jueves, abril 07, 2011

La narcoviolencia durará 7 años más: García Luna

“No estoy de acuerdo en pactar con ningún criminal que atenta contra la comunidad”. La violencia extrema del hampa busca elevar el “costo político” de la lucha, dice en televisión..
El secretario de Seguridad Pública dictó ayer en Cancún la conferencia “Amenaza mundial de las drogas”.
El secretario de Seguridad Pública dictó ayer en Cancún la conferencia “Amenaza mundial de las drogas”. Foto: Jesús Quintanar

El secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, aseguró que la violencia que se vive en el país comenzará a disminuir en siete años, según esquemas similares observados en otros países.

En entrevista televisiva para Primero Noticias, que conduce Carlos Loret de Mola, comparó la estrategia que se aplica en México con esquemas de ciudades como Nueva York, Chicago o Colombia y calculó que el declive de la violencia comenzará en ese periodo.

“La experiencia que hay en el plano internacional señala que los primeros siete, ocho años del proceso, cuando uno enfrenta este fenómeno con toda contundencia y cambia la parte reglamentaria y los productos policiales”, se observan esos resultados.

“Es el caso de Nueva York y Chicago. El caso que ha durado más tiempo ha sido Colombia; sin embargo, México lleva un ritmo mucho más ágil, mucho más eficiente y espero que sea antes”, expresó.

En la entrevista el funcionario rechazó que pueda darse un eventual pacto del gobierno mexicano con las organizaciones criminales. “Mi postura es que no; yo no comparto que el Estado mexicano ceda ante el crimen”, indicó.

“No estoy de acuerdo en pactar con ningún criminal que atenta contra la comunidad, hoy no puedo pensar que un criminal llegue y atente contra la vida de un ciudadano, que lo secuestre, o que lo mutile”, señaló.

Por otra parte, García Luna señaló que en tres años el número de agentes federales se incrementó de 6 mil a 35 mil, por lo que hoy existe una mayor “capacidad de reacción” en el combate a las organizaciones criminales.

Sobre las marchas contra la violencia que se realizaron ayer en diversas partes del país, el titular de la SSP dijo: “Están enfocadas contra la delincuencia y las autoridades tenemos que sumarnos a cualquier esfuerzo de la sociedad”.

García Luna también se refirió al caso de la francesa Florence Cassez, condenada a 60 años por plagio. “La Policía Federal, cuando detiene a la mujer, nunca la imputa como secuestradora; se pone a disposición del Ministerio Público y es éste el que determina que es culpable, no la Policía Federal”.

Cuestionado sobre el acuerdo que firmaron los medios de comunicación para la cobertura de la violencia, consideró que es un elemento indispensable para contribuir al combate del crimen.

“Da la oportunidad de crear condiciones para transitar en un esquema de eficiencia contra el hampa, porque acota la impunidad del delincuente y el espacio que tiene para generar esa perspectiva de intimidación social y, por supuesto, da ventaja al Estado mexicano para combatirlo”, evaluó.

El presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, puso en entredicho la posibilidad de abatir la violencia en siete años, y sostuvo que las declaraciones de García Luna hacen prever la continuidad del “esfuerzo bélico” del gobierno, con el consecuente aumento en la cifra de muertos y víctimas colaterales.

García Luna dictó ayer en Cancún la conferencia magistral “Amenaza mundial de las drogas”, donde aseguró que el narco recurre a la violencia extrema para “elevar el costo político”, en un intento de replegar al gobierno federal.

También dijo que en México los narcos disputan un negocio que equivale (en narcomenudeo) a 8.7 mil millones de dólares, cifra que representa 10 por ciento del valor del mercado en Norteamérica.

Asimismo, señaló que la escalada violenta en México ya no corresponde al modelo histórico de las estructuras del narcotráfico.

En el pasado, dijo García Luna, un criminal tardaba hasta 15 años en escalar la pirámide de la delincuencia, pero en la actualidad sólo requiere un mes. (Con información de Ignacio Alzaga, Víctor Hugo Michel, Fernando Damián y Elba Mónica Bravo)

Cárteles en guerra

• El director del FBI, Robert Mueller, afirmó que hay un nivel “sin precedentes” de violencia en México, producto del enfrentamiento de “facciones” del narcotráfico “en guerra”.

• En una audiencia ante el Congreso de su país, señaló: lo que sucede en México “no lo llamaría una guerra total; lo que existen son facciones en guerra”.

• “Creo que es justo decir que es sin precedentes” el nivel de violencia en México, dijo Mueller al ser cuestionado sobre el tema y recordó que en cuatro años ha habido casi 35 mil homicidios.

El señor Ackerman y mi preocupante pobreza periodística

El señor Ackerman y mi preocupante pobreza periodística

La historia en breve

Ciro Gómez Leyva

Recibo una carta de John M. Ackerman sobre el texto que publiqué ayer. Aquí una síntesis. La carta completa está en milenio.com

Dice el señor Ackerman que quien busca dividir a los mexicanos con “un maniqueísmo reduccionista es la llamada Iniciativa México, no el movimiento ‘No + sangre’”.

Explica que “todos los muertos de la absurda, ilegal y fallida ‘guerra’ de Felipe Calderón tienen el mismo valor”. Aunque, “sí existe una diferencia abismal entre el potencial de la voz y presencia pública de Javier Sicilia en comparación con las de Alejandro Martí, Nelson Vargas e Isabel Miranda de Wallace. Hago votos por que Sicilia tenga la capacidad de articular un gran movimiento social, crítico e independiente tanto del gobierno y los políticos como de los grandes consorcios mediáticos, que logre cambiar la estrategia de combate al crimen organizado e impulsar la democratización del país. Llamar a esta idea un ‘lugar común’ o ‘panfletario’, como lo hace Gómez Leyva, revela una preocupante pobreza en su análisis periodístico”.

Concluye: “El periodista me lanza una pregunta: ‘¿Qué hacer luego de las marchas?’ Le contesto. Dirigir nuestros esfuerzos hacia la plena democratización de los medios de comunicación electrónicos para asegurar la presencia política de la gran pluralidad de voces y perspectivas que caracterizan a nuestra sociedad. La indignación de los que marchamos este miércoles va dirigida no solamente hacia el gobierno, los partidos y los delincuentes, sino también hacia los grandes oligopolios mediáticos que ya nos tienen hartos de tanta mentira y desinformación”.

Fraseología y superstición. Ojalá el señor Ackerman haya visto la cobertura de las marchas que hizo MILENIO Televisión.

Gracias por la carta. Por mi parte, punto final.

Estamos hasta la madre...

Estamos hasta la madre...

(Carta abierta a los políticos y a los criminales)
JAVIER SICILIA

El brutal asesinato de mi hijo Juan Francisco, de Julio César Romero Jaime, de Luis Antonio Romero Jaime y de Gabriel Anejo Escalera, se suma a los de tantos otros muchachos y muchachas que han sido igualmente asesinados a lo largo y ancho del país a causa no sólo de la guerra desatada por el gobierno de Calderón contra el crimen organizado, sino del pudrimiento del corazón que se ha apoderado de la mal llamada clase política y de la clase criminal, que ha roto sus códigos de honor.

No quiero, en esta carta, hablarles de las virtudes de mi hijo, que eran inmensas, ni de las de los otros muchachos que vi florecer a su lado, estudiando, jugando, amando, creciendo, para servir, como tantos otros muchachos, a este país que ustedes han desgarrado. Hablar de ello no serviría más que para conmover lo que ya de por sí conmueve el corazón de la ciudadanía hasta la indignación. No quiero tampoco hablar del dolor de mi familia y de la familia de cada uno de los muchachos destruidos. Para ese dolor no hay palabras –sólo la poesía puede acercarse un poco a él, y ustedes no saben de poesía–. Lo que hoy quiero decirles desde esas vidas mutiladas, desde ese dolor que carece de nombre porque es fruto de lo que no pertenece a la naturaleza –la muerte de un hijo es siempre antinatural y por ello carece de nombre: entonces no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada–, desde esas vidas mutiladas, repito, desde ese sufrimiento, desde la indignación que esas muertes han provocado, es simplemente que estamos hasta la madre.

Estamos hasta la madre de ustedes, políticos –y cuando digo políticos no me refiero a ninguno en particular, sino a una buena parte de ustedes, incluyendo a quienes componen los partidos–, porque en sus luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación, porque en medio de esta guerra mal planteada, mal hecha, mal dirigida, de esta guerra que ha puesto al país en estado de emergencia, han sido incapaces –a causa de sus mezquindades, de sus pugnas, de su miserable grilla, de su lucha por el poder– de crear los consensos que la nación necesita para encontrar la unidad sin la cual este país no tendrá salida; estamos hasta la madre, porque la corrupción de las instituciones judiciales genera la complicidad con el crimen y la impunidad para cometerlo; porque, en medio de esa corrupción que muestra el fracaso del Estado, cada ciudadano de este país ha sido reducido a lo que el filósofo Giorgio Agamben llamó, con palabra griega, zoe: la vida no protegida, la vida de un animal, de un ser que puede ser violentado, secuestrado, vejado y asesinado impunemente; estamos hasta la madre porque sólo tienen imaginación para la violencia, para las armas, para el insulto y, con ello, un profundo desprecio por la educación, la cultura y las oportunidades de trabajo honrado y bueno, que es lo que hace a las buenas naciones; estamos hasta la madre porque esa corta imaginación está permitiendo que nuestros muchachos, nuestros hijos, no sólo sean asesinados sino, después, criminalizados, vueltos falsamente culpables para satisfacer el ánimo de esa imaginación; estamos hasta la madre porque otra parte de nuestros muchachos, a causa de la ausencia de un buen plan de gobierno, no tienen oportunidades para educarse, para encontrar un trabajo digno y, arrojados a las periferias, son posibles reclutas para el crimen organizado y la violencia; estamos hasta la madre porque a causa de todo ello la ciudadanía ha perdido confianza en sus gobernantes, en sus policías, en su Ejército, y tiene miedo y dolor; estamos hasta la madre porque lo único que les importa, además de un poder impotente que sólo sirve para administrar la desgracia, es el dinero, el fomento de la competencia, de su pinche “competitividad” y del consumo desmesurado, que son otros nombres de la violencia.

De ustedes, criminales, estamos hasta la madre, de su violencia, de su pérdida de honorabilidad, de su crueldad, de su sinsentido.

Antiguamente ustedes tenían códigos de honor. No eran tan crueles en sus ajustes de cuentas y no tocaban ni a los ciudadanos ni a sus familias. Ahora ya no distinguen. Su violencia ya no puede ser nombrada porque ni siquiera, como el dolor y el sufrimiento que provocan, tiene un nombre y un sentido. Han perdido incluso la dignidad para matar. Se han vuelto cobardes como los miserablesSonderkommandos nazis que asesinaban sin ningún sentido de lo humano a niños, muchachos, muchachas, mujeres, hombres y ancianos, es decir, inocentes. Estamos hasta la madre porque su violencia se ha vuelto infrahumana, no animal –los animales no hacen lo que ustedes hacen–, sino subhumana, demoniaca, imbécil. Estamos hasta la madre porque en su afán de poder y de enriquecimiento humillan a nuestros hijos y los destrozan y producen miedo y espanto.

Ustedes, “señores” políticos, y ustedes, “señores” criminales –lo entrecomillo porque ese epíteto se otorga sólo a la gente honorable–, están con sus omisiones, sus pleitos y sus actos envileciendo a la nación. La muerte de mi hijo Juan Francisco ha levantado la solidaridad y el grito de indignación –que mi familia y yo agradecemos desde el fondo de nuestros corazones– de la ciudadanía y de los medios. Esa indignación vuelve de nuevo a poner ante nuestros oídos esa acertadísima frase que Martí dirigió a los gobernantes: “Si no pueden, renuncien”. Al volverla a poner ante nuestros oídos –después de los miles de cadáveres anónimos y no anónimos que llevamos a nuestras espaldas, es decir, de tantos inocentes asesinados y envilecidos–, esa frase debe ir acompañada de grandes movilizaciones ciudadanas que los obliguen, en estos momentos de emergencia nacional, a unirse para crear una agenda que unifique a la nación y cree un estado de gobernabilidad real. Las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una marcha nacional el miércoles 6 de abril que saldrá a las 5:00 PM del monumento de la Paloma de la Paz para llegar hasta el Palacio de Gobierno, exigiendo justicia y paz. Si los ciudadanos no nos unimos a ella y la reproducimos constantemente en todas las ciudades, en todos los municipios o delegaciones del país, si no somos capaces de eso para obligarlos a ustedes, “señores” políticos, a gobernar con justicia y dignidad, y a ustedes, “señores” criminales, a retornar a sus códigos de honor y a limitar su salvajismo, la espiral de violencia que han generado nos llevará a un camino de horror sin retorno. Si ustedes, “señores” políticos, no gobiernan bien y no toman en serio que vivimos un estado de emergencia nacional que requiere su unidad, y ustedes, “señores” criminales, no limitan sus acciones, terminarán por triunfar y tener el poder, pero gobernarán o reinarán sobre un montón de osarios y de seres amedrentados y destruidos en su alma. Un sueño que ninguno de nosotros les envidia.

No hay vida, escribía Albert Camus, sin persuasión y sin paz, y la historia del México de hoy sólo conoce la intimidación, el sufrimiento, la desconfianza y el temor de que un día otro hijo o hija de alguna otra familia sea envilecido y masacrado, sólo conoce que lo que ustedes nos piden es que la muerte, como ya está sucediendo hoy, se convierta en un asunto de estadística y de administración al que todos debemos acostumbrarnos.

Porque no queremos eso, el próximo miércoles saldremos a la calle; porque no queremos un muchacho más, un hijo nuestro, asesinado, las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una unidad nacional ciudadana que debemos mantener viva para romper el miedo y el aislamiento que la incapacidad de ustedes, “señores” políticos, y la crueldad de ustedes, “señores” criminales, nos quieren meter en el cuerpo y en el alma.

Recuerdo, en este sentido, unos versos de Bertolt Brecht cuando el horror del nazismo, es decir, el horror de la instalación del crimen en la vida cotidiana de una nación, se anunciaba: “Un día vinieron por los negros y no dije nada; otro día vinieron por los judíos y no dije nada; un día llegaron por mí (o por un hijo mío) y no tuve nada que decir”. Hoy, después de tantos crímenes soportados, cuando el cuerpo destrozado de mi hijo y de sus amigos ha hecho movilizarse de nuevo a la ciudadanía y a los medios, debemos hablar con nuestros cuerpos, con nuestro caminar, con nuestro grito de indignación para que los versos de Brecht no se hagan una realidad en nuestro país.


Además opino que hay que devolverle la dignidad a esta nación.

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