CRISIS ECONÓMICA EN EE. UU.: ¿REALIDAD OBJETIVA O DECISIÓN DE MANDATARIOS?
Una crisis económica es un fenómeno multifacético que no sólo se revela por medio de índices objetivos, sino por la voluntad de 'mánager de emergencias': mandatarios nombrados en el Estado de Michigan (EE. UU.) para regir los destinos financieros de una comunidad.
El 16 de marzo de 2011 el gobernador del Estado norteamericano de Michigan firmó una nueva ley que permite poder decir que un territorio determinado sufre una crisis fiscal. La normativa ha introducido el cargo de los llamados 'mánager de emergencias' quienes deben vigilar los distritos o regiones con problemas económicos. Entre otras potestades, tienen la autoridad unilateral de despedir a funcionarios electos, de cerrar las escuelas y vender los bienes públicos.
Poco menos de un mes después de la aprobación de la ley, en la pequeña localidad de Benton Harbor (considerada como la más pobre del Estado) su 'mánager de emergencias' emitió una orden por la que se privaba a la comisión de la ciudad del derecho a tomar decisiones. En otras palabras: las autoridades no podían desde entonces realizar ninguna acción sin su permiso.
“El doctor Martín Lutter King dijo que la injusticia en cualquier sitio es una amenaza para la justicia en todas partes. Hoy esto pasa en Benton Harbor, pero mañana podría ocurrir en Nueva York, la semana que viene en Chicago”, afirma Marcus Muhammad, comisario de la ciudad Benton Harbor.
Benton Harbor, no es la única ciudad que se ha visto obligada a vivir bajo el mando de una persona a la que no ha elegido democráticamente. A estos mánager también se les puede encontrar en otras cuatro ciudades del mismo Estado. El funcionario que se encarga de la más grande -Detroit- ha despedido a todos los miembros de la Federación de Maestros del lugar: en total más de 5.000 personas. Además varias escuelas públicas podrían cerrarse, a menos que se transformen en centros docentes privados.
“Pensamos que es ilegal, inmoral e inconstitucional. Nadie en este país tiene todo ese poder. Ni siquiera el presidente”, indica Wilce Cooke, alcalde de Benton Harbor.
El creciente nivel de desempleo, de decadencia económica y la amenaza de colapso financiero allanan el camino para que leyes parecidas se propaguen por todo el país. Los que se ven más perjudicados por tales innovaciones legislativas son los ciudadanos de a pie. Según algunos de ellos, la privatización de activos que pueden efectuar los gerentes de emergencias financieras les priva del derecho a controlar el uso de los bienes públicos.
“Las personas están rodeadas de palabras como oligarquía y nociones de ese tipo. Pero esto es lo que hay. Creo que el ciudadano cada vez cuenta menos a la hora de saber y decidir qué se hace con los fondos públicos”, señala Scott Alien, vecino de Benton Harbor
EE. UU. parece estar apretando el nudo en el cuello de sus propios ciudadanos con el fin de encontrar una medida que pueda ayudar a superar los problemas financieros nacionales. Pero se plantea la maquiavélica pregunta de ¿el fin justifica los medios? ¿No puede llegar a significar esto una restricción de los derechos democráticos que tanto dice tener y defender este país?
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