Ex presidente Fujimori convertido en rehén político
LUIS J. CISNEROS
AFP
LIMA -- Enfermo y en prisión, el ex presidente Alberto Fujimori se ha convertido en una especie de rehén político, pues sus condiciones carcelarias dependerán del comportamiento del movimiento que lidera su hija Keiko, derrotada en la presidencial pero con gran fuerza en el Parlamento, coinciden analistas.
El unicameral congreso, de 130 miembros, concentrará en lo inmediato el interés mediático para ver cómo se posiciona la agrupación fujimorista Fuerza 2011, cuya bancada es la segunda con 37 congresistas detrás de la 47 bancas que obtuvo el partido del presidente electo, el izquierdista Ollanta Humala.
Declaraciones del vicepresidente electo Omar Chehade, al día siguiente de la elección de Humala el 5 de junio, diciendo que Fujimori, de 73 años, debe pasar a una prisión común refuerzan a su vez la percepción de que este será un tema complicado en la agenda política peruana.
El ex presidente (1990-2000) fue condenado en el 2009 a 25 años de prisión por violación a los derechos humanos y corrupción, que cumple en una sede policial al este de Lima.
El sociólogo Fernando Rospigliosi dijo que podría existir “un tira y afloja” entre el gobierno de Humala y Keiko Fujimori como líder de la principal fuerza de oposición en el Congreso al nuevo gobierno que entrará en funciones el 28 de julio.
“Deben jugar un papel de oposición, es la bancada más numerosa aparte de la de Humala, pero veremos si esta vez realmente hacen oposición porque en el (actual) gobierno de Alan García han sido aliados durante cinco años”, añadió Rospigliosi.
“En el apoyo de la bancada de Fujimori a García estaba implícito que el ex presidente tendría un buen tratamiento si había una colaboración en el Congreso”, resumió Rospigliosi.
Sin embargo Rospigliosi tiene dudas sobre si con Humala se reeditaría ese tipo de acuerdo tácito.
“Las declaraciones de Chehade significan más o menos que lo tienen como rehén a Fujimori porque eso de cambiarlo de prisión es una amenaza. El mensaje es que si se portan mal podemos cambiarlo a una prisión común”, dijo Rospigliosi.
Sin embargo las primeras declaraciones de Keiko Fujimori al regresar al Congreso el jueves fueron para encarar y presionar a Humala a que cumpla su promesa electoral de reducir a precios populares el precio del gas.
“Lamento que se hayan vendido ilusiones en la campaña electoral y que ahora no se pueden cumplir. Esperamos que la población no sufra una gran desilusión por esta mentira”, apuntó Keiko Fujimori.
En ese contexto el jueves una hospitalización de Fujimori reavivó rumores sobre un eventual indulto por razones humanitarias en la recta final del mandato de García.
Fujimori padece de un cáncer no terminal en la boca y permanecerá internado por tres días, según dijo su médico Alejandro Aguinaga, quien resaltó que el ex mandatario perdió 16 kilos desde el 2007 pasando de 82 a 66 kilos.
En respuesta la primer ministro Rosario Fernández descartó que el gobierno esté analizando esa posibilidad.
Carlos Raffo, congresista fujimorista no reelecto, señaló que “Fujimori es un rehén del Estado en sus condiciones de salud y de encarcelamiento”.
“Es un problema serio, mientras exista un rehén no puede haber una relación natural. Es una herida abierta porque es imposible hablar de una reconciliación con el fujimorismo mientras él siga preso pues se le condenó injustamente, sin pruebas”, aseguró el congresista Raffo.
¿Qué tanto pesa el ex presidente?
Según Carlos Basombrío, abogado e investigador en temas de seguridad, Keiko -que obtuvo 48,5% de los votos contra los 51,5% de Humala- “ha mostrado talento para navegar sola pero carece todavía de electorado propio y mucho depende de la herencia del padre”.
“Es prematuro afirmar que es una figura política que pueda reagrupar a fuerzas en torno a un movimiento que pueda derivar en un partido moderno de derechas con ella al frente”, afirmó.
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