miércoles, febrero 15, 2012

12F: ensayo general en Venezuela

Análisis & Opinión

Ibsen Martínez

Ibsen Martínez es escritor y ensayista venezolano. Su trabajo puede leerse regularmente en publicaciones locales tales como los diarios “El Nacional”, “Tal Cual” , “El Mundo, economía y negocios”, y el semanario “Zeta”, todos de Caracas (Venezuela). Ha sido colaborador de medios extranjeros como “El País”, “ABC/abcd” (suplemento cultura del diario “ABC”) y “El  Mundo”, de Madrid (España). También de “El Espectador” de Bogotá (Colombia), así como de las revistas literarias y de ideas “Letras Libres” de España, y El Malpensante, de Bogotá (Colombia). Desde 2005 he escrito  ocasionalmente en inglés para “Foreign Policy”, “The Washington Post” y durante cinco años para la página estadounidense “Econlib.org”, especializada en temas económicos.
Brutalidad de la prudencia" llamó Pier Paolo Pasolini a la calculada reticencia que mostraban los activistas de oposición con quienes yo había hablado en las últimas semanas.
Muchos de ellos, quizá demasiado acostumbrados a perder elecciones ante el carisma y la munificencia de Chávez, contaban y pesaban sus palabras, por no alentar engañosos entusiasmos.


Embrutecido por esa misma prudencia, acostumbrado también a perder indefectiblemente mi voto opositor desde mucho antes de la "era Chávez", acudí el domingo al colegio donde estoy registrado en la calle real de Prado de María, dispuesto a reportar otra decepción. La sorpresa fue mayúscula: creí estar en unas elecciones presidenciales, tan larga era la cola de votantes.
La gran afluencia y la conducta de los votantes visibles en los centros de votación de todo el país dejaba ver que la consigna de la MUD, de alcanzar la mayor participación posible, había sido atendida. En las colas del oeste de Caracas se advertía desafío y júbilo.
Tan vasta como es grande la sorpresa que estas elecciones primarias han deparado a todos los venezolanos. Muy especialmente al comandante Chávez.
Particularmente notable fue el crecimiento de la participación juvenil, constatada en centros electorales de muy diverso estrato y en todas las regiones del país. En Guayana, la muy opositora región siderúrgica que alberga a la mayor representación sindical del país y donde la conflictividad social es muy acusada, las colas mostraban desde temprano un talante carnavalesco y retador.
2.- La socarrona simpatía que los suboficiales y efectivos de tropa, custodios de la elección, mostraban a los votantes en las colas, nutrió los comentarios de todo el mundo, tanto en Twitter como en las busetas por puesto.
Se trata de algo que debería dar qué pensar al generalato chavista que ha llegado a amenazar con desconocer los resultados de octubre si éstos llegasen a serle adversos a la Revolución Bolivariana. No es desdeñable el hecho de que estas manifestaciones de parte de los "soldaditos" se registrasen sólo una semana después del gran desfile militar organizado por Chávez para conmemorar su fallida intentona de febrero de 1992 como día de júbilo nacional. Y todo esto que llevo contado, no desmintió el pronóstico de que el ganador sería Henrique Capriles Radonski. ¿Qué cabe esperar de su desempeño como candidato opositor en las presidenciales de octubre de 2012?
3.- Para empezar, la vocación unitaria tanto de la MUD como del electorado opositor garantiza que Capriles parta con tres millones de votos. Esto significa que la oposición, que ha venido de menos a más en las últimas elecciones, y que ya hace un año obtuvo 52% de los votos, cuenta ahora con un candidato muy consensuado y matemáticamente ganador.
Por lo que atañe al equipaje político de Capriles, no es aventurado decir que su exitosa trayectoria como gobernador estatal y su talento concertador hacen de él un candidato capaz de captar votos entre los millones de decepcionados electores chavistas. La victoria de Capriles, de paso, demuestra lo que -¡al fin!- repiten hasta los analistas más cautelosos: el mito de la maquinaria electoral de Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo, partidos que apoyaron la candidatura de Pablo Pérez, es sólo eso: un mito del pasado. Me apresuro a formular un deseo: ¡No más Ramos Allup, ni mafias zulianas entorpeciendo el paso de los más jóvenes! Si Capriles es centroderechista -¿y qué significa eso?-, ¡bienvenido sea!
La candidatura Capriles hace ahora más viable una coalición electoral que vaya más allá de la confederación de vetustas burocracias que partidos como AD y UNT han representado en el seno de la MUD. Esta elección deja ver que acaso Chávez haya tenido razón al decir que ni AD, ni sus mustios desprendimientos como UNT, ni el desvencijado Copei (demócrata cristiano) volverán. ¡Que así sea, alabado sea Dios! El legado de AD, fue, justamente, Hugo Chávez.
Parece la hora de toda la sociedad organizada, y ya no sólo de los partidos que se han arrogado su representación; es la hora de una coalición opositora mucho más vasta de como pueden concebirla Ramos Allup o el pintoresco Omar Barboza.
Tan vasta como es grande la sorpresa que estas elecciones primarias han deparado a todos los venezolanos. Muy especialmente al comandante Chávez.

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