| La Red Liberal de América Latina, de la cual es miembro el Instituto Ecuatoriano de Economía Política, suscriben el siguiente comunicado donde se hace un llamado a la paz, al dialogo y a recurrir a los canales diplomáticos internacionales de resolución de conflictos. | Es tarea de todos detener la peligrosa escalada del conflicto
La Red Liberal de América Latina (Relial), en vista de la grave situación de crispación en Sudamérica, manifiesta lo siguiente:
1. La violación a la soberanía de Ecuador por parte de Colombia es un hecho condenable, y nos parece justo que este país haya pedido disculpas, explícitamente, al gobierno ecuatoriano.
2. Resulta también censurable que existan campamentos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en territorio ecuatoriano. El incidente, que no ha tenido un ánimo de afectación contra el Estado ecuatoriano, pone en grave evidencia que Ecuador no ha sido diligente en evitar que su territorio se utilice como santuario de las guerrillas de las FARC.
3. En efecto, se ha probado que las FARC perpetran desde allí sistemáticas violaciones a las libertades individuales de los colombianos y promueve ataques violentos a la institucionalidad democrática de Colombia. Como establece la Carta de la Organización de Estados Americanos, ningún Estado soberano y democrático puede albergar pasivamente, en su interior, a fuerzas subversivas que se levantan en armas contra otro Estado, de su misma condición, a riesgo que su inacción se interprete como una forma de complicidad con el terrorismo. En tal sentido, nos aunamos a las solicitudes, dirigidas al gobierno ecuatoriano, a suscribir un compromiso claro y exigible de no seguir permitiendo la presencia de las FARC en su territorio.
4. Consideramos que los pronunciamientos de varios países de la región, tomando posición por uno u otro gobierno, no reparan en lo esencial: el enemigo es el narcoterrorismo de las FARC y no los gobiernos de Colombia ni de Ecuador. Todos los países de América Latina deben condenar, sin atenuante alguno, las violaciones de derechos humanos perpetradas por las FARC, incluidos el secuestro y la tortura a más de 500 personas retenidas en las selvas colombianas en condiciones inhumanas, hechos manifiestamente violatorios del Derecho Internacional Humanitario. Es hora que nuestras naciones demanden, en su conjunto, la liberación de todos los secuestrados que las FARC mantienen en las selvas nacionales y en las zonas de frontera. En estas horas difíciles no puede haber indiferencia ni parcialidad ante el terror.
5. Lamentamos profundamente la inmoderada intromisión del mandatario venezolano Hugo Chávez en este delicado asunto, el mismo que, consideramos, debe ser resuelto de manera bilateral entre Colombia y Ecuador. Su no solicitada intrusión ha agudizado la crisis entre estos dos países hermanos, y obedece en realidad al propósito de distraer la atención de graves problemas internos en Venezuela. Entre éstos, se cuentan la escasez de alimentos, la sistemática corrupción, la ya insuperable inflación, la inseguridad ciudadana, su derrota en el referéndum de diciembre pasado, y su baja popularidad de cara a los próximos comicios locales en Venezuela. En tal sentido, condenamos que el presidente Chávez pretenda unificar tras una causa supuestamente nacionalista a su generoso pueblo, aumentando, todavía más, el número de sus padecimientos. Del mismo modo, censuramos que sus excesos autoritarios amenacen seriamente la paz y la estabilidad de la región, y exhortamos a los gobiernos soberanos y democráticos de Latinoamérica a no aunarse a esa actitud.
6. Finalmente, hacemos un llamado a la comunidad internacional para detener, por la vía del diálogo y el entendimiento, la amenaza de un conflicto armado entre naciones hermanas. Advertimos que la posibilidad de violencia es muy alta, por lo que demandamos a los gobiernos de Colombia y Ecuador el mantener vivos los mecanismos y canales diplomáticos. Solicitamos que ningún país se interponga en este problema, pues esto sólo escala el conflicto. Hoy, América Latina está en riesgo de perder la conquista más tangible de la democracia y la apertura económica en la región: la paz entre sus países. No podemos permitirlo. Todos debemos permanecer alertas.
La Red Liberal de América Latina |
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