La amenaza de la recesión presiona a Bernanke para que active un 'QE3'
Ben Bernanke, cual Sísifo, ve impotente cómo la piedra de la crisis económica vuelve a rodar ladera abajo. Por momentos, el presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, se las prometía muy felices. A comienzos de 2011, parecía que, esta vez sí, la recuperación se afianzaba. Espejismo.
En abril, el propio Bernanke reconoció que la reactivación se frenaba. Y hoy, cuatro meses después, en la reunión de política monetaria que celebra la entidad en Washington, mirará a los ojos de sus colegas con una preocupación mucho mayor. No es para menos. En la última semana, la principal economía del mundo ha coleccionado datos tan decepcionantes que incluso se teme ya una recaída en la recesión y, como puntilla, la agencia Standard & Poor's rebajó el viernes la calificación norteamericana desde AAA hasta AA+.
En este contexto, y dado el currículum anticrisis acumulado por Bernanke desde 2007, el mercado ya baraja la posibilidad de que la Fed intente acudir al rescate. ¿Cómo? Metiendo más dinero en la economía, una estrategia conocida como expansión cuantitativa -en inglés, quantitative easing o QE-. Hasta ahora ha recurrido a esta alternativa en dos ocasiones: con la primera -QE1- inyectó 1,75 billones de dólares entre noviembre de 2008 y finales de 2009 mediante la compra de deuda hipotecaria y pública; y con la segunda -QE2-, otros 600.000 millones entre noviembre de 2010 y el 30 de junio de 2011. Por tanto, podría ser la tercera vez que Bernanke se sube al helicóptero para arrojar billetes sobre la economía, de ahí que se le llame QE3.
Aún es pronto
La incógnita acerca de si la Fed aplicará o no nuevos estímulos marcará la reunión de hoy y será el aspecto principal que analizarán los inversores en el comunicado que difunda la entidad a las ocho y cuarto de la tarde -en esta ocasión no está previsto que Bernanke comparezca ante los medios de comunicación-.
Por el momento, eso sí, la mayoría de los expertos considera que todavía es pronto para disparar más munición cuantitativa y que la Fed podría esperar a la siguiente reunión, que se celebrará en septiembre. "Estas señales de moderación recientes nos parecen insuficientes para que la Fed pudiera plantearse a corto plazo el lanzamiento de un tercer programa de compra de activos", opinan desde Banif.
Y avisan: "Un tercer programa de compra de activos llevaría implícito un mensaje muy negativo en clave de incapacidad de crecimiento autónomo de la economía norteamericana". "No creemos que vaya a haber un QE3. La Fed se va a dar más tiempo para analizar esta debilidad y será muy importante la evolución en las expectativas de inflación. En el caso de que se aprobara este QE3, pensamos que en ningún caso será en verano, sino que como muy pronto esperarán a otoño", añade Félix González, de Capitalia Familiar.
¿Servirá para algo?
Para Joaquín Casasús, director general de Abante Asesores Gestión, tampoco es momento de mandar más estímulos. "Un QE3 no haría nada porque el problema ahora no es que haya tipos altos y el objetivo del QE era bajar el interés de los bonos. Además, hay que tener en cuenta que el QE2 fue más ruido que otra cosa", afirma.
Por el contrario, Sara Pérez-Frutos, de Dracon Partners, juzga que "sí que es necesario que haya un QE3 ya que estamos viendo que la economía americana sigue necesitando muletas". Y agrega: "Está visto que los estímulos fiscales no pueden ser la alternativa debido al acuerdo de EEUU para reducir su déficit, por lo que sólo quedan los estímulos monetarios. No conseguirán revitalizar la economía, pero sí que ésta evite la recesión". Para Ofelia Marín, de Banca March, al final imperará el pragmatismo de la Fed si la situación lo requiere. "Si la economía no crece, ellos tienen como prioridad estimular el crecimiento, así que no descarto que activen un QE3", indica.
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