también a los criminales. La muchedumbre se hace visible. Se ve y se siente. Es el logro indiscutible de un largo gusano de gente que marcha al calor de una tarde de primavera en la ciudad de la eterna balacera. Masa variada, amorfa, vestida de blanco ciudadano. El color de la paz. Personas que en otras circunstancias no se habrían dirigido quizá ni un buenas tardes. Por un instante al menos, logran poner en claro (como el 20 de agosto de 2008) que la vida bajo la amenaza del crimen, del fuego y la metralla en cualquier esquina, no es vida. Vamos a ver cuántos y quiénes los escuchan. Esta vez los convocó a salir la voz doliente de un poeta-periodista.
Pieza 2. En tres años habrá cuerpos policiacos municipales capacitados y fortalecidos. De ser así, el Ejército regresará a los cuarteles. Esto declara Genaro García Luna, ingeniero en jefe de la Seguridad Pública federal. El funcionario dibuja de nuevo los contornos de un país con instituciones a salvo de nuevas y más profundas grietas. Para 2014, dice, la ola de violencia comenzará a disminuir. García Luna habla desde las alturas. Desde la cumbre de la Conferencia Internacional para el Control de Drogas. Es la edición número 28. Es el cónclave de los expertos sobre un tema del que también se lee en páginas escritas todos los días con miedo, sangre y dolor de inocentes. ¿Y qué habrán dicho y prometido nuestros expertos en la misma cumbre las 27 veces anteriores?
Pieza 3. Javier Lozano Alarcón es El Porro de Calderón; Juan Molinar Horcasitas, El Greñas o El Asesino. El presidente del PRI, Humberto Moreira, no descansa en eso de rebautizar a sus adversarios. Al profesor coahuilense le gusta el trompo verbal, es fajador de callejón. Para sus contrincantes, Moreira es Madaleno o El Bailador. Los informadores le reproducimos a él y a los otros sus gracejadas. En menor grado, analizamos sus enfoques sobre la política que se supone indispensable para paliar los agobios de estos tiempos y de los que vengan. ¿Será porque hablan menos de eso? ¿O ya lo han dicho todo? ¿O no pueden ofrecer nada nuevo? Eso sí, “al PAN lo aplastaremos en 2012”, dice el boletín del PRI. Gana pertinencia la pregunta que lanzó al aire el senador Manlio Fabio Beltrones: ¿por qué queremos ganar las elecciones? Podemos redirigirla a los gladiadores de todos los partidos. A nuestra clase política especializada en la contemplación de sí misma y en el arte de verse el ombligo. También podemos preguntar los ciudadanos: ¿Queremos que esos ganen las elecciones? El numerazo me recuerda a Celia Cruz: “Bernabé le pegó a Muchilanga… ¡Azúuuca!”
MONJE LOCO. El periodista Miguel Ángel Granados Chapa lo adelantó el 23 de enero. Amigos y enemigos se le fueron encima. Lo hicieron tragar polvo. Al confirmarse su exclusiva son otros los que tragan sapos. Es oficial: Emilio Azcárraga Jean, de Televisa, compra la mitad de Iusacell a su competidor Ricardo Salinas Pliego, de TV Azteca. ¿Magnates unidos jamás serán vencidos? Carlos Slim ni suda y ni se acongoja. Granados Chapa tampoco. Ya se sabe, ya se supo…
La ley, vulgar moneda de cambio
La ley, vulgar moneda de cambio
¿Por qué pareciera que a nadie de la llamada izquierda, del PRI o del PAN les importa que Encinas será un candidato, no sólo ilegal, sino ilegítimo?
Ricardo AlemánDistintas fuentes enteradas de los intríngulis de la llamada izquierda mexicana dicen que es cuestión de días para que los tres membretes de esa tendencia política —las empresas familiares PT y Convergencia, además del PRD— anuncien la buena nueva: Alejandro Encinas será ungido como candidato del trípode dizque izquierdista.
Sin duda que se trata de una buena noticia para Encinas, para la dupla Marcelo Ebrard y Manuel Camacho; para Los Chuchos y acaso también para Andrés Manuel López Obrador. Es probable que se trate de una buena noticia para los simpatizantes de la izquierda en el Estado de México y, por supuesto, se trata de una noticia suculenta para el PRI de Enrique Peña Nieto, ya que se confirma que en las tierras mexiquenses no habrá alianza PAN-PRD.
Sí, de confirmarse que en torno a la candidatura de Alejandro Encinas gravitarán los partidos PRD, PT y Convergencia, serán muchos los políticos felices. Sin embargo, pocos se han percatado de que la infelicidad, la burla, la ofensa y el agravio podrían apoderarse de la mayoría de los votantes de esa entidad. ¿Por qué? Elemental, porque todos los estudios serios sobre la legalidad de la candidatura de Alejandro Encinas confirman que no cumple con los requisitos y que, por tanto, su candidatura será ilegal.
¿Por qué entonces la “cachaza” del propio Alejandro Encinas? ¿Por qué la seguridad de Marcelo Ebrard y Manuel Camacho? ¿Por qué pareciera que a nadie de la llamada izquierda, del PRI o del PAN les importa que Alejandro Encinas será un candidato, no sólo ilegal, sino ilegítimo? La respuesta a esas interrogantes la saben todos.
A nadie de la clase política le importa que Alejandro Encinas sea un candidato ilegal para el gobierno mexiquense, porque todos saben que, en el México de la democracia, la alternancia, la transición, el México de las reglas electorales infalibles, la ley —y sobre todo la electoral— es moneda de cambio: se negocia.
Más aún, en el Estado de México crece la especie de que —al contrario de la infamia esparcida por AMLO de que Calderón le ofreció a Encinas la candidatura mexiquense— en los sótanos del poder y la política se habría establecido un pacto entre el priismo y todo el bloque de izquierda para “dejar pasar” la candidatura de Encinas, siempre y cuando no sea parte de una alianza PAN-PRD. ¿Y qué quiere decir dejar pasar?
En rigor, significa eso mismo que dijimos antes —y todos lo saben—: que la ley electoral es una vulgar moneda de cambio. Y para los puristas que tienen dudas, dos ejemplos son verdaderas joyas de la inmoralidad electoral. ¿Por qué creen los electores de todo el país —los ciudadanos que con sus impuestos pagan los miles de millones de pesos que cuesta esa suerte de elefante blanco que es el IFE— que los partidos políticos representados en la Cámara de Diputados no han aprobado las vacantes de consejeros del IFE?
Por eso, porque negociaron la ley electoral. Todos saben que los legisladores están en falta, que se trata de una flagrante violación constitucional, pero todos hacen como que la virgen les habla y nadie dice nada y, por supuesto, ni resuelve. ¿Si son capaces de romper la confianza, la credibilidad, la legalidad y la seriedad del IFE, qué no harán para negociar la peccata minuta de Alejandro Encinas: su ilegal candidatura a gobernador mexiquense?
El segundo ejemplo está a la vista de todos, y es una joya histórica sobre la burla a la legislación electoral. Como se recuerda, en 1999, AMLO no cumplió los requisitos para ser jefe de Gobierno del Distrito Federal. ¿Pero, qué creen? Pues sí, que ese preclaro ejemplo de la honestidad valiente negoció con su aliado, Ernesto Zedillo, la ley. ¿Y eso qué? Pues que por “amable sugerencia” del gran poder —y por arte de magia, claro— se le dio el aval al tabasqueño. Sí, AMLO fue el primer jefe de Gobierno espurio e ilegítimo.
¿Qué nos van a decir ahora los tramposos jefes, líderes y candidatos del PRD, PT y Convergencia, ante la ilegal candidatura de Encinas al gobierno mexiquense? ¿Qué van a decir Enrique Peña, el PRI de Moreira y esos apóstoles de la democracia y la legalidad que son los señores del PAN? Es probable que todos se hagan de la vista gorda, que seamos testigos de otra vulgar negociación de la ley.
EN EL CAMINO
¿Qué después de la marcha? Lo mismo que luego de un buen libro, que después de escuchar una cátedra, que aprender una experiencia callejera… sigue el reforzamiento de la cultura social de la gente cuya voz, tarde o temprano, será escuchada.
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