domingo, junio 26, 2011

El asesino y los silencios

El asesino y los silencios

Por: Salvador Camarena

Tuit fch

Pensemos en una región azotada por una banda delictiva que ha perpetrado horrores como, pero no exclusivamente, los siguientes:

"Ejecución de una pareja en el municipio de Tuzantla, cuyos cuerpos fueron arrojados a un basurero; cinco militares liquidados en una emboscada en Carácuaro, a punta de granadas y metralletas; (homicidio de) una abogada de Uruapan que metieron a un molino de rastrojo para una vez convertida en carne molida, dársela de alimento a los cerdos de una granja de Uruapan..."

El recuento de algunas de las atrocidades cometidas por el líder de esa banda criminal, autodenominada La Familia Michoacana, lo publica este sábado el periódico REFORMA a propósito de que fueron ordenadas por José de Jesús Méndez Vargas, mejor conocido como "El Chango (en México sinónimo de simio) Méndez", quien fue detenido el martes pasado.

Cualquiera supondría que luego de la detención del "Chango" Méndez, que según las autoridades federales supone el colapso de ese grupo criminal (en diciembre eliminaron al otro líder de la banda), funcionarios estatales de Michoacán expresarían algo parecido a lo que el presidente Felipe Calderón escribió en su cuenta de twitter: "Gran golpe de la policía federal al crimen organizado. Uno de los criminales más buscados fue capturado. Felicidades."

Sin embargo, el silencio del gobernador Leonel Godoy, de origen perredista y que tiene un medio hermano prófugo de la justicia acusado de ser cómplice de La Familia, y de otros líderes políticos y sociales en Michoacán es revelador.

En tierras michoacanas, lo dicen en voz baja, temen que la detención sea "contraproducente", que genere más violencia. Puede ser que tengan razones para abrigar ese temor. ¿Pero qué nos dice el hecho de que tras la caída de un criminal no se escuchen voces de alivio de las autoridades y de otras figuras prominentes de la comunidad que vivió amenazada por ese cártel? ¿Es que el miedo es muy profundo, o es que tentáculos de la banda siguen incrustados y vivos en diversos sectores de la población? ¿O será que hay nuevos jefes criminales en la plaza, y la detención de Méndez, ocurrida mientras iba en retidada, es sólo una buena noticia para que sean pagados crímenes del pasado pero no para evitar los de mañana?

De cualquier manera, hay silencios reveladores. El del gobernador Leonel Godoy es uno de ellos.

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