jueves, julio 21, 2011

México investiga a cientos de policías y funcionarios

México investiga a cientos de policías y funcionarios por vínculos con el crimen organizado

CIUDAD DE MÉXICO— Cientos de detectives de la policía, fiscales, expertos forenses y otros funcionarios de la oficina de la Procuraduría General de México son investigados en medio de sospechas de vínculos con el crimen organizado, el más reciente escándalo de corrupción que golpea al gobierno de México.

La procuradora general mexicana Marisela Morales dijo el martes que la agencia estaba en proceso de despedir a 424 funcionarios, la mayoría por no pasar las pruebas del detector de mentiras, que buscan acabar con la corrupción.

Reuters

Un soldado vigila a policías que fueron arrestados por sospechas de estar involucrados en el crimen organizado.

"Estamos fortaleciendo nuestra vigilancia para asegurarnos de que nuestros propios funcionarios cumplan con la ley", expresó Morales en un discurso.

Una vocera de la oficina de la Procuraduría General no pudo brindar más detalles sobre la investigación.

La iniciativa es la segunda purga de gran escala realizada por el gobierno de México en menos de un año, que sigue el camino de un despido masivo que tuvo lugar el año pasado, de alrededor de 3.200 policías federales, el equivalente al 10% de toda la fuerza policial, por parte del Ministerio de Seguridad Pública.

La noticia de la purga se conoció sólo unos días después de que 100 miembros de la Procuraduría General fueran detenidos por su presunta participación en un fraude que les permitió obtener grandes préstamos a precios rebajados para comprar viviendas a través de una agencia federal de hipotecas para empleados.

"Son buenas noticias si legítimamente están encontrando personas corruptas y deshaciéndose de ellas", indicó Eric Olson, un analista especializado en México en el Woodrow Wilson International Center for Scholars.

El próximo paso, sugirió Olson, sería efectivamente investigar a funcionarios que tuvieron parte en crímenes en lugar de sólo despedirlos. "En las purgas previas, es no sucedió", indicó.

Las purgas son parte de un amplio esfuerzo en todo el país para eliminar la corrupción de las fuerzas policiales que por mucho tiempo han estado vinculadas con el crimen organizado, en particular, las bandas de narcotraficantes que son responsables de más de 40.000 muertes desde que el presidente Felipe Calderón llegó al poder, en diciembre de 2006.

El gobierno federal quiere que todos los policías locales, estatales y federales se sometan a un detector de mentiras para fines del año próximo. Una base de datos nacional fue establecida para asegurar que aquellos que son eliminados de una fuerza no reaparezcan en otra.

Sin embargo, el proceso de limpieza de policías corruptos ha sido lento y con numerosos problemas, por lo que es poco probable que México alcance sus metas. Algunos estados que padecen el crimen organizado, como Michoacán y Guerrero, aún no han reportado que policías municipales o estatales se hayan sometido a la prueba, según el Instituto para la Seguridad y la Democracia (Insyde), un think tank mexicano.

Otro problema es que son tantos los policías que no pasan las pruebas que las autoridades temen que no queden suficientes agentes en los niveles local y estatal de las fuerzas.

El estado de Oaxaca informó la semana pasada que había despedido a cerca de una cuarta parte de toda su fuerza de policía del estado, unos 500 oficiales, porque habían fallado en las pruebas del detector de mentiras.

El año pasado, la ciudad de Torreón despidió a casi toda la fuerza de la ciudad bajo la sospecha de que estaban vinculados a un cártel de drogas local, y decidió comenzar una nueva fuerza desde cero. Mientras los nuevos policías eran entrenados, los índices de delincuencia subieron.

"¿Qué se va a hacer con los policías que no pasan estas pruebas? Podrían terminar en la calle sin empleo y podrían ser reclutados por el crimen organizado", indicó Zulia Orozco, una investigadora de Insyde.

Orozco afirma que las pruebas son sólo un paso en un largo proceso para renovar las fuerzas policiales de México a través de, entre otras cosas, subir los salarios y mejorar el entrenamiento. "Someter a todo el mundo a un detector de mentiras no es una bala mágica", sostuvo.

Los policías son asesinados en México no sólo por hacer su trabajo sino también porque muchos trabajan para un cártel y por lo tanto se convierten en blancos de traficantes rivales, según los analistas. En cualquier caso, más policías están siendo tomados como blancos.

Esta semana, el jefe de la policía turística de Acapulco, una unidad entrenada para ayudar a los visitantes en la ciudad, fue abatido a tiros. Dalila Linet Peña Abarca, de 25 años, acababa de salir de su gimnasio local cuando hombres armados rodearon su coche y la mataron, aseguran testigos.

En Ciudad Juárez, entretanto, policías locales volvieron a ser objeto de titulares negativos esta semana, cuando dos policías le dispararon a un perrito que les ladraba. Las fotos del perro herido lamiendo sus heridas bajo un coche inundaron las portadas de los diarios. El animal murió dos días después a causa de sus heridas, lo que provocó indignación en toda la ciudad.

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