El odiado sistema capitalista
Escrito por Flavio Gardella
Si hay algo odiado en el mundo es el sistema capitalista. El mismo es acusado de todos los males que nos aquejan. Pareciera ser que el hombre vivía en la abundancia y la prosperidad y apareció de repente el sistema capitalista. Las medicinas crecían de los árboles y vinieron los grandes laboratorios a apropiarse de todo.
Unos de los “pecados originales” del sistema capitalista es el trabajo infantil. Se le acusa al sistema capitalista naciente el haber destruido la infancia de de pequeños seres arrancados de sus hogares bajo el impulso de la avaricia y la falta de escrúpulos. No se dice que esos niños difícilmente llegaban a la adultez y que el capitalismo les dio una chance de seguir viviendo. Como dijo Ayn Rand, el sistema capitalista no creo la pobreza la heredo. Esos niños no jugaban en sus casas en un mundo perfecto, morían de inanición en un número considerable. Al medida que las tasas de capitalización aumentaban el nivel de vida, muchos padres dejaron de tener la necesidad de mandar a sus hijos a trabajar. Es decir lo que elimina el trabajo infantil es el crecimiento económico y no las buenas intenciones de los burócratas.
En un mismo sentido, es el crecimiento económico producto de la capitalización el que determina el nivel de salarios. Benegas Lynch suele usar el siguiente ejemplo: Que los salarios sean más altos en Vancouer que en Bombay, no es producto a la presión de los sindicatos sino a las tasas de capitalización. Supongamos que un magnate en Nueva York alegando su poderío economico quisiera pintar su casa no al precio de mercado en Nueva York sino pagar lo mismo que en Bolivia, pues no podría pintar su casa. El argumento de que hay una parte fuerte y otra débil en la contratación laboral y que por eso el estado debe intervenir no es válido. En sentido contrario, si por decreto se sube salarios por ensima del precio de mercado pues la consecuencia es la perdida del empleo de aquellos cuya fuerza laboral vale menos que la base salarial establecida por el gobierno. Imaginemos la hipótesis de que se eleva el salario mínimo a $10.000 a nadie le es difícil deducir que ello creara desempleo y empresas y comercios deberan cerrar por no poder cumplir con esa base salarial establecida arbitrariamente. El punto es, que no hace falta llegar a ese extremo para que la situación exista. Existe con cualquier base salarial establecida por decreto, solo que seguramente en menor medida. Pero la cadena lógica es la mismá. Cada vez que el gobierno sube el nivel de salarios por ensima del precio de mercado se genera desempleo.
Muchos alegan de que se puede trasladar la carga salariar al precios del producto de la empresa en cuestión. Ello no es así. El precio de un producto no está determinado por los costos sino por lo que la demanda está dispuesta a pagar. Se podría decir que es el consumidor el que determina el salario de una x industria. Pongamos otro ejemplo extremo para hacerlo gráfico. Ningún panadero podrá cobrar 35$ el kilo de pan argumentando de que sus empleados tienen un salario de $10.000 pesos. Repito: es el precio al que está dispuesto al pagar el consumidor el que determina los costos y no al revés.
Análizando la situación de nuestro país, en base a lo dicho anteriormente, es fácil determinar las causas de nuestra tragedia. Pues tenemos que las tasas de capitalización determinan el nivel de salarios, pero la consigna es “combatir al capital”. No hace falta ser un brujo para saber cual es la consecuencia de tan errado pensamiento.
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