Poeta rebelde, padrecito regañón
El berrinche de Sicilia estuvo de más. Lo asesoraron mal. Los diputados adelantaron “sus líneas” y lo dejaron “en fuera de lugar”.
José CárdenasJavier Sicilia está más cerca de conducirse como un ogrito filantrópico que como un demócrata convencido, defensor de los derechos ciudadanos.
Del padre quebrado por la tragedia insuperable de la muerte de un hijo, surge el líder social: su voz es la de miles de víctimas que “están hasta la madre de la violencia”.
Ahora, rompe el diálogo con el poder: “No se puede hablar con hombres y mujeres que no dicen verdad”. Acusa mentiras y traiciones. Reclama al gobierno por alentar la aprobación del dictamen de la Ley de Seguridad. Por legalizar la acción de las Fuerzas Armadas en labores policiacas.
Estalló la bomba.
El berrinche del poeta estuvo de más. Lo asesoraron mal. Los diputados adelantaron “sus líneas” y lo dejaron “en fuera de lugar”. “El dictamen de la Ley de Seguridad no se ha aprobado”, dijo Josefina Vázquez Mota para calmar los ánimos del ogro. Dice que apenas se va a iniciar la discusión. Que reclamos y mentadas del Movimiento por la Paz, con Justicia y Dignidad serán bien recibidas.
El diálogo no está roto, dice el Legislativo. Está a favor de un debate permanente con la sociedad, no porque lo demande Sicilia, sino porque es un derecho de los mexicanos. Lo reclaman 50 mil víctimas. ¿En serio? Los políticos facilitaron el primer verso; los demás, le tocan al poeta.
¿Qué papel quiere jugar ahora esta “especie” de Indiana Jones desparpajado y vigoroso? ¿El de sordo, el de necio o el de aferrado?
Hagamos memoria. El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad se reunió en junio en Ciudad Juárez. Convirtió seis exigencias en 82. Muchas son inatendibles, perfectas para abortar cualquier diálogo. Ya desde entonces.
En su último desplante con senadores y diputados asumió la superioridad moral de un “padrecito regañón”. Acusó a quienes no hacen lo que él dice. Supuso y supone que basta querer para poder. Igual se lo permiten quienes le pusieron la otra mejilla, pero no recibieron beso.
Y más memoria. El secretario de Marina, Francisco Saynez, hace uno días reclamó hacer el juego a bandas criminales so pretexto de defender los derechos humanos. ¿Nombres?… Eso fue lo que no se atrevieron a reclamar las ONG.
Hay unas tres mil agrupaciones que defienden los derechos humanos. Pero también hay algunas que se entienden con los criminales.
Javier Sicilia sabe todo esto. También, Francisco Blake Mora y sus colaboradores en la Secretaría de Gobernación, y la procuradora Marisela Morales en la PGR. Los tres conocen casos de presuntos activistas al servicio de las mafias.
Va un botón de muestra. Existe una averiguación de la Procuraduría que consigna el caso de un “defensor” de derechos humanos de Tamaulipas que acompañaba caravanas de migrantes en su tránsito hacia la frontera con Estados Unidos. En 2006, lo descubrieron protegiendo envíos de drogas. Su muerte, por enfermedad, mandó el caso a la reserva. No diré el nombre de quien no puede defenderse. Pero fue, incluso, corresponsal de un periódico.
Total, ni todos son santos ni todos pecadores.
MONJE LOCO. En el país de La Malinche, donde la traición política acecha desde hace cinco siglos, sólo habrá un ser superior e iluminado capaz de contener el legítimo interés del poeta adolorido. Ya se sabe, ya se supo.
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