martes, julio 19, 2011

Por qué Grecia arrastrará al euro

Crisis de deuda

Por qué Grecia arrastrará al euro


Ahora que Standard & Poor's otorga a la economía griega la menor calificación crediticia del mundo, el editor de economía del diario Irish Times expone que si el largo historial de desorden político y económico del país heleno sirve de guía, los otros 16 países de la eurozona también están en peligro.

Grecia se encuentra al borde del fracaso estatal. Su sociedad carece de cohesión y se encuentra profundamente dividida. Su economía está en estado de shock. Si tomamos la historia del país como guía para el futuro, se avecinan graves problemas.

Hace más de un año, cuando la troika de instituciones (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) que ahora supervisa el rescate de Irlanda llegó por primera vez a Atenas, aún había esperanzas de poder reconducir al país peor gobernado de la Europa desarrollada.

Entonces ocupaba el poder un nuevo Gobierno y sus figuras más destacadas parecían ir en serio con las reformas radicales. Muchos griegos, en especial los jóvenes y las personas más formadas que reconocían el funcionamiento deficiente de su país, apoyaron este cambio. Se hablaba mucho sobre la oportunidad que brindaba la crisis.

Crisis: amenazas y riesgos

Pero ya no se escucha hablar de ello. Las únicas cosas que representa ahora la crisis son amenazas y riesgos. Esto, en muchos sentidos, no es sorprendente. La disfunción crónica del Estado griego viene de lejos. Desde su independencia hace casi dos siglos, Grecia ha vivido una guerra civil, varios levantamientos, el desplazamiento masivo de personas, dictaduras y terrorismo.

No hay mejor reflejo de los defectos de su Estado que la cuestión que ha captado la atención mundial hacia el país en los últimos 18 meses: el caos presupuestario. Según un estudio realizado por los economistas Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, el Estado griego ha estado en una situación de impago prácticamente cada dos años desde que se fundó en la década de 1820. Ahora que lucha contra la segunda mayor deuda pública del mundo, parece abocado al mismo destino.

Historia de una deuda

La incapacidad del Estado griego para mantener su solvencia se explica en parte por su historia. Al haber vivido siglos como provincia sometida al Imperio Otomano, en Grecia no tuvieron lugar los cambios bruscos que se produjeron en la política y la sociedad de Europa Occidental. Consecuencia de ello es una sociedad civil muy débil y una escasa tradición de instituciones independientes. Los que ejercen el poder político en Grecia lo hacen con un grado de absolutismo insólito en la Europa democrática.

El desencadenante en Grecia de la crisis de la deuda soberana en Europa es el ejemplo más claro. En los países en los que se respetan los límites en el ejercicio del poder, los estadísticos realizan los cálculos de forma independiente. En Grecia, en la última década, el Gobierno obligó a la agencia de estadística nacional a publicar cifras falsas y ordenó a personas de confianza que se aseguraran de que así se hacía.

Tras un cambio de Gobierno, se reveló la magnitud del engaño a finales de 2009. Poco a poco, en los primeros meses de 2010, el mercado de bonos empezó a darse cuenta de que el Estado griego estaba sin blanca. Desde entonces, el mundo ha estado viviendo las consecuencias de la crisis de la deuda soberana en la eurozona.

Carencia de solidaridad social

El tamaño de la economía sumergida de Grecia no sólo es reflejo de la debilidad de su Estado para hacer cumplir la ley de manera imparcial, sino también de la carencia de solidaridad social. Un estudio realizado por el economista alemán Friedrich Schneider reveló que la economía sumergida de Grecia en 2010 era un cuarto del tamaño de la economía oficial. De los 21 países desarrollados incluidos en el estudio, Grecia ocupaba el primer puesto.

La total venalidad en la vida pública es otro motivo por el que el Estado griego se encuentra en quiebra. Según Transparencia Internacional, era el país más corrupto en la Europa desarrollada en 2009 y ocupa el puesto 57 en el Índice de Percepción de la Corrupción de esta organización (Irlanda se encuentra en el puesto 16).

La corrupción es un hábito muy difícil de extinguir una vez que se afianza. Entre otras cosas, divide a la sociedad. Y no es que no existan tensiones y cicatrices en la sociedad griega. Aún en 1974, el país se encontraba bajo la dictadura militar y sufrió todas las injusticias relacionadas con estos regímenes, como detenciones arbitrarias, torturas y ejecuciones sumarias.

El mayor gasto en defensa de la UE

Esto se añade a la guerra civil de la segunda mitad de la década de los cuarenta, en la que fallecieron 50.000 personas. Actualmente, Grecia sigue siendo la sociedad más militarizada de Europa, pues registra sistemáticamente el mayor gasto en defensa del continente. La violencia callejera es habitual y no ha desaparecido un turbio mundo de células terroristas, aunque en los últimos años no han estado muy activas. Si la economía sigue deteriorándose, existe el riesgo de que algunos de los radicales y desesperados encuentren respuestas en el extremismo violento.

Hay muchas posibilidades de que las cosas empeoren. Las presiones sociales y la corrupción desenfrenada por sí solas, si bien no producen debilidad económica (véase el ejemplo de China e India) sin duda no ayudan. Lamentablemente, en el caso de Grecia, aunque ambos problemas desaparecieran mañana, hay pocos motivos para creer que se detendría su putrefacción económica.

Un país que no funciona

Las exportaciones de Grecia son tan minúsculas que es la economía más cerrada entre los 27 países que forman la UE. Una economía pequeña de algo más de 10 millones de personas nunca podrá enriquecerse sin exportar.Ninguna economía puede enriquecerse sin innovación. Entre los mejores indicadores de la capacidad innovadora de un país se encuentra la cantidad invertida en investigación y desarrollo. En Grecia, las empresas y el Estado invierten anualmente un 0,5 por ciento del PIB en investigación, es decir, menos de un tercio de la media en la UE. Entre los 15 miembros más antiguos de la UE, siempre ha registrado el menor gasto en investigación.

Hay pocos motivos para mostrarse optimistas con respecto a Grecia. Su economía, su política y su sociedad no funcionan. Esto no sólo es nefasto para los griegos, sino que también lo es para las personas de los otros 16 países de la eurozona. Si el país estalla, se llevará también por delante a la moneda única.

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