Hay vacantes
Calderón anunció que en el PAN y en su gobierno existe la vacante de candidato presidencial. ¿Pues no que son muchos los cinco que quedan?
Ricardo AlemánEn los tiempos de desempleo como los actuales, no es común ver ese típico letrero que convoca a la mano de obra desempleada —entre muchos otros lugares— en la puerta de las fábricas, en centros comerciales y en las obras en construcción: “Hay Vacantes”.
Lo curioso es que, hace días —durante una entrevista que dio Felipe Calderón al periodista Óscar Mario Beteta—, el Presidente regaló al mundo y a los militantes de su partido, el PAN, la buena nueva de que existe una vacante en la posición más importante para todo partido político. ¿A qué vacante nos referimos?
Seguramente para algunos fue increíble, para otros debió ser molesto y, en el extremo, ofensivo para aquellos que aún creen que pueden ser “el bueno”. Lo cierto es que, durante la entrevista en cuestión, Felipe Calderón anunció que en el PAN y en su gobierno existe la vacante de candidato presidencial. “¿Cómo?”, habrían dicho algunos. “¡Imposible!”, espetarían otros. ¿Pues no que son muchos los cinco que quedan?
En efecto, son cinco los precandidatos presidenciales del PAN. Cierto, el Presidente ha sido elogioso de todos ellos —nomás faltaba que dijera que de los cinco no se hace uno—, pero también es verdad que Calderón dejó abierta la posibilidad de que su partido busque un candidato presidencial independiente, ciudadano, no partidista. Y esa posibilidad —le guste o no a los azules— es igual a que el Presidente haya colocado en la esquina de José María Rico y Coyoacán un gran letrero que reza: “Hay Vacantes”.
¿Por qué insiste el presidente Calderón, en ésa y otras entrevistas, en dejar la puerta abierta a un potencial candidato presidencial independiente?
La respuesta la conocen todos. Porque, a pesar de que son muchos los precandidatos que se mueven detrás de la candidatura azul, lo cierto es que ninguno reúne características como para derrotar a un Enrique Peña, a un Andrés Manuel López Obrador y a un Marcelo Ebrard. En otras palabras, que ni son todos los que están ni están todos los que son.
Y para los que tengan dudas, vamos por partes.
1. Todos saben que la señora Josefina Vázquez Mota puntea las preferencias en el PAN. Es probable que se trate de una carta fuerte, de género, frente a una contienda fundamentalmente machista. Es cierto que ha sido dos veces secretaria de Estado y legisladora de primera línea, pero está lejos del liderazgo y los números de confianza, conocimiento, aceptación y potencial de crecimiento, como para derrotar a los punteros del PRI y a los del PRD.
2. Santiago Creel sigue de cerca a la señora Vázquez Mota, pero su candidatura es una propuesta gastada, vieja, con un discurso y una imagen del siglo pasado. Lo cierto es que Creel es, en la elección presidencial, lo que Luis Felipe Bravo Mena en la mexiquense. Punteaba, porque era el único. Hoy empieza a bajar, al tiempo que aparecen otros precandidatos. Además, Creel nunca ha ganado una elección y, en rigor, sería imposible ganar la más reñida contienda de su vida.
3. Y si los punteros del PAN la tienen difícil, ¿qué se puede esperar de Alonso Lujambio, que nunca ha participado en una elección, y cuyo perfil es pobrísimo; qué esperar de Ernesto Cordero, que no sube ni con polvo de hornear, que conoció al PAN hace no muchos años y no mueve ni un plumón de ganso? ¿Qué esperar de un gobernador autoritario, bebedor, con un historial emparentado con la intolerante extrema derecha y que declaró orgulloso que le “dan asquito” los matrimonios entre personas del mismo sexo?
En rigor, los presidenciables del PAN que hoy están a la vista tienen poco o nada que ver con los líderes históricos del partido azul que, a lo largo de su historia, buscaron el puesto más importante para el partido fundado por Gómez Morín: la candidatura presidencial. Pero, además, no reúnen los mínimos para obtener un buen resultado en una contienda en donde el PRI echará su resto por regresar al poder presidencial, en tanto que la izquierda cree que es el momento de ganar, por primera ocasión, ese mismo poder.
Por eso tiene sentido el mensaje que, de manera insistente, envía el presidente Calderón, cuando dice que no está cancelada la posibilidad de que el PAN se abra a un candidato externo, independiente y ciudadano. Y sí, en el PAN, “Hay Vacantes”. Al tiempo.
EN EL CAMINO
No faltó a la verdad el almirante Saynez, titular de Marina, cuando dijo que los criminales y el narco usan la bandera de los derechos humanos para manchar a militares. Es una verdad que ofende a vividores y farsantes. ¿O no?
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