El candidato quiere controlar Moncloa desde Ferraz. Con Jáuregui de portavoz y con Chaves de vicepresidente frena a Chacón. Alberga dudas sobre quién poner en Interior. Han llegado a pensar en una fusión de Justicia con Interior
Rubalcaba busca entre sus fieles para colocarlos en el Gobierno antes de irse
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Ignacio González Galán y Miguel Gil.
Se va, pero se queda; se traslada a Ferraz, pero seguirá controlando La Moncloa; se retira a ocuparse de la candidatura, pero quiere vigilar cada decisión del Gobierno. Esa es la filosofía con la que Alfredo Pérez Rubalcaba afronta su inminente salida del Gabinete y, para ello, antes de irse, ya ha sondeado a un grupo de fieles a los que quiere colocar en los puestos clave del Consejo de Ministros. Decidido finalmente a abandonar todos sus cargos en el Gobierno, el todavía número dos busca relevo para la Vicepresidencia, la Portavocía e Interior.
El primero de los casos es clave sobre todo para cerrar el paso a Carme Chacón, dado que la ministra de Defensa, ya en tiempos de María Teresa Fernández de la Vega, maniobró para convertirse en vicepresidenta. Es por ello que Rubalcaba, con el consentimiento pleno de José Luis Rodríguez Zapatero –que parece entregado en cuerpo y alma a cualquier deseo del candidato–, ha apostado por Manuel Chaves. De la Vicepresidencia tercera pasaría a la primera y el nombramiento, al margen de las polémicas que han arrastrado en los últimos tiempos al ex presidente de la Junta andaluza, quedaría blindado en virtud de su condición de presidente del PSOE, cargo sin gran poder ejecutivo pero que los socialistas veneran desde hace años.
Pocas dudas hay de que la Portavocía recaerá en Ramón Jáuregui, ministro de la Presidencia y fiel al máximo a Rubalcaba. El ministro ya suplió en estas funciones al vicepresidente durante sus días de convalecencia médica en el mes de abril. Ni siquiera los deslices que ha tenido Jáuregui en alguna que otra filtración periodística desacreditan al ministro, que en su haber cuenta con una excelente relación con la prensa, lo que facilitaría dar las explicaciones cada viernes al término del Consejo de Ministros.Hay verdaderas dudas –y explicaciones de todo tipo– sobre lo que ocurrirá con la cartera de Interior e incluso con la de Justicia, teniendo en cuenta que una de la cartas con las que Rubalcaba juega de aquí a las elecciones es el proceso final de ETA. Fuentes gubernamentales han llegado a barajar la fusión de estos dos departamentos, como ya ocurriera en tiempos de Juan Alberto Belloch. De ser así, Antonio Camacho, fiscal de carrera y actual secretario de Estado de Seguridad podría desplazar a Francisco Caamaño, hombre colocado por De la Vega, querido por Zapatero, pero sin sintonía con Rubalcaba, según informa Diego Carrasco.
En Interior, cargo en el que Rubalcaba lleva desde abril de 2006, cobra fuerza el nombre de Francisco Javier Velázquez, actual director general de la Policía y la Guardia Civil, hombre discreto que huye de la prensa pero que está en el día a día del departamento desde su aterrizaje en abril de 2008. Junto al nombre de Velázquez sigue sonando, cómo no, el de Rodolfo Ares, consejero de Interior vasco, fiel como ninguno a Rubalcaba y que podría echarle una mano tanto en el Gobierno como en el partido. Con unos u otros el último Gabinete de Zapatero será, en realidad, el de Rubalcaba.
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jueves, julio 07, 2011
Rubalcaba busca entre sus fieles
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