viernes, abril 08, 2011

Los mitoteros agrícolas

Los mitoteros agrícolas
Godofredo Rivera

Creí que los echeverristas y lopezportillistas estaban casi desapareciendo, que eran en el mejor de los casos viejitos chochos añorantes de los viejos tiempos autoritarios y populistas. Pero no, encuentro que hay gente escribiendo en nuevos medios con la misma filosofía populista e ignorante de la docena trágica (1970-1982). Me refiero a un nuevo periódico que circula y que se llama “Punto Crítico”. Me refiero a sandeces económicas escritas por uno de los columnistas (Miguel A. Rocha Valencia), que convertirá a dicho tabloide en serio competidor de las pelmacerías y mitotes de su par “La Jornada”.

Rocha, criticando a las organizaciones “campesinas” afirma y acusa lo siguiente:

“Ahí están los campesinos rasgándose las vestiduras, acusando de pérdida de soberanía alimentaria, cuando permitieron la privatización y enajenación social del Ejido, cuando aceptaron cambios constitucionales que hoy hacen dependiente alimentario al país, cuando autorizaron el desmantelamiento de instituciones de fomento, el cierre de centros agropecuarios de investigación, la cancelación de apoyos financieros a los productores rurales del sector social y borraron las pocas formas de aseguramiento para quienes se arriesgaban a producir en temporal”.

Rocha prosigue: “Se acabaron los subsidios y las compras oficiales de cosechas, se acabaron los precios de garantía, se acabó el decreto presidencial de indexar el valor de la producción agrícola a inflación, se acabaron los créditos de Banrural, sepultaron a la Aseguradora Nacional Agrícola y Ganadera, a las bodegas sociales de Boruconsa, a Almacenes Nacionales de Depósito, se fraccionó y vendió Fertilizantes Mexicanos, los ferrocarriles y con todo ello sepultaron la promesa de que nuestro país crecería en producción alimentaria y seríamos competitivos con nuestros socios del norte”.

Aclaremos estos puntos expuestos por éste colega a todas luces echeverrista- lopezportillista.

En primer lugar, el empobrecimiento del campo mexicano proviene de la forma en que estuvo organizada la propiedad de esa figura llamada Ejido. Sí, el Ejido, proyecto socialista implantado por Lázaro Cárdenas, que forzó colectivizar los derechos privados de propiedad del campo (los derechos a poseer, usufructuar y transferir toda propiedad incluyendo el campo), es decir, minimizar al máximo la propiedad privada en el campo y volverla en teoría “propiedad de los campesinos”. Obvio, esto fue pura demagogia, durante décadas los ejidatarios mexicanos jamás pudieron poseer títulos de sus propiedad para disponer libremente de ellas, más bien el campo era terreno corporativista del PRI que chantajeaba, exigía votos de los campesinos a cambio de no despojarlos de sus tierras. Sobra decir que con la ausencia a la libertad de poseer, usufructuar y transferir la tierra, el resultado fue el empobrecimiento de millones de campesinos.

No fue sino hasta el sexenio de Salinas en que al fin se tomó una decisión acertada, modificar el artículo 27 constitucional que diera certidumbre a los campesinos sobre sus tierras vía la expedición de certificados y títulos de propiedad. Aún no se acaba la certificación y sigue habiendo problemas históricos sobre los linderos de algunas tierras, pero se dio un paso adelante al desmantelar ese instrumento socialista y corporativista priísta llamado Ejido que sólo empobreció a los campesinos y los puso bajo el yugo estatal. Hoy los proyectos rentables ejidales se deben a que hay certidumbre en la propiedad y se permite recibir inversiones privadas. La pobreza continúa en una parte del campo, pero ello se debe en buena medida a insuficiencias en los cambios institucionales como la prohibición de hacer embargable por los bancos la propiedad ejidal; así, salvo aval gubernamental ó créditos del mismísimo gobierno, ningún banco está dispuesto a otorgar créditos a los campesinos. Los derechos privados de propiedad ó se reforman bien ó luego hay que poner parches y parches que inhiben la eficiencia.

Y perdón, los subsidios al campo no se han acabado, continúan, son multimillonarios, permanentes y lo peor, los capturan los grupos mafiosos del PRI como la CNC ó los más privilegiados agro industriales (y hasta narcotraficantes) de las zonas del pacífico y norte del país como Sinaloa, Chihuahua y Sonora.

Respecto de los precios de garantía (precios mínimos, por encima de lo que en promedio paga el mercado, que generan sobre producción y mercados negros en donde se desploman los precios; sólo hay que recordar a productores de leche derramándola en las coladeras, ó campesinos vendiendo sus piñas simbólicamente a un peso, eso originan los precios mínimos, ignorancia fatal olvidar esto) hay que recordarle a Rocha que ésta fue una etapa nefasta en la historia del campo, que implicaba cubrir con fuertes subsidios la diferencia entre los precios de mercado y los que papá gobierno quería, para privilegiar a unos cuantos y ganar votos. Manipulación total que sólo provocaba sobre oferta, desplome de precios y un fuerte endeudamiento del Erario.

Lo mejor que le pudo pasar al campo es permitir que los precios fluctúen libremente (eso de indizar precios es intromisión gubernamental y también genera privilegios para unos cuantos), como en cualquier mercado; si hay escasez, el precio debe subir y viceversa si hay abundancia. Ir contra las naturales leyes de oferta y demanda sólo genera mercados negros y miseria.

En cuanto a las instituciones de fomento que menciona Rocha (Banrural, ligadas a CONASUPO, ANDSA, Boruconsa, aseguradoras, etc.) vaya desfachatez y desmemoria. Al autor se le olvida los múltiples fraudes cometidos en estas instituciones, los miles de créditos perdidos destinados a proyectos con rentabilidad política y no económica, la enorme corrupción que corroía a estos organismos y que involucraba a funcionarios, políticos, seudocampesinos y empresarios vividores de la ubre gubernamental. Prueba de todo lo anterior fue el enorme endeudamiento que generó para el gobierno el continuamente rescatar la cartera vencida de las “instituciones de fomento”. No, por favor, no más de estos elefantes blancos que lejos de incentivar el intercambio sólo alentaron la corrupción y el desperdicio de recursos.

Finalmente, el autor habla de “soberanía alimentaria”. Otra vez aguda ignorancia de Rocha. No existe país alguno que sea autosuficiente (si eso es lo que Rocha entiende por soberanía). Qué Rocha mencione cuál país en la tierra es autosuficiente. Nadie lo es y menos en el terreno alimentario. Ni EU lo es, pues importa muchas hortalizas de México (productores beneficiados del TLC, competitivos y no en la miseria como afirma Rocha). México importa granos por que por condiciones de clima, suelo, geografía no tenemos las ventajas comparativas que si tienen los productores estadounidenses. En Japón un melón es carísimo (e importa de países como México), pues ese país no produce por condiciones naturales frutos tropicales.

Así las cosas, Rocha se une a los idiotas económicos que cierran calles y gritan consignas demagógicas como “sin maíz no hay país” “y sin frijol tampoco”.
Vaya pobreza de periodismo.

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