jueves, julio 07, 2011

¿Por qué perdieron?

¿Por qué perdieron?

Los candidatos Alejandro Encinas y Luis Felipe Bravo Mena son incapaces de aceptar sus errores, ya no digamos la derrota...

Ricardo Alemán

¿Por qué perdieron? Cuando se formula la pregunta a los presuntos responsables de la debacle del PAN y el PRD en la jornada electoral del pasado domingo, todos los líderes políticos, jefes de partido y candidatos se salen por la tangente.

Los candidatos Alejandro Encinas y Luis Felipe Bravo Mena son incapaces de aceptar sus errores, ya no digamos la derrota. Se niegan a reconocer que buena parte del fracaso se debe a que por segunda ocasión fueron malos candidatos. Líderes políticos como Andrés Manuel López Obrador y Manuel Camacho recurren a la vieja fórmula —como si se tratara de políticos gagá—, de que la culpa es de Salinas, de la “mafia del poder” y hasta del clima, en tanto que los fanáticos de la izquierda y la derecha —incluidos medios y periodistas militantes— hablan de una elección de Estado.

Por eso, y a riesgo de desatar la furia de los fanáticos, proponemos algunas causas de la derrota escandalosa de azules y amarillos en el Estado de México.

1. Perdieron Encinas y Bravo Mena porque resultaron muy malos candidatos; porque sólo a necios como Felipe Calderón y Andrés López se les pudo ocurrir que dos cartuchos quemados, ya vencidos hace 18 años, podían ganar 18 años después.

2. Perdieron el PAN y el PRD, porque sus gobiernos en el Estado de México han sido fuertemente cuestionados, ya que si bien en los últimos 20 años se construyeron los esperanzadores corredores azul y amarillo —en su momento le arrebataron al PRI los municipios más ricos y mas poblados—, esos gobiernos resultaron peor de corruptos, transas, autoritarios, rapaces y antidemocráticos que los del PRI.

4. Perdieron porque los jefes del PAN y los del PRD ofendieron a los electores de la izquierda y la derecha con el engaño de una alianza y una consulta para determinar si harían o no esa alianza —que sacó a la calle a más de 200 mil ciudadanos, cifra que daría el registro a dos partidos—, y al final se burlaron de los electores. ¿Por qué? Porque prevaleció la decisión autoritaria y vertical del mesías.

5. Perdieron porque los jefes del PAN y los del PRD —Calderón y AMLO— usaron políticamente la elección mexiquense para sus objetivos en 2012, sin tomar en cuenta que a ciudadanos y electores les importa lo inmediato: el día a día, no la transa y menos el teatro de 2012.

6.-Perdieron porque los estrategas de Encinas y Bravo Mena cometieron la torpeza de meter a la contienda electoral y a la boleta al gobernador Enrique Peña Nieto, un mandatario que —les guste o no a los azules y a los amarillos— tiene una aceptación de por lo menos 80% de los ciudadanos. El PAN y el PRD convirtieron la elección en un plebiscito al gobierno de Peña, lo que no recomienda ni el más novato de los estrategas electorales.

7. Perdieron porque intentaron engañar a los electores al presentar —como candidatos del PAN y del PRD— a dos aspirantes que no vivían en el estado, que toda su trayectoria la realizaron en la Ciudad de México, y que de pronto aparecieron como prohombres de una entidad a la que nunca le han dado nada.

8. Perdieron porque el gobernador Peña Nieto cometió el acierto de empujar como candidato a un político local —más que al candidato de la clase política—, de fuerte arraigo, que es visto en el estado como ganador, y que al arranque de la contienda tenía en la bolsa todo el voto duro del PRI.

9. Perdieron porque los “genios” del PAN y los del PRD apostaron a la confrontación y la pelea con Peña Nieto: a tumbar al puntero de la contienda presidencial, antes que a la solución de los problemas de los mexiquenses.

10. Y perdieron porque, en el otro extremo, el del PRI, apostaron todo no sólo a retener el gobierno estatal, sino a asegurar la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto.

Sin duda que se deben cuestionar muchas trapacerías del PRI en el Estado de México y en Coahuila, Nayarit e Hidalgo; sin duda que existen abusos de poder, como el que se produce cotidianamente en el autoritario y despótico gobierno de Coahuila. Pero lo cierto es que resulta desmesurado, y una desvergüenza, gritar “al ladrón, al ladrón”, frente a una derrota de 40 puntos porcentuales. Sobre todo porque el PAN y el PRD han sido incapaces de cuestionar y acabar con la corrupción de sus comités estatales en todo el país.

Y se podrá decir lo que se quiera respecto a la victoria del PRI en el Estado de México, pero si la historia registra que el PAN echó al PRI del poder presidencial en el año 2000, la historia también registrará que el PAN y el PRD hicieron todo por el regreso del PRI al poder presidencial. Al tiempo.

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