miércoles, julio 20, 2011

El PAN no necesita del PRD

El PAN no necesita del PRD, sostiene Lujambio

Asegura que no se opone a las alianzas, pero que su partido no necesita formar una para retener la titularidad del poder Ejecutivo federal

Pascal Beltrán del Río

CIUDAD DE MÉXICO, 18 de julio.- Alonso Lujambio, secretario de Educación Pública y aspirante a la Presidencia de la República, asegura que no se opone a las alianzas PAN-PRD, pero que su partido no necesita formar una para retener la titularidad del poder Ejecutivo federal.

“Veo difícil una alianza así a nivel nacional, hay demasiados obstáculos en el terreno ideológico y político. Además, el PAN está perfectamente habilitado, con sus logros de los últimos diez años, para competir con el PRI.”

Lujambio admite: “Soy amigo del Presidente”, y afirma que los acuerdos que el gobierno federal suscribió con Elba Esther Gordillo y el sindicato magisterial han tenido por objeto el desarrollo de una “política sustantiva y no un reparto de posiciones. Nos hemos arremangado y nos hemos puesto a trabajar”.

“Por ideología, inviable una alianza con el PRD”

Tras admitir que aún no ha tomado la decisión de ir la contienda formal por la
candidatura, el politólogo advierte que la suma de fuerzas con el sol azteca puede
permanecer, pero sólo a nivel estatal. Dice que no tiene cola que le pisen

“Soy amigo del Presidente”, admite Alonso Lujambio Irazábal (Ciudad de México, 1962), pero eso, asegura, no va a contar a la hora de decidir quién será el candidato presidencial del PAN.

A juicio del secretario de Educación, lo que va a definir la contienda interna es “la capacidad, la personalidad, la propuesta, la propia biografía, la reputación de los candidatos”, pues los panistas le darán su voto, cree él, a quien pueda ser “realmente competitivo frente a quienes van a estar en la boleta por parte de los otros partidos”.

En entrevista con Excélsior, Lujambio afirma que no está opuesto a las alianzas del PAN con el PRD, pero que su partido no necesita formar una coalición así para retener la Presidencia de la República.

“Yo veo difícil una alianza así a nivel nacional, hay demasiados obstáculos en el terreno ideológico y político. Creo que cada partido debe buscar sus propios electores y asumir las consecuencias. Además, el PAN está perfectamente habilitado, con sus logros de los últimos diez años, para competir con el PRI, que no ha mostrado un proyecto de futuro.”

Respecto de los acuerdos que el actual gobierno federal suscribió con Elba Esther Gordillo y el sindicato magisterial, Lujambio sostiene que éstos han tenido por objeto el desarrollo de una “política sustantiva y no un reparto de posiciones”. Dice que en su trato con la lideresa del SNTE “nos hemos arremangado y nos hemos puesto a trabajar”, lo cual ha dado lugar, presume, a “cambios históricos en el sistema educativo”.

El funcionario dice que aún no ha tomado la decisión de participar en la contienda interna que el PAN celebrará en febrero, pero espera que a ésta no lleguen más de cuatro de los siete políticos que formalmente están identificados como aspirantes a la candidatura.

Señala que a su partido le hace falta reflexionar sobre sus descalabros electorales recientes, pero también aprender a explicar a la ciudadanía los logros que en su opinión han tenido los gobiernos del PAN.

Entre sus méritos para alcanzar la postulación, enumera su paso por el IFE y el IFAI, instituciones donde practicó el arbitraje y aprendió sobre la administración pública. Y dice que sus estudios y su conocimiento del entorno mundial lo hacen apto para dirigir al país en momentos difíciles.

El siguiente es el texto de la entrevista:

—¿Es irremediable el triunfo del PRI?

—De ningún modo. La experiencia electoral mexicana, en 2000 y en 2006, nos demuestra que las encuestas pueden decir algo, incluso cuatro o cinco meses antes de la elección, y después voltearse. Eso va a depender no solamente de los partidos políticos, que siguen contando en México, sino de las personas.

“Estoy diciendo una obviedad, pero hay que subrayarla: los perfiles, las propuestas, las biografías, las reputaciones sin duda van a contar. Y yo no creo, bajo ninguna circunstancia, que esto está definido de antemano. Al revés: vamos a una elección especialmente competida.”

—Siendo académico, tú desarrollaste la tesis de que el camino del PAN a la Presidencia se fue pavimentado mediante el acceso de ese partido al poder local. ¿Dirías lo mismo del PRI, ahora? ¿Está recuperando el poder nacional por la vía local?

—No sé si lo está recuperando. Habría que plantear, en primer lugar, la premisa que tú pones en la mesa. Yo creo que el PAN tiene que reflexionar sobre lo que ha sucedido. Nosotros no metemos la cabeza en un hoyo. Tenemos que ser autocríticos respecto de lo que está sucediendo y el modo en que hemos enfrentado las últimas elecciones. Las de hace algunos días fueron tres elecciones de gobernador que tenía el PRI y nosotros, digamos, no logramos arrebatárselas…

—Pero en Estado de México quedaron muy atrás…

—El del Estado de México es quizá el caso que habría que estudiar con mayor cuidado. Hubo un avance significativo para nosotros en Nayarit; lo hubo, sin duda, en Coahuila, y en el Estado de México tuvimos un escenario más crítico. El partido tiene que reflexionar sobre su momento, pero de ninguna manera estamos de rodillas.

“El PAN tiene presencia, tiene liderazgos muy importantes, tiene una propuesta; ha hecho cosas muy importantes en estos 10 años. Quizá no hemos sabido subrayarle a la ciudadanía cuáles son las grandes ventajas que ha reportado este periodo de gobiernos de Acción Nacional. Nosotros le hemos hecho frente a problemas estructurales muy complejos, que heredamos en buena medida y que estamos solucionando, creo yo, eficazmente. Eso sí, tenemos que hacer esa reflexión autocrítica.”

—Uno de los pilares del régimen anterior fue su relación con sindicatos y organizaciones sociales, cuyos líderes eran premiados en función de su lealtad política y el control de sus agremiados. ¿Crees que el PAN ha podido cambiar eso? ¿O tiene una relación similar?

—Si tú ves lo que pasó en el espacio de la producción eléctrica, por ejemplo, sí notarás un cambio sustantivo de este gobierno respecto de los otros. Yo subrayaría que no todo es igual, bajo ningún concepto.

“En el ámbito educativo es donde puedo responder de manera mucho más contundente, porque conozco muy bien el esquema. Nosotros hicimos explícita una Alianza por la Calidad de la Educación. Ciertamente hay gente vinculada al sindicato que está ocupando posiciones institucionales relevantes, pero para efectos del diseño y la operación de un acuerdo político, educativo, absolutamente transparente y desagregado en todos sus componentes, que hemos estado implementando. Es decir, hemos acordado a partir de política sustantiva, no de reparto de posiciones”.

—Entonces explícame en qué consistió que Fernando González, el yerno de Elba Esther Gordillo, ocupara la subsecretaría de Educación Básica de la SEP.

—No conozco los detalles porque no estaba yo presente en ese momento en la secretaría. Lo que sí te puedo decir es que él es un factor que posibilita y coadyuva y empuja una alianza que firmamos el 15 de mayo de 2008 el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Presidencia de la República y, por supuesto, la SEP. Estaban presentes prácticamente todos los gobernadores del país.

“Es una política de Estado, la política estatal educativa para comprometernos con una causa específica que hemos estado implementando y que supone cambios radicales y, yo diría, históricos para el sistema educativo mexicano.”

—Pero la relación con el sindicato, ¿en qué sería diferente de como fue en el sexenio de Salinas o el de Zedillo?

—Nunca en la vida se había hecho un acuerdo con el sindicato que estableciera, como recomienda la OCDE, un sistema de evaluación universal de maestros, un contexto de exigencia para todos, la posibilidad de ir uno por uno, cada tres años, a determinar con toda precisión cuál es el diagnóstico de la acción educativa que promueve, y qué podemos hacer para apuntalarla, a partir de los cursos de capacitación continua que tenemos diseñado en el sistema educativo.

“Eso jamás se había visto en el sistema educativo mexicano. Jamás habíamos reformado la carrera magisterial, que se fundó en 1993, del modo en que lo hemos hecho. Originalmente, por ejemplo, la carrera magisterial le daba siete puntos porcentuales a los maestros en función del aprovechamiento escolar de los alumnos. En 1998 pasó a 20%. Hemos acordado que 50%, la mitad de la evaluación de los maestros, sea el desempeño frente al grupo.

“De modo, pues, que ahí tenemos evidencias plásticas de un cambio radical. Y otro cambio absolutamente radical es el modo en que se recluta a los maestros. En el pasado se heredaban las plazas, se compraban, se vendían, incluso se ofrecían a crédito. Hoy en día, como resultado de este acuerdo con el sindicato, ya por tres años hemos realizado concursos que benefician a más de 90 mil maestros. Más de 90 mil maestros se han incorporado al sistema educativo mexicano a partir de un concurso.

“Si eso no es histórico, si esos no son cambios de fondo, si eso no representa realmente un giro profundo en la naturaleza del sistema educativo mexicano, es difícil imaginar qué otra cosa pueda serlo.”

—Pero perviven algunos aspectos de la vieja relación del sindicato y el gobierno en la actual, ¿o no?

—No sé a qué te refieres. En todo caso, lo que debe definir la relación con el sindicato es un elemento estrictamente laboral, por un lado, pero fundamentalmente la política educativa. Ese es el meollo del asunto. No puede estar en el centro otra cosa que no sean los niños y las niñas de México. Nada puede ser más importante en la relación entre el sindicato y la Secretaría de Educación Pública.

—¿Tu crees que el sindicato ha sido un activo o un lastre a la hora de hacer cambios a favor de la calidad de la educación?

—Mis tres años como secretario de Educación me llevan a la conclusión inequívoca de que tenemos ahí un activo. Yo me he pasado semanas y meses negociando con la maestra Elba Esther Gordillo, discutiendo y analizando alternativas. Nos hemos arremangado las camisas y nos hemos puesto a trabajar.

—Cuando tú llegas a la SEP dijiste que querías establecer una relación constructiva con el sindicato. Me hablas de las conversaciones y de los logros. ¿No resulta frustrante para ti que el apoyo político del sindicato se pudiera ir a otro partido, como el PRI?

—Son dos pistas separadas y hay que mantenerlas sistemáticamente así. Yo con la maestra Gordillo he hablado de política educativa. Y eso ha sido un acuerdo entre ambos, desde el arranque de nuestro vínculo y de nuestra conversación.

“Los partidos políticos, especialmente el mío, deben apostar en principio por sí mismos, y, claro, en la medida en que se construye sólidamente el primer círculo, que es el propio partido, hay que estar siempre en actitud de sumar fuerzas, comprometiéndonos a una política sustantiva y a logros específicos y concretos en la acción conjunta gubernamental. El PAN debe estar siempre abierto a la posibilidad de esas alianzas. Si alguien quiere aliarse con otros partidos, está en la esfera de la responsabilidad de esas fuerzas políticas…”

—¿No le hace falta al PAN ese apoyo?

—Insisto: el PAN debe apostar por sí mismo en principio. Y eventualmente siempre estar abierto a realizar alianzas.

—Tú eres biógrafo y siempre has hablado de la importancia de las ideas y la trayectoria de las personas. ¿Cuál sería el párrafo principal de la biografía de Elba Esther Gordillo para ti?

—Su biografía está sellada por su condición de líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. En la naturaleza del sindicalismo está una tensión, y esa tensión tiene que resolverse positivamente. Por un lado, están los intereses estrictamente sindicales, de grupo, que son naturales en cualquier democracia y, por supuesto, en cualquier agrupación gremial.

“El SNTE no es un sindicato obrero. Por supuesto no quiero decir nada ofensivo sobre los sindicatos obreros, pues tienen mi respeto. Sin embargo, éste es un sindicato intelectual, de clase media. Yo creo que tienen razón algunos observadores cuando dicen que efectivamente en los últimos años se ha logrado aumentar el sueldo del magisterio y ha colocado a los maestros en una posición de clase media. Eso es un logro del sistema educativo en general y del propio sindicato.

“Digamos, aquí no estamos en la producción de coches o en la explotación de minas. Estamos en la construcción de la conciencia y de la educación de las niñas y de los niños. La relevancia de este sindicato en términos sociales es infinitamente superior, desde mi perspectiva a la de otros gremios, por legítimos que sean.

“En consecuencia, lo que creo que ha tenido que hacer Elba Esther Gordillo, y en los últimos dos años yo he sido testigo de ello, es tensar esa cuerda con productividad y eficacia para que, sin descuidar los aspectos estrictamente gremiales, el sindicato se comprometa cabalmente a empujar una agenda sustantiva de reformas radicales al sistema educativo.”

—Por el rumbo de San Ángel hay una estatua a Manuel Clouthier, y en muchas ciudades del país hay una calle Manuel Gómez Morín. ¿Tú crees que en el futuro Elba Esther Gordillo tendrá su calle o su estatua?

—No lo sé. Dependerán de cómo se lean, en el largo plazo, las responsabilidades y el ejercicio de las mismas para todos los actores políticos. Yo creo que estamos en la posibilidad, si seguimos por esta ruta, de construir un buen sistema educativo y que sea valorado en el futuro.

—Y tu propia biografía, ¿qué esperarías que dijera?

—No estoy pensando en mi biografía, créemelo. Estoy pensando en mi presente. Yo he querido asumir plenamente la responsabilidad de una posición pública. Inicié mi vida pública como consejero del IFE en un momento clave de la transición democrática. Mi escuela política es la escuela del IFE, que de algún modo es una institución hija del PAN. “Yo soy, orgullosamente, hijo de esa institución, donde se negocia, se discute, se combate, se analiza la realidad, se argumenta. Allí participé como presidente de la Comisión de Fiscalización. Me tocó atender asuntos complejos, que terminaron bien para el sistema democrático de México.

“Después fui presidente del Instituto Nacional de Acceso a la Información, y desde ahí conocí el conjunto de la administración pública. Fue una gran experiencia. Empujar, de algún modo, muy tercamente, la transparencia de la administración. Eso es muy importante. Nadie como el PAN ha impulsado una política de transparencia y rendición de cuentas. En ningún país del mundo el gobierno se somete a este ejercicio de transparencia extraordinario y rendición de cuentas.

“En fin, yo he trabajado en ese campo, el campo de la democracia y la rendición de cuentas con un sentido de responsabilidad. Y yo quisiera, en todo caso, que mi biografía tuviese como eje la acción gubernamental y la idea de la responsabilidad: hacernos cargo todos de las consecuencias de nuestros actos”.

—¿Cómo explicarías el giro que diste, de la esfera ciudadana a la militancia partidista? Estás en contacto con el PAN desde niño pero tardaste mucho tiempo en volverte miembro del partido. ¿Por qué?

—Yo nací en una familia de panistas. Desde niño estuve muy cerca de mi padre (Sergio Lujambio Rafols), acompañándolo a la Cámara de Diputados o a las campañas que él apoyaba. Finalmente, opto por estudiar ciencia política y por analizar las cuestiones electorales y constitucionales de la vida de las democracias.

“Mi primera experiencia pública fue como árbitro electoral. Siempre reconocí mi origen y de inmediato me trataron de atacar: ‘Es que tú eres panista’. No, yo soy hijo de un destacado panista. Pertenezco a la cultura del PAN, por supuesto, pero llegué al IFE a jugar un papel absolutamente neutral, como árbitro electoral, y ahí están mis votaciones y mi conducta sometidas a escrutinio de todo mundo. Y poco tiempo después ingresé al IFAI, una institución que también requería cierto papel de arbitraje.

“Cuando me incorporo al gobierno del presidente Calderón, sí tomo cabalmente la responsabilidad de asumir un compromiso político ideológico y partidario, por supuesto. De modo que fueron las vicisitudes de la vida y los accidentes de la biografía…”

—¿Qué piensas de las alianzas? En concreto, las alianzas con el PRD.

—Yo creo que han sido positivas en algunos espacios, especialmente en las competencias municipales y estatales. Es una política que el PAN debe mantener abierta, siempre y cuando, y es lo que he dicho en mi partido, nos comprometamos a decir explícitamente no a quién nos queremos enfrentar sino qué queremos construir. Porque la percepción que se ha tenido de nuestras alianzas con el PRD es que nos juntamos para que no gane el PRI, digamos que con un objetivo negativo, cuando que las alianzas han podido tener y han tenido objetivos positivos.

“Yo veo eso más difícil a nivel nacional, porque ahí se incorporan otras variables y aspectos ideológicos que tienen, digamos, una carga más profunda. Entonces hay que mantener esa puerta abierta, por supuesto, pero veo que mi partido es capaz de competir en 2012, como lo hizo en 2006 y 2000, sin el PRD”.

—Pero si llegaras a ser el candidato del PAN, ¿verías bien una alianza así?

—En principio yo no objetaría que otros se sumaran otras fuerzas al PAN, en tanto, insisto, acordemos qué es lo que efectivamente nos está vinculando.

—¿Y si fuera alguien más el candidato de la alianza, te parecería bien?

—Podríamos discutirlo, pero yo veo enormes dificultades, estrictamente ideológicas, para que eso ocurra en el nivel nacional. En términos personales, yo abro esa puerta y no la cierro, nunca hay que cerrarse a sumar, pero en tanto eso sea viable ideológica y políticamente. Si hay demasiados obstáculos, como creo que los hay, creo que cada quien debe buscar sus propios electores y asumir las consecuencias de sus actos.

—La semana pasada me dijo Marcelo Ebrard que él veía difícil que se le pudiera ganar al PRI en 2012 sin una alianza. ¿Tú qué dices?

—Yo creo que el PAN está perfectamente habilitado, con sus liderazgos, con su ideología y sus logros de diez años de gobierno, que hay que saber explicar con toda claridad, para competir con un partido como el PRI, que no ha mostrado tener un proyecto de futuro.

“Nosotros hemos construido, durante diez años, el proyecto de futuro para México, con complejidades, sin mayorías congresionales. Me llama mucho la atención que el presidente del PRI critique algunos aspectos que no hemos logrado en el gobierno del presidente Calderón cuando ellos han sido parte del problema, no de la solución.

“Por eso es muy importante que se apruebe la reforma constitucional, que ya aprobó el Senado, para que las iniciativas del Presidente se atiendan de manera preferente, se voten sí o no, pero ya no detengan en comisiones las iniciativas que son tan importantes para el futuro del país.”

—¿Tú te planteas ser un candidato de continuidad o de cambio?

—De continuidad y de cambio, porque lo que un partido político necesita es ir apuntalando las políticas y también profundizando en ellas.

“Por ejemplo, ha sido muy importante que nosotros tomáramos en el 2000 el país con 40% de la población derechohabiente con servicios de salud, y que esa proporción sea ahora de 88%. En el gobierno del presidente Felipe Calderón, 46 millones de mexicanos hoy tienen Seguro Popular y la posibilidad de no dinamitar sus economías cuando se enferma una hija, un hijo, un pariente.

“Yo profundizaría esa política. Tiene que continuar para completar el servicio universal. Vamos a ser uno de los pocos países del mundo con nuestro nivel de desarrollo que tiene a todo el mundo literalmente metido en un sistema de seguro para la salud.

“El crédito a la vivienda ha sido importantísimo en estos 10 años: Hemos otorgado seis millones de créditos a la vivienda, el PRI en los últimos 10 años otorgó la mitad. Así que continuar con esa política para que las familias mexicanas tengan bienes y tengan qué heredarle a sus hijos me parece algo absolutamente clave que hay que continuar.

“Me parece que en la política educativa hemos dado pasos fundamentales. En estos 10 años de gobierno hemos construido más de mil 600 preparatorias, mientras que el PRI en los últimos 10 años de su gobierno construyó un poco más de 80.”

—¿Qué cambiarías?

—Soy muy cuidadoso en esta respuesta, porque conozco la legislación electoral y sé que no es el momento…

—Te lo pregunto de otra manera. ¿El próximo presidente del PAN qué tendría que hacer distinto?

—Es importante darle redefiniciones al modo en que estamos planteándonos el crecimiento económico de México, porque la verdad ha sido insuficiente para las necesidades del país. En gran medida derivado de ciertos fenómenos internacionales que a otras economías las han golpeado más y que nosotros hemos sabido resistir.

“Sin embargo, para mí es muy grave que una mayoría aplastante de empresas mexicanas no estén plenamente registradas y no estén cumpliendo sus compromisos fiscales, lo cual supone que tenemos un ámbito de informalidad muy importante que tenemos que derrotar, es imposible pensar en el desarrollo económico de México si continuamos en ese esquema de informalidad.

—En cuanto a la contienda interna de tu partido, ¿crees que deban llegar siete precandidatos a una elección interna?

—No creo que debieran y no van a llegar siete. Creo que dos, tres o cuatro sería un número aceptable para el proceso interno.

—¿Tú llegarás?

—Yo estoy analizando las condiciones en las que me vinculo con mi partido y con sus simpatizantes.

—¿No has tomado la decisión todavía?

—No he tomado la decisión. Yo continúo, por supuesto, en la pista. Veo con gran entusiasmo el modo en que he sido recibido y acogido por los miembros de mi partido en el país, pero es una valoración que todavía no termino de realizar y que espero concluir pronto.

—Cuando te comparas con los otros seis, o con los tres, ¿cuáles son tus fortalezas frente a los demás?

—Hombre, yo a todos les tengo un especial afecto, debo decirte esto en primer lugar, y especial respeto. A todos les tengo estima, son miembros muy queridos de mi partido.

—¿A todos?

—A todos, afecto y consideración. Yo no soy un político tradicional, vengo de las esferas ciudadanas, del IFE y del IFAI. Hay quien dice que esto es una desventaja mía, pero yo digo que es una ventaja que por tantos años me haya dedicado a ser profesor universitario, porque eso es útil para la política. Un político tiene que reflexionar y actuar, las dos cosas, pues la acción y la reflexión son imprescindibles, sobre todo en un momento del mundo como el que estamos viviendo.

“Bernard Mann, un politólogo y filósofo de la democracia, ha dicho, y con toda razón, que los líderes de sus países son aquellos que tienen los atributos capaces de conducirlos en aguas procelosas, en condiciones complejas de inestabilidad y de incertidumbre.”

—¿Ese eres tú?

—Yo puedo aportar en eso, en la conducción en un mundo especialmente complejo e inestable. Pero en fin, tendrán que ser mis correligionarios los que juzguen las ventajas y las desventajas de los contendientes. Por otro lado, yo no tengo cola que me pisen, y debo decirte que no le compro a nadie el argumento del presente oscuro y del futuro negro de México que otros partidos si promueven.

—El que no hayas sido nunca candidato a un cargo de elección ¿es una ventaja o una desventaja?

—Fui árbitro de procesos electorales, y las elecciones las conozco bien, pues las he observado desde niño. No creo que sea desventaja, esa.

—Tú cómo sientes el panorama en el partido, el tener en estos momentos una indefinición frente a una definición o una casi definición en los otros dos partidos grandes. ¿Es desventaja para el PAN o ventaja?

—Tiendo a creer que es una ventaja. La tradición democrática del PAN es muy sólida, nosotros debatimos, nosotros abiertamente nos postulamos.

“En un partido (el PRI) yo veo que mediáticamente ya hay candidato, casi impuesto por la circunstancia. Por otro lado, en el PRD parecen perfilarse dos personajes que discuten cómo van a tomar su propia decisión. Nosotros tenemos una pléyade de alternativas especialmente valiosas. Lo digo por mis colegas, por supuesto.

“En algún momento tendrá que irse reduciendo esa oferta tan amplia que aún tenemos, pero creo que es una ventaja que habla de un partido abierto a sus liderazgos, que no reduce todo a una figura única.”

—Hay la impresión de que en el PAN hay un candidato oficial. ¿Lo hay?

—El PAN no puede procesar un candidato oficial. No creo que lo haya. Mi partido es históricamente contrario a esa noción. El propio Felipe Calderón es un ejemplo de ello, pues cuando él fue precandidato se percibía que había un candidato al que favorecía el gobierno: Santiago Creel. Pero Felipe Calderón pudo triunfar en esas condiciones, así que aquí sí hay consecuencia. Aquí todo mundo sabe que tiene que traer sus propias canicas al combate, y no las ajenas.

—Pero ¿no está dividido en estos momentos el campo entre quienes son amigos del Presidente, Ernesto Cordero y tú, y quienes no lo son, Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota?

—Bueno, yo no sé si son amigos o no del Presidente.

—¿Tú si lo eres?

—Por supuesto, y más que amigo: soy miembro de su gabinete. Pero dudo que esa vaya a ser la línea que defina quién está de un lado o de otro. Lo que va a definir es la capacidad, la personalidad, la propuesta, la propia biografía, la reputación de los candidatos. Eso es lo que va a acabar contando: la capacidad que perciban los panistas de quién puede ser realmente competitivo de cara a quienes van a estar en la boleta por parte de los otros partidos.

—Si no eres tú, ¿apoyarás a alguno de los otros o qué has pensado al respecto?

—Bueno, te lo diré en el momento en que finalmente tome mi decisión. No estoy en aptitud ahora de responder esa pregunta.

—Alonso, ¿qué crees que tenga que decirle el candidato del PAN a los electores? ¿Cuál debe ser su discurso para aspirar a un tercer periodo, cosa que no es frecuente que le pase a un partido político?

—Que sigamos con el cambio y con la ruta de cambio y que tengamos por fin una mayoría congresional, eso es algo muy importante para mí.

“Como politólogo también he estudiado este fenómeno de los presidentes en minoría congresional y entiendo perfectamente la relevancia que tiene esta iniciativa del Presidente para que la agenda del Presidente tenga realmente una preponderancia, no una dominancia, en el esquema general de la relación entre el Ejecutivo y Legislativo.

—Hablas de la iniciativa preferente, pero ¿estás a favor de la sobrerrepresentación, estás a favor de la segunda vuelta? ¿Cómo crees que deba construirse una mayoría legislativa para poder gobernar?

—Es que no creo que se deba construir una mayoría de manera artificial. Los partidos deben asumir responsablemente su posición en el congreso y aceptar o rechazar lo que otros proponen, hablando en el Congreso y no silenciando su boca. Eso es lo que a mí más me preocupa, que haya iniciativas respecto a las que la oposición simple y llanamente no se pronuncia: no dice sí, no dice no; porque si dice sí, teme que se fortalezca la alternativa, si dice no, teme pagar el costo. Entonces, como no les gustan ninguna de las dos alternativas, opta por el silencio, y eso es lo que más está dañando la democracia mexicana: la irresponsabilidad de las oposiciones en temas absolutamente graves.”

—Pero, ¿cómo enfrentarías, de ser Presidente, lo que está enfrentando Calderón, lo que enfrentó Fox? ¿Cómo sería para ti ser Presidente con una minoría legislativa y una oposición que generalmente tiene los incentivos para oponerse?

—En primer lugar, con la posibilidad de que en términos constitucionales, como se ha propuesto, que el Congreso y las fuerzas políticas ahí representadas tengan la obligación de pronunciarse. Y teniendo la obligación de pronunciarse, pues entonces frente a la opinión pública lo que van a contar van a ser los argumentos.

—¿Te veremos debatiendo con el diputado Pablo Escudero sobre el tema de la Estela de Luz?

—Yo voy a ir a la Cámara de Diputados cuando me citen. Van varias veces que presuntamente se ha elevado a la consideración de la Comisión Permanente algún asunto que tiene que ver con mis responsabilidades y no se ha aprobado. “Yo iré, por supuesto, en el momento en que sea necesario. Algún diputado ha dicho que me han invitado y no he ido, pero si me invitan cuando estoy fuera del país, no puedo ir; o si me invitan el 1 de diciembre, cuando hay un acto importante para el gobierno y todo el gobierno está reunido para ese propósito, pues no es fácil ir.

“Pero yo he rendido cuentas en muchas materias, incluida la del Bicentenario, a la comisión encargada de este tema. Una comisión a la que, por cierto, ese diputado no quiso ir. Yo estoy abierto, creo en eso a diferencia de otros personajes que quieren ser Presidente y que jamás se someten al escrutinio.

“Yo sí iré, por supuesto. A la Cámara, con la institución, no con un diputado que se ha pasado los últimos días exigiendo ese escenario que yo, como secretario de Estado, no tengo por qué aceptar”.

—Dices que una de tus fortalezas es no tener cola que te pisen. ¿Estás incómodo con los señalamientos por el manejo de recursos del Bicentenario? ¿Quisieras aclararlo, dar información?

—Yo he dado toda la información que se me ha pedido, absolutamente todo. En relación con el tema de la Estela de Luz, en el momento que asumí esta responsabilidad hice lo que había que hacer.

“La primera decisión que tomé fue pedirle al director de Pemex que removiera al director de la empresa Triple I, porque me pareció que el modo administrativo en que se estaba llevando a cabo la construcción era muy equívoco y, por tanto, pedí que se le encargara a una persona con mayor capacidad, con mayor talento y mayor visión.

“En segundo lugar, a partir del análisis técnico que realizaron los especialistas, tomé decisiones, las asumo plenamente como espacio de mi responsabilidad, en el sentido de no acelerar irresponsablemente la construcción sino de ir a un esquema donde eventualmente nos iba a costar más la construcción, sí, porque se requería de una cimentación más profunda, de un tonelaje mucho más sólido para aguantar vientos y sismos.

“Yo no iba a propiciar un aceleramiento de la construcción irresponsable que llevara eventualmente a una crisis dentro de 20 o 30 años. Por lo tanto, estamos en plazos, haciendo lo que se tenga que hacer para llegar a tiempo. Ya otros tendrán que asumir las consecuencias de sus actos, en esas y otras esferas. Nadie esta protegiendo a nadie”.

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