martes, marzo 03, 2009

Cerrando mercados

por Juan Ramón Rallo

Juan Ramón Rallo Julián es investigador del Instituto Juan de Mariana (España).

No supone ninguna sorpresa decir que los mercados se adaptan a las necesidades de los consumidores, esto es, que la demanda tiende a configurar la oferta que pretende satisfacerla. La pluralidad de demandas por tanto determina la pluralidad de ofertas, lo que a su vez permite la división del trabajo y la especialización. Los factores productivos tienden a concentrarse en satisfacer del mejor modo posible su nicho de mercado y para ello van volviéndose cada vez más específicos: los trabajadores mejoran sus destrezas requeridas en su empleo, aparecen nuevos proveedores para cada bien concreto, surgen máquinas tecnificadas en una tarea determinada, etc.

Esta especialización y división del trabajo y del capital permite incrementar la productividad y mejorar la calidad de vida de los consumidores. Ahora bien, en sus grandes ventajas se encuentra también el germen de su riesgo. Una estructura productiva muy especializada y con factores muy específicos es también muy rígida y poco adaptable al cambio de demanda: dado que trabajadores y bienes de capital se han vuelto muy específicos, su recolocación hacia tareas distintas para las que fueron concebidas se dificulta. Es necesario pasar por un proceso de “reciclaje” en el que los factores van reconfigurándose para satisfacer la nueva demanda en el mercado, reciclaje que los keynesianos cortoplacistas suelen despreciar como de “recursos ociosos”.

El ciclo económico supone un caso particularmente abrupto de este proceso. Mientras los bancos centrales expanden artificialmente el crédito, la demanda de bienes de inversión y de consumo duradero se incrementa también artificialmente. Las empresas van adaptando sus estructuras a las nuevas demandas y cuando finalmente el flujo de crédito se corta, comienza un costoso proceso de quiebra y de reconversión de factores mediante sus liquidaciones en el mercado.

Un caso típico ha sido la construcción en España y en parte en EEUU: cuando los bajos tipos de interés dispararon la demanda de viviendas, el número de promotoras y constructoras comenzó a aumentar, los bancos se especializaron en la concesión de hipotecas y de préstamos a la construcción, muchos trabajadores dejaron de lado su formación para ofrecer su mano de obra a estas empresas y algunos proveedores como las cementeras también multiplicaron su actividad y sus inversiones. Con todo, la interrupción súbita en el crédito desplomó la demanda de viviendas y de todos estos sectores que tuvieron que empezar a adelgazar y a dejar de utilizar factores poco móviles entre actividades: el paro en la construcción creció, las constructoras, promotoras y cementeras quebraron o se reestructuraron, los bancos congelaron su cartera de hipotecas y el stock invendible de viviendas está tratando de enajenarse a precios cada vez más bajos.

Los keynesianos confunden las causas con las consecuencias y creen que las crisis se originan por la contracción de la demanda, de modo que resulta imprescindible que el Estado garantice la demanda, especialmente en los sectores más afectados por la crisis. Para ello proponen distintas recetas, como incrementar el gasto público o imponer aranceles al comercio internacional que reconduzca la demanda de los estadounidenses desde el consumo externo al consumo interno.

Pero en EE.UU. aquellos que rodean al gobierno están valiéndose de la retórica proteccionista y han propuesto un arancel sobre el acero y un exhorto a que las obras públicas se financien con producto nacional. Es el mismo error que cometió Estados Unidos en 1930 con el arancel Smoot-Hawley.

La política proteccionista supone un cierre masivo de mercados, ya que los extranjeros no pueden vender en EEUU y, como consecuencia, tampoco pueden comprar. El tejido empresarial, adaptado a un mercado global, sufre una contracción mucho mayor que la que estaba experimentando por la restricción del crédito. Ya no sólo se liquidan las malas inversiones, sino también las que eran buenas mientras las fronteras estaban abiertas.

Como ya sucedió en el 29, la estulticia gubernamental puede convertir una crisis intensa en una gran depresión; la hostilidad al comercio internacional es sin duda una de las peores políticas que podían aplicar.

MIENTRAS LOS BUROCRATAS DUERMEN

Mientras Doha duerme: Asegurar el crecimiento económico mediante la facilitación del comercio

por Daniel Ikenson

Daniel Ikenson es director asociado del Centro de Estudios de Política Comercial del Cato Institute y coautor de Antidumping Exposed: The Devilish Details of Unfair Trade Law. También puede leer este documento en formato PDF aquí.


La mejora del sistema de comercio internacional no precisa de un nuevo acuerdo multilateral general. Los países pueden lograr grandes beneficios a partir del sistema comercial mediante la aplicación de reformas que suelen enmarcarse bajo el término facilitación del comercio.

En una acepción amplia, la facilitación del comercio incluye reformas destinadas a mejorar la cadena de procedimientos administrativos y físicos relacionados con el transporte de bienes y servicios entre fronteras internacionales. Los países con una infraestructura comercial inadecuada, procesos administrativos onerosos o competencia limitada en el área de logística comercial son menos capaces de beneficiarse de las oportunidades que genera la expansión del comercio internacional. Es menos probable que las empresas interesadas en invertir, comprar o vender se fijen en un mercado local si hay demasiadas fricciones relacionadas con el procesamiento de documentos o la inspección de cargas en la aduana, instalaciones portuarias anticuadas, cuellos de botella logísticos o si los servicios de transporte o financiamiento del comercio no son confiables.

Según estudios recientes del Banco Mundial y otras instituciones económicas internacionales, las reformas de facilitación del comercio podrían hacer más para aumentar los flujos comerciales mundiales que una mayor reducción de los aranceles. Para muchos países en desarrollo —en especial los que reciben un tratamiento arancelario preferencial por parte de los países ricos—, la reducción de los costos de transporte y los relacionados con la logística, mediante reformas de facilitación del comercio, sería mucho más positiva que mayores recortes en los aranceles.

Pero la facilitación del comercio no es promisoria únicamente para los países en desarrollo. Todos los países pueden beneficiarse con la eliminación de fuentes de fricción en sus cadenas de suministro. Después de los atentados del 11 de septiembre, el énfasis que se puso en minimizar el riesgo de que los terroristas aprovecharan las permeables cadenas internacionales de suministro para contrabandear armas de destrucción masiva hacia ciudades de Estados Unidos —las cuales, obviamente, son un objetivo vital— podría afectar la capacidad de las empresas con sede en Estados Unidos para atraer inversiones y competir por los mercados. Del mismo modo, las prohibiciones que existen en Estados Unidos respecto de la competencia extranjera en servicios de transporte y la política que genera la idea de permitir la inversión extranjera en operaciones portuarias de Estados Unidos elevan los costos de hacer negocios y aumenta el alcance de la facilitación del comercio en Estados Unidos.

Introducción

A lo largo de las últimas seis décadas, las reducciones en las barreras comerciales formales impulsaron notables incrementos en el comercio y la inversión. La mayoría de los economistas coinciden en que un acuerdo en la Ronda de Doha que logre reducciones adicionales en las barreras agrícolas e industriales podría promover un incremento todavía mayor del comercio y el crecimiento, en especial entre los países en desarrollo. Sin embargo, por diversas razones que exceden el alcance de este trabajo, Doha se encuentra actualmente en un estado criogénico, y podría pasar bastante tiempo antes de que las negociaciones se descongelen.

Afortunadamente, los acuerdos multilaterales generalizados no son la única manera de mejorar el sistema de comercio. Existen muchas medidas que los países pueden adoptar por sí mismos y en función de sus propios intereses para promover el aumento del comercio, las inversiones y el crecimiento. Podemos resistir los efectos de este “tiempo fuera” y aun así obtener más valor del sistema comercial mediante la adopción de medidas que suelen englobarse bajo el término facilitación del comercio.

Aunque hay varias definiciones, la facilitación del comercio se refiere generalmente a las reformas orientadas a mejorar la cadena de procedimientos administrativos y físicos relacionados con el transporte de bienes y servicios entre fronteras internacionales. Algunas definiciones de la facilitación del comercio abarcan también la economía interna en términos de instituciones, sectores y normas que afectan la cadena de suministro comercial, pero que no tienen necesariamente una relación directa o exclusiva con el proceso del comercio internacional.

Los países con una infraestructura comercial inadecuada son menos capaces de beneficiarse con las oportunidades de una expansión del comercio internacional. Muchos renuncian a oportunidades de participar significativamente en la intrincada y cambiante red de cadenas de suministro transnacionales, y así privan a sus economías de la inversión extranjera, a sus productores del acceso a mercados más grandes y a sus consumidores de tener acceso a una mayor variedad de bienes y a menores precios. La debilidad del sistema de estos países no es que los aranceles externos sean necesariamente demasiado restrictivos: muchos tienen acceso libre de impuestos a mercados de países ricos, a partir de diversos programas de preferencia, y los aranceles generales son relativamente bajos y están disminuyendo. La dificultad real es la persistencia de cuellos de botella administrativos, burocráticos y físicos a lo largo de sus cadenas de suministro de importaciones y exportaciones que hace difícil que esos países aprovechen esas condiciones favorables.

Al igual que las reducciones de aranceles, las mejoras logradas en los procedimientos de facilitación del comercio pueden ayudar a reducir el costo del comercio y a incrementar su flujo. Un estudio de las Naciones Unidas de 2004 reveló la carga que conllevan estos procesos en los países en desarrollo, donde la transacción aduanera promedio involucra entre 20 y 30 participantes y requiere 40 documentos separados para poder completarse1. Un estudio del Banco Mundial de 2004 que abarca 75 países concluyó que si los países con un desempeño “por debajo del promedio” respecto de cuatro índices amplios de facilitación del comercio lograran subir su calificación y acercarla a la mitad del promedio para los 75 países, el comercio internacional registraría un aumento de US$377.000 millones, o de aproximadamente un 9% por año2.

Sin embargo, las reformas de facilitación del comercio no son solo de interés para los países en desarrollo: también son fundamentales para Estados Unidos y otros países ricos, donde hay mucho por mejorar en diversos aspectos relativos a la logística, la oferta de servicios relacionados con el comercio y los procedimientos administrativos. Actualmente, en lo que respecta a diversos índices de facilitación del comercio, el desempeño de Estados Unidos está rezagado en comparación con otros países con los que este compite por mercados e inversiones. Un estudio reciente sugiere que una mejora de un día en el tiempo promedio que se precisa para llevar una carga de Estados Unidos desde el almacén hasta el puerto de exportación y para transportar una carga entrante desde el puerto hasta un almacén estadounidense podría generar un incremento en el comercio de este país de casi US$29.000 millones por año3.

El transporte de bienes intermedios y finales dentro, a través, alrededor y fuera de Estados Unidos con la menor fricción posible es fundamental para mantener y aumentar la inversión directa, limitar los costos que enfrentan los productores y transferir los beneficios a los consumidores, en especial si tenemos en cuenta la tendencia cada vez más rápida a favor de los procesos de fabricación transnacionales y descentralizados. Zanjar la brecha de desempeño en términos de facilitación del comercio será fundamental para la competitividad de Estados Unidos a futuro.

La investigación económica respalda la conclusión lógica de que la disminución de los costos, la aceleración del desplazamiento a lo largo de los procesos logísticos y la mejora de la confiabilidad de las cadenas de suministro conllevan flujos de comercio mayores. Algunos trabajos sugieren que los principales factores que determinan la baja de los costos, los menores tiempos de desplazamiento y la mejora de la confiabilidad son, entre otros, la mayor transparencia en los procedimientos, la menor burocracia, la mayor competencia en servicios relacionados con el comercio y la mayor intensidad en el uso de tecnología en procesos aduaneros.

Las negociaciones sobre la facilitación del comercio son parte del Programa de Doha, cuya misión es “aclarar y mejorar aspectos pertinentes [de los artículos del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio - GATT], con miras a agilizar aún más el movimiento, el despacho de aduana y la puesta en circulación de las mercancías, incluidas las mercancías en tránsito”4. La misión también establece que, como algunas de las reformas contempladas en las negociaciones sobre la facilitación del comercio podrían conllevar grandes gastos para los países con dificultades en términos de recursos, “las negociaciones tendrán también por finalidad potenciar la asistencia técnica y el apoyo a la creación de capacidad en esta esfera”5. Así, por primera vez en una ronda de negociación del GATT, los compromisos que asuman algunos países para llevar adelante las reformas dependerán de que otros países proporcionen los recursos que se juzguen necesarios para cumplir con esos compromisos.

Si bien la inclusión de “negociaciones” sobre facilitación del comercio y el desarrollo de capacidades en la Ronda de Doha es positiva en cuanto dirige la atención hacia estos importantes temas, al mismo tiempo introduce complicaciones que podrían retrasar o suspender un proceso de reforma que ya ha comenzado voluntariamente. La facilitación del comercio —al igual que la liberalización de los aranceles— es principal y sustancialmente positiva para el país que pone en marcha la reforma. Si las reformas se tratan como recíprocas y vinculantes, los países pueden volverse escépticos respecto de su utilidad y reticentes al momento de aplicarlas. Además, el componente de “ayuda a cambio de comercio” estipulado por el lenguaje de las negociaciones podría incentivar a los países en desarrollo a exagerar sus evaluaciones de necesidades y a retrasar los compromisos de reforma a fin de elevar los financieros.

Las medidas de facilitación del comercio son especialmente relevantes hoy, ya que los economistas advierten día tras día que los costos relacionados con la logística son obstáculos mayores para el comercio que los aranceles y otras barreras formales. Si bien la mejora que puede obtenerse a partir de las reformas varía entre países ricos y pobres, todos los países pueden beneficiarse a partir de la facilitación del comercio sin necesidad de alcanzar nuevos acuerdos comerciales.

La facilitación del comercio sirve tanto a los países pobres como a los ricos

Hace más de un siglo y medio, el economista liberal francés Frederic Bastiat señaló lo siguiente:

Entre París y Bruselas existen obstáculos de muchos tipos. En primer lugar, está la distancia, que conlleva una pérdida de tiempo, y debemos someternos a ella nosotros mismos o pagarle a otra persona para que lo realice. Luego tenemos los ríos, los pantanos, los accidentes, los caminos en malas condiciones, o sea muchísimas dificultades por superar. Logramos construir puentes, crear caminos y mejorarlos con pavimentos, rieles de hierro, etc. Sin embargo, todo esto es costoso, y el costo debe transferirse al producto que vendemos. También, están los bandidos que plagan los caminos, por lo que es preciso mantener un cuerpo de policía, etc.

Ahora bien, entre estos obstáculos existe uno que creamos nosotros, a un costo para nada despreciable, entre Bruselas y París. Existen hombres emboscados a lo largo de la frontera, armados hasta los dientes, que se dedican a generar dificultades para el transporte de mercancías entre un país y otro. Se los conoce como “oficiales de aduana”, y actúan exactamente de la misma manera que los baches y los caminos defectuosos6.

En la época de Bastiat, el rápido progreso tecnológico en el transporte generó una caída abrupta en estos costos, que impulsó la primera gran oleada de globalización. Aunque los aranceles se liberalizaron algo en Gran Bretaña y Europa hacia mediados del siglo XIX, seguían siendo bastante elevados en el caso de muchos productos. La equiparación que hace Bastiat de las consecuencias de los obstáculos naturales (distancia, pantanos, ríos, baches y caminos defectuosos) y las consecuencias de los obstáculos creados por el hombre (oficiales de aduana) sigue siendo tan válida hoy como entonces.

Dado que gracias a los acuerdos internacionales y a las reformas unilaterales, los aranceles formales han disminuido de manera considerable en las últimas décadas, se hicieron más evidentes los efectos nocivos de los procedimientos aduaneros ineficientes y de otros obstáculos relacionados con el transporte creados por el hombre. Para obtener mayores beneficios económicos de la liberalización de aranceles de un plumazo, los países deberían concentrarse en mejorar su competitividad conectándose con lo que The Economist denominó “la Internet física”7.

A nivel general, la facilitación del comercio se refiere a la cadena de procedimientos administrativos y físicos relacionados con el transporte de bienes y servicios entre fronteras internacionales. Algunas definiciones de la facilitación del comercio van más allá y se refieren a la economía interna en términos de instituciones, sectores y normas que afectan la cadena de suministro comercial, pero que no tienen necesariamente una relación directa o exclusiva con el proceso comercial. Existen varias actividades relacionadas con el flujo de bienes y servicios, o que lo afectan de algún modo, como el procesamiento de documentos, la inspección de cargas, la logística portuaria, los servicios de transporte, el financiamiento, etc. Las medidas de facilitación del comercio están orientadas a mejorar el desempeño a lo largo de este proceso logístico.

Algunas anécdotas ayudan a entender el gran potencial de las reformas en todo el mundo. Robert Guest, que realizó la cobertura de África para The Economist, describió su experiencia personal con la cadena de suministro de cerveza en Camerún:

Una vez conseguí subirme a un camión de cerveza, en Camerún, a fin de investigar cómo era entregar cerveza a la gente en la calurosa selva pluvial de Camerún. No era un viaje muy largo… [y] se suponía que duraba tres cuartas partes de un día. En realidad, nos llevó cuatro días. Ello se debió en parte al terrible estado de los caminos… pero el problema principal fue que nos detuvieron en 47 controles policiales.

En África occidental, estos controles consisten por lo general de una pila de barriles de petróleo colocados en la mitad del camino y quizás una tabla con clavos puestos hacia arriba, que un niño de 10 años retira una vez que se permite que los viajeros continúen su camino. También suele haber un grupo de policías que descansan a la sombra de un árbol. Los policías se ponen de pie y, sin prisa, inspeccionan los ejes y las luces traseras. También revisan los papeles del conductor, buscando hasta el menor problema. Luego empieza el delicado proceso de negociación hasta llegar a un acuerdo para compensarlos por el hecho de estar infringiendo la ley. Fuimos demorados entre cinco minutos y cuatro horas en cada uno de estos 47 controles.

Mientras viajábamos, trataba de comprender qué estaba ocurriendo. El policía del control número 31 me brindó la respuesta que me pareció más concisa y elocuente. Él no había logrado encontrar ningún problema, por lo que inventó una norma acerca del transporte de pasajeros en camiones de cerveza, que nosotros, según insistía él, habíamos infringido. Le dije: “Oiga, esta norma que menciona no existe, ¿no?”. Él se tocó la cartuchera y dijo: “¿Usted tiene un arma?”. Le dije que no, a lo que respondió: “Bueno, yo sí, así que yo sé las normas”8.

La experiencia de Robert Guest no representa necesariamente lo que ocurre en todos los países pobres de África. Algunos países en desarrollo —incluso de África— presentan un desempeño relativamente bueno en algunas métricas de facilitación del comercio diseñadas por investigadores del Banco Mundial. Sin embargo, lo más habitual es que los países en desarrollo sean los de peor desempeño.

La siguiente historia de la encuesta anual Doing Business del Banco Mundial brinda un ejemplo perfecto de los beneficios prospectivos de la facilitación del comercio en otro país en desarrollo:

Tarik, un exportador de pescado de Yemen, conoce los beneficios de la reforma: “Si exporto atún fresco a Alemania, me pagan US$5,20 por kilo. Si exporto atún congelado a Pakistán, me pagan US$1,10 por kilo. Me gustaría exportar todo a Alemania, pero lleva tanto tiempo cumplir con todos los procedimientos de exportación que el atún fresco por lo general se pudre. Por ello, exporto solo 15% del pescado a Alemania. Mi fábrica exporta 2.000 toneladas de atún por año. Hagan la cuenta”9.

Si Tarik vendiera el total de sus 2.000 toneladas de atún fresco a Alemania, obtendría ingresos cercanos a los US$10,4 millones. En lugar de eso, como exportar desde Yemen demanda en promedio 33 días, exporta solo 300 toneladas de atún fresco a Alemania, por un valor de US$1,6 millones, y 1.700 toneladas congeladas a Pakistán, por US$1,8 millones: el costo de oportunidad es de US$7 millones por año.

Las demoras en el procesamiento y el movimiento de cargas no solo incrementan el costo de hacer negocios y destruyen oportunidades, algunas veces, también son una cuestión de vida o muerte. De acuerdo con una historia de marzo de 2008 publicada en el Washington Post, en los puertos de Haití había contenedores llenos de alimentos importados que se estaban pudriendo, a causa de la incompetencia burocrática. “Mientras millones de haitianos pasan hambre, los contenedores llenos de comida se acumulan en los puertos del país por la burocracia del gobierno: son toneladas de legumbres, arroz y otros alimentos básicos que se pudren bajo el sol ardiente o son devorados por alimañas”10. Las autoridades de Haití atribuyen las demoras a la profundización de las iniciativas para detener el contrabando de drogas, lo cual acentúa la idea de que las reformas de facilitación del comercio deben buscar un equilibrio adecuado entre el comercio y la aplicación de la ley.

Las reformas de facilitación del comercio no son necesarias únicamente en los países en desarrollo: los países ricos también pueden beneficiarse mucho de estas reformas. Sin embargo, por lo general, los problemas de facilitación del comercio en países ricos son menos severos. Veamos el siguiente ejemplo de Francia.

La productividad relativamente baja de las terminales estatales de manejo de cargas de Francia hizo que el Gobierno tomara recientemente la decisión de privatizar la estibación en siete de sus nueve puertos públicos11. Esa decisión se basó en un análisis que indicaba que la baja productividad había provocado una caída del 50% en el tráfico de contenedores de Francia, que se perdió ante la competencia de los demás países europeos.

Sin duda, la decisión representa una facilitación del comercio: es una reforma que probablemente logre un aumento de los negocios y los ingresos de los puertos de Francia, con efectos secundarios positivos para las regiones correspondientes a estos puertos. Sin embargo, es probable que la reforma francesa sea mucho menos imponente que el tipo de medidas que se necesita en Camerún o Yemen. Si tenemos en cuenta las peripecias del camión de cerveza en el interior del país, privatizar los puertos de Camerún sería tan inútil como reordenar el mobiliario en la cubierta del Titanic. En mejores circunstancias, se lograría algo importante. Pero, dados los problemas logísticos que existen en toda la cadena de suministro de Camerún, la privatización de los puertos no puede considerarse necesariamente una prioridad.

Tal como las mejoras adecuadas en las cadenas de suministro de Camerún y Yemen pueden generar un mayor comercio, aumentar la inversión y generar mayor crecimiento económico, el proceso de privatización de los puertos de Francia, relativamente sencillo, se está emprendiendo con el objetivo de impulsar el tráfico anual de contenedores, de 3,6 millones de TEU (unidades equivalentes a un contenedor de 20 pies) a 10 millones de TEU antes de 2015, y crear 30.000 puestos de trabajo en áreas costeras12.

Otro ejemplo del costo de las deficiencias logísticas puede encontrarse en la falta de competencia que existe en el servicio de transporte ferroviario en muchas partes de Estados Unidos. En 1980, el Congreso emprendió la desregulación de la mayor parte de las actividades ferroviarias, pero no eliminó las diversas exenciones antimonopólicas otorgadas al sector ferroviario durante el siglo pasado, cuando este estaba mucho más regulado. Desde 1980, la cantidad de proveedores de transporte “Clase I”13 cayó de 40 a 7, como consecuencia de consolidaciones, y hoy 4 empresas controlan el 90% del tráfico ferroviario del país14.

La competencia limitada no solo genera mayores costos y desventajas competitivas para los fabricantes y granjeros de Estados Unidos que deben llevar sus productos a mercados internos y de exportación: también desalienta la inversión extranjera. Según un comunicado reciente que varios procuradores generales estatales dirigieron al Congreso de Estados Unidos:

Las empresas multinacionales que pueden establecer plantas en cualquier país se muestran extremadamente reticentes a invertir en lugares de Estados Unidos que solo cuentan con el servicio de una empresa ferroviaria. Actualmente, una empresa internacional de productos forestales está contemplando la posibilidad de realizar una gran inversión en sus instalaciones de fabricación de papel en un estado de la región central del país. Una sola empresa ferroviaria presta servicios en el lugar. El costo de transporte de un producto terminado desde ese estado hasta su mercado, en el sudeste de Estados Unidos (una distancia de unas 1.400 millas), es equivalente al de transportar el producto terminado desde Europa hasta el mismo mercado del sudeste de Estados Unidos (una distancia de casi 5.000 millas). Esta desventaja de costo en el transporte interno representa un importante obstáculo para el aumento de la inversión extranjera en el país15.

En algunos países, las deficiencias en materia de facilitación del comercio son monumentales, endémicas y exigen destinar enormes cantidades de recursos para poder superarlas. En otros países existen ineficiencias más pequeñas, que deben optimizarse. Sin embargo, los países pueden beneficiarse de cierto grado de facilitación del comercio, sin necesidad de forjar acuerdos comerciales internacionales. En la medida que el comercio mundial se expanda, los países se verán obligados a emprender reformas logísticas autónomas, ya que las ineficiencias internas y el costo de las oportunidades sacrificadas se magnificarán.

Más beneficios que con mayores recortes arancelarios

Tras la considerable reducción de los aranceles y otras barreras formales en los últimos 60 años, el comercio internacional constituye actualmente una proporción significativa de la actividad económica internacional. Para beneficiarse de la división internacional del trabajo, las cadenas de suministro suelen abarcar varios países, por lo que la capacidad de trasladar bienes de manera rápida, confiable y económica a lo largo de la cadena es un determinante clave del éxito en los negocios. Así, importadores y exportadores están interesados en reducir los costos relacionados con las aduanas y con otros procedimientos de organismos fronterizos, el exceso de trámites, la ineptitud burocrática y las deficiencias de la infraestructura física. Los países capaces de crear y mantener entornos logísticos relativamente libres de fricciones tienen más probabilidades de lograr una participación significativa y lucrativa en la economía global.

Se han realizado muchas investigaciones para analizar el efecto que los costos de transporte y los costos indirectos relacionados con el transporte, como el tiempo y la distancia, tienen sobre los flujos comerciales. En un trabajo pionero realizado en 2001, el economista David Hummels de Purdue University, estimó que cada día adicional utilizado para transportar bienes desde una localidad, reduce entre el 1% y el 1,5% la probabilidad de que Estados Unidos decida tercerizar el trabajo en esa localidad16. Hummels también estimó que cada día ahorrado en el transporte de bienes equivale a una reducción del 0,8% en el costo de los bienes manufacturados17.

Un estudio publicado en 2001 por el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por su sigla en inglés) llega a la conclusión de que una reducción del 3% en el “precio de desembarque” del comercio de mercancías entre países de la APEC, que podría lograrse implementando documentación electrónica para el ingreso de cargas, permitiría una reducción de US$60.000 millones en los costos totales del comercio de la región18. Un trabajo más reciente realizado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo concluyó que una reducción del 1% en el costo de los servicios de transporte marítimo y aéreo podría generar un aumento de US$7.000 millones (en dólares de 1997) en el PIB mundial. Podría lograrse otro aumento de US$7.000 millones con una mejora del 1% en la productividad del sector de servicios comerciales mayoristas y minoristas19.

Un trabajo de 2006 del Banco Mundial basado en datos reunidos para la sección “Comercio transfronterizo” del informe anual Doing Business brinda algunas revelaciones profundas y de largo alcance sobre la conexión entre las demoras y los flujos comerciales. Los datos sobre “Comercio transfronterizo” se obtuvieron a partir de una encuesta realizada a encargados de despacho de carga, operadores portuarios y funcionarios de aduana de más de 150 países. Los datos recolectados incluían la cantidad de días que pasan en la frontera del país exportador las cargas destinadas a la exportación, la cantidad de días que esperan las cargas importadas en la frontera del país importador, la cantidad de documentos necesarios para exportar, la cantidad de documentos necesarios para importar, la cantidad de firmas exigidas en la documentación de exportaciones y en la documentación de importaciones20.

A partir del análisis de los datos del informe Doing Business (2005), los investigadores del Banco Mundial estimaron que, por cada día que un producto se demora antes de ser transportado (exportaciones o importaciones), el comercio se reduce en un 1%. En el caso de los productos perecederos y otros bienes afectados por el paso del tiempo (recordemos el caso de Tarik, el exportador de pescado de Yemen), la reducción del comercio es mucho mayor21. Esos resultados sugieren que las mejoras en la facilitación del comercio estimularían el comercio más que una profundización de la liberalización arancelaria. Como señaló el abogado comercial y aduanero Steven Creskoff, se proyecta que el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Corea del Sur genere un aumento de US$20.000 millones en el comercio bilateral anual, pero puede concluirse, a partir de los resultados del trabajo del Banco Mundial, que una reducción de un día en el tiempo de tránsito de Estados Unidos (tanto para exportaciones como importaciones) incrementaría el comercio total anual en US$28.900 millones22.

La eliminación de aranceles en los países ricos —donde los aranceles ya son bajos, o no existen, gracias a los programas preferenciales— podría elevar entre el 2% y el 10% las exportaciones de los países en desarrollo23 (aunque, en el caso de algunos países, el efecto de la eliminación de los aranceles podría ser adverso, ya que el tratamiento arancelario preferencial que recibían se ve cancelado por la reducción en la tasa general de nación más favorecida: un proceso que se denomina “erosión de preferencias”). De manera alternativa, según las conclusiones de un trabajo de 2007 de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), basado en los mismos datos del informe Doing Business, puede lograrse un aumento del 10% de las exportaciones de los países no pertenecientes a la OCDE hacia los países de la OCDE mediante una reducción del tiempo de exportación de entre 2,32 días (para los países de Asia oriental y el Pacífico, donde el promedio de 2006 fue de 25,8 días) y 4,5 días (para los países de África al sur del Sahara, donde el promedio de 2006 fue de 48,1 días)24.

Las conclusiones de los trabajos de la OCDE y el Banco Mundial mencionados anteriormente (por ejemplo, que las reformas de facilitación del comercio podrían resultar más beneficiosas que los recortes de aranceles) corroboran las de un documento anterior, que sostiene que la “incidencia del costo de transporte” (medida como la proporción del valor comercial que representa el costo de envío) superaba la “incidencia de los aranceles” (medida como los derechos ad valórem efectivamente pagados, ponderados en función del comercio) para 168 de 216 socios comerciales de Estados Unidos25. Los costos de transacción relacionados con el comercio, entre ellos los gastos de transporte y otros gastos logísticos, son un factor decisivo en la capacidad de un país para participar de la economía global. El acceso a mercados extranjeros, componente importante del PIB per cápita, es en gran medida una función de los costos de transporte. Así, el costo de transporte es un determinante del PIB per cápita. Según estimaciones del Banco Mundial, cuando se duplican los costos de transporte, las tasas de crecimiento anuales se reducen, en promedio, medio punto porcentual26.

En muchas investigaciones se concluyó que el tiempo en tránsito es un importante determinante del costo, el que a su vez es un factor determinante del comercio. Otros estudios (incluidos aquellos basados en el índice de desempeño logístico27, recientemente recopilado) revelan que las medidas tomadas a fin de cubrirse contra los riesgos asociados a la incertidumbre son incluso más significativas, en la determinación del comercio, que los costos relacionados con el tiempo en tránsito: “Si bien los costos y la puntualidad son de gran importancia, los comerciantes están principalmente preocupados por la confiabilidad general de la cadena de suministro. Los costos relacionados con la cobertura de riesgos por incertidumbre han pasado a ser parte importante de la logística en muchos países ”.28

La interpretación de los datos del índice de desempeño logístico revela que la competitividad de una empresa se ve principalmente afectada por la previsibilidad y el desempeño de su cadena de suministro. Las empresas incurren directamente en los gastos de transporte (flete, puerto, manipulación, comisiones pagaderas por procedimientos, comisiones pagaderas a los agentes y pagos adicionales), pero también tienen en cuenta los costos inducidos relacionados con la cobertura contra la falta de previsibilidad y confiabilidad. Esos costos inducidos pueden incluir el costo de destinar un mayor capital de trabajo a mantener mayores inventarios de insumos y productos terminados o el del uso frecuente de medios de transporte más caros para cumplir con los cronogramas de producción. Por lo general, los costos inducidos son mayores cuando la cadena de suministro es menos previsible y confiable. Como se indica en Connecting to Compete: Trade Logistics in the Global Economy, “los proveedores de un mismo fabricante de automóviles mantienen un inventario de 7 días en Italia, pero de 35 días en Marruecos. Algunos minoristas de países de África mantienen inventarios de tres meses o más. Bangladesh debe enviar, en promedio, el 10% de su producción de indumentaria por avión, para asegurar el cumplimiento de los cronogramas de los compradores de Europa ”.29

Los economistas y los investigadores concluyen que las medidas que reducen los costos de transporte y el tiempo en tránsito, y aumentan la previsibilidad y la confiabilidad de las operaciones de las cadenas de suministro, aumentan el volumen y el valor del comercio. El costo de la falta de previsibilidad es una importante limitación para las empresas que pretenden diversificarse hacia una producción de mayor valor. El desafío consiste en mantener cadenas de suministro eficientes, no solo para las exportaciones, sino también para los materiales y componentes importados.

Sin embargo, el costo, el tiempo y la previsibilidad no son más que síntomas: reflejan otros factores, como la calidad y la cantidad de la infraestructura física, el nivel de adaptación a la tecnología de avanzada en logística, el entorno comercial y normativo, la gobernabilidad, los factores geográficos, el tamaño del sector público, y la calidad y la estabilidad del sistema político.

Comprender la contribución de esos factores es fundamental para determinar qué reformas pueden funcionar mejor. Esos factores difieren en términos de relevancia entre país y país, tal como los problemas difieren en términos de intensidad. Eso sugiere que las reformas adecuadas y la secuencia de reformas óptima probablemente difieran entre un país y otro. No existe un enfoque que sea satisfactorio en todos los casos para implementar las reformas con los mejores resultados posibles.

¿Qué debe reformarse?

Es reducida la cantidad de investigaciones dedicadas a las clases más eficaces de medidas para reducir los costos y el tiempo en tránsito y para aumentar la previsibilidad de la cadena de suministro, pero se encuentra en expansión. Sin embargo, gran parte de las investigaciones está generando conclusiones intuitivas. Los problemas comunes que incrementan los costos relacionados con el transporte y son sujetos adecuados para las reformas incluye la recarga frecuente de bienes, la congestión en puertos, los procedimientos complicados para obtener autorización en las aduanas, la complejidad y la falta de transparencia de los requisitos administrativos, el uso limitado de la automatización y la incertidumbre sobre la capacidad de hacer cumplir el carácter legal de los documentos jurídicos como los conocimientos de embarque y las cartas de crédito30.

Un trabajo integral del Banco Mundial de 2003 se concentró en cuatro áreas amplias para la reforma de la facilitación del comercio —eficiencia portuaria, entorno aduanero, entorno normativo y uso de medios de comercio electrónico— para determinar qué reformas serían más eficaces dentro de la región de los países de Asía oriental y el Pacífico. Los investigadores diseñaron el criterio de “eficiencia portuaria” para medir la calidad de la infraestructura en puertos marítimos y aéreos; el “entorno aduanero” para medir los costos aduaneros directos y la transparencia administrativa de las aduanas y los pasos fronterizos; el “entorno normativo” para medir el “enfoque para las normas” de la economía; y el “uso de medios de comercio electrónico” para medir hasta qué punto una economía cuenta con la infraestructura interna necesaria —telecomunicaciones, intermediarios financieros, empresas de logística— y utiliza información en red para mejorar la eficiencia y la actividad económica31.

Utilizando principalmente datos de encuestas y un modelo de gravedad, los autores encontraron una importante correlación positiva entre la eficiencia portuaria y el comercio, una importante correlación negativa entre el alcance de las normas y el comercio, y relaciones positivas (pero no tan significativas) entre el entorno aduanero y el comercio, y entre el uso de medios de comercio electrónico y el comercio. Los autores luego estimaron que, si cada uno de los miembros de los países de Asia oriental y el Pacífico con una calificación inferior a la media, en los tres grupos de medidas de facilitación del comercio con correlación positiva, lograra la mitad de la mejora en su calificación necesaria para ubicarse en el nivel de la media, el comercio entre países de esta región registraría un aumento estimado de US$254.000 millones por año, un incremento de aproximadamente el 21%. Cerca de la mitad de esta mejora podría lograrse optimizando la eficiencia portuaria32.

En 2004 los mismos autores cambiaron ligeramente la metodología y ampliaron el alcance para incluir todo el comercio del sector manufacturero de 75 países en 2000-2001. Se concluyó que el incremento total del flujo anual del comercio del sector manufacturero que se conseguiría, si los países con baja calificación lograran en las cuatro calificaciones la mitad de la mejora necesaria para ubicarse en el nivel de la media, sería de US$377.000 millones33. Los autores resumieron sus conclusiones de la siguiente manera: “La mayoría de las regiones ganan más en términos de exportaciones, en gran medida, incrementando sus exportaciones al mercado de la OCDE. El ingrediente más importante para obtener esos incrementos, en especial hacia el mercado de la OCDE, son las iniciativas de facilitación del comercio del propio país34.

Los autores también atribuyeron el 28% del aumento de US$377.000 millones en el comercio a las mejoras en la eficiencia portuaria, el 9% a las mejoras en el entorno aduanero, el 22% a las mejoras en el entorno normativo y el 41% a las mejoras en la infraestructura del sector de servicios (aproximadas por el nivel de uso de medios de comercio electrónico)35.


Fuente: Banco Mundial y Turku School of Economics (Finlandia), Índice de desempeño logístico, http://info.worldbank.org/etools/tradesurvey/mode1b.asp, y Transparency International, Índice de percepción de la corrupción, http://www.transparency.org/.
Nota: Cada punto es el conjunto de puntajes de cada país en ambos índices.

En un trabajo de 2007 preparado en forma conjunta por la APEC y el Grupo de Investigación del Banco Mundial se concluyó que mejorando la transparencia comercial entre los países de esta región se lograría un efecto sustancial sobre los flujos comerciales, comparado con el que se lograría con otras opciones de reforma. Los autores identificaron dos criterios que definen la transparencia —la previsibilidad y la simplicidad— y, luego, identificaron y compararon políticas que probablemente afectarían esos dos criterios favorablemente. Estimaron la previsibilidad utilizando factores como el porcentaje de renglones arancelarios que están agrupados; la “uniformidad” de los aranceles aplicados (cuanto más “uniformes” son los aranceles, más se acerca cada arancel al promedio y, por lo tanto, menos espacio hay para la falta de previsibilidad en las evaluaciones atribuible a las diferencias en las clasificaciones de las mercancías, lo cual suele estar relacionado con la discreción de las aduanas); la ausencia de barreras comerciales ocultas; y otros. El criterio de simplicidad incluía algunas de las mismas políticas (por distintas razones), pero también otros factores, como requisitos de documentación más simples, menos organismos fronterizos y cantidad reducida de pagos no oficiales (es decir, sobornos)36. Los autores luego construyeron índices a partir de estos factores y concluyeron que una mejora en la transparencia suficiente para que todos los países con calificación baja lleguen al nivel de la media corresponde a un aumento del 7,5%, o US$148.000 millones, en el comercio entre los países de la APEC37.

La calidad del buen gobierno (y el tema relacionado de la corrupción) también son factores importantes para los costos de transacción, el tiempo en tránsito y el nivel de previsibilidad. En muchos países, están generalizados los pagos no oficiales o “pagos de facilitación” realizados a las aduanas y a otros funcionarios fronterizos. En esos casos, y en países donde los ingresos aduaneros representan una proporción significativa del presupuesto del gobierno, la hostilidad hacia las reformas en materia de facilitación del comercio constituye un importante obstáculo.

Como se ve en el gráfico 1, todo indica que existe una relación razonablemente significativa entre los niveles de corrupción (medidos según el índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional) y el desempeño logístico (medido según el índice de desempeño logístico). Los países en los cuales la percepción de la corrupción es menor tienen más probabilidades de tener un mejor desempeño en la percepción sobre logística; mientras que los países con corrupción más pronunciada parecen tener mayores fricciones en su entorno logístico.

Como se menciona en una investigación, “los entornos logísticos pobres suelen estar caracterizados por la captación de rentas, que genera poderosos intereses creados que pretenden mantener el status quo”38. Otra investigación lo plantea en términos diferentes: “Es posible que el principal componente del costo relacionado con la implementación de algunas de las medidas de facilitación del comercio, a menudo, no se refiera a costos normativos, de capacitación o de equipamiento, sino a costos políticos”39. Y es probable que los costos políticos sean mayores en países de ingreso bajo. Un tercer trabajo señala: “Las barreras arancelarias elevadas en los países de ingreso bajo se ven reflejadas en la mayor proporción que representan los derechos de importación en la recaudación fiscal: el promedio en países de ingreso bajo es del 26%, mientras que en los países de la OCDE, de ingreso alto, es de solo el 1,3%”40. Cuando los aranceles representan una gran proporción de la recaudación tributaria, es posible que exista un rechazo sistemático de las reformas de facilitación del comercio.

Los autores de Connecting to Compete concluyeron que los factores más importantes que influyen sobre el desempeño logístico son la calidad de la infraestructura, la competencia de los proveedores de servicios logísticos, los procedimientos de las aduanas y otros organismos fronterizos, el nivel de corrupción y transparencia, y la confiabilidad del sistema de comercio y las cadenas de suministro41.

La calidad de la infraestructura logística de un país —específicamente, su infraestructura de telecomunicaciones y tecnologías de la información— es un factor esencial cuando una empresa decide si se radica en ese país, si trabaja con los proveedores del país o si ingresa al mercado. En el caso de los países con desempeño promedio o por debajo del promedio en el índice de desempeño logístico, se identificó la calidad de la infraestructura de transporte como una fuente de preocupación para los operadores logísticos encuestados42.

También concluyeron los autores de Connecting to Compete que la competencia de los proveedores de servicios (despachantes de aduana, empresas de transporte y operadores de almacenes, entre otros) es un factor decisivo para el desempeño logístico general. Se concluyó que la privatización de esos servicios es una medida importante en la dirección correcta: “El desempeño logístico está cada vez más determinado por la disponibilidad de servicios privados competitivos de calidad, como los de transporte, despacho y almacenamiento”43.

El informe Perspectivas económicas mundiales 2004 (Global Economic Prospects) advirtió sobre el aumento de los costos y el efecto anticompetitivo que generaban las normas internacionales de transporte. “El ingreso de empresas privadas y las estructuras de mercado competitivas demostraron ser viables para casi todos los modos de transporte y, en general, generaron mayor eficiencia y bajos precios para los consumidores. Sin embargo, las barreras públicas y privadas siguen siendo algo generalizado en el transporte aéreo y marítimo, lo que restringe la competencia y aumenta los costos. En general, deberían reemplazarse con sistemas basados en la prestación privada de servicios44.

Esas conclusiones tienen exactamente la misma relevancia para países desarrollados y en desarrollo. La facilitación del comercio no es solo para los países en desarrollo: la mayoría de los países ricos también pueden beneficiarse en gran medida con la facilitación del comercio.

Oportunidades de beneficio a corto plazo de reformas en Estados Unidos

Estados Unidos ocupó el puesto 15º en el último relevamiento de “Comercio transfronterizo” del informe Doing Business. Como se ve en el cuadro 1, en relación con cada uno de los indicadores de “Comercio transfronterizo”, la situación en este país era mejor que la del promedio mundial. Por ejemplo, en Estados Unidos se necesitan cuatro documentos para exportar (en promedio, en el resto del mundo se necesitan siete). Exportar desde Estados Unidos lleva seis días (en promedio, en el resto del mundo lleva 26,1 días). El costo de exportar un contenedor desde Estados Unidos es de US$960, mientras que el promedio mundial es de US$1.230. Existen diferencias similares del lado de las importaciones.

Esas calificaciones son bastante buenas respecto de las de todos los demás países estudiados, pero los productores y los trabajadores de los 13 y 14 países con una mejor calificación en las encuestas respectivas compiten con productores y trabajadores de Estados Unidos para obtener mercados e inversiones.

Singapur obtuvo el primer lugar en la encuesta de “Comercio transfronterizo”. Como puede determinarse a partir de los datos del cuadro 1, para exportar desde Singapur se necesita un 16% menos de tiempo que para exportar desde Estados Unidos, al 43% del costo. Desde el lado de las importaciones, las eficiencias relativas de Singapur son todavía más pronunciadas (el 40% menos de tiempo, al 32% del costo). Aunque el desempeño de la logística comercial de Estados Unidos es superior a la media, ese resultado no justifica “dormirse en los laureles”. El desempeño de Singapur demuestra que Estados Unidos tiene mucho por mejorar.

Entre los 150 países incluidos en el índice de desempeño logístico, Estados Unidos se ubicó en el 14º lugar, con una calificación de 3,84 (de un máximo de 5). El índice es el promedio simple de las calificaciones que cada país obtiene (en una escala de 1 a 5) en siete indicadores clave de la facilitación del comercio: 1) eficiencia y eficacia del proceso de despacho realizado por la Aduana y otros organismos de frontera; 2) calidad de la infraestructura de transporte y tecnología de la información al servicio de la logística; 3) facilidad y asequibilidad económica de la concertación de operaciones de transporte internacional; 4) competencia del sector de logística local; 5) trazabilidad y posibilidad de realizar el seguimiento de los embarques internacionales; 6) costos internos de logística; y 7) puntual llegada a destino de los embarques45.

Singapur también obtuvo el puesto más alto en esta encuesta, con una calificación de 4,19 (de un máximo de 5), aproximadamente 9% mejor que la de Estados Unidos. Un análisis más minucioso de las calificaciones de Estados Unidos en los diversos componentes del índice de desempeño logístico indica que hay áreas por mejorar, en especial una. De un total de 150 países, Estados Unidos ocupó el 7º puesto en “infraestructura”, el 10º en “trazabilidad y posibilidad de realizar el seguimiento”, el 13º en “competencia del sector de logística”, el 19º en “aduanas”, el 19º en “puntualidad”, el 20º en “operaciones de transporte internacional” y un terrible 144º lugar en “costos de logística interna”. Los mayores costos de logística tienden a estar relacionados con limitaciones a la competencia, como se dijo anteriormente en relación con el servicio de transporte ferroviario de Estados Unidos46.

Además de la falta de competencia en el transporte ferroviario de Estados Unidos, existen otras leyes y normas en el país que aumentan los costos de la logística interna. La norma más persistente con este efecto es el artículo 27 de la Ley de la marina mercante de 1920 (también conocida como “Ley Jones”), que “protege a los constructores navales y navíos con bandera de Estados Unidos de la competencia de importaciones en el comercio marítimo interno de Estados Unidos”47. De acuerdo con la Ley Jones, el transporte de carga entre puertos de Estados Unidos debe realizarse en naves construidas y registradas en Estados Unidos, cuyos dueños y tripulantes sean ciudadanos de Estados Unidos.

Más allá de la Ley Jones, existen muchas otras leyes de Estados Unidos que limitan la participación en actividades de cabotaje (el transporte de mercancías entre puertos internos) a las embarcaciones de Estados Unidos. Por ejemplo, en función de la Ley de preferencia de la carga de 1954, al menos el 50% de la carga propiedad del gobierno y toda la carga militar de Estados Unidos debe ser transportada por embarcaciones de bandera de ese país48. Según la Ley de seguridad alimentaria de 1985, naves con banderas estadounidense deben transportar al menos el 75% de la carga de productos agrícolas que sea parte de programas extranjeros de asistencia administrados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional49. Además, la legislación de Estados Unidos exige que los fletes relacionados con préstamos del Banco de Exportaciones e Importaciones sean enviados mediante embarcaciones de bandera de ese país (a menos que la Administración Marítima de Estados Unidos autorice que el país receptor utilice una embarcación con su propia bandera)50.

Las restricciones al cabotaje aumentan artificialmente el costo del transporte interno, limitando la oferta y restringiendo la calidad del servicio. Una comparación de los gastos operativos diarios de embarcaciones de bandera de Estados Unidos y las embarcaciones de bandera extranjera ofrece una estimación aproximada de los costos económicos directos de las restricciones de Estados Unidos al transporte. Los gastos operativos incluyen los salarios pagados a la tripulación, los gastos directos de combustible, los seguros, el mantenimiento y las reparaciones, y otros gastos administrativos.

Según datos publicados por la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos en 2005, los gastos operativos diarios de un buque cisterna de bandera de Estados Unidos eran de US$27.900, mientras que para un buque de las mismas características de bandera extranjera eran de US$16.600. Para un barco contenedor de bandera de Estados Unidos, eran de US$34.260, y para un barco contenedor de bandera extranjera eran de US$22.19051. Por supuesto, la falta de competencia permite que los transportistas internos aumenten sus tarifas, lo cual representa un costo para los comerciantes que no está reflejado en las diferencias antes mencionadas en los costos operativos.

Las restricciones al transporte transfronterizo por camión también contribuyen a los mayores costos logísticos de Estados Unidos. En función del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), los camioneros de México solo reciben acceso total al mercado de Estados Unidos para los envíos transfronterizos. Catorce años después de la promulgación del Tratado, solo unas pocas empresas de transporte de México, gracias a un programa piloto transitorio, pueden prestar servicio a localidades de Estados Unidos más allá de una zona comercial muy limitada (que llega hasta aproximadamente 20 millas al norte de las ciudades fronterizas de Estados Unidos). A raíz de esto, las operaciones de camiones de Estados Unidos en México también se ven muy restringidas.

Las inquietudes sobre seguridad vial y ambiental fueron las razones que esgrimieron el sindicato de camioneros y otros grupos opositores al TLCAN para ocultar sus verdaderas intenciones. Según una encuesta reciente del Arizona Republic, desde 2003, solo el 1,2% de los camioneros de México que trabajan en carreteras de Estos Unidos fueron descubiertos en situación de incumplimiento de normas viales o ambientales, proporción que en el caso de los conductores de Estados Unidos es del 7%. Y, como el 80% del comercio de Estados Unidos con México se realiza con camiones, los pasos logísticos necesarios para cumplir con la restricción del transporte terrestre —como el de detenerse y transferir los contenedores de los camiones extranjeros a los nacionales— son enormemente costosos y suman demoras y entre US$200 millones y US$400 millones en costos de transporte52.

La restricción al comercio por camiones no es el único factor que contribuye al aumento de las demoras y los costos del transporte transfronterizo: otro factor es, sencillamente, el aumento abrupto del comercio transfronterizo registrado desde la vigencia del TLCAN. Los mayores volúmenes comerciados, el endurecimiento de la seguridad fronteriza y la insuficiencia de las inversiones de Estados Unidos en infraestructura fronteriza se combinaron para aumentar significativamente los tiempos de espera y los costos. Ante este problema, cada vez mayor, la Senadora Kay Bailey Hutchison (republicana, Texas) y el Diputado Ciro Rodríguez (demócrata, Texas) presentaron proyectos de ley paralelos en sus respectivas cámaras para que los departamentos de transporte y comercio analizaran el tiempo de espera en la frontera y midieran el efecto económico adverso53.

El Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (tal como su antecesor, el Servicio de Aduanas de Estados Unidos) siempre tuvo que moverse por un camino muy angosto, equilibrando su función de aplicación de la ley y su función de facilitar —o, al menos, de no impedir— el comercio. Es posible que el énfasis que puso Estados Unidos en la seguridad tras los ataques del 11 de septiembre esté inclinando la balanza hacia la función de aplicación de la ley, en perjuicio de la facilitación de los negocios. Aunque algunas iniciativas, como la Alianza Aduanas-Empresarial contra el Terrorismo (C-TPAT, por su sigla en inglés)54, la Iniciativa de seguridad de los contenedores (CSI, por su sigla en inglés)55 y la Ley de seguridad y responsabilidad para todos los puertos (SAFE Act, por su sigla en inglés)56 buscan mejorar la seguridad sin interferir innecesariamente con el flujo de comercio, no siempre lo logran. Hay problemas de seguridad clave que siguen sin resolverse, y para muchas entidades los costos de estos programas superan los beneficios.

Un informe del Conference Board of Canada, una organización de investigación de políticas públicas, concluye que para las empresas dedicadas al comercio transfronterizo, los requisitos de seguridad más estrictos aumentan los costos de cumplimiento directos y los costos indirectos relacionados con las esperas más prolongadas en la frontera57. Aun así, un informe de 2005 realizado por la Oficina de Auditoría del Gobierno de Estados Unidos analizó los programas CSI y C-TPAT y encontró defectos en su eficacia: no hay estándares uniformes para evaluar la calidad de la cadena de suministro establecidos; el equipamiento de control de algunos puertos puede no ser capaz de detectar armas de destrucción masiva; y los datos de los manifiestos de carga de los barcos pueden ser imprecisos y, por extensión, ineficaces para la detección de productos peligrosos58. De manera similar, una encuesta reciente de empresas que participan del programa C-TPAT, realizada por la Universidad de Virginia, concluyó que solo aproximadamente la tercera parte de los encuestados declaró que los beneficios del programa superan sus costos59.

Aunque la seguridad es un objetivo obviamente vital, una seguridad 100% garantizada de las cadenas de suministro internacionales solo podría lograrse con una interrupción total del comercio internacional. Y, aún así, no habría garantías. No es una opción viable. La gestión del riesgo —y no la eliminación del riesgo— es el enfoque viable para equilibrar la seguridad con la solidez económica. Así, es importante que las leyes aprobadas y las normas implementadas sigan permitiendo enfoques “basados en el riesgo” para asegurar la cadena de suministro, que utilicen métodos de muestreo estadísticamente válidos para identificar las cargas que presentan el mayor riesgo, a fin de someterlas a un control más minucioso. El requisito de que antes de 2012 exista un plan para buscar materiales radiactivos en todos los contenedores enviados a Estados Unidos va en contra de los principios de la gestión del riesgo y, probablemente, resulte en mayores costos y demoras para las importaciones —y para las exportaciones, a medida que los socios comerciales apliquen medidas similares— sin ofrecernos más protección que la que tendríamos si se aplicara un enfoque menos costoso e invasivo y con mayor validez estadística para gestionar el riesgo.

En realidad, todos los organismos con jurisdicción sobre temas que afectan la calidad y la eficiencia de la cadena de suministro deberían adoptar enfoques basados en el riesgo para garantizar la seguridad. Es muy posible que el descontento público y la respuesta del Congreso a la serie de problemas de seguridad en alimentos y productos de consumo que hubo el año pasado genere regímenes de inspección demasiado invasivos, que agregan capas de costos innecesarios a la cadena de suministro.

Las preocupaciones legítimas sobre el terrorismo y la seguridad suelen combinarse con miedos infundados acerca de las importaciones y los camiones mexicanos y la inversión extranjera. El miedo es un gran factor motivador, pero suele generar reacciones desmedidas, como en el caso de la respuesta política a la compra de instalaciones portuarias de Estados Unidos por parte de Dubai Port World, en 200660. Si Estados Unidos pretende mejorar su logística comercial y subir en el ranking de Doing Business y del índice de desempeño logístico, una reforma lógica sería abrir la puerta a la inversión extranjera en los puertos. Si hay una empresa que conoce cómo incorporar las mejores prácticas y operaciones eficientes a las instalaciones portuarias, en cuanto se trata uno de los mayores operadores portuarios del mundo, es probable que sea Dubai Port World.

¿Son realmente necesarios los nuevos acuerdos y normas?

El tema de la facilitación del comercio reside en la intersección de la política comercial, la economía del desarrollo, y el mundo de las aduanas, la logística y la gestión de cadenas de distribución. En consecuencia, muchas organizaciones distintas —desde el Banco Mundial, el Comité de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de Aduanas y la International Freight Forwarders Association (Asociación Internacional de Despachantes), la OCDE, la APEC y la Organización Mundial del Comercio— tienen algo que decir sobre la facilitación del comercio. Cada una se interesa en el tema por motivos diferentes, cada una tiene sus propias definiciones operativas y cada una tiene sus ideas sobre la mejor manera de promover una facilitación valiosa del comercio.

Las normas relativas a los distintos aspectos de la facilitación del comercio, como las disposiciones que apuntan a mejorar la transparencia y a establecer pautas mínimas de procedimiento, son desde hace muchos años parte del sistema de comercio multilateral. Los artículos V, VIII y X del Acuerdo General de Aranceles y Comercio se relacionan con cuestiones de libertad de tránsito, tarifas y formalidades de la importación y la exportación, y la publicación y administración de la normativa comercial. En la Conferencia Ministerial de Singapur de 1996, los ministros de comercio acordaron agregar la facilitación del comercio a las prioridades de la OMC como un tema en sí mismo e indicaron al Consejo de Bienes que “realizara un trabajo de exploración y análisis [...] sobre la simplificación de los procedimientos comerciales a fin de evaluar el alcance de las normas de la OMC en esta área”61.

Las negociaciones en torno a la facilitación del comercio se incluyeron formalmente en el programa de la Ronda de Doha en 2004, cuando el Consejo de Bienes decidió por consenso iniciar las negociaciones sobre la base de las Modalidades para las negociaciones sobre facilitación del comercio (Anexo D del llamado “Paquete de julio”). La primera y la tercera oración del primer párrafo (a continuación) de un anexo de diez párrafos establecen los parámetros para la esencia de las negociaciones:

Las negociaciones tendrán por finalidad aclarar y mejorar aspectos pertinentes de los artículos V, VIII y X del GATT de 1994, con miras a agilizar aún más el movimiento, el despacho de aduana y la puesta en circulación de las mercancías, incluidas las mercancías en tránsito. Las negociaciones tendrán también por finalidad potenciar la asistencia técnica y el apoyo a la creación de capacidad en esta esfera. Las negociaciones tendrán además por finalidad el establecimiento de disposiciones para la cooperación efectiva entre las autoridades aduaneras o cualesquiera otras autoridades competentes en las cuestiones relativas a la facilitación del comercio y el cumplimiento de los procedimientos62.

La segunda oración del primer párrafo (arriba) y otros siete párrafos enteros tratan de cuestiones relacionadas con la creación de capacidad y el tratamiento “especial y diferencial” para los países en desarrollo.

No hay duda de que algunas reformas de facilitación del comercio constituyen empresas costosas, pero muchas —como las previstas en el texto del Anexo D— son bastante modestas. De conformidad con el foco en el comercio de la OMC (en lugar del desarrollo), el texto apunta a mejorar las actividades en la frontera y no contempla planes imponentes de proyectos de infraestructura a gran escala.

Un análisis de las primeras 50 propuestas presentadas al Grupo de Negociación sobre la Facilitación del Comercio de la OMC concluyó que “la mayoría de las medidas de facilitación del comercio implicarían algunos costos iniciales para los organismos gubernamentales a corto plazo. Sin embargo, una vez afianzadas, probablemente estas medidas no conllevarían una carga financiera importante para su mantenimiento. De hecho, la mayoría de las propuestas reconocen que la adopción y puesta en marcha de medidas de facilitación del comercio reducirían, tarde o temprano, los gastos gubernamentales mediante un aumento de la eficiencia y la transparencia de las transacciones, la eliminación de funciones duplicadas o burocráticas, y una asignación más económica y un uso más razonable y eficiente de los recursos administrativos”63.

Un informe, basado en una encuesta de la APEC realizada en 2006, sobre las publicaciones que evalúan los costos y beneficios de las medidas de facilitación del comercio en negociación en la Ronda de Doha, concluyó que “ninguno o muy pocos de los países se verían perjudicados por la facilitación mundial del comercio y que los países en desarrollo son los que más se beneficiarían con la aplicación de estas medidas, aunque cabe esperar variaciones significativas entre los distintos países, sectores y tipos de comerciantes64. El hecho de que cabe esperar variaciones sugiere que un acuerdo estándar de llevar a cabo determinadas reformas con la promesa de financiamiento proveniente de países desarrollados alentaría a los países a adoptar medidas que resultarían innecesarias o fracasarían. Además, según el informe: “Los ahorros a largo plazo superan con creces los costos de aplicación percibidos para todas las medidas analizadas. No obstante, las medidas de facilitación del comercio evaluadas por el Grupo de Negociación sobre la Facilitación del Comercio para su posible inclusión en los artículos revisados V, VIII y X del GATT deben seleccionarse con prudencia, ya que los costos totales que implicarán para los gobiernos difieren mucho según de qué medida se trate, al igual que el tiempo necesario para la aplicación en los países menos desarrollados”65. En el mismo sentido, la necesidad de seleccionar las reformas con prudencia debido a los costos que implican sugiere que las reformas deben adaptarse, no estandarizarse. Para los países, tiene más sentido adoptar reformas adecuadas a su situación particular que imponer reformas homogéneas, verticalistas y obligatorias.

El hecho de que las negociaciones de facilitación del comercio se hayan incluido en el Programa de Doha dificulta que los países vean la reforma como algo que funciona principalmente en beneficio propio. En cambio, se la someterá a la misma “mercantilización” que paralizó el avance de las demás negociaciones de Doha. La incorporación de “creación de capacidad” o “ayuda a cambio de comercio” en las negociaciones de Doha, que exige que los países ricos, en efecto, les paguen a los países en desarrollo para aplicar sus reformas, refuerza la percepción de que el proceso es de quid pro quo y, por lo tanto, amenaza las posibilidades de reforma. En palabras de J. Michael Finger, economista de larga trayectoria en el Banco Mundial: “Imponer un proceso que presenta el tema como un trato mercantilista de asistencia a cambio de ‘concesiones’ relacionadas con la reforma del comercio sería introducir un conflicto en una relación que ya se ve impulsada por una percepción de beneficio mutuo”66.

En lugar de promover reformas de facilitación del comercio que beneficiarían a su economía, los países en desarrollo tienen un incentivo para posponer las reformas y esperar la asistencia financiera que prometen las negociaciones. También tienen un incentivo para inflar el costo estimado de sus propuestas de facilitación del comercio. Según Finger, “la autoevaluación —como proceso para solicitar asistencia— puede aumentar el tamaño de las solicitudes de cada país y el atractivo de esas solicitudes como alternativa a emplear sus propios recursos”67. Más aún, cuando otros pagan por las reformas —en particular, instituciones que no llevan un buen registro contable de los costos y beneficios de su asistencia— hay menos incentivo para aplicar los mejores procedimientos o priorizar los proyectos en forma óptima. Desde que las negociaciones de facilitación del comercio se agregaron al programa de Doha, muchos miembros de la OMC elevaron propuestas de reforma al Grupo de Negociación sobre la Facilitación del Comercio, pero en muy pocos casos esas propuestas fueron contrastadas con la realidad mediante auditorías de aplicación.

Más allá del riesgo moral, no es evidente la necesidad de normas multilaterales vinculantes que fuercen la reforma. En palabras del informe anual Perspectivas económicas mundiales 2004 del Banco Mundial:

Para efectuar cambios institucionales, se necesita control nacional y acciones voluntarias [...]. No parece que las normas nuevas puedan hacerse cumplir mediante los procedimientos y sanciones tradicionales de solución de controversias, ya que la violación de esas normas suele originarse en la capacidad limitada de los gobiernos de cumplir con sus obligaciones. Las normas no suelen producir las reformas ni modernizaciones deseadas. Estas dependen de la creación de capacidad, y la creación de capacidad depende de los recursos, financieros y de otro tipo68.

Las negociaciones de facilitación del comercio —y la consecuente incorporación de la ayuda a cambio de comercio— son impracticables, contraproducentes y generan distorsión. Debería ser obvio para todos los países en todas las etapas de desarrollo que la facilitación del movimiento, el despacho y la distribución de bienes comerciados es indisputablemente bueno para su economía y que cualquier “acuerdo”—más allá de ofrecer el beneficio de una mayor certidumbre en cuanto al compromiso con la reforma— sería superfluo.

A pesar de Doha

En la última década, casi todos los países redujeron sus barreras arancelarias, y solo 3 de 136 países experimentaron un aumento de la “restricción del comercio”69. Durante ese período, todas las regiones del mundo registraron un crecimiento real del comercio y, desde el año 2000, las tasas de crecimiento del comercio de los países en desarrollo superaron las de los países de ingreso alto70.

En vista de las conclusiones que indican que las reformas de facilitación del comercio probablemente tengan mayores consecuencias que la profundización de la liberalización arancelaria para muchos países y que aún queda mucho para mejorar en el ámbito de la facilitación del comercio (como demuestra el diferencial de desempeño que se describe en “Comercio transfronterizo” y en las encuestas del índice de desempeño logístico, por ejemplo), todos los países deberían avanzar —por lo menos con las reformas de bajo costo— sin esperar un acuerdo multilateral. Muchos países ya lo están haciendo.

Sin un acuerdo de Doha, los países ya están modernizando sus procedimientos aduaneros, invirtiendo en infraestructura para el comercio y adoptando las mejores prácticas internacionales. Según Finger:

Gran cantidad de países en desarrollo cuentan con programas activos para mejorar la facilitación del comercio, muchas veces financiados con sus propios recursos y con aportes de sus propias empresas. [Un estudio reciente de la OCDE] revela que varios países en desarrollo, incluso los países menos adelantados, se “convirtieron en abanderados de la reforma mediante su introducción en forma extendida” como la ventanilla única [un lugar para realizar todos los trámites administrativos y en el cual resolver todas las cuestiones relativas al cumplimiento], la gestión del riesgo y las auditorías posteriores al despacho. Senegal, Ghana, Mauricio y Mozambique son algunos de los países que hoy cuentan con aduanas y otros controles de frontera muy eficientes. Dado que una mayor facilitación implica una mejor actividad empresarial para las compañías locales, las reformas de los países en desarrollo reciben impulso y financiamiento de asociaciones público-privadas locales71.

Los miembros de la APEC, tanto países ricos como países en desarrollo, lograron cumplir con la meta de 1994 de reducir los costos comerciales en un 5% para 2006 —y decidieron buscar una nueva reducción del 5% para 2010— sin ningún acuerdo formal. El comercio prospera sin ninguna perspectiva a corto plazo para Doha. Se están instaurando las medidas de facilitación del comercio.

El gráfico 2 ofrece un panorama a grandes rasgos de la amplitud y profundidad de las reformas de facilitación del comercio instauradas o del progreso registrado entre 2005 y 2007. Si bien más países registraron aumentos en los costos de importación y exportación de contenedores, el número de países que registraron reducciones en la cantidad de documentos y en los tiempos de espera en esos dos años supera con creces el puñado de aumentos registrados. El hecho de que el costo de los contenedores aumentó en la mayoría de los países probablemente pueda atribuirse a factores que están fuera del control de los mismos. Un aumento absoluto en el costo no necesariamente constituye una desventaja relativa si también aumenta el costo en otros países. Pero las mejoras en factores que están bajo el control inmediato de cada país —el tiempo de espera y los trámites— reflejan iniciativas de reforma extendidas, según los datos de “Comercio transfronterizo”.

El índice de desempeño logístico sugiere, además, que las reformas de facilitación del comercio han sido extendidas y eficaces. Grandes proporciones de los encuestados reconocieron “tendencias positivas en los acontecimientos” de todos los países de acuerdo con una gran variedad de parámetros. Como indica el cuadro 2, la mayoría de los encuestados informó que la disponibilidad de servicios para el sector privado mejoró en todas las regiones del mundo, y que se registraron mejoras de los seis criterios en los países de Europa que no forman parte de la OCDE y en Asia central.

En esta economía mundial tan competitiva y cada vez más interconectada, las empresas compiten no solo por los mercados sino también por la inversión y por la oportunidad de ser parte de la cadena de suministro. Las empresas se inclinan menos por operar en jurisdicciones en las que el gobierno sostiene políticas que obstaculizan o generan fricciones innecesarias en el flujo del comercio, lo que priva a esos países de inversión, puestos de trabajo y alternativas accesibles para los consumidores.

No hay ningún motivo de fuerza para creer que la tendencia de más comercio y crecimiento se revertirá, ni siquiera que se desacelerará, si no se llega a un acuerdo de la Ronda de Doha. Es probable que la demanda siga creciendo en las economías recientemente emergentes, a medida que los productores del mundo avancen en la transición hacia procesos de producción descentralizados y transnacionales para satisfacer esa demanda en aumento. Un estudio reciente del Banco Mundial pronostica que el comercio mundial de bienes y servicios se triplicará a US$27 billones para 203072. A fin de capitalizar ese crecimiento y ser parte de la cadena de suministro mundial, los países deberán ser hábiles en materia de la normativa y la infraestructura del comercio.

La facilitación del comercio no solo actúa en beneficio de todos los países; además, es un imperativo económico para los países que compiten con China. En más de un sentido, la emergencia de China desempeñó un papel importante en las reformas de facilitación del comercio en países en desarrollo. No hay nada mejor que la amenaza existencial de la competencia implacable para que las mentes se concentren.

Cuando finalmente se terminó con el régimen de cuotas que desde hacía tanto tiempo regía el comercio textil y de indumentaria, a fines de 2004, los analistas temieron que las exportaciones de China se expandieran y captaran la participación de mercado de gran cantidad de países en desarrollo que se apoyan mayormente en estas industrias. Las importaciones de China florecieron, pero varios países a los que se creía muy vulnerables se adaptaron a las nuevas realidades y sobrevivieron.

Según el Global Monitoring Report 2007 del Banco Mundial: “Los países más favorecidos para expandir sus exportaciones de indumentaria serán aquellos que tengan un entorno de negocios propicio, costos comerciales bajos (aduanas, puertos e infraestructura de transportes eficiente) y empresas competitivas suficientemente flexibles para satisfacer la cambiante demanda de los compradores mundiales que hoy dominan la industria. Si estas condiciones se cumplen, el sector de la indumentaria aún puede ser un motor de la diversificación industrial en muchos países pobres, incluso a pesar de la competencia irrestricta de China”73. En una publicación reciente, Steve Creskoff explica los beneficios de la facilitación del comercio para los países pobres que compiten con China, de la siguiente manera:

La principal exportación de Camboya es la indumentaria, que en general está sujeta a aranceles altos por parte de Estados Unidos y otros países desarrollados. El competidor principal de Camboya, en la exportación de indumentaria, es China, que goza de ventajas significativas sobre Camboya en términos de la facilitación del comercio. Reducir los aranceles a la importación multilateral de indumentaria no ayudaría para nada a Camboya en comparación con China, mientras que mejoran en la facilitación del comercio de manera que lleguen al nivel de China, lograría que las exportaciones de la primera fueran mucho más competitivas con respecto a las de la segunda4.

Debido a que en todo el mundo existen asuntos problemáticos, recursos, capacidades y preferencias diferentes, establecer criterios para mejorar la facilitación del comercio sin imponer reformas específicas, como hizo satisfactoriamente la APEC, parece una alternativa útil y viable a los engorrosos acuerdos multilaterales respaldados por la fuerza del mecanismo de resolución de disputas. Como lo expresó el Banco Mundial en su informe Perspectivas económicas mundiales 2007: “Los objetivos generalizados de la facilitación del comercio no se adaptan en forma precisa a las disciplinas de la Organización Mundial del Comercio”.

En lugar de esto, podría ser mejor luchar por conseguir mejoras constantes dejándose llevar por principios intuitivos. Estos principios están explícitos en la Convención Internacional sobre la Simplificación y Armonización de Procedimientos Aduaneros (con enmiendas), conocido como el Convenio de Kyoto Revisado, que entró en vigencia en el año 2006. El Convenio de Kyoto Revisado refleja el compromiso de las partes que lo firman por eliminar los procedimientos aduaneros que pudieran impedir el comercio internacional y a su vez simplificarlos y armonizarlos sin comprometer los objetivos legítimos de la aduana. Estos principios fomentan la modernización, previsibilidad, continuidad y transparencia de los procedimientos y las prácticas aduaneras75.

El Convenio de Kioto Revisado se considera una de las “mejores prácticas” dentro de la facilitación moderna del comercio y sirve de modelo para realizar reformas en los países en desarrollo. También debería actuar como punto de referencia para realizar reformas continuas de facilitación del comercio. De los 56 firmantes del Convenio de Kioto Revisado, ya hay 24 que constituyen economías en desarrollo o de transición, y 13 de ellos son de África76.

Conclusión

Con un comercio internacional que crece a una mayor tasa que la producción mundial, es imprescindible que los gobiernos adopten prácticas para incentivar a sus ciudadanos a competir en forma efectiva por mercados e inversiones. Una participación exitosa en la economía mundial dependerá cada vez más de la posibilidad que tenga cada país de mantener una infraestructura comercial confiable y de alta calidad, que la competencia en la industria de los servicios de logística pueda prosperar, y que el contexto regulatorio permita un movimiento de bienes y servicios relativamente estable a través de la cadena de suministro.

La facilitación del comercio no solo es conveniente para los países en desarrollo, sino que todos los países podrían verse beneficiados con reformas y mejoras continuas en sus procesos comerciales. Las reformas que orientan a los países en la dirección correcta no requieren obligaciones ni compromisos formales con otras naciones. La facilitación del comercio obedece ante todo y de manera considerable a los intereses del país que implemente la reforma. Existen pruebas contundentes de que estas reformas se están poniendo en práctica en todo el mundo sin perspectivas inmediatas de un posible acuerdo de la Ronda de Doha.

En Estados Unidos, no todas las políticas oficiales que surgieron como resultado de los atentados del 11 de septiembre, centradas en garantizar la seguridad de los procesos de comercio internacional, se encuadran con los objetivos de los sistemas de la cadena de suministro “justo a tiempo”. Si bien la seguridad es primordial, también es fundamental entender que las políticas determinadas en este sentido tienen costos que pueden entorpecer el comercio y el crecimiento económico sin necesariamente mejorar la seguridad. Los procedimientos de Estados Unidos relacionados con el despacho de bienes a través de las aduanas y otras agencias administrativas deben ir a la par con las demandas que imponen los mayores volúmenes de comercio y la necesidad imperiosa de garantizar las cadenas de suministro.

A pesar del gran interés por la seguridad, los bienes entran y salen de Estados Unidos con cierta fluidez. Tanto en la encuesta Doing Business como en el índice de desempeño logístico, Estados Unidos se mantiene en el 10% superior de todos los países. Pero existe un margen para sumar mejoras a la cadena de suministro, en especial en lo referente a los servicios de logística internos.

Las normas que obedecen a la Ley Jones, la cual prohíbe que los barcos de bandera extranjera operen dentro del territorio de Estados Unidos (entre sus puertos), representan una enorme desviación de la facilitación óptima de comercio. Al limitar la competencia en este sector, el costo de los servicios de transporte dentro de Estados Unidos es más alto y la calidad es menor. La prohibición de que extranjeros realicen transporte de cabotaje conlleva a una mayor demanda de servicios de transporte terrestre y a costos más elevados de obtención de productos a través de la cadena de suministro. La demanda de servicios de transporte en camión también aumenta la congestión, lo cual reduce la calidad de los servicios e incrementa su costo, medido en función del tiempo de transporte. Del mismo modo, limitar la competencia en el servicio de carga por ferrocarril también trae más inconvenientes en la cadena de suministro de Estados Unidos, lo cual puede desalentar la inversión y perjudicar los ingresos de las empresas que operan dentro de dicho país.

La facilitación del comercio implica la superación de los obstáculos naturales y humanos para comerciar. Teniendo en cuenta esencialmente la falta de un progreso real de la Ronda Doha, los encargados de diseñar políticas deberían concentrar sus esfuerzos en eliminar las fricciones en sus cadenas de suministro.

EL MADREADO EURO

El euro pretende la cota de los 1,26 dólares en los días previos a la reunión del BCE

por A.B.M.

El resucitado apetito por el riesgo daba pie a los operadores del mercado Forex a fijarse en las monedas de altos tipos de interés. El euro intentaba encontrar la cota de los 1,26 dólares dos días antes de la decisión del BCE sobre los tipos de interés.

[foto de la noticia]

La aversión al riesgo se difumina al compás que marcan los avances en la renta variable internacional. Los inversores le daban una oportunidad al euro dos días antes de que el Banco Central Europeo (BCE) anuncie su decisión sobre los tipos de interés. Una decisión que el mercado ya tiene descontada. Una decisión que pasaría por el recorte en medio punto de las tasas de referencia, del 2% al que están ahora al 1,5%. Sin embargo, todavía caben sorpresas por lo que los avances en la divisa comunitaria están más que medidos.

Dado lo que ha empeorado la situación crediticia de los países de Europa del Este y el evidente deterioro económico de la zona euro, comienza a especularse que el Banco Central Europeo podría continuar su política monetaria expansiva en los próximos meses, algo que aún no ha sido descontado por parte de los operadores.

Últimamente, el cruce entre el euro y el dólar ha tenido muchas dificultades para avanzar y el imán del 1,25 es cada vez más potente. Se debe estar atentos a este nivel, que en febrero lo ha desafiado dos veces y los comentarios de este jueves de Jean-Claude Trichet -presidente del BCE-, serán la clave del rumbo del cruce.

Bernanke
Toda esta incertidumbre llegaba hoy aderezada por las palabras del presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, quien ha manifestado en el Congreso que ve incierta la efectividad que tendrá el plan de estímulo económico aprobado por la Administración Obama para reactivar la economía estadounidense.

No obstante, el jefe de la Fed ha asegurado que este paquete de medidas disparará la actividad económica. Además, Bernanke ha reconocido que los mercados siguen bajo un fuerte estrés y que las perspectivas de crecimiento se mantienen débiles. A pesar de este sombrio panorama, el banquero ha defendido la agresividad para solucionar los problemas ya que la alternativa es "un estancamiento prolongado".

Mientras rumian estas palabras y dejan un hueco para las declaraciones que el jueves tendrá Trichet, el euro se apreciaba poco más de un 0,2% frente al billete verde y se cambiaba en 1,2587 dólares. El BCE fijaba su cambio oficial en 1,2615 dólares.

La recesión da a luz a gigantes empresariales

La recesión da a luz a gigantes empresariales

Excesivo riesgo en los negocios, especulación inmobiliaria, sobre expansión del crédito, estallido de la burbuja, pánico y cierre de 343 de los 850 bancos de Estados Unidos. Esta sucesión de acontecimientos, que hoy nos resulta tremendamente familiar, se produjo en 1837, cuando el país estaba presidido por el demócrata Martin Van Buren, que acababa de asumir el cargo. EEUU entró en ese momento en una depresión económica que duró cinco años, la mayor desde que se creó el país, que disparó la inflación y el desempleo. Siete años antes del estallido del pánico de 1837, un británico, William Procter, emigró desde Londres a Nueva York después de que la tienda de lanas que tenía en su ciudad fuera destrozada por unos ladrones y por un incendio. Procter aterrizó en la Gran Manzana, donde se estableció como fabricante de cirios. Desde allí se trasladó después a Cincinnati (Ohio), continuando con la misma actividad. Procter, que aparece en esta imagen (cortesía de P&G) se casó en esta ciudad con su mujer, Olivia Norris, que tenía una hermana casada con otro industrial procedente de Irlanda, James Gamble, fabricante de jabones. En 1837, con el país en plena crisis económica, los dos emigrantes decidieron seguir el consejo de su suegro, y fusionaron sus dos negocios, en una operación que les permitió lograr importantes ahorros de costes al agrupar su poder de compra de determinados productos que los dos compartían en su actividad fabril.

Nacía así la empresa Procter & Gamble, que superó la crisis y empezó a crecer después de lograr un contrato para abastecer a uno de los dos bandos (Norte) enfrentados en la Guerra Civil estadounidense. Procter & Gamble es hoy el primer grupo del mundo de productos de consumo. La empresa, propietaria de marcas como Ariel, Gillette, Duracel, Oral-B, Tide, Pantene, Pringles o Wella, ganó 12.075 millones de dólares (9.524 millones de euros) en 2008, con unos ingresos de 83.503 millones. La compañía sigue aumentando sus beneficios en plena recesión y en el segundo trimestre de su ejercicio fiscal de 2009 ha ganado un 53% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. La empresa vale en bolsa 141.180 millones de dólares, aunque su acción está siendo muy castigada y desde septiembre de 2008 hasta hoy ha retrocedido un 34,14%, hasta 48,17 dólares.

Procter & Gamble no es el único gigante empresarial que ha nacido en EEUU en plena crisis económica y que ha sobrevivido. La empresa informática IBM se fundó en 1911, con la fusión de tres compañías (Tabulating Machine, International Time Recording y Computing Scale) que se habían creado cuando EEUU atravesó una depresión económica, entre 1873 y 1896. Al comienzo de ese periodo, Thomas Edison constituyó Edison General Electric, hoy GE, la única empresa de las doce que fundaron el índice Dow Jones (en 1896) que sigue existiendo actualmente. General Motors, por su parte, el primer fabricante de coches del país, nació en 1908, cuando EEUU se recuperaba del pánico de 1907. La empresa de transporte urgente FedEx se creó durante la crisis del petróleo que sacudió a EEUU en 1973, como recordaba recientemente CNN Money.

La Gran Depresión (1930), que se ha convertido en el espejo en el que no dejan de mirarse los estadounidenses en la actual recesión, espoleó la constitución de la empresa aeroespacial United Technologies Corporation. Ésta se ha convertido hoy en un conglomerado industrial propietario de compañías como Otis Elevators (ascensores), Carrier Corp. (aparatos de calefacción y aire acondicionado), Sikorsky (helicópteros) y UTC Fire (sistemas de seguridad contra incendios). La compañía ocupa el número 39 entre las 500 mayores empresas del país por facturación.

Recuperar estos datos históricos puede ser una inyección de ánimo para un país y para una economía que se ha olvidado del optimismo y que se ha especializado en noticias negativas, empeñándose en batir records históricos de contracción de la actividad y de desempleo. Ojalá que al calor de esta crisis económica, que tiene tantos antecedentes en el pasado, también surja un gigante empresarial que pase a formar parte de los libros de historia.

LA EUROZONA NO...PERO QUE LOS EEUU

Por qué la eurozona no se va a romper

por Melchor Ordóñez

Entre las innumerables lecturas de la crisis económica que faltan por hacer está la que analice el impacto de la recesión sobre las políticas medioambientales. Si en tiempos de bonanza la responsabilidad con el medio ambiente se entroniza como un objetivo clave para empresas, administraciones y ciudadanos, en coyunturas como las actuales podría extenderse la tentación de arrinconarlo para centrar las prioridades en cuestiones más urgentes. O lo que sería aún peor: utilizarlo como excusa para recuperar ingresos a costa de empresas y particulares.

En los últimos años, la sociedad española en su conjunto ha hecho un gran esfuerzo para la implantación de una cultura del reciclaje. Los sistemas integrados de gestión - de envases domésticos, de vidrio, de aceites, de medicamentos, etc- son el paradigma de este compromiso que aúna a administraciones, empresas y ciudadanos. Su desarrollo se ha potenciado siempre por encima de las circunstancias de los ciclos económicos, lo que ha permitido a nuestro país colocarse entre los que ofrecen mejores resultados de la Unión Europea, a pesar de empezar su labor con retraso. Este es el criterio que hay que mantener si queremos seguir progresando en la misión de mejorar la calidad de nuestro entorno.

Las empresas, a pesar de sus dificultades, van a seguir fieles a este compromiso con el medio ambiente. Al menos, ese es el espíritu que nos trasladan las cerca de 12.400 empresas envasadoras adheridas a Ecoembes, cuya aportación al Sistema Integrado de Gestión (SIG) de envases a través del "punto verde" ha permitido que en España, en 2008, se hayan reciclado más de 1,25 millones de toneladas de envases, lo que representa una tasa de reciclado del 60% (la Directiva Europea fijaba como objetivo para 2008 el 55%.).

La retracción del consumo debida a la crisis está reduciendo el número de envases puestos en el mercado, lo que redunda en un descenso de los ingresos en concepto de Punto Verde que se destinan a financiar la recogida selectiva y el reciclaje de envases domésticos que realizan ayuntamientos o Comunidades Autónomas.

En 2008, estos ingresos superaron los 330 millones de euros. Al tiempo, se observa una progresiva caída de la demanda de productos reciclados, lo que minora los ingresos de Ecoembes por la venta de material a los recicladores. Si a ello se añade el crecimiento de los costes por recogida y tratamiento de los envases -lo que se paga a las administraciones por los convenios- es más que posible que las empresas tengan que hacer un nuevo esfuerzo a través del Punto Verde para compensar esta situación y mantener la eficiencia del Sistema.

En estas circunstancias, las administraciones implicadas en el SIG han de comprender el sobreesfuerzo al que las empresas se obligan, y actuar en consecuencia. En modo alguno la disminución de sus ingresos por otros conceptos puede ser una excusa para incrementar injustificadamente las cantidades que Ecoembes, en representación de las empresas adheridas, abona en sus convenios con las administraciones.

El criterio de obtener la máxima eficacia a un coste razonable es el que ha inspirado el contenido de los convenios firmados por Ecoembes con la mayoría de las administraciones locales y autonómicas. Es de desear que aquellos convenios pendientes de firma se cierren del mismo modo, eludiendo cualquier tentación de utilizarlos para obtener recursos adicionales no justificables desde el punto de vista de la gestión medio ambiental de los envases.

De no ser así, el concierto será inviable, pues no sólo se estaría penalizando gravemente a las empresas, que se verían obligadas a elevar el precio de sus productos para poder hacer frente al sobrecoste, con el inevitable impacto en los ciudadanos, sino que se estaría poniendo en riesgo el propio sistema de gestión, cuya eficacia ha quedado sobradamente probada.

Controles
Otra tentación que pudiera alentar la crisis es la de eludir las obligaciones que impone a la empresa envasadora la Ley de Envases. Conscientes de ello, Ecoembes ha reforzado sensiblemente los controles para identificar declaraciones de envases realizadas de forma errónea o empresas que colocan el símbolo del Punto Verde en sus envases sin estar adheridas al Sistema. Informes de auditoría e inspecciones -18.000 en pasado año- sirven a este propósito, fundamental para garantizar el cumplimiento de los objetivos de reciclado.

Estas medidas han contribuido a hacer de España uno de los países con menor índice de fraude de toda la Unión Europea. Para acabar definitivamente con las malas prácticas, no es suficiente la labor de control de Ecoembes: es indispensable que los gobiernos autonómicos ejerzan su competencia sancionadora frente a las empresas que no cumplan con la norma.

En momentos de recesión, cuando las empresas se ven obligadas a redefinir sus prioridades, la inversión medio ambiental debe asumirse como un compromiso ineludible. Los objetivos que todos nos hemos marcado han de mantenerse sin excusas, pues responden a una exigencia de largo plazo, y para que ello sea posible, es fundamental que todos, empresas y administraciones, actúen con rigor, evitando decisiones lesivas para el medio ambiente en base a criterios meramente economicistas.

NI CON LA LANA DE LOS NARCOS

El PIB de México se contraería 1,9%

Por Anthony Harrup
Dow Jones Newswires

CIUDAD DE MÉXICO (Dow Jones)--Economistas encuestados el mes pasado por el Banco de México redujeron sus expectativas para la actividad económica y ahora pronostican una contracción del 1,9% en 2009 a raíz de la debilidad económica mundial y la incertidumbre en torno a los mercados financieros internacionales.

La estimación de febrero supera la estimación proyectada en enero del 1,2%. La lectura asume la mayor contracción interanual en el primer y segundo trimestre, mientras que estima que la economía volverá a crecer en 2010.

Los 30 analistas que respondieron al sondeo publicado el lunes, redujeron sus expectativas promedio para las negociaciones del peso frente al dólar, pero disminuyeron sus estimaciones de inflación.

Se estima que el peso finalizaría el 2009 en 14,10 por dólar, más débil que en la proyección de enero de 13,50 por dólar, pero por sobre su actual nivel de alrededor de 15,33 pesos por dólar.

El sondeo estima que la inflación, según el índice de precios al consumidor, caería al 4,05% este año, frente al 6,53% de 2008. La proyección de inflación para 2009 era en el sondeo de enero del 4,12%.

Los principales factores que limitarían el crecimiento de México serían la contracción económica mundial, la incertidumbre sobre la situación financiera internacional y la tasa de cambio, seguida por la debilidad del mercado interno.

EL FATAL ACTIVISMO DE OBAMA

EE.UU. estudia la creación de múltiples fondos para comprar activos tóxicos

Deborah Solomon y Jon Hilsenrath

WASHINGTON—El gobierno de Barack Obama estudia el establecimiento de múltiples fondos de inversión para comprar los préstamos incobrables y otros activos tóxicos que están en el centro de la crisis financiera, según fuentes al tanto.

El equipo de Obama anunció su intención de asociarse con el sector privado para comprar entre US$500.000 millones y US$1 billón (millón de millones) de activos en problemas como parte de su renovado plan de rescate bancario de US$700.000 millones anunciado el mes pasado. Se trata de una pieza clave de los esfuerzos del gobierno por normalizar los mercados de crédito, junto con un programa de la Reserva Federal (Fed) orientado a estimular los créditos de consumo en áreas como las tarjetas de crédito y los préstamos hipotecarios, que será anunciado oficialmente hoy.

Aún no se ha tomado ninguna decisión sobre la estructura final de lo que el propio gobierno ha calificado como una asociación público-privada de financiamiento. El Secretario del Tesoro, Timothy Geithner, no divulgó los detalles de cómo operaría el plan cuando lo anunció.

Una idea es establecer fondos separados que serían operados por gestores de inversión provenientes del sector privado. Los administradores tendrían que aportar una cierta cantidad de capital. El financiamiento adicional lo pondría el gobierno, que compartiría las ganancias o las pérdidas.

[Timothy Geithner]

Timothy Geithner

Estos gestores de inversión privados operarían los fondos, decidiendo qué activos comprar y a qué precios. El gobierno contribuiría dinero del paquete de rescate de US$700.000 millones aprobado a finales del año pasado, con financiación adicional proveniente de la Fed y de la emisión de deuda fiscal. Otros inversionistas, como los fondos de pensiones, también podrían participar. Para fomentar la participación, el gobierno trataría de minimizar el riesgo para los inversionistas privados.

La asociación público-privada se originó a partir del concepto de "banco tóxico", una idea popular entre algunos economistas que habría requerido que el gobierno comprara los activos en problemas. El gobierno de Obama rechazó la idea ante el peliagudo asunto de cómo poner un precio a los activos. El Estado debe pagar lo suficiente para que los bancos no tengan que sufrir pérdidas adicionales por la venta o rebaja contable del valor de activos similares. Pero hay escasa tolerancia pública para que el gobierno pague un precio excesivo con el dinero de los contribuyentes.

En su lugar, el gobierno quiere animar a los inversionistas privados a comprar los activos y, de esta manera, fijar un precio de mercado. Algunos miembros del equipo económico creen que establecer fondos múltiples ayudaría en ese sentido.

Los fondos probablemente se centrarían en todo tipo de activos, como los valores respaldados por hipotecas, en lugar de un tipo específico de valores tóxicos.

Falta aclarar muchos detalles, en especial sobre cómo el gobierno y el sector privado compartirán el riesgo.

Hoy, por su parte, la Fed anunciará el lanzamiento de una línea de crédito para reactivar los préstamos a consumidores, que dispondrá de hasta US$100.000 millones en capital del Tesoro.

Mediante este programa, conocido como Línea de Crédito para Préstamos Respaldados por Activos (TALF, por sus siglas en inglés), los inversionistas, incluyendo muchos fondos de cobertura, obtendrán acceso a préstamos baratos de la Fed y usarán ese efectivo para comprar valores respaldados por deuda en manos de los consumidores como préstamos automotrices y préstamos por cobrar de tarjetas de crédito.

La Fed y el gobierno evalúan la ampliación del programa a otros activos en problemas, como valores respaldados por hipotecas o préstamos inmobiliarios comerciales.

De bola de cristal a termómetro del miedo

El Dow Jones, de bola de cristal a termómetro del miedo

Por Justin Lahart

Durante los años 90, la habilidad del mercado bursátil de Estados Unidos para predecir la economía parecía insuperable. Representando la sabiduría colectiva de millones de inversionistas, la bolsa era como una bola de cristal.

Después de la burbuja puntocom, sin embargo, los mercados ya no parecían un oráculo eficiente. Hoy en día, la enorme volatilidad de las acciones complica aún más los pronósticos. En los años 90, el Promedio Industrial Dow Jones subió o cayó 2% o más en más de 91 jornadas bursátiles. Sólo el año pasado, hubo 80 oscilaciones de este nivel.

David Gaffen y Heidi Moore de The Wall Street Journal explican el colapso del Dow.

No obstante, en medio de la peor crisis económica en por lo menos una generación, una recuperación de las bolsas sería un señal especialmente positiva.

Más que un indicador de las expectativas de los inversionistas, las bolsas son un termómetro de la confianza. En una época en que la desconfianza es uno de los principales problemas que afectan la economía y cuando, tanto individuos como empresas, están tan inseguros sobre su futuro que reducen sus gastos, un mercado bursátil en alza sería una señal importante de un cambio en la marea. Además, un impulso en las bolsas puede, a su vez, ayudar a elevar la confianza general.

La visión tradicional de las acciones como un indicador del camino que tomará la economía se basa en la idea de que los inversionistas son implacables a la hora de medir la rentabilidad de las empresas. "En la medida en que la rentabilidad de una empresa hable de la economía, las bolsas pueden servir como un indicador", dice el economista Frederic Mishkin, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia.

[Una mirada hacia el pasado]

Durante casi todos los 11 ciclos de desaceleración que EE.UU. atravesó desde la Segunda Guerra Mundial, el Dow alcanzó récords bajos para luego empezar a subir seis meses antes de que la economía diera señales de recuperación (la gran excepción fue la recesión de 2001, cuando un mercado bursátil destrozado por escándalos sólo alcanzó su nivel más bajo un año después que la economía empezara a recuperarse). Los inversionistas suelen correr hacia las acciones antes de una recuperación económica porque cuando las bolsas suben al fin de una recesión, las ganancias son significativas.

Naturalmente, muchos inversionistas ahora están simplemente ansiosos. Después de alcanzar un récord en octubre de 2007, el Dow cayó ayer a 6.763,29, su nivel más bajo desde abril de 1997. El valor de las acciones ya no parece reflejar la rentabilidad de largo plazo de las empresas, sino "la actitud de los inversionistas sobre el riesgo y la incertidumbre, que en estos momentos alcanza niveles altos", señaló la semana pasada el presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Ben Bernanke, al Congreso.

Gran parte de esa incertidumbre tiene que ver con los bancos. Los inversionistas aún no saben a ciencia cierta qué bancos fracasarán o pasarán a manos del gobierno o de sus acreedores, y cualquiera de esas alternativas será devastadora para los accionistas. Como resultado, los títulos de los bancos ya no reflejan las expectativas de los inversionistas respecto a futuras ganancias, sino sus apuestas sobre si determinado banco sobrevivirá o no. Por esa razón, las acciones del sector bancario han fluctuado agresivamente, a medida que los inversionistas batallan para adivinar qué hará el gobierno para ayudar a la industria y si esas medidas funcionarán o no. Debido a que las firmas financieras están en el corazón de la crisis de crédito, cuando se estremecen, el resto de los mercados reacciona acorde.

Ya que las acciones del gobierno son centrales para la recuperación económica, un apoyo del mercado bursátil podría ser una buena señal. Una recuperación de las acciones también podría impulsar la confianza.

"Si ve que la bolsa sube, tendrá más fe en la recuperación", dice Ethan Harris, economista de Barclays Capital.

Por otro lado, si se registran más caídas, la economía puede correr un riesgo mayor. El colapso bursátil que empezó en octubre de 1929 y el subsiguiente descenso en el gasto del consumidor, ahondó la Gran Depresión, sugiere Christina Romer, jefa del Consejo de Asesores Económicos del Presidente Barack Obama.

Incluso para las familias que no tienen dinero en acciones, las bolsas importan. En un ensayo de 1999, Maria Ward Otto, economista de la Fed, encontró que cambios en los precios de las acciones afectaron la confianza de hogares encuestados por la Universidad de Michigan. Su conclusión: la gente usa el mercado bursátil como un indicador de qué pasará con sus sueldos.

CUANDO NOS GUIA UN CIEGO

Bernanke respalda las agresivas medidas de la Casa Blanca

Por Brian Blackstone
Dow Jones Newswires

WASHINGTON (Dow Jones)--El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, pareció el martes respaldar los esfuerzos de la Casa Blanca para estimular la economía del país, al afirmar que son necesarias ahora medidas agresivas para evitar una calamidad económica.

"Al respaldar los gastos privados y públicos, el paquete fiscal debería otorgar un impulso a la demanda y a la producción en los próximos dos años como también mitigar la pérdida general de empleos e ingresos que de otra forma ocurriría", sostuvo Bernanke en un testimonio preparado con anticipación para ser entregado al Comité de Presupuesto del Senado.

Recientemente, el presidente Barack Obama convirtió en ley un plan de estímulo fiscal de US$787.000 millones, que contempla gastos en infraestructura, ayuda a los estados y recortes impositivos.

La aprobación en el Congreso prácticamente no recibió el voto de los legisladores republicanos, lo que hace más significativos los comentarios de Bernanke, debido a que el funcionario se desempeñó en el 2005, antes de tomar el timón del banco central, como el principal economista del ex presidente George W. Bush.

El producto interno bruto de Estados Unidos se contrajo un 6,2% en el último trimestre, informó la semana pasada el Departamento de Comercio, su mayor contracción desde inicios de los 80.

"Los recientes indicadores (económicos) a corto plazo muestran pocas señales de una mejora", afirmó Bernanke, al destacar niveles más altos en las solicitudes de beneficios de seguro por desempleo desde mediados de enero, "lo que sugiere que las condiciones en el mercado laboral podrían haber empeorado aún más en las últimas semanas".

En tanto, las empresas "han aparentemente recortado significativamente sus planes de gastos de capital", añadió Bernanke, mientras que la contracción de las economías extranjeras parece estar ampliándose.

Bajo ese escenario, "estamos en una mejor posición si actuamos agresivamente hoy para resolver nuestros problemas económicos", dijo el titular de la Fed.

La alternativa, advirtió, "podría ser un prolongado episodio de estancamiento económico que no sólo contribuiría a un deterioro mayor de la situación fiscal, sino que también implicaría una menor producción, empleos, e ingresos por un período extendido".

PATADAS DE AHOGADO

El Tesoro y la Fed de EE.UU. presentan el programa de préstamos TALF

Por Meena Thiruvengadam

WASHINGTON—El Departamento del Tesoro y la Reserva Federal de Estados Unidos lanzaron el martes una muy esperada línea de crédito que busca generar hasta US$1 billón (millón de millones) en préstamos de consumo y para pequeñas empresas.

La Línea de Crédito de Valores Respaldados por Activos a Plazo (TALF por sus siglas en inglés), la cual empezaría a desembolsar fondos el 25 de marzo, otorgará créditos para los compradores de valores con calificación AAA respaldados por nuevos préstamos automotores, estudiantiles y aquellos garantizados por la Administración de Pequeños Negocios de EE.UU.

"Al reabrir estos mercados, la TALF asistirá a los prestamistas a satisfacer las necesidades de crédito de los consumidores y las pequeñas empresas, ayudando a estimular la economía en general", señalaron el Tesoro y la Fed en un comunicado.

Las solicitudes de fondos de la línea de crédito se aceptarán a partir del 17 de marzo. El programa ofrecerá nuevos créditos mensualmente hasta diciembre de 2009 o más tarde, a discreción de la Fed.

Temen que la economía haya caído en depresión

Temen que la economía haya caído en depresión

UN CORREDOR de la Bolsa de Nueva York reposa en medio de la jornada  de ayer, que vio descender el Dow Jones en casi 300 puntos.
UN CORREDOR de la Bolsa de Nueva York reposa en medio de la jornada de ayer, que vio descender el Dow Jones en casi 300 puntos.
RICHARD DREW / AP

WASHINGTON

Una Depresión no tiene que ser grande, con filas para comprar pan y desastres en el mercado de valores. La economía puede caer en una depresión de las que no se escriben con mayúscula.

Y eso puede ser lo que está pasando ahora.

El problema es que a diferencia de las recesiones, que son fáciles de definir, no hay reglas firmes en cuanto a lo que constituye una depresión. Al fin todo el mundo parece concordar que no ha habido una desde la terrible de los años 30.

Pero cada vez que sale alguna nueva noticia económica, la más reciente una de 6.2 por ciento en el cuarto trimestre, parece más y más probable que la próxima depresión se aproxima.

''Probablemente estemos en una depresión ahora. Pero no se va a admitir hasta que pasen los años. Porque hay que verla mirando hacia atrás'', dice Peter Morici, un profesor de Comercio de la Universidad de Maryland.

Nadie rebate que el declive actual califique como recesión. Las recesiones tienen dos definiciones muy útiles, que ambas están en efecto: Dos trimestres seguidos de contracción económica, o cuando la Oficina Nacional de Estudios Económicos (NBER) lo determina.

Declarar que hay una depresión es mucho más difícil.

Con una definición, es un declive de tres años o más con un descenso de 10 por ciento en producción económica y un nivel de desempleo por encima del 10 por ciento. El declive actual no califica todavía: Lleva 15 meses, el descenso es de 6.2 por ciento y el desempleo de 7.6.

Otra definición dice que una depresión es una recesión sostenida en la que la población tiene que disponer de las propiedades tangibles para costear la vida diaria. Para algunos, eso está pasando ya.

Morici dice que una depresión es una recesión ''que no se auto corrige'' debido a problemas estructurales fundamentales en la economía, tales como bancos en quiebra o un déficit comercial enorme.

O quizá una depresión puede ser cualquier cosa que el giro corporativo diga. Tony James, presidente de la firma privada Blackstone, denominó este declive una depresión durante una conferencia de ganancias la semana pasada.

La Gran Depresión retiene la corona. El desempleo alcanzó su pináculo de más del 25%. De 1929 a 1933, la economía se redujo 27%. La Bolsa perdió 90% de sus valores: De gran auge a desastre.

Y aunque el año pasado fue el peor año para el mercado de valores desde 1931. El Dow Jones Industrial tendría que disminuir unos 5,000 puntos más para acercarse a lo que pasó en la Depresión. Hay pocos economistas que esperan un declive así. Pero nadie sabe con seguridad, y nadie sabe decir cuándo o si el declive podrá pasar de recesión a depresión.

En su discurso ante el Congreso la semana pasada, el presidente Barack Obama admitió los ''difíciles momentos de prueba'', pero quiso animar a la nación con una promesa optimista: ``Vamos a reconstruir, vamos a recuperarnos''.

Al día siguiente, Ben Bernanke, jefe de la Reserva Federal, dijo ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara Baja: ''La recesión es seria, las condiciones financieras siguen difíciles''. Mencionó una esperanza, de que en el mejor de los casos todo esto podría terminar este mismo año, y que habría una ''recuperación total'' en dos o tres años.

A pesar del moderado optimismo, el panorama económico sigue lúgubre. La confianza de los consumidores está en el suelo, los valores de bolsa están en sus puntos más bajos en 12 años, las cesantías se suscitan en decenas de miles, y el crédito anda mal.

El declive actual tiene muchas de las características de los años 30, incluyendo auges de la Bolsa y de los bienes raíces que se deshicieron, dijo Allen Sinai, fundador de la consultoría Decision Economics.

Asaltan radio estatal en Venezuela

Asaltan radio estatal en Venezuela

CARACAS

Una sede de la estatal Radio Nacional de Venezuela (RNV) en Caracas fue asaltada la madrugada de ayer por "cuatro hombres'', que robaron "equipos'' de la emisora, denunciaron medios oficiales.

El suceso ocurrió cerca de las 2:00 a.m. hora local (6:30 GMT), cuando la emisora retransmitía el programa de la televisión estatal La Hojilla, en el que participó vía telefónica el presidente venezolano, Hugo Chávez.

Así lo informó Ricardo Durán durante su programa matutino Despertó Venezuela, que transmite diariamente la estatal Venezolana de Televisión (VTV).

Los delincuentes exigieron igualmente la entrega de los cupones de alimentación o ‘‘cestatickets'', que forman parte del salario de los venezolanos, y "recibían información por (teléfono) celular'' durante los "20 minutos'' que permanecieron en la radio, dijo Durán.

Agregó que la policía científica comenzó las investigaciones del caso, informó la estatal Agencia Bolivariana de Noticias (ABN).

Por su parte, el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) condenó "de manera contundente'' el "lamentable'' asalto a la radio estatal, y pidió a las autoridades investigar ese hecho que "atenta contra la libertad de expresión y el derecho a la información'', y hallar a los "responsables''.

En un comunicado, el presidente del CNP, William Echeverría, expresó además la ‘‘solidaridad'' del gremio con la directora de la RNV, Helena Salcedo, y con todos los trabajadores de la cadena estatal.

Por su parte, AP reporto que un alto ejecutivo de uno los principales bancos del

país fue secuestrado por un grupo de desconocidos en medio de una avenida del norte de la capital, informó ayer un directivo bancario.

Germán García Velutini, director del Banco Venezolano de Crédito, viajaba solo en su automóvil cuando el miércoles fue interceptado por los desconocidos que viajaban en dos vehículos, dijo a la AP un alto directivo de la entidad, que habló en condición de anonimato porque no está autorizado para declarar.

El directivo relató que García Velutini, de 54 años, fue secuestrado pasadas las 17 horas (21.30 GMT) poco después de salir de la sede del Banco Venezolano de Crédito, que está ubicado en la urbanización capitalina de San Bernardino.

Conductores que fueron testigos del hecho, relataron que los secuestradores portaban armas largas. Uno de ellos abrió la puerta del vehículo de García Velutini, y lo obligó a salir para llevárselo, indicó el directivo.

"Hasta ahora los secuestradores no han hecho contacto con nosotros'', dijo el viernes la familia de García Velutini en un comunicado en el que reconoció que "nos sentimos extremadamente angustiados por esta acción que pone en peligro a nuestro querido Germán''.

Asimismo expresaron que "todavía desconocemos las motivaciones que impulsaron el plagio''.

García Velutini es hermano del presidente del Banco Venezolano de Crédito, Oscar García, quien es un fuerte crítico del gobierno del mandatario Hugo Chávez.

El auge de la delincuencia es el principal problema que azota a los venezolanos.

El año en que las FARC perdieron la guerra

El año en que las FARC perdieron la guerra

EL EJERCITO colombiano ha ido imponiendo la paz en los campos de Colombia. Tras la muerte de Raúl Reyes, segundo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la narcoguerrilla ha perdido considerable poder.
EL EJERCITO colombiano ha ido imponiendo la paz en los campos de Colombia. Tras la muerte de Raúl Reyes, segundo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la narcoguerrilla ha perdido considerable poder.
MAURICIO DUEÑAS / AFP/Getty Images

Hace un año, el presidente Rafael Correa, tras acusar amargamente al gobierno de Alvaro Uribe de violar la soberanía nacional, decidió romper relaciones con Colombia. Era su airada respuesta tras el ataque militar de ese país contra la base clandestina de Angostura operadas por las narcoguerrillas comunistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dentro de territorio ecuatoriano, situada a unos escasos 1,800 metros de la frontera que separa a ambos países.

Uribe probablemente previó que Correa protestaría con gran energía, pero el objetivo de liquidar a Raúl Reyes, el segundo hombre de las FARC (o el primero, porque ya se sabía que Tirofijo estaba muy enfermo), era mucho más importante que la reacción del incómodo vecino, tan poco solidario con los esfuerzos bélicos de su gobierno.

Al fin y al cabo, desde el 2004 los colombianos habían elevado inútilmente dieciséis informes a la Comisión Binacional Para Asuntos Fronterizos, más otros seis a la cancillería ecuatoriana, denunciando la presencia de narcoguerrilleros comunistas de las FARC que actuaban desde Ecuador, sin poder frenar los continuos ataques de que eran víctimas.

Resultaba, pues, más sensato pedir perdón que pedir permiso, especialmente tras la experiencia de la incursión de las FARC contra la base militar colombiana de Teteyé, en el verano del 2005, saldada con decenas de soldados muertos y heridos, agresión efectuada por narcoguerrilleros provenientes de Ecuador bajo las órdenes de Raúl Reyes, extremo que el gobierno del entonces presidente ecuatoriano Alfredo Palacios negó enfáticamente contra toda evidencia.

Como escribiera recientemente D. Blasco Peñaherrera, ex vicepresidente de Ecuador, periodista y diplomático con gran prestigio internacional, a quien nadie podría acusar de ser antiecuatoriano: "Así las cosas [la multiplicidad de informaciones e indicios y la variedad de las fuentes que mostraban los vínculos entre miembros del gobierno de Correa y las narcoguerrillas], parece realmente imposible que se deje de relacionar a los funcionarios del gobierno nacional con las FARC. E inclusive, no faltará quien piense que el señor Presidente Uribe Vélez hizo bien en autorizar el bombardeo sin previo aviso y asumir el riego del estallido de soberanía que incendió Carondelet''.

En realidad, ese es el verdadero origen de las malas relaciones de Colombia con sus vecinos Ecuador y Venezuela: los vínculos ideológicos, políticos y los oscuros intereses económicos de esos gobiernos (o de muchos de sus funcionarios y militares) con las narcoguerrillas, como demostraron las computadoras de Reyes y hoy vuelve a comprobarse con las revelaciones de José Ignacio Chauvin, ex subsecretario del Interior del gobierno de Correa.

Mucho antes de que las fuerzas armadas colombianas atacaran el campamento de las FARC, los presidentes Correa y Hugo Chávez, incluso, habían lanzado la idea de concederles a las FARC la condición de "fuerza beligerante'', lo que hubiera legitimado la existencia y las acciones de estas bandas de asesinos, secuestradores y traficantes de drogas, colocándolas al mismo nivel legal del Estado colombiano.

Afortunadamente, la prudencia del gobierno brasilero hizo abortar esta peligrosa maniobra diplomática. Los gobiernos de Ecuador y Venezuela no sólo no están dispuestos a ayudar a Colombia en la lucha contra las narcoguerrillas (objetivo que supuestamente deberían respaldar a tenor de los tratados y acuerdos diplomáticos firmados por todos los países de la región), sino, en el mejor de los casos, les resulta absolutamente indiferente la suerte de los colombianos, y, en el peor, quisieran ver derrotado al gobierno de Uribe por las tropas de las FARC y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), y les irrita sobremanera que Estados Unidos le dé ayuda militar a Bogotá mediante el Plan Colombia, o la utilización del herbicida glifosato para tratar de erradicar los cultivos de coca, principal fuente de ingreso de estos verdaderos ejércitos subversivos.

Una y otra vez, Correa repite que el problema de la cocaína no es ecuatoriano, sino colombiano, y que el viejo drama de la violencia, los secuestros y los asesinatos de las FARC o del ELN no le atañen a su país y forman parte de la exclusiva responsabilidad del gobierno de Bogotá.

Algo tan disparatado como si Francia se convirtiera en santuario de los terroristas de la ETA vasca, y Sarkozy declarara que las actividades de esa banda armada no constituyen un asunto que les incumbe a los franceses.

Es verdad que los etarras se esconden en territorio galo, pero también que existe una leal colaboración entre los gobiernos de España y Francia para perseguirlos, capturarlos y llevarlos a juicio, porque los franceses entienden, con total sentido común, que lo que le interesa al país por su propia seguridad y para sostener sus libertades y forma de gobierno, es la existencia de una España en paz, próspera y democrática, con la cual tener las mejores relaciones posibles en todos los órdenes, para beneficio de ambas naciones.

¿De dónde ha sacado Correa que los problemas de Colombia no afectan a Ecuador? Tras la reciente matanza de indígenas awá a manos de las FARC (una tribu situada en ambos lados de la frontera entre Ecuador y Colombia), ¿no es obvio que el enemigo no es el gobierno de Colombia, sino estas bandas asesinas de narcotraficantes?

¿No es capaz de percibir Correa que el cultivo y tráfico ilegal de cocaína es un gravísimo flagelo internacional que atañe a todos los gobiernos responsables del mundo y puede estremecer y hasta destruir a los estados más contaminados, como hoy están descubriendo los mexicanos y ya sabían los colombianos?

¿Qué cree sucederá en Ecuador, un país institucionalmente débil, con muchos militares y funcionarios profundamente corrompidos o ideológicamente proclives al radicalismo antidemocrático, si las mafias de narcotraficantes se asientan firmemente en suelo ecuatoriano? ¿No le importa a Correa que Ecuador se transforme en un narcoestado?

Las FARC y el ELN no son movimientos subversivos limitados al perímetro de Colombia, sino fichas de un circuito político e ideológico mucho más amplio que se revitalizó dentro del llamado Foro de Sao Paulo tras el derribo del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría, y hoy se insertan en organismos como la Coordinadora Continental Bolivariana (reunida, por cierto, en Quito una semana antes del ataque al campamento de Raúl Reyes).

Por delirante que parezca, esos movimientos radicales aspiran a destruir los fundamentos republicanos sobre los que se asentaron nuestras naciones, para sustituirlos por un mundo dominado por el colectivismo en el terreno económico y por el caudillismo populista en el político, regímenes en los que los gobernantes no tienen límites y los individuos carecen de derechos.

Tal vez es útil que Colombia entienda que está sola en su batalla por defender las instituciones democráticas, apenas auxiliada por Estados Unidos, pero sin ninguna garantía de que esa colaboración pueda sostenerse por mucho más tiempo.

Las democracias latinoamericanas no tienen la menor tradición de practicar la solidaridad internacional con las naciones sojuzgadas o en peligro, como se demostrara con las largas tiranías de Paraguay, Nicaragua, República Dominicana y Cuba, donde el mismo gobierno dictatorial lleva medio siglo de ejercicio interrumpido, y hoy, en su crepúsculo, los países de nuestra estirpe parecen más interesados en ayudar a los Castro a sobrevivir que en socorrer a sus víctimas.

Tampoco es algo que debe asombrar a los colombianos. Ellos tampoco practicaron la solidaridad democrática internacional cuando pudieron y debieron hacerlo.

América Latina es así: veinte naciones que viven de espalda al dolor ajeno, y que ni siquiera son capaces de definir sus propios intereses e ideales comunes.

Por eso, entre otras razones, constituimos el rincón más pobre y triste de Occidente.

Acusan de injerencia a representante de la ONU en Nicaragua

Acusan de injerencia a representante de la ONU en Nicaragua

MANAGUA

La Coordinadora Civil, que aglutina a 600 organismos cívicos, y un dirigente de la oposición acusaron ayer de ''injerencista'' y de ''promover la impunidad de la corrupción'' al representante en Managua del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Alfredo Missair.

En sendos comunicados, la Coordinadora Civil y el portavoz del opositor Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Leonel Teller, rechazaron unas declaraciones del diplomático sobre los cuestionados comicios municipales celebrados en noviembre pasado en Nicaragua.

''Hay que mirar hacia adelante, y lo que ocurrió el año pasado --o no ocurrió-- es un asunto que no se puede deshacer, sino que hecho está, para bien, para mal, o para como cada uno lo juzgue'', expresó recientemente el representante de la ONU en Nicaragua. Esas declaraciones de Missair fueron recogidas con beneplácito por el gobierno de Daniel Ortega, que consideró que esa postura del representante de la ONU es que ``ya el pasado, pasó''.

''¿Quién es Missair para venir a opinar sobre el fraude electoral y sobre lo que los nicaragüenses debemos o no debemos hacer? Si es por mí, que se vaya de Nicaragua y que el Sistema de Naciones Unidas envíe a un verdadero diplomático que no ofenda la dignidad de los nicaragüenses'', manifestó el portavoz del PLC, Leonel Teller.

Teller dijo que su colectivo pedirá a la Comisión del Exterior de la Asamblea Nacional que revise ese caso y que en el partido analizarán si lo declaran persona no grata.

En tanto, la Coordinadora Civil demandó a Missair respetar a los nicaragüenses y ``retractarse públicamente''.

''Ningún gobierno, ningún representante internacional, ningún Poder del Estado está por encima de la soberanía nacional y la institucionalidad del país'', señaló ese grupo de organismos cívicos.

Según la Coordinadora Civil, que es una organización sin fines de lucro, las declaraciones de Missair sobre las elecciones municipales ``promueven la impunidad de la corrupción y el sometimiento de la soberanía ciudadana''.

Ese grupo de organismos recordó al diplomático que ''una parte importante'' de los nicaragüenses ha expresado su descontento y desconfianza con el Poder Electoral, reclamándole profesionalismo y respeto a los resultados de las votaciones del 9 de noviembre del 2008.

La oposición liberal rechaza y desconoce totalmente estos resultados con el argumento de que antes, durante y después de estos comicios hubo violaciones a la ley, irregularidades y ''un fraude masivo'', por lo que piden su anulación o un recuento de votos.

Rosales: problemas ‘van a explotar todos juntos' a Chávez

Rosales: problemas ‘van a explotar todos juntos' a Chávez

El líder opositor y alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales, ofrece una rueda de prensa en un hotel de Caracas (Venezuela), donde da a conocer su análisis sobre los resultados del referendo constitucional del pasado domingo.
El líder opositor y alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales, ofrece una rueda de prensa en un hotel de Caracas (Venezuela), donde da a conocer su análisis sobre los resultados del referendo constitucional del pasado domingo.
EFE

El ex candidato presidencial venezolano Manuel Rosales, uno de los principales líderes de la oposición al gobierno de Hugo Chávez, dijo ayer que cree que los problemas del país le "van a explotar'' al mandatario "todos juntos''.

Estos problemas alcanzan todas las áreas, principalmente a la economía, afectada, declaró Rosales a los periodistas, "por una gran incertidumbre'', porque "no sabemos hacia dónde vamos'', y "en lo social con la delincuencia desbordada''.

"Pero, lo más importante es el deterioro desde el punto de vista humano del pueblo'', frente a lo cual dijo que Chávez no actúa o lo hace de manera "arbitraria y exhibicionista'', como la orden que impartió el fin de semana de intervenir empresas privadas de arroz.

"Ninguna sociedad es exitosa si no hay una comunidad entre la empresa privada y el sector público'', y con la intervención estatal el Gobierno "quiere culpar a los empresarios'' de los problemas de producción y abastecimiento de productos de consumo masivo, agregó.

Eso no es más que "engañar a la gente'', subrayó el actual alcalde de la ciudad occidental de Maracaibo y candidato presidencial unitario de la oposición en la elección que Chávez ganó en diciembre del 2006 y que definió el período 2007-2013.

"Ya es hora de que Chávez se quite ese traje de mariscal de campo que carga, de militar, y se ponga el traje de presidente y se ponga a gobernar'', sostuvo Rosales, quien agregó que lo anterior "es un reclamo del pueblo''.

Tras insistir en que "vienen momentos bien complicados para el país'', cuyos habitantes, subrayó, "estamos cansados ya de tanta actividad y verbo violento'', el líder opositor insistió en que llegó "la hora de la reconciliación nacional''.

Los cambios ministeriales decretados por Chávez entre un grupo de personajes que cíclicamente pasan de uno a otro ministerio, Rosales dijo que demuestran que carece de "gente bien preparada'' y que se empeña en no "refrescar ni buscar alternativas en otros sectores del país''.

Chávez ha remarcado en las últimas semanas que su Gobierno no dialogará con "cogollos de la oligarquía'' y ha incluido a Rosales entre los dirigentes opositores a los que responsabiliza de ‘‘una campaña para hacer creer al pueblo que Venezuela está al borde del colapso'', lo que ha descartado de plano.

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