Obama va en pos del dinero que Ud. no “necesita”
Por Mike Brownfield
En estas semanas, Estados Unidos ha podido ver en todo su esplendor en Washington, la singular mentalidad que emana de la Casa Blanca: Tenemos que subir los impuestos para que podamos seguir gastando.
Sin embargo, al país le ofrecieron algo diferente esta semana — un atisbo de la mentalidad del presidente Barack Obama, la hoja de ruta de su visión económica del mundo. Y lo que ese atisbo reveló está fundamentalmente en oposición a la visión de los creadores de empleo de América.
Esa repentina revelación llegó durante la conferencia de prensa que el presidente dio el lunes y en la que trató el asunto del aumento de impuestos como parte del acuerdo sobre el límite de la deuda:
Y no quiero, y no aceptaré, un acuerdo en el que se me pida que no haga nada, de hecho, yo puedo quedarme con cientos de miles de dólares de ingresos adicionales que no necesito mientras que algún padre por ahí, luchando por encontrar la forma de enviar a su hijo a la universidad, se encuentra de repente con que tiene dos mil dólares menos en becas o préstamos estudiantiles.
Si lee Ud. entre líneas, algo que no requiere mucho descifre, el presidente Obama en efecto cree que cualquier ingreso que Ud. tenga y que no “necesite”, le pertenece al gobierno, como explica en la revista Commentary, el escritor John Steele Gordon.
Y, escribe Gordon, el pronunciamiento de Obama “demuestra un asombroso analfabetismo sobre economía”:
Por supuesto, alguien que gana mucho dinero tiene unos ingresos mayores que lo que gasta. . . Pero, a diferencia de Rico McPato, los ricos no ponen lo que les sobra en un enorme recipiente de dinero y se frotan las manos de gusto. Lo invierten. ¡Vaya idea! ¿De dónde cree Obama que viene el nuevo capital? ¿Será que cree que lo trae el Ratoncito de los dientes?
¿Cuánto dinero es demasiado? Es difícil de decir y el presidente no le pone una cifra. Pero esa política de altos impuestos es tan importante para el presidente que hasta está dispuesto a personalizar el asunto, presentándonos el hecho de que ha ganado una buena cantidad de dinero vendiendo libros y que puede permitirse pagar impuestos por ello, como afirmó en su evento vía Twitter cuando comentó:
Pero lo que también dije es que gente como yo, que ha sido increíblemente afortunada, principalmente porque un montón de gente compró mi libro . . . para mí, poder volver a tener los tipos impositivos que había con Bill Clinton, pagar un par de puntos porcentuales extra para asegurarme de que los jubilados sigan teniendo Medicare o que los niños tengan todavía acceso al programa Head Start, eso me parece lógico.
Además de personalizar el asunto, el presidente no se detiene ante nada, realizando una campaña demagógica de guerra sin cuartel que va desde lo sutil hasta lo explícito. Sus críticas contra las lagunas fiscales para aviones de empresas y las compañías de petróleo y gas son innumerables, sus llamamientos a que los millonarios y multimillonarios “paguen un poco más” son cualquier cosa menos sutiles y sus amenazas, si no se alcanza un acuerdo plagado de subidas de impuestos sobre el límite de la deuda, son atemorizantes.
La mentalidad presidencial de que “Su dinero es el dinero del gobierno” está afectando a los creadores de trabajo en América. Una nueva encuesta de propietarios de pequeños negocios y ejecutivos elaborada para la Cámara de Comercio de Estados Unidos muestra cómo el ambiente político de la nación ha hecho mella en el entorno empresarial y lo que revelan los datos es preocupante.
Según la encuesta, una gran mayoría de propietarios de pequeños negocios (un 84%) dice que la economía de Estados Unidos va por mal camino. Es muy revelador que la amenaza de regulación y mayores impuestos son los dos asuntos tratados en Washington que plantean el mayor riesgo para sus negocios mientras que la incertidumbre económica, la creciente deuda y el déficit de Estados Unidos así como Obamacare son también importantes desafíos. Y cuando se les pregunta si preferirían que Washington les tendiera una mano o que los dejara en paz, el 79% eligió lo segundo.
Y aquí radica la diferencia. Cuando el presidente Obama ve negocios exitosos, él ve luz verde. Y cuando éstos le devuelven la mirada, ellos ven luz roja. El presidente quiere quitarles más dinero para así poder gastar más y hacer más. Mientras tanto, aquellos que son el motor de la economía americana solamente quieren que el gobierno haga menos para así poder prosperar. Desafortunadamente, que haya una coincidencia de pensamientos parece algo muy remoto.
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