viernes, abril 01, 2011

La incierta Libia

Se reportan asesinatos y desapariciones en Bengasi, por lo que los desorganizados rebeldes mudaron a Tobruk a sus líderes. La situación se complica con el ataque de la OTAN y la posibilidad de una guerra civil.

Vehículos de fuerzas leales a Gadafi arden tras ser alcanzados por misiles de la OTAN en una carretera hacia Bengasi.
Vehículos de fuerzas leales a Gadafi arden tras ser alcanzados por misiles de la OTAN en una carretera hacia Bengasi. Foto: Goran Tomasevic/ Reuters

BENGASI, Lib.- Los colores naranjas del atardecer hacen magia sobre la destruida Bengasi. Desde la zona de la rambla hasta los barrios más periféricos los últimos rayos del sol embellecen las construcciones que parecen al borde del derrumbe. Persianas de metal bajas y suciedad en la banqueta confirman que los negocios no cerraron por la hora, sino porque sus dueños decidieron mudarse hacia otros rumbos. Edificios quemados, vidrios pulverizados y montañas de escombros se amontonan en el desordenado mapa urbano de la segunda ciudad más importante de Libia cuando suena el último llamado al rezo musulmán. Las mezquitas funden sus altavoces en canciones hipnóticas que obligan a los foráneos a recordar que Alá es el dueño espiritual de estas tierras.

Varios niños que se divertían en un terreno baldío jugando al futbol ya no están. Hacía días que por estas horas improvisaban partidos donde unos eran del Barcelona y otros del Inter de Milán; con silbato en la boca, el más corpulento vestía de árbitro y gritaba cuando los pequeños pasaban más tiempo peleándose que metiendo goles.

Un estruendo seguido de varias detonaciones de metralla inaugura la noche. Y aunque pocos se sorprenden ya, el nuevo aporte se define por las réplicas constantes. Ya pasaron 30 días desde que comenzaron las hostilidades y la situación es cada vez más compleja: varios frentes de batalla redefinen a diario el panorama bajo reglas tan turbias como volátiles. Sin un mando visible de un lado y con una autoridad acorralada del otro, los días en el noreste libio confabulan contra el sentido común y las mínimas nociones de táctica militar.

ASEDIO AMATEUR

El primer ejemplo para comprender la desorganización rebelde se remonta al pasado jueves 17 de marzo. “Vamos al aeropuerto para filmar las mentiras del régimen gadafista y demostrar que su propaganda no logrará engañar a todo el mundo”, advertía Saleem, mientras conducía a gran velocidad rumbo a la periferia de la ciudad. Como parte del equipo de prensa del comité revolucionario, su objetivo era confirmar que la televisión oficial estaba difundiendo más mentiras que verdades.

Media hora después, una sirena de alerta y dos cazabombarderos que castigan las instalaciones principales del aeropuerto de Bengasi fueron suficientes para evaporar las buenas intenciones de Saleem. “Ven, quiero que filmes también”, fue la invitación inicial que luego retractaría hasta transformarse en la censura más férrea. En aquellos minutos los primeros 100 metros cercanos a los ataques eran sinónimo de frustración. Un puñado de hombres tenían armas y otros tantos tenían rato intentando subir a un techo con el único cañón antiaéreo que les habían dado. Cuando lo lograron, la excitación del momento y las consecuencias de disparar sin razón los hizo perder el equilibrio y caer desde cuatro metros de altura con el arma todavía en las manos. “La, la, no… no filme”, fue el grito de despedida cuando la vergüenza le ganó a las ganas de demostrar que estaban enfrentando al poderoso Gadafi.

Insurgentes festejan el derribo de un avión caza del Ejército libio en las cercanías de Bengasi.
Insurgentes festejan el derribo de un avión caza del Ejército libio en las cercanías de Bengasi. Foto: Manu Brabo/ EFE

Después, en las portadas de muchos diarios se publicaría la fotografía de un avión derribado por los milicianos, única referencia de la férrea resistencia que le han opuesto al régimen y que supone la utilización de misiles Stingers con una notable eficacia: “Siento que ese avión lo pusieron ahí, este lugar está fabricado”, comentaba a M Semanal un reconocido fotógrafo de agencias internacionales. Su conclusión no es exagerada si se observa la extraña composición que producían los hierros retorcidos al lado de las florecitas intactas de los alrededores. “Qué va… también los revolucionarios le están ‘echando coco’ a la propaganda”, decía el fotógrafo.

El segundo ejemplo de improvisación en el frente de batalla se demostró el pasado 19 de marzo, luego de festejos multitudinarios tras la resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la que decretaba la zona de “exclusión aérea” y el posterior “cese al fuego” declarado por Gadafi. Pero la mañana del sábado los estruendos constantes de madrugada presagiaron el peor amanecer: una decena de tanques leales al régimen avanzaron de forma asombrosa por la autopista desde el sur y con fuego de artillería ganaron la zona externa de los suburbios capitalinos. Después, dos centenares de hombres en vehículos civiles ingresaron a las zonas residenciales para asesinar a blancos específicos ligados al movimiento revolucionario y dejaron el terreno limpio para una segunda fuerza que destrozó el área con morteros y lanzacohetes. Más de 200 heridos y 40 muertos se contaron en las filas civiles.

Rebeldes dirigen su batería antiaérea contra un avión de las fuerzas de Gadafii.
Rebeldes dirigen su batería antiaérea contra un avión de las fuerzas de Gadafii. Roberto Schmid/ AFP

“Dejen esa esquina para juntarnos aquí. No, mejor carguen el arma y llévenla hacia la esquina. No, ya, quédense aquí ¡dejen de correr!”, fue la frase que mejor describió aquella mañana de combates del lado insurgente. Desparramados en varias cuadras, los grupos de choque no superaban la veintena. Armados sólo iban cuatro, y éstos disparaban hacia arriba como si las balas las dirigiese el viento mientras retrocedían posiciones cada 20 minutos. Dos horas después, el grito de “¡Alá es grande!” opacaría cualquier derrota. Las tropas gadafistas se retiraron y los muyahidines festejaron como héroes. Aunque luego se sabría, off the record, que la estrategia implementada por el Presidente comenzaría a orientarse hacia el terror: pegar y esconderse, desangrar y volver a golpear. Táctica que los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) intentan modificar desde hace varios días con una lluvia de misiles sobre Trípoli.

El tercer ejemplo que describe el estilo de combate en el noreste libio se registró el pasado lunes, en Ajdabya. Luego de 36 horas de aquel ataque a los suburbios de Bengasi, las tropas nacionales ya habían retrocedido 120 kilómetros. Avanzar por la autopista oeste significaba cansarse de ver tanques destrozados. La gente gritaba de alegría mientras sacaba fotos para retratar el momento histórico. Algunos agarraban balas quemadas, otros insignias y muchos se reían de la comida enlatada en el interior de los vehículos atacados.

Cinco kilómetros antes de llegar a Ajdabya fue imposible continuar. Humo negro y detonaciones comprueban que el frente gadafista ganó la ciudad unos días antes y que se encuentra atrincherado allí. “Vamos a ganar, Gadafi ya fue derrotado”, gritó un combatiente con la V de la victoria y unos tenis de niña colgados del cañón de 40 mm. Cincuenta metros adelante, envalentonados por las columnas de humo y por la efectividad del ataque de la OTAN, 25 vehículos ingresaron por la avenida principal del pueblo como si fuesen caravana fúnebre. El resultado fue predecible: cuatro descargas de mortero los dispersaron bajo un ambiente de reproches inevitables. El resultado quedó abierto y la percepción sobre el conflicto en Libia, también. Un resultado quizás demasiado dependiente de las acciones que la comunidad internacional decida en las próximas horas.

BIENVENIDOS A SARAJEVO

La guerra en las ciudades del este se perfila de tintes apocalípticos. Bien conocidas son otras intervenciones internacionales que decantaron en cruentas guerras civiles, y el panorama que presenta Bengasi se asemeja a sus peores predecesoras. Quien recorre las calles comprende que los barrios son tierra de nadie donde cada esquina tiene su puesto de control y cada checkpoint sus propias reglas. Algunos te dejan pasar, los siguientes te detienen o registran el carro; la mayoría usa los colores de la revolución pero muchos otros apenas completan ropa. Hay machetes y cuchillos junto a bazucas y lanzacohetes.

Muchas colonias no tienen luz y el ambiente enchina la piel. Los gritos y las discusiones acompañadas por balas se vuelven comunes al caer la noche. En las esquinas huele a hachís, quizás la droga más utilizada por los insurgentes en sus largas rondas de vigilia. El alcohol no existe o está tan escondido que pocos tienen acceso a las botellas de vodka y whisky del mercado negro. “Ayer mataron al mejor artista de la ciudad. Se encargaba de dibujar caricaturas de Gadafi en las paredes de los edificios”, confirma Ahmed Muktala, señalando un grafiti del Presidente. “Estaba pintando cuando le dispararon desde un auto dos personas vestidas de civil”.

Periodistas corren para huir de un bombardeo del Ejército de Gadafi cerca de la refinería de Ras Lanuf.
Periodistas corren para huir de un bombardeo del Ejército de Gadafi cerca de la refinería de Ras Lanuf. Foto: Paul Conroy/ Reuters

Según Muktala, coordinador de la Juventud Revolucionaria, las fuerzas leales al primer mandatario están infiltradas en todos los niveles de la sociedad y operan de manera clandestina en horarios nocturnos. “Se mueven como células independientes con objetivos específicos y su meta es imponer el terror. Buscan la división popular y por eso cometen asesinatos selectivos de personajes de renombre”. El joven confirmó que también fue ultimado el periodista que tenía a su cargo el “programa bandera” del canal rebelde de televisión. Una señal clandestina que desde inicios de las hostilidades iba cambiando de dirección. “El sábado, cuando atacaron, llegaron por él de forma muy precisa y le dieron un tiro en la cabeza”.

Pocos caminan las calles. No hay escuelas, ni centros deportivos o espacios recreativos. Escasos grupos que se congregan en la plaza principal, el emblemático punto de reunión de todas las protestas relacionadas con la causa revolucionaria. “´¿Qué hacen aquí? Súbanse a un auto porque los pueden secuestrar. Ya no pueden caminar en Bengasi como lo hacían antes”, se advierte a los reporteros y fotógrafos que decidieron salir. “Desde ahora ustedes son blanco, porque también son considerados enemigos del régimen. Además de lo que escriben, deben acordarse de que entraron de manera ilegal por la frontera egipcia, lugar que controlan los rebeldes y que no otorga las visas obligatorias que pide Gadafi”, detalla, en un excelente inglés, el conductor anónimo.

Sus palabras marcan una tendencia. Asesinatos y desapariciones en aumento preocupan a los extranjeros que se mueven en las calles como hormigas buscando información. Los rebeldes, a su vez, también juegan sus fichas y mudaron hasta Tobruk a la mayoría de los referentes políticos del movimiento. Las incógnitas son muchas y la situación bajo la sombra de las bombas de la OTAN se perfila complicada. ¿Qué ocurriría si hubiese una fractura en el mando rebelde y la ciudad se dividiese? Quizás la enorme cantidad de armamento y las diferencias entre los clanes pudiese proyectar un territorio imposible de controlar, que sería aprovechado por los paramilitares leales a Gadafi. Y allí, el desconcierto y los combates de guerrillas hundirían al Este del país en el peor resultado que la búsqueda por la nueva Libia pudiese lograr.

La alianza contamina Los Pinos

La alianza contamina Los Pinos

Jorge Fernández Menéndez

Cuando un barco no sabe hacia dónde va, ningún viento le es favorable. Lo mismo sucede con los hombres y, obviamente, en la política. El grado de oportunismo con el que se construyó el mito de la alianza PAN-PRD en el Estado de México ha envuelto a todos sus actores en una confusión de la que sólo podrán salir muy mal parados, al quedar mal con todos y, en primer lugar, con quienes realmente apostaron ingenuamente por esa posibilidad.

Lo que ocurre en el PRD al respecto es grave, pero mucho más lo sucedido la tarde del miércoles en la Presidencia de la República. No puede ser que el presidente Calderón se haya reunido en Los Pinos con la cúpula partidista y que al término del encuentro nada menos que la secretaria general, Cecilia Romero (al estilo de su homóloga Dolores Padierna), salga a decir que el Presidente los “instruyó” a sacar adelante la alianza con el PRD. No sé si esa instrucción se dio pero, ¿cuál es el sentido político de la señora Romero para hacer semejante declaración a la prensa?, ¿desde cuándo un Presidente “instruye” a su partido a tomar decisiones en contra de otro partido? Menos de dos horas después tuvo que salir el secretario particular del Presidente, Roberto Gil Zuarth, a desmentir a la secretaria general y a explicar que el Presidente sólo fue informado por esos dirigentes sobre lo que había ocurrido en el Edomex. El dato no es menor: Gil no sólo es el secretario del presidente Calderón, todo indica que era el hombre que éste quería que quedara en la presidencia del partido o por lo menos en la secretaría general, a la cual llegó Romero luego de una negociación infructuosa de Gil con Gustavo Madero. Quizá por eso, sólo después de que fue desmentida Romero por Gil y la Presidencia, es que salió, tarde, Madero, a rechazar él también lo dicho por Romero. Y lo peor es que no pasa nada.

En el PAN apostaron demasiado por esa alianza, sin ninguna certidumbre de que realmente se pudieran sacar adelante las cosas, y ahora parece que descubrieron no sólo que el PRI no se equivocó a la hora de designar candidato sino que también el PRD decidió dejarlos solos mucho antes de lo previsto.

López Obrador ha abonado a esa confusión panista cuando dice que el presidente Calderón le ofreció a Alejandro Encinas ser el candidato de la alianza. No habría que sorprenderse de que López Obrador mienta, lo hace en estos temas en forma recurrente; tampoco, que lo haya desmentido la Presidencia, no me imagino a Calderón haciéndole ese ofrecimiento a Encinas, con quien no mantiene una buena relación, pero en última instancia lo que queda de manifiesto es que en el PRD todos intentan jugar con cartas marcadas.

Como ha dicho Jesús Ortega ante esa “revelación”, ¿cuándo se reunió Encinas con Calderón para que le hicieran esa oferta? A pesar de que Encinas ha dicho que no aceptaría una alianza con el PAN, ¿realmente no aceptaría un acuerdo de ese tipo y, si es así, por qué no lo aceptó? La conclusión es simple: o Encinas no nos decía la verdad cuando sostenía que no tenía nada que ver con el PAN o el que no dice la verdad es López Obrador, que con tal de levantar a su candidato sazonó tanto la información que la hizo incomible.

Pero la confusión no termina allí. Ahora los organizadores de la consulta, como Denise Dresser y Sergio Aguayo, se asombran y lamentan que el PRD la haya ignorado antes incluso de que se tuvieran los resultados de la misma. Deberían aprender algo: a pesar de que se suelen presentar como personalidades independientes, sus organizaciones están trabajando, por lo menos en estos temas, para los partidos, dependen de ellos, que son los que les pagan, y terminan siendo parte de sus agendas. Cuando comenzaron a organizar la consulta sabían que, en última instancia, el resultado no era vinculatorio y que los partidos podían hacer con ella lo que quisieran. No deja de ser por lo menos extraño que, en ese contexto, se ignore que no se puede ser tan independiente cuando se trabaja para dos partidos políticos por causas que sirven solamente a ellos. Salvo que se compruebe que lo realizado termina siendo tan vergonzoso que es mejor negarlo.

Cerramos la semana como la comenzamos: la designación de Eruviel Ávila acabó con cualquier expectativa seria de alianza PAN-PRD. Esos partidos han regresado al baúl de los recuerdos y han recuperado a sus mismos candidatos de hace 18 años, cuando Bravo Mena y Encinas se enfrentaron a Emilio Chuayffet.

La idea de la alianza llevada al extremo les sigue entusiasmando a varios actores, algunos de primerísimo nivel, pero no deja de ser eso: una idea que resulta cada día más difícil plasmar en hechos y llevarla a la realidad. El peligro es que, persiguiendo una idea, se puede llegar al peor de los destinos.

Una flor en el pantano

Una flor en el pantano

José Cárdenas

Es inédito que la Procuraduría General de la República pueda ser dirigida por una mujer. Eso dicen muchos machos. En lugar de ir a fondo, pierden el tiempo flotando en la superficie. Que la procuradora sea mujer o no, es irrelevante. Quien ostente el cargo tiene una primera obligación hasta hoy incumplida: limpiar las cañerías del siniestro sistema de corrupción, impunidad e injusticia que enferma a la PGR.

Arturo Chávez Chávez estuvo al frente 18 meses. Manejó bajo perfil. No hizo ruido. Sus resultados fueron escasos. Llegó cuestionado por los feminicidios de Juárez. Se va con más pena que gloria. Ninguna de las capturas de los grandes capos del crimen ha sido mérito de la PGR.

Marisela Morales Ibáñez será abogada de la nación. Se sacó el tigre de la rifa.

Atrás queda el 5 de marzo, cuando la inminente procuradora fue distinguida por Michelle Obama y Hillary Clinton con el Premio Internacional 2011 a las Mujeres de Valentía.

De Marisela Morales se dice mucho. Estuvo dos años y siete meses al frente de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). Encabezó la Operación Limpieza en el interior de la PGR. Consignó a su antecesor, Noé Ramírez Mandujano, quien trabajaba para el cártel de los Beltrán Leyva. Marisela lo empinó.

También se sabe que la próxima procuradora diseñó el michoacanazo. Aquel golpe político que llevó a la cárcel a más de 30 alcaldes, policías y funcionarios del gobierno de Leonel Godoy. Fue un acto de poder inédito. Una decisión sospechosa. La PGR fabricó presuntos culpables y después de 18 meses ni disculpas ofreció. El único pez gordo se les peló. A la fecha, se desconoce el paradero de Julio César Godoy, hermano incómodo del señor gobernador.

El líder del PRD,Jesús Zambrano, cuestionó en su momento a Marisela Morales: “No debería utilizar su cargo para la persecución política. Tampoco para fines electorales”.

La nueva procuradora pasará primero la aduana del Senado. PAN y PRI la avalan. El PRD le tiene tirria, precisamente por el michoacanazo. Le harán examen la primera quincena de abril.

Detrás de la maestra en ciencias penales está su mentor: Rafael Macedo de la Concha, procurador sacrificado en 2004 por Vicente Fox debido al desafuero de Andrés Manuel López Obrador. La cercanía de Marisela con el ex procurador permite inferir que la nueva funcionaria contará con el aval de las Fuerzas Armadas. Eso pesa.

Su designación también es la más reciente filtración de la PGR a los medios. Como tal, circuló por Twitter la tarde y la noche del miércoles. Es el nuevo estilo de la casa presidencial.

Apenas en noviembre, Arturo Chávez Chávez delegó en esta flor de la judicatura la facultad de autorizar la infiltración de agentes ministeriales en grupos criminales. Era la única mujer con licencia para infiltrar. Ahora portará la charola 001.

Le reconocen eficiencia, honestidad, probidad y profesionalismo. Mano firme. La que haga falta. A diferencia de sus dos antecesores, no se le conocen nexos con los grandes capos litigantes.

Victoria Adato le abrió la puerta al género. Fue procuradora del DF en 1982. La criminóloga María de la Luz Lima Malvido fue subprocuradora en la PGR. Y hasta ahí. No más mujeres.

Por lo pronto Arturo Chávez Chávez ya la libró. Tenía que comparecer en el Senado por el bochornoso operativo Rápido y furioso. Ese será el primer trompo que Marisela se eche a la uña.

Afuera las broncas serán peores. Necesitará interlocución directa con instancias del gobierno de EU. Mal para ella si los asuntos de la PGR y el combate al narcotráfico quedan atrapados entre helados muros de silencio y desconfianza. Peor quizá, si este clima pendulea otra vez al extremo contrario, el de la ligereza, el descuido, el candor de dar mucho a cambio de nada o de casi nada.

¿Marisela Morales Ibáñez será una flor en el pantano?

EL MONJE LOCO. Un nuevo hecho triste y calamitoso sacude a Morelos. Siete jóvenes fueron asesinados en Temixco. Ni la procuraduría estatal ni la PGR parecen interesadas en investigar a fondo los homicidios. Hay policías involucrados. La cloaca apesta. El poeta Javier Sicilia, protesta. Ya se sabe, ya se supo…

Viernes negro en Nuevo León

Viernes negro en Nuevo León: ejecutan a siete en media hora

Se registró una intensa movilizacion policiaca en los municipios de San Nicolás y Monterrey; hubo balaceras intensas por las calles

Mónica Luna/ Corresponsal

MONTERREY, Nuevo León, 1 de abril.- Esta tarde se registró una intensa movilizacion policiaca en los municipios de San Nicolás y Monterrey. Esto con motivo de al menos siete ejecuciones entre las 15:30 a las 16:00 horas.

Todo comenzó con una persecución que dejó dos hombres muertos en el cruce de las calles Antiguo Camino a Apodaca y Salvardor Alvarado, en la colonia Constituyentes de Querétaro, en San Nicolás.

Los dos sujetos fueron perseguidos por varias cuadras hasta llegar a dicho cruce, cuando sujetos armados a abordo de otro vehículo les dieron un cerrón y los balacearon al parecer con armas AR-15.

Al lugar arribaron elementos periciales quienes cercaron el lugar y recabaron varios casquillos percutidos.

Momentos despues en la colonia Peña Guerra, se registró la ejecución de un hombre justo en el cruce de las calles Hugo Murrieta y M. Rojas.

Según fuentes periciales este último hecho está relacionado con los dos balaceados de Constituyentes de Querétaro.

Luego de este hecho tres hombres fueron ejecutados en las calles Ejército Libertadores y Cajeme, en la colonia Tierra y Libertad del municipio de Monterrey.

Uno de los hombres murió al ser traslado por paramédicos al hospital.

Aún sin saber si este último hecho está relacionado con los otras seis ejecuciones, las autoriades policiacas reportaron que hombres armados acabaron con la vida de un menor de edad en el cruce de calle Hera y Camino Real, en la colonia El Porvenir de Monterrey.

El joven solo fue identificado con el nombre de Jonathan, quien tenía 16 años, y fue baleado frente a su novia de quien por motivos de seguridad no fue proporcionada su identidad.

Dada la posibilidad de que los cuerpos fueran rescatados, personal forense trasladó los cuerpos inmediatamente al Servicio Médico Forense, en el Hospital Universitario.

Bolivia: El ciclo populista

Bolivia: El ciclo populista

por Oscar Ortiz Antelo

Oscar Ortiz Antelo es ex presidente del Senado de la República de Bolivia.

El Ministro de Comunicación boliviano anuncio recientemente que el presidente Evo Morales guardaría reposo medico debido a una inflación en la rodilla. Más allá de las burlas que provocó la confusión de inflación por inflamación, este hecho refleja como la inflación esta enloqueciendo al gobierno del Movimiento Al Socialismo, cuya popularidad se diluye por los problemas económicos que sufre la población.

Este no es un proceso nuevo. Lo hemos vivido una y otra vez, los países que hemos sido gobernados por gobiernos populistas. Es lo que acertadamente, Sebastián Edwards, en su libro, Populismo o Mercado: El dilema de América Latina, define como el ciclo populista, el cual según este destacado economista chileno tiene cuatro etapas predecibles. Algunos extractos de su descripción:

En la primera fase el crecimiento, los salarios reales y el empleo se elevan, y sus políticas parecen ser muy exitosas. Los controles generalizados a los precios aseguran que la inflación no sea un problema, y las importaciones alivian los productos que escasean.

En la segunda fase, la economía enfrenta cuellos de botellas, en parte como consecuencia de la expansión de la demanda y en parte por la creciente falta de divisas para importar. La inflación aumenta en forma significativa, pero los salarios reales se mantienen gracias a los mecanismos de ajuste o los incrementos salariales por mandato del gobierno. El déficit presupuestal aumenta como resultado de subsidios generalizados a los productos básicos y al comercio exterior.

La tercera etapa es el preludio al colapso. Se caracteriza por una escasez generalizada de múltiples bienes, una extrema aceleración de la inflación y la fuga de capitales. El déficit presupuestal se deteriora gracias a descensos significativos en la recolección de impuestos y a un incremento en los costos de los subsidios. El gobierno intenta dominar la inflación y estabilizar la economía recortando los subsidios y devaluando la moneda. Los salarios ajustados a la inflación caen de forma estruendosa y las políticas se vuelven inestables.

La cuarta y última etapa es el proceso de poner la casa en orden después de ocurrido el desastre, normalmente bajo un nuevo gobierno. Generalmente cuando se llega a este punto los salarios ajustados a la inflación han disminuido sustancialmente lo que provoca un incontenible malestar social que termina provocando la caída del gobierno, con la aprobación de la inmensa mayoría de la ciudadanía que, desilusionada del populismo, no quiere seguir soportando los costos y las consecuencias de sus políticas.

La descripción de Edwards, nos recuerda a los bolivianos al periodo 1982–1985, durante el gobierno de la Unidad Democrática y Popular, que inició con grandes expectativas y término acortando su mandato en medio de la hiperinflación. Dos décadas después, con otras circunstancias y otros actores, el ciclo populista comienza a manifestarse. Quizás estemos por la segunda etapa, aunque ya hayamos adelantado partes de la tercera.

El empresario y su entorno

El empresario y su entorno

por Gabriela Calderón de Burgos

Gabriela Calderón es editora de ElCato.org, investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador).

Guayaquil, Ecuador— La semana pasada escribí sobre cómo la obligación de repartir las ganancias condena a los trabajadores ecuatorianos a tener empleos de poca productividad y salarios bajos. Una de las críticas a esa opinión es que “a los empresarios ecuatorianos les falta la moralidad que si suelen tener los empresarios en otras partes del mundo, como Europa”.

Pero parece que los empresarios se comportan según el entorno empresarial de cada país. Por ejemplo, Suiza se ubica entre los países con un Estado de Derecho más sólido de acuerdo al índice de Gobernabilidad del Banco Mundial1 y también es la cuarta economía más libre del mundo (de las 141 analizadas) de acuerdo al índice de Libertad Económica en el Mundo del Fraser Institute2. Según los mismos índices, Ecuador está en el 10% de países con el peor Estado de Derecho y se ubica en la posición 109 en cuanto a libertad económica, con un puntaje similar al de Mali y Nigeria.

Muchos consideran que necesitamos un mercado laboral más regulado y un mayor gasto público para llegar al estado benefactor que tiene Suecia hoy, pero olvidan que ese país goza desde hace mucho de una libertad económica mucho mayor que la que Ecuador tiene y, además, de un Estado de Derecho sólido. El capital intangible que genera el Estado de Derecho de Suecia, hace que sea posible que esa economía tolere durante algún tiempo una alta carga tributaria e inflexibilidad en el mercado laboral, pero no es lo que generó la riqueza de esa nación y puede ser perjudicial.

El economista sueco Johan Norberg explica que entre 1860 y 1910, los salarios reales de los trabajadores industriales suecos crecieron un 25% por década y el gasto público no rebasó el 10% del PIB. Durante ese periodo no existía seguridad social estatal ni todos los demás beneficios del estado benefactor que empezaron a crearse a partir de los 1930s. Aún así, hasta 1950 el peso total de los impuestos no superaba el 21% del PIB. Para 1970, Suecia tenía el cuarto ingreso per cápita más alto del mundo. Pero entre 1960 y 1980 se duplicó el gasto público, se reguló severamente el mercado laboral y vino un largo periodo de crecimiento mediocre (si se compara con el crecimiento que experimentaron EE.UU. y los países de Europa Occidental). Esto dejó a Suecia con el catorceavo ingreso per cápita más alto de la OCDE.3

Suecia entró en crisis a principios de los noventas. Para recuperarse, redujeron impuestos, disminuyeron las pensiones estatales y las privatizaron parcialmente, crearon los bonos escolares y permitieron la participación privada en el sector de la salud y la educación.4

Es probable que muchos empresarios ecuatorianos lleven doble contabilidad y evadan impuestos. Pero no lo hacen porque su raza o cultura los predispone a eso. Lo hacen como una reacción natural a un marco legal que impide el progreso y castiga la creación de riqueza. La experiencia alrededor del mundo y a lo largo de la historia demuestra que los sistemas en los que los individuos gozan de mayor libertad (y el poder del estado es limitado) son los que generan más prosperidad. Suecia es solo un ejemplo de muchos.

Multiculturalismo

Multiculturalismo

por Alberto Benegas Lynch (h)

Alberto Benegas Lynch (h) es académico asociado del Cato Institute y Presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Argentina.

Como en tantos otros casos en los que se recurre a expresiones controvertidas, deben precisarse significados al efecto de estar en condiciones de criticar o suscribir fundamentadamente el concepto tras la palabra. Tal es el caso del multiculturalismo que, en vista de sucesos recientes, se torna imperioso clarificar. En un plano, observamos con alarma que debido a acciones delictivas, especialmente terroristas, en lugar de arremeter contra el criminal y el crimen se llega a la peregrina idea de que esos desaguisados ocurren debido a que se permite la residencia en el país en cuestión a extranjeros. Esta actitud xenófoba y nacionalista no parece entender que los delitos no son patrimonio de cierta nacionalidad sino solo de canallas entre los que se encuentran tanto nativos y como foráneos. El terrorismo así ha desviado la atención del verdadero problema para cargar las tintas injustamente contra religiones, etnias, nacionalidades y demás características del todo irrelevantes al tema que en verdad debe preocupar. De este modo, se procede a truculentas cazas de brujas inaceptables para cualquier comunidad civilizada. En este contexto, se emprende la persecución a personas pertenecientes a otras culturas como si todas las personas ilustradas no fueran “ciudadanos del mundo” como decían los estoicos y como si la cultura fuera algo pétreo, estático e inmutable sin comprender que las culturas individuales van cambiando con el correr del tiempo al ir incorporando nuevos conocimientos y perspectivas distintas.

En un segundo plano, los hay quienes se empeñan en asimilar por la fuerza otras culturas y denominan “multiculturalismo” o “transculturalismo” a la política que impone desde los aparatos estatales esta visón trasnochada que es la mejor manera de crear conflictos y trifulcas entre personas que prefieren vincularse con otros que no son los que las estructuras políticas deciden. De aquí proviene el llamado “affirmative action” que consiste en obligar en los lugares de trabajo y en ámbitos académicos a aceptar cuotas preestablecidas de negros, latinos, homosexuales, budistas etc. etc. con lo que se producen graves problemas en el mercado laboral puesto que bloquean la posibilidad de elegir por la eficiencia con lo que los salarios e ingreso en términos reales disminuyen debido a que las tasas de capitalización merman. Del mismo modo, se perjudica enormemente las casas de estudios que naturalmente buscan las mejores mentes ya que en lugar de ello se imponen las antedichas cuotas que necesariamente bajan los niveles académicos y, por ende, también perjudican la condición moral y material de la gente, muy especialmente la de los más necesitados.

Una tercera interpretación contempla el multiculturalismo como simplemente el respeto a todas las manifestaciones culturales que no lesionan derechos de terceros. Esta acepción es un canto a la libertad de elegir con quienes se desea establecer vínculos de cualquier tipo que sea sin que nadie ni nada interfiera en esas decisiones que constituyen una de las manifestaciones más importantes de las autonomías individuales.

Por último, una acepción más de multiculturalismo es el aceptar todas las culturas excepto las manifestaciones de la sociedad abierta. Esto habitualmente se lleva a cabo bajo el disfraz de la diversidad pero de contrabando encierra una versión cavernaria respecto a las manifestaciones civilizadas, especialmente referidas al concepto fundamental de los derechos de propiedad que no es aceptada ni digerida por estos “multiculturalistas”. Esta vertiente usa la diversidad de pretexto para encubrir la cerrazón cultural que es la anti-cultura por antonomasia.

Hoy observamos que en no pocos países aparece un discurso peculiar: se sostiene que se ha sido generoso en aceptar muy diversas culturas lo cual, se sigue diciendo, no ha dado resultado en vista de los conflictos que se han desatado. Pero en casi todos los casos no se ha tratado de generosidad y genuina apertura sino del multiculturalismo forzado al que hicimos referencia en la segunda acepción, lo cual, naturalmente, conduce a conflictos de muy diversa índole. En este razonamiento hay un salto lógico inaceptable puesto que de una absurda imposición se concluye que la diversidad es inconveniente cuando lo inconveniente ha sido la referida imposición, en lugar de abrir posibilidades para que cada uno elija su camino y solo se recurra a la fuerza de carácter defensivo cuando hay lesiones al derecho con total independencia de la cultura a la que pertenece el delincuente que, en todo caso, una de cuyas aristas es precisamente el delito.

Las legislaciones más conocidas y difundidas del multiculturalismo de este segundo tipo han sido las de Canadá, Alemania, Inglaterra, EE.UU. y Yugoeslavia. Los actuales gobiernos de Alemania e Inglaterra hoy declaran que el multiculturalismo fue un fracaso estrepitoso pero, como decimos, el fiasco no se debe al respeto de otras culturas ni al hecho de otorgarles residencia a personas provenientes de esas manifestaciones culturales sino, como queda dicho, al hecho de haberlas impuesto en colegios, universidades, lugares de trabajo, sitios públicos, etc. todo lo cual provocó los problemas que son ampliamente conocidos y destacados por la prensa mundial.

Por otra parte, conviene a esta altura consignar que el multiculturalismo en el mejor sentido no significa relativismo como mantienen algunos. Eliseo Vivas con mucha razón señala “la falaz inferencia que parte del hecho del pluralismo cultural y llega a la doctrina axiológica de que no podemos diferenciar en lo que respecta al mérito de cada una”. Muy por el contrario, Vivas explica que del hecho de que existan diferentes culturas no se sigue que no se pueda discernir lo bueno y lo malo de cada una y que si no somos deterministas culturales, es decir, si no negamos el libre albedrío, independientemente de donde provenimos culturalmente contamos con la capacidad de percibir lo mejor y rechazar lo peor. No está en pie de igualdad el antropófago y el hombre civilizado que respeta a su prójimo, de lo cual no se sigue que no existan costumbres que resultan indiferentes desde la perspectiva puramente axiológica. Más aún no es descabellado limitar el uso de “cultura” para el hecho de cultivarse, de mejorarse y lo contrario es en verdad contracultura y degradación de lo propiamente humano.

Una manera de ilustrar la concepción errada de multiculturalismo es citar un pensamiento de John Kenneth Galbraith quien sostiene que “muchas veces se entiende por multiculturalismo el trabajo que realizan portorriqueños a salarios infrahumanos por tareas inhumanas”. Esta concepción mezcla muchas cosas. Del hecho de que con razón se sostenga que no debe interferirse en los arreglos contractuales libres y voluntarios entre personas provenientes de diferentes culturas (en última instancia siempre es así ya que diferentes concepciones, inclinaciones y capacidades es lo que posibilita y hace atractivo el intercambio), no se sigue que los ingresos que cada uno percibe en el mercado sean iguales sino que serán remunerados según la respectiva productividad la cual, a su vez, depende de la inversión per capita. Lo mismo puede decirse de los tipos de tareas requeridas: no puede establecerse de antemano quienes harán cuales labores, esto dependerá de las respectivas necesidades y demandas. Las interferencias estatales en el mercado como las sugeridas por Galbraith desvían factores productivos de las áreas preferidas por los consumidores hacia las preferidas por las burocracias de turno y consecuentemente empobrecen. Entonces, el necesario e imprescindible respeto por las diferencias no significa intentar eliminarlas a través de la legislación cuya única misión es la igualdad ante la ley, es decir, la igualdad de derechos y no de resultados.

En todo caso, una muestra acabada de cultura es el espíritu del “ciudadano del mundo” y el abandono de los nacionalismos, siempre cavernarios. En una oportunidad Borges recordó que “en mis épocas juveniles, en Buenos Aires, una prostituta francesa costaba cinco pesos, una polaca tres, mientras que una argentina solo dos…en aquellos tiempos la gente no era nacionalista”.

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