El último día de Facundo
En la mira de Paco Bastida
Paco Bastida
Latinoamérica aún no da crédito a la pérdida de un artista tan sobresaliente de la Argentina, quien lamentablemente este fin de semana fue víctima de la violencia y murió en un atentado en Guatemala, Facundo Cabral, “El Indio Gasparino”, que con sus palabras plasmaría las frases de un vagabundo en la canción “Vuele bajo”, que sólo le servía para darle serenidad y convertida en su predilecta melodía de cuna.
No tuvo una vida fácil, después de luchar contra el alcoholismo que comenzó a los nueve años y poseedor de un carácter violento, a su corta edad fue preso y la experiencia le dio la oportunidad de tomar las riendas de su destino y enfocarse a ser un librepensador, una persona que creía en algo, pero no pertenecía a una religión en específico.
Tal filosofía lo llevo a ser exiliado de su país en 1976, lo que lo trajo a México para seguir escribiendo sus tan conocidas canciones de protesta como “No soy de aquí, ni soy de allá”, que es su canción más emblemática, grabada en varios idiomas e interpretada también por Alberto Cortez y Julio Iglesias.
Los últimos años de Facundo fueron disfrutados en cuartos de hotel, donde el cantautor pasaba y narraba historias por más de cuarenta años.
Su deceso ha conmocionado a las naciones, e instituciones gubernamentales de todo el mundo han condenado su asesinato. El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, repudió “enérgicamente” el asesinato en la víspera, externado su sentir con una frase del mismo Cabral que quedará en el recuerdo de muchos: “esta triste realidad debería servirnos para aumentar nuestra unidad y resolución de combatir a los clanes del crimen, principal amenaza de nuestra democracia, nuestra convivencia y nuestra cultura”.
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