Casinos: el cochinero
Nadie sabe bien a bien cuántos operan en México, quiénes son los verdaderos dueños y pocos conocen cuáles son legales y cumplen con las normas
Ricardo AlemánPara mala fortuna de la clase política, la tragedia del casino en Monterrey ocurrió en tiempos políticos. Aquellos donde todo lo que hagan, hayan hecho o dicho los aspirantes presidenciables, puede ser utilizado en su contra.
Y es que el cochinero y la inmoralidad que prevalecen en un negocio calculado conservadoramente en cinco mil millones de pesos anuales —las utilidades de la adicción al juego—, es rica fuente de misiles para destruir a tal o cual candidato o partido.
Y el caso emblema es el de Santiago Creel, aventajado precandidato presidencial del PAN, quien luego del “jueves negro” en Monterrey debió esquivar potentes obuses que amenazaban con mandar a pique sus aspiraciones presidenciables. ¿La razón? Casi nada, que en la segunda mitad del gobierno de Fox, el entonces secretario de Gobernación autorizó la mayor cantidad de permisos para casas de juego y apuestas.
Pero es tal el cochinero que prevalece en torno a los casinos, que nadie sabe bien a bien cuántos operan en México, quiénes son los verdaderos dueños y pocos saben cuáles casinos son legales y cumplen con las normas de seguridad; pagan de manera correcta sus impuestos, cumplen con protección civil y no son lavaderos de dinero.
Existen algunos cálculos de que en México existen 26 empresas que operan 386 casinos, pero lo cierto es que otras cifras hablan de más de 800 casinos y que más de 80% de los instalados operan —¡adivinó usted!— con amparos de jueces corruptos. Entre los dueños de los más importantes casinos aparecen familiares de Carlos Hank González y Ramón Aguirre Velázquez, pero también parientes del líder nacional del PAN, Gustavo Madero. Y no faltan los que han involucrado, sin pruebas, a políticos cercanos a Santiago Creel, entre otros.
Pero no todo es opacidad. Resulta que anoche, en su edición digital y televisiva, el diario electrónico Zona Franca —que dirige el periodista Arnoldo Cuéllar, en Guanajuato— dio a conocer una joya que involucra en el negocio de las apuestas al senador del PAN Luis Alberto Villarreal, al alcalde de León, también azul, Ricardo Sheffield, y al senador del PRD Silvano Aureoles Conejo, entre otros políticos de la derecha y la izquierda mexicanas.
Con documentos irrebatibles se comprobó que en noviembre de 2008 se firmó un Contrato de Participación entre las empresas Jaguar Entertainment, representada por Talía del Carmen Vázquez Alatorre, y Grupo Win México, representado por Ricardo Villarreal. La sociedad fue creada para la instalación de un casino en la más lujosa zona de León, en Guanajuato.
El asunto no tendría nada de particular si no fuera porque Ricardo Villarreal es hermano del senador Luis Alberto Villareal y porque Talía del Carmen Vázquez Alatorre es ex diputada local del PRD y ex candidata suplente al Senado, por Michoacán. Pero, además, Talía es hermana de Selene Vázquez Alatorre, quien a su vez es senadora suplente del senador del PRD Silvano Aureoles. A su vez, Selene Vázquez Alatorre mantiene un estrecho vínculo con el gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, y con la ex mandataria de Zacatecas, Amalia García.
Esa relación de negocios y amistad tampoco tendría nada de particular si no fuera porque existe un documento notarial de la sociedad empresarial, en donde el hermano del senador del PAN y la hermana de la suplente del senador del PRD reconocen que:
1. La concesión que otorga la Secretaría de Gobernación para instalar un casino cuesta dos y medio millones de dólares. Con ese documento se instalan los locales que se le antojen al propietario.
2. La instalación de un casino tipo cuesta 16 millones de pesos, además de tres millones de pesos destinados “a la obtención del acuerdo político municipal para operar…” ¿Y qué es el acuerdo político municipal”? Elemental, lo que todos conocemos como la mordida.
Bueno, pues resulta que, en la actual gestión del alcalde panista de León, Ricardo Sheffield, se instaló en la más exclusiva colonia de León, Guanajuato, el Grand Casino, cuyos socios son, como ya se dijo, la parentela y amigos políticos de los senadores del PAN Luis Alberto Villarreal García y Silvano Aureoles. Pero no es todo, resulta que un socio fundamental del Grand Casino se llama Pablo Moreno Aiza. ¿Y eso qué? Sí, que es el mejor amigo del alcalde Ricardo Sheffield.
Tampoco es todo. El Grand Casino empezó a operar en enero pasado, casualmente luego de que la generosidad del alcalde Sheffield decretó un nuevo reglamento de juegos. Reglamento que, claro, sólo cumple Grand Casino. ¿Qué tal con el cochinero y la transa?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario