jueves, julio 28, 2011

Prohibido prohibir

Prohibido prohibir

Enrique Acevedo


Cada vez que se habla de soluciones a la violencia en México, de cambio de estrategia, debemos abordar con seriedad el tema de la prohibición. Es un componente fundamental, diría yo fundacional del problema por el que atraviesa el país.

Sí, existe vulnerabilidad institucional, corrupción e impunidad en el país.

Existe una corresponsabilidad con los Estados Unidos por el consumo de droga, el lavado de dinero y el tráfico de armas hacia México. Más cuando nos enteramos de las estupideces cometidas por la oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus siglas en inglés), que operó la entrada deliberada de miles de armas automáticas a México, pero en ningún otro lado del mundo se ha vuelto tan aparente como aquí que los demonios de una prohibición fallida, rebasan por mucho los del consumo de droga.

Con cada ejecución y cada acto cruel de violencia se vuelve más difícil ignorar las consecuencias del fracaso de otra política colectiva. Como bien lo establece la propia Comisión Global de Políticas sobre Drogas, esta guerra ha fracasado y no va a ganarse a balazos.

Apenas en marzo de este año se cumplió el cincuenta aniversario de la Convención Única sobre Estupefacientes, celebrada en Viena en 1961. El mecanismo que ha delineado la política sobre drogas de gran parte de los países del mundo durante la última mitad de siglo.

Su aniversario llegó con un número cada vez mayor de países y de actores sociales cuestionando su eficacia. Es claro que el acuerdo no ha logrado restringir la producción, distribución y posesión de una amplia gama de sustancias para cualquier fin que no sea médico ni científico, incluyendo la heroína, la cocaína y el cannabis, tal y como lo establece en sus objetivos.

Según cifras de naciones unidas entre 1998 y 2009 la producción mundial de opio aumentó casi un 80 por ciento. El mercado de la cocaína, el producto que más ganancias genera por unidad, no se ha eliminado o reducido de manera significativa. Si acaso, solo se ha logrado trasladar su producción de un lugar a otro.

La aplicación de medidas represivas o penales contra quienes consumen drogas tiene las cárceles llenas y a los narcotraficantes millonarios. Se calcula que el mercado global de sustancias ilícitas rebasa los 320 billones de dólares aunque, la cifra es sólo un estimado basado en datos de la ONU. Para entenderlo mejor, si el negocio internacional de la droga fuera una economía sería el trigésimo segundo producto Interior bruto, del planeta.

La política de “prohibicionismo” ha causado más corrupción, violencia y violación de los derechos humanos que lo que podría generar el consumo de las drogas en sí. La solución ha sido más costosa que el problema con millones de dólares invertidos en armamento y estrategias de seguridad que evidentemente, no han logrado mucho.

Como dijo el primer ministro británico, Winston Churchill: “Por más bella que sea la estrategia, hay que detenerse a ver los resultados.” La crítica aplica para quienes apoyan la prohibición y claro, también para lo que se ha planteado el Presidente Calderón.

Indicador Político

Carlos Ramírez

Obama, un populista mexicano

En riesgo su reelección en 2012

La crisis en la negociación del techo de endeudamiento en Estados Unidos tiene dos lecturas:

1) Barack Obama y los republicanos se juegan, cada uno, la elección presidencial de 2012.

2) Obama manejó la política económica de su gobierno como si fuera un populista mexicano y hoy no quiere pagar las facturas del gasto.

Los dos escenarios son válidos: Obama desbordó el gasto social y el gasto para enfrentar la crisis de 2008, aun a costa de un colapso de 10 por ciento de déficit presupuestal; y los republicanos buscan el equilibrio fiscal y de paso limitar el populismo de Obama.

Salga lo que salga, viene una crisis económica originada en EU:

1) La reducción del gasto estadounidense implicará una nueva fase de desaceleración económica de Estados Unidos, además del abandono de programas sociales de apoyo al nivel de vida de los pobres porque la prioridad será la de estabilizar las finanzas públicas.

2) El aumento del techo de endeudamiento conducirá a un aumento en la emisión de circulante y presiones inflacionarias, además de que la nueva deuda tapará hoyos y no será productiva, por lo que la fase de desaceleración también llegará inevitablemente.

El problema central del presupuesto estadounidense radica en el hecho de que Obama autorizó multimillonarios programas de rescate por la crisis de 2008, pero a la larga esos rescates no se transformaron en aumento de la actividad económica.


EL PIB promedio anual de EU en estos tres años de Obama 2009-2011 sería de 0.4 por ciento y el desempleo es de 9.7 por ciento de la población trabajadora; en efecto, tanto gasto para que los estadounidenses sigan en crisis.

La población estadounidense no sabe qué pensar: ya le quitó el apoyo a Obama en las encuestas pero también castigó a los republicanos. El problema de la negociación del techo de deuda se ha politizado, pero de ambos lados.


Obama culpa a la derecha republicana pero en el fondo busca ocultar el desastre económico de su populismo. En el fondo, Obama está obligado a replantear su política económica, dejar de esperanzarse en el gasto-deuda y reordenar las finanzas públicas.

Obama ha llevado las finanzas públicas a una tercermundización: como cualquier populista, en la crisis aumentó el gasto con la esperanza de sostener el ritmo de crecimiento y que ello jalara a la economía; no fue así: al contrario, disparó el déficit a tasas de 12 por ciento.


En el pasado, el FMI obligaba a las naciones tercermundistas a severos programas de ajuste -bajar gasto, disminuir salarios, deprimir el PIB- para estabilizar la economía; hoy el FMI apoya la decisión de Obama de subir la deuda.

Para recibir deuda, Grecia fue obligada a un severo programa de ajuste; Obama quiere más deuda para tapar hoyos sin pagar su cuota de sacrificio. La deuda de EU es de 40 por ciento de su PIB. Ahí se encuentra la crisis, señala el economista mexicano José Manuel Suárez Mier en su columna Aquelarre Económico circulada por internet:


"(la deuda) significa que si EU no pudiera reponer la deuda que se vence a diario con nuevos bonos del Tesoro, su gobierno federal tendría que cortar su gasto abruptamente en 34% sólo por ese concepto y suponiendo que sigue pagando intereses, que en el presupuesto hoy representan apenas un 6% pero que se irían por las nubes en caso de entrar el país en suspensión de pagos."

En el fondo, el fracaso económico de Obama no radica estrictamente en aumentar el gasto sino en confundir a John Maynard Keynes con Paul Krugman:


Keynes razonó y racionalizó la intervención del Estado, Krugman sólo exige más y más gasto público.


Obama ignora la racionalidad económica de Roosevelt para encarar la depresión de los años veinte del siglo pasado. Las grandes inyecciones de dinero presupuestal a la economía no reactivaron el crecimiento. Por eso es que la Casa Blanca enfrenta la presión de la espiral de gasto: aumentar egresos cada vez más altos para tratar de mantenerse en el mismo lugar.

El gobierno de EU ha financiado su gasto con bonos, pero el peligro es que los compradores lleguen a la conclusión de que son -como EUropeos- "bonos basura". El dato lo enfatiza Suárez Mier: "la empresa calificadora Moody's anunció estar lista para degradar la deuda de EU, mientras que sus colegas de Standard & Poor's, que ya lo habían hecho desde abril pasado, anunciaron que veían una probabilidad de 50% que EU pierda su grado AAA y que en cualquier caso bajarían la calificación de no lograrse una reducción presupuestal de 4 billones de dólares (trillion en EU)".

Aunque a los progresistas no les guste, el error de Obama es querer conducir un capitalismo humano en una economía basada en el capitalismo salvaje. Y lo peor es que a pesar de la preocupación de Obama por los pobres, el electorado ya lo castigó: en dos y medio meses perdió el apoyo en encuestas que le generó el asesinato del terrorista Osama ben Laden; la desaprobación a su política ya es del 50 por ciento.

La paradoja es que si los republicanos no aprueban el aumento del techo de deuda, la crisis económica volverá con más fuerza; pero si lo aprueban, tampoco habrá garantías de una reordenación económica porque Obama no busca salir de la crisis sino seguir utilizando el gasto público, como político tercermundista al estilo Hugo Chávez, para mejorar su popularidad y ganar las elecciones presidenciales.

La crisis de EU es de modelo económico y de modelo político. Los datos revelan que Obama no es víctima del congreso republicano sino de la ineficacia de su política económica populista. Aunque a su favor tiene el hecho de que EU sigue siendo la locomotora que mueve al capitalismo y haya que salvarlos a los dos de sus propios errores, aunque el capitalismo ya no sirva para el mundo globalizado.
PAN, hacia el naufragio
Pablo Hiriart

Cuando cuatro de los principales panistas señalan que su partido anda mal y explican por qué, mal hacen los líderes del blanquiazul al cerrar los ojos y creer que las cosas se pueden componer solas.


Se los advierte Felipe Calderón, Vicente Fox, Diego Fernández de Cevallos y Germán Martínez Cázares.
¿Quieren más señales?


Decían los antiguos griegos que los dioses ciegan a los que quieren perder.
Y en el PAN están ciegos a sus errores, lo mismo que en el gobierno.


Madero quién sabe dónde anda, y por el Comité Nacional da la cara Juan Molinar Horcasitas con reacciones que salen de sus reflejos de combatiente político y no de una elaboración intelectual.
La mayoría de sus dirigentes están formados para ser oposición. Ahí se sienten cómodos. Hacia allá llevan a su partido.


El martes Felipe Calderón dijo en entrevista con Sergio Sarmiento que ya no se distingue al PAN como el partido que defendía las libertades económicas, políticas y personales.


Por supuesto que está desdibujado. ¿Qué hace aliado “con los enemigos de las libertades”?, preguntó hace unos días el ex dirigente nacional panista Germán Martínez.


En su opinión “el PAN está enfermo… perdió las ganas de ganar, como un enfermo pierde las ganas de comer”.


El presidente Calderón ha vuelto a mencionar la posibilidad de una candidatura independiente para su partido el próximo año.


¿No es esa una señal enorme y clara de que van a perder?


Anteayer el ex presidente Fox expuso que “no es un problema de candidatos, sino de partido” y adelantó una posible derrota panista porque “no ha hecho la tarea”. Y tiene razón.


Acción Nacional sigue instalado en la comodidad de las elecciones y no en la tarea diaria de construir partido y hacer política en todos los estados, con los jóvenes, las mujeres, los ancianos. Para eso reciben una fuerte suma de dinero del IFE haya o no haya comicios.


Para Fox, “al PAN se le ha hecho tarde y ahora se asocia con quien no debe: con el PRD, representante de una izquierda desdibujada, sin sentido, sin norte”.


Diego Fernández de Cevallos, figura emblemática de Acción Nacional, dijo en Frente al País que las dirigencias del partido “han cometido crímenes que el panismo no merecía, como fue buscar de manera indigna una alianza a toda costa con el PRD en el Estado de México”.


Ve al PAN “confrontado, anémico, sin unidad, sin orden en las ideas ni en los proyectos”.


Así de oscuras están las cosas para Acción Nacional. Y así de claras.
La realidad incómoda de las pendejadas de Fox
La teoría del caos
Autor: Hugo Páez


En el PAN no esperaron estar tan desorientados, divididos, pesimistas y con el primer Presidente de la República panista de la historia pronosticando el regreso del PRI.



A un año de la elección presidencial en el PAN no esperaron estar tan desorientados, divididos, pesimistas y con el primer Presidente de la República panista de la historia pronosticando el regreso del PRI y alabando al candidato más fuerte de todos los aspirantes encuestados: Enrique Peña Nieto.


Para colmo, el ex delegado interino de Miguel Hidalgo, Alfredo Vinalay se presentó ayer en el CEN en la colonia Del Valle con la petición de que el PAN reingrese como militante al ex presidente del partido que llevó a Felipe Calderón a Los Pinos, Manuel Espino Barrientos.


Las escenas no pueden ser más adversas, representantes de los cinco aspirantes presidenciales enfrascados en escoger método para reducir el número de finalistas a tres para facilitarle las cosas al partido, Ernesto Cordero, considerado el candidato del Presidente Calderón, encerrado ayer en la noche con sus colaboradores de primer nivel y cinco gobernadores, Rafael Moreno Valle de Puebla, Padrés Elías de Sonora, Mario López Valdéz de Sinaloa, Juan Manuel Oliva de Guanajuato y José Guadalupe Osuna de Baja California en un aquelarre que afianzó al Secretario de Hacienda como el candidato oficial ante la brutal realidad de las encuestas entre panistas que le dan escasos 3.5 por ciento, el Gabinete de Comunicación Estratégica, y otras donde no rebasa los 6 puntos.


En esta atmósfera reaparece intermitente el histórico héroe que sacó al PRI de Los Pinos, Vicente Fox Quezada, sin respetar las reglas de los que se van, parafraseando a Francisco Javier Ramírez Acuña: “se van callados”.


Vicente siempre fue un activo en el PAN, su sola presencia en mítines provocaba euforia, aún antes de ganar en el 2000, posteriormente su imagen escaló niveles de ícono del “Sí se pudo”, ahora es el más incómodo crítico de Felipe Calderón y los calderonistas, por encima de Gerardo Fernández Noroña por el letal hecho de pertenecer a la misma casa.


Sin reparos, Fox le está facturando la probable derrota presidencial del PAN a Calderón. Sus declaraciones en Puerto Rico pronosticando el regreso del PRI a la Presidencia de la República y el reconocimiento de Enrique Peña Nieto como representante de una nueva generación de demócratas tricolores, indudablemente levantan furibundas críticas de panistas, de los que dice Fox, lo califican como “pinche Fox habla puras pendejadas”.


Pero Fox dice que no lo van a callar, ni desde Los Pinos, ni desde su partido. Indudablemente será un factor importante en la campaña presidencial y en la interna del PAN para reventar a quien se le antoje, y ése, claro está, será el candidato albiazul si sale del gabinete.


Fox ataca al CEN del partido, una estrategia para acotar la acción de Gustavo Madero, uno de sus enemigos políticos. En la entrevista de Puerto Rico asegura que el problema no son los candidatos del PAN, sino el partido. Está claro el objetivo.


Vicente Fox no dice pendejadas, en todo caso debe ser considerado un traidor y expulsarlo del partido. Ataca como un enemigo interno de los grupos de poder que maneja el gobierno federal. Tal como los dichos de Manuel Espino, causa real de su expulsión a la que aún falta el fallo de la última instancia del Tribunal Federal Electoral.


Desde otro flanco, Manuel amenaza con registrarse en la candidatura interna como ciudadano amparado en los estatutos del PAN que no limitan a que los aspirantes sean miembros activos o adherentes, eso, en caso de que el Trife falle contra el ex presidente del partido que llevó a Calderón a la victoria, o cuando menos no estorbó, como me reveló en su momento el entonces secretario general adjunto, César Nava:


“Puso la chequera del partido a nuestra disposición, pensamos que iba a poner trabas porque su candidato no era Felipe, pero actuó con institucionalidad”.


A Manuel le ofrecieron una buena embajada y la rechazó. Las formas estúpidas de Germán Martínez como titular del partido lo arrinconaron y respondió como fiera. Para la historia queda la fotografía de Espino en la antesala de la oficina de Germán con una laptop esperando en vano a ser recibido.


La soberbia, debilidad que ha caracterizado a muchos que se quedaron en el camino de Calderón, como sus dos ex presidentes del partido, Germán y Nava, no lo dejó entender la estrategia de sus opositores. Terminó con una terrible derrota en la Cámara de Diputados en el 2009 y de inmediato presentó su renuncia donde no debía hacerlo, en Los Pinos. Con esa actitud palaciega, conciente o no, facturó la derrota a Calderón, el dedo que lo impuso en la oficina central de la colonia Del Valle.


Vicente tiene una enorme pila de errores del gobierno federal actual para hacer una campaña demoledora contra cualquier intento de imposición. Santiago Creel como su secretario de Gobernación fue su candidato en el 2005, y aun cuando marcó distancia ya como senador es considerado el aspirante más afín al ex presidente y el que puede convencerlo de unirse al proyecto del partido y dejar de dinamitarlo.


Debilitar a Calderón y a Madero tiene el propósito de enfrentar la cargada de Los Pinos para imponer a un miembro del gabinete, o en el peor de los casos, a la coordinadora parlamentaria de los diputados panistas, Josefina Vázquez Mota.


Desde inicios del sexenio se entiende la consigna presidencial: Cualquiera menos Santiago Creel. Aún con vida, Juan Camilo Mouriño desde la Secretaría de Gobernación quitó a Creel de la coordinación de los senadores panistas por medio del senador Gustavo Madero, su brazo ejecutor, ahora convertido en el líder del partido que según esto le garantiza el terreno parejo. ¡Si, como no..!


Fox aventó una bomba de brutal realidad:


El PRI va a ganar porque el partido es una sucesión de errores.


Para mal tino de los detractores de Fox Quezada, el Presidente Felipe Calderón remató el martes con la frase:

Los errores del gobierno golpean al partido.


Esos errores que un día sacaron al PRI de Los Pinos.

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