viernes, junio 24, 2011

Encinas: gobernador “legítimo”

Encinas: gobernador “legítimo”

El objetivo de López Obrador es alargar un supuesto fraude electoral en el Edomex, para descalificar igualmente las elecciones federales de 2012.

Francisco Martín Moreno

López Obrador repetirá, sin duda alguna, la vieja estrategia del 2006, sólo que ahora en el Estado de México. El mismo personaje autoritario, enemigo de las instituciones de la República, el mismo presunto secuestrador de la voluntad nacional, ahora ha decidido reventar las elecciones mexiquenses en el caso de que Alejandro Encinas, una figurilla de trapo y zapatos de madera que el tabasqueño mueve con hilos a la distancia, resulte derrotado el próximo 3 de julio.

Desde un principio las encuestas proyectaban a Eruviel Ávila como el candidato más aventajado para llegar a gobernar en el Estado de México. La distancia de este último en contra de sus oponentes era de dos a uno en el caso de Encinas y de cuatro a uno en el caso de Bravo Mena. Era clara, como lo es en la actualidad, la voluntad electoral de los mexiquenses que se resisten a ser gobernados a control remoto por López Obrador, ya que nadie puede ignorar a estas alturas que Encinas no pasa de ser una triste marioneta sin personalidad alguna, quien también pretendería gobernar con recetas sacadas del bote de la basura. Por si fuera poco, los mexiquenses tampoco ignoran la catastrófica gestión de Encinas cuando fue jefe de Gobierno en el DF. Tan las encuestas no mienten ni son una patraña, como dice López Obrador, que al propio Bravo Mena no se le concede posibilidad alguna de triunfo por tratarse también de un personaje gris, diminuto e insignificante. Es innegable entonces, que el electorado mexiquense no es tonto ni desmemoriado y en este caso estaría eligiendo a Eruviel Ávila, quien por otro lado habría ganado las elecciones igualmente como candidato del PAN o del PRD al gobierno del Estado de México.

Cuando López Obrador nombró candidato a Encinas, ignorando votaciones internas en el PRD, en Convergencia y en el Partido del Trabajo, confirmándose como déspota y titular por la vía de los hechos de los tres partidos, en realidad estaba apostando, desde un inicio, a reventar las elecciones para elevar a Encinas a la calidad de “gobernador legítimo”, tal y como él se ostenta, en la actualidad, como el “presidente legítimo” de los mexicanos. ¿Razones? El objetivo de López Obrador es alargar un supuesto fraude electoral en el Estado de México para descalificar igualmente las elecciones federales del 2012 en el evento de que nuevamente no triunfe en dicha contienda electoral. ¿No es evidente? ¡Claro que la apuesta de AMLO sería que ganara Encinas, presupuesto imposible de cumplir porque la opinión pública no comparte sus intereses políticos! ¡Ay, si López Obrador pudiera imponer a Encinas con un furibundo golpe asestado en su escritorio ignorando los quejidos, quejas y denuncias del electorado mexiquense! ¡A callar: aquí sólo mando yo! Sólo que esta tentación totalitaria se la debe reprimir porque sucede que en México, afortunadamente, ya existen las instituciones electorales que están custodiadas por los mismos ciudadanos. ¿Ya se olvidó que en 2006 un millón de compatriotas estuvieron en las urnas verificando la legalidad de la elección organizada por el IFE? ¿Un millón de mexicanos se prestaron al fraude? Seamos serios.

Nixon, Lula, Mitterand y hasta Ollanta Humala perdieron en su momento las elecciones por la presidencia de su respectivo país y, en ningún caso, destruyeron las instituciones cuando resultaron derrotados tanto en las encuestas como en los sufragios. ¿Por qué entonces cuando no se cumple la voluntad caprichuda, antipatriótica e ilegal de López Obrador porque ni él ni sus candidatos triunfan, tenemos que asistir a un conflicto político de dimensiones nacionales como evidentemente lo prepara López Obrador de cara a 2012?

Ya sé que la aseveración que haré a continuación podría parecer de política ficción, sin embargo, aquí mismo la expongo solicitando la benevolencia del lector: Es sabido que Alejandro Encinas ha sido demandado ante el Instituto Electoral del Estado de México por no cumplir con los requisitos de residencia que exigen las leyes locales para ser candidato al gobierno del estado; por otro lado, a Eruviel Ávila se le acusa de haber rebasado los topes de campaña establecidos por la ley. De acuerdo a lo anterior si el tribunal electoral decidiera que Encinas evidentemente no cumplió con los requisitos de residencia y que Eruviel excedió los gastos de campaña, en ese caso le quedaría el camino pavimentado a Bravo Mena, quien por default de sus contendientes llegaría al gobierno de Toluca. ¿Será..?

Es evidente entonces que las elecciones en el Estado de México no se van a ganar en las urnas sino en los tribunales, tal y como podría acontecer en otros países con instituciones republicanas. Lo que no se vale, ni podemos permitirlo los mexicanos, son las presiones callejeras, populacheras, que organizará López Obrador a partir del próximo 3 de julio, para prevenir también su derrota electoral en 2012. Los mexicanos no podemos dirimir nuestras diferencias ni en las calles ni con las manos como pretende hacerlo López Obrador, con lo cual vuelve a confirmar que era, es y será un auténtico peligro para México.

Lo que pase a partir del 3 de julio de este 2011 en el Estado de México se repetirá en 2012, sólo que a nivel nacional. El tiempo tiene la última palabra…

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