Testimonio de una violaciòn

De los 11 a los 14 años: abusos deshonestos

Afirmo, que fui acosada y abusada sexualmente por Daniel Ortega Saavedra, desde la edad de 11 años, manteniéndose estas acciones por casi veinte años de mi vida...
En ese tiempo, mi agresor tenía 34 años de edad y yo once, lo que representaba una considerable diferencia y ventaja de su parte; él era el compañero de mi madre, una figura política de mucha importancia, mando y poder...
Cuando encontré a Daniel Ortega copulando con la empleada de la casa, no supe qué hacer, me sentí impactada, aturdida y bastante amenazada, pues las ofensas verbales fueron más frecuentes y chocantes para mí. Mi seguridad desapareció, pues las amenazas que me hizo en variadas ocasiones comenzaron a cumplirse por la noches; cuando mi madre dormía, Daniel Ortega se dirigía al cuarto donde me encontraba para arrecostarse en mi cama y rozarme...
A la edad de 12 años que tenía entonces, persistían las sensaciones de escalofríos, nauseas y temblores en mi quijada...

De los 15 a los 18 años: Violación continuada
Daniel Ortega Saavedra me violó en el año de 1982. No recuerdo con exactitud el día, pero sí los hechos. Fue en mi cuarto, tirada en la alfombra por él mismo, donde no solamente me manoseó sino que con agresividad y bruscos movimientos me dañó, sentí mucho dolor y un frío intenso. Lloré y sentí nauseas...

De los 19 a los 23 años: Intensificación del abuso e intentos de escapar...
Me trató peor que a una mujer que vende su cuerpo. Siempre se refirió a mí ordenándome sobre cómo ubicarme para su mayor satisfacción, me insultaba con palabras vulgares y morbosas. Siempre ordenó y no tuve valor ni fuerza necesaria para resistirme...


La verdadera historia

En los primeros días de marzo de 1998 Zoila América Narváez Murillo, hijastra del entonces diputado ante la Asamblea Nacional de Nicaragua, Daniel Ortega, denunció por medio de una carta publicada en varios medios de prensa, que éste la había infligido abusos sexuales y diversas agresiones físicas y psicológicas desde los 11 años hasta fecha reciente. El 5 de junio del mismo año presentó una denuncia formal contra su padre adoptivo ante el Juzgado I del Distrito del Crimen de Managua por los delitos de abusos deshonestos, violación y acoso sexual. Días después, solicitó a la Asamblea Nacional que desaforara a Ortega como diputado. Zoila América Narváez Murillo es una socióloga y militante del FSLN que ejercía como directora del Centro de Estudios Internacionales de Managua, hija del matrimonio Jorge Narváez Parajón y Rosario Murillo. El 15 de junio de 1998, el entonces diputado Daniel Ortega presentó un escrito respondiendo ante el Juzgado I de Distrito del Crimen, solicitando al juez que rechazara la querella, alegando que gozaba del privilegio de inmunidad por su condición en el momento del conflicto de diputado ante la Asamblea Legislativa de Nicaragua, apoyándose en el artículo 139 de la Constitución Política de Nicaragua. Además, negó las imputaciones hechas y alegó la prescripción de la acción penal en varias de ellas, ya que los hechos denunciados habían sido presuntamente cometidos sólo entre 1978 y 1982, con lo que los delitos habrían prescrito. El 17 de junio la juez del Juzgado Primero del Crimen revocó la admisión de la querella y remitió lo actuado a la Asamblea Nacional para que se procediera conforme a la ley de inmunidad.

El 22 de junio, 21 de agosto, 9 y 11 de septiembre y 8 de octubre de 1998 Zoila América Narváez y su representante legal presentaron solicitudes de desafuero contra el Sr. Ortega ante la Asamblea Nacional. De las solicitudes de desafuero no recibiría una resolución clara hasta que se inició el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El 27 de octubre del 1999 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recibió una petición presentada por la señora Zoila América Narváez Murillo, en calidad de presunta víctima, y por Vilma Núñez de Escorcia, como su representante legal y presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, en contra del Estado de Nicaragua, en la cual se alegaba que el Estado violó su derecho a ser oída por un juez o tribunal competente. El 15 de octubre del 2001 la CIDH decidió admitir la presunta violación a varios artículos de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. El 19 de diciembre de 2001 la juez del Juzgado I de Distrito del Crimen, Juana Mendez, dio como prescrita la acción penal solicitada por Daniel Ortega, librándolo de las acusaciones.

Nota: Es muy desagradable esta historia, verídica por cierto, pero a la luz de los hechos las movidas políticas de Daniel Ortega (servirse de la inmunidad política para no someterse a un juicio justo y... ¡¡El pedido de la prescripción de la acción penal, ya que los hechos denunciados habrían sido presuntamente cometidos sólo entre 1978 y 1982, con lo que los delitos habrían prescrito!!) solo hacen que la historia de la violación a su propia hijastra se torne al menos de muy sospechosa en contra del electo Presidente. Lamentable historia de la persona que encarna "la lucha por los mas desvalidos" en su país Nicaragua.