martes, julio 12, 2011

Muere abatido a tiros

Muere abatido a tiros el hermanastro del presidente afgano

Ahmed Wali encabezaba el consejo provincial de Kandahar y había contribuido a asentar la influencia de Karzai en el sur

RAMÓN LOBO / AGENCIAS - Madrid / Kandahar -

Un hombre armado ha asesinado hoy a tiros a Ahmed Wali Karzai, hermanastro del presidente afgano, Hamid Karzai, y jefe del Consejo Provincial de la provincia de Kandahar, en el sur del país, informó a Efe una fuente policial. Karzai, uno de los hombres más poderosos del sur del país, habría sido asesinado por uno de sus guardaespaldas, según informa Reuters, que cita fuentes oficiales.

"Confirmo que Ahmed Wali ha sido asesinado en su domicilio", ha señalado Zalmay Ayoubi, portavoz del gobernador de la provincia de Kandahar. Las primeras hipótesis apuntan que el autor del homicidio forma parte del círculo de confianza del fallecido, según ha avanzado el jefe del departamento de la lucha antiterrorista del Ministerio de Interior. "Parece que Ahmed Wali Karzai ha sido asesinado por uno de sus guardaespaldas, y que no hay ningún implicado ajeno [al entorno de Karzai]", ha indicado a Reuters.

El golpe más duro

Ahmed Karzai había sobrevivido a al menos otro intento de asesinato en años recientes. La muerte de Walid Karzai, gobernador de Kandahar, es el golpe más duro contra el Gobierno de su hermano Hamid y contra sus patrocinadores exteriores, EE UU y los demás países de la OTAN. Los Karzai son el símbolo de todo lo que ha ido mal en Afganistán: corrupción, ineficacia, señores de la guerra... Casi 10 años después de la intervención occidental y la derrota de los talibanes, a finales de 2001, EE UU y sus aliados no han logrado consolidar la situación política ni mejorar de forma sustancial la situación de la mujer.

Los talibanes recuperaron la iniciativa militar en 2007 y ya controlan una parte del país. Kandahar es la batalla dentro de la batalla, la cuna de los talibanes y donde EEUU ha concentrado sus tropas de élite. Conquistar la provincia de Kandahar era el golpe que se buscaba: unos talibanes debilitados para futuras negociaciones.

Que un guardaespaldas de Walid le matará a tiros demuestra que el castillo no es seguro, que el enemigo está dentro. La muerte del gobernador de Kandahar, a quien se le han adjudicado vínculos con la CIA y el narcotráfico, siempre desmentidos por su hermano, el presidente, llega en un momento en el que las tropas occidentales empiezan a anunciar sus planes de retirada. Se buscaba una victoria simbólica para ganarse a la población y los aliados se han encontrado con un asesinato simbólico que contiene un mensaje implícito: la victoria es imposible.

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