26 mayo, 2008
La balanza comercial y el mercantilismo
por Gabriela Calderón
Gabriela Calderón es editora de ElCato.org y columnista de El Universo (Ecuador).
Guayaquil, Ecuador— Pocas cosas pueden asustar y confundir tanto como un déficit comercial. Los políticos de derecha como también los de izquierda le tienen pavor. Cada que se negocia en alguna parte del mundo un tratado de libre comercio, los ministros y negociadores enseguida recurren a explicarnos que “El TLC aumentará nuestras exportaciones y nos generará un superávit comercial”. Los que rechazan un TLC nos dirán que este “generará un déficit comercial”.
Usted, sino es experto en economía o por el simple miedo de no quedar como ignorante, asume inmediatamente que un superávit comercial es bueno mientras que el déficit, malo. Sin darse cuenta, ha sido víctima del dogma mercantilista que reza:
“Exportaciones=positivo; Importaciones=negativo”.
Uno de los grandes errores de aquellos que han defendido la apertura comercial es que muchas veces no han defendido la otra cara de la moneda: Las importaciones también son buenas. Tanto detractores, como muchos defensores del libre comercio, suelen asumir que el comercio es un juego de suma cero en el que cuando unos ganan otros seguramente pierden.
Adam Smith denominó esta manera de pensar “mercantilismo”. De acuerdo a esta manera de pensar, el dueño del supermercado de su barrio se está aprovechando de usted porque usted le compra más a él de lo que le vende y por lo tanto debería de dejar comprarle.
Un déficit en la balanza comercial, implica un superávit en la cuenta de capitales y esto suele ser algo bueno para las economías en vías de desarrollo. De acuerdo al historiador económico, Michael Bordo, los déficits comerciales acompañaron el desarrollo económico en países como Argentina, Australia, EE.UU. y Canadá a fines del siglo diecinueve y principios del siglo veinte. Esto tiene sentido ya que las economías en vías de desarrollo son países que requieren de harto capital para salir del subdesarrollo.1
Los mercantilistas de hoy—ya sean estos conservadores o socialistas—creerían que si un país está creciendo a un paso acelerado probablemente debe tener un superávit comercial y viceversa. Sin embargo, en los últimos años Alemania y Estonia nos han demostrado exactamente lo contrario: En los últimos 12 años Alemania ha tenido una tasa de crecimiento promedio de 1,5% mientras que Estonia creció a una tasa promedio de 7%. Durante ese mismo periodo fue Estonia—no Alemania como lo hubieran previsto los mercantilistas—la economía que experimentó un déficit comercial promedio de 7,3% del PIB (Alemania experimentó un superávit comercial promedio de 2,4% del PIB).2 Un déficit comercial no necesariamente es malo.
La balanza comercial que se interpreta como marcador de partido fútbol no refleja la realidad de un mundo globalizado en el que los intercambios dentro y a través de las fronteras generan beneficios mutuos—sobre todo para aquellos que anteriormente habían sido excluidos. No dejemos que los políticos y analistas nos confundan y asusten con esa lectura de la balanza comercial.
Al final del día, los defensores del libre comercio debemos de repetir lo que decía John Stuart Mill: la única ventaja directa del comercio externo son las importaciones. Exportamos para poder importar.3 Esto es algo de lo que parecen olvidarse aquellos políticos y analistas que constantemente le declaran la guerra a las importaciones.
Paraguay: Entre la Teología de la Liberación y el infierno
por Carlos Alberto Montaner
Carlos Alberto Montaner es periodista cubano residenciado en Madrid.
Se llama Fernando Lugo y transmite la imagen de una buena persona genuinamente preocupada por las calamidades que padecen sus compatriotas paraguayos. Es la primera vez que un sacerdote llega a la presidencia de un país latinoamericano. Se trata, además, de un ex obispo. ¿Cuáles son esas calamidades? Fundamentalmente, la pobreza de una buena parte de la sociedad. Paraguay es, tras Bolivia, el país más pobre de Sudamérica. Su PIB per cápita, medido en poder adquisitivo —que es la manera más justa de calibrarlo— apenas alcanza los cuatro mil dólares anuales. La mitad del que tiene el vecino brasilero. La tercera parte del argentino.
El señor Lugo también ha denunciado algunas de las causas de los males paraguayos. Piensa que las peores son la corrupción y el clientelismo. Probablemente acierta. De acuerdo con las mediciones de Transparencia Internacional divulgadas en 2007, Paraguay es uno de los países más corruptos del mundo. En la escala de 1 a 10, donde 10 es el más honrado y 1 el más corrupto, los pobres paraguayos sufren un índice de corrupción de 2,4. En América Latina sólo están más podridos Ecuador (2,1) y la Venezuela (2,0) de Hugo Chávez, que es la cueva de Alí Babá, pero con cuarenta mil ladrones que han cambiado los camellos por los Hummer.
En realidad, todos los análisis coinciden en el mismo melancólico diagnóstico. En Paraguay no hay rendición de cuentas, no funciona la justicia, y la calidad de la gerencia oficial y de las políticas públicas es lamentable. ¿Resultado? Un divorcio total entre la sociedad y el Estado. Ruptura que explica otro dato pavoroso: de acuerdo con el último Latinobarómetro sólo el 33% de los paraguayos cree que la democracia es la mejor forma de gobierno, mientras el 36% apoyaría sin ninguna vergüenza una aventura autoritaria.
Ese estado de frustración es la consecuencia natural de los 61 años de mal gobierno del Partido Colorado, pero sin olvidar que durante ese larguísimo periodo —que incluye los 35 años de palo y tentetieso del general Stroessner— esta formación política recibió el apoyo de una parte sustancial del pueblo paraguayo. Incluso, en estas últimas elecciones el señor Lugo pudo ganar con el 40% de los votos porque sus rivales colorados acudieron amargamente escindidos en dos vertientes, que recibieron el 30 y el 21 respectivamente.
Los paraguayos, pues, no sólo han sido las víctimas de los malos gobernantes colorados: también han sido sus cómplices, dato que no debe escandalizarnos. Ocurre en todos los Estados donde prevalecen las relaciones clientelistas. En ellos el poder político se convierte en la gran fuente dispensadora de riquezas, privilegios, empleos públicos y prestigio social, o, por la otra punta, deviene en la mano dura que castiga, despoja o persigue cruelmente a sus adversarios. Por eso los gobiernos clientelistas (pregúntenles a los argentinos por el peronismo) tienen tantos partidarios.
Lamentablemente, el presidente Lugo, tan certero en la identificación de los males que aquejan al país, se propone corregirlos con las ideas equivocadas. Se ha declarado seguidor de la Teología de la Liberación, una disparatada receta económica y filosófica puesta en circulación en 1971 por el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez. ¿Quién era este autor? Un buen hombre, poco educado en cuestiones económicas, que le atribuía la pobreza de los latinoamericanos a la perfidia del capitalismo y a los designios malvados de las naciones prósperas del mundo desarrollado, centro sin entrañas que le había asignado a las sociedades de la periferia el triste papel de suministradoras de materias primas, un perverso atropello que justificaba el recurso a la insurrección y explicaba la admiración de Gutiérrez y sus seguidores por la dictadura cubana y por la violencia revolucionaria guevarista.
Es una lástima que D. Fernando Lugo haya optado por Gustavo Gutiérrez, tan absolutamente descaminado, en lugar de leer con cuidado al teólogo católico americano Michael Novak, consejero de Juan Pablo II y autor de El espíritu del capitalismo democrático. Es triste que haya perdido inútilmente su tiempo con la Teoría de la Dependencia (el absurdo conceptual detrás de la Teología de la liberación), en vez de acercarse a otro sacerdote realmente ilustrado, al padre Robert Sirico, quien desde su Acton Institute, en Michigan, dedica todas sus energías a educar a los sacerdotes y creyentes católicos en los elementos básicos de la economía moderna, para que no diseminen disparates que agraven los enormes problemas que padecen los pobres a los que, paradójicamente, pretenden ayudar.
Ahora que el ex obispo Lugo está a punto de convertirse en presidente es bueno que medite sobre la responsabilidad que ha contraído. Es verdad que los colorados gobernaron rematadamente mal durante muchas décadas, pero si él toma el camino equivocado inevitablemente va a empeorar la existencia de sus compatriotas. Un desenlace imperdonable para alguien que se ha pasado la vida predicando sinceramente la importancia de la compasión.
México: ¿Podrá Calderón deshacer el monopolio de Telmex?
por Mary Anastasia O'Grady
Mary Anastasia O’Grady es editora de la columna de las Américas del Wall Street Journal.
Debió haber ocurrido hace una década, pero México finalmente tiene una camino claro para poner fin al casi monopolio de Telmex, Teléfonos de México, la compañía en manos de Carlos Slim. Si Felipe Calderón aprovecha el tiempo podrá enviar una señal de qué tan en serio toma la modernización de la economía de su país.
Cuesta exagerar el costo del dominio de Telmex sobre la economía. La falta de competencia es la razón por la que los mexicanos pagan una de las tarifas más altas del mundo desarrollado por servicios de telecomunicaciones, según un reporte del año pasado de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Es también la razón de que el acceso de los mexicanos a los servicios telefónicos (línea fija y móvil) es "uno de los menores en la OCDE". Como resultado, mientras el mundo avanza en la era de la información México se queda atrás en la edad de piedra.
Las buenas noticias llegaron la semana pasada, cuando el gobierno ordenó a Telmex que proveyera interconexión a un competidor clave. Se trata de la primera vez desde 1997, cuando expiraron los privilegios monopólicos de Telmex, que el gobierno se ha mostrado dispuesto a hacer cumplir los términos del título de concesión cedido en 1990. Ese es el acuerdo firmado en la época de la privatización.
Aún así, el fallo no hace nada para resolver la principal causa del ineficaz y costoso mercado mexicano de telecomunicaciones. Hasta que Telmex no se vea obligado a ofrecer precios competitivos al resto de los operadores que deben usar la red de Telmex, y facilidades para que los clientes que quieran cambiar de proveedor mantengan sus números de teléfono, no evolucionará la competencia. Telmex también debería cesar su práctica de subsidios cruzados a sus negocios de telefonía.
Hasta ahora, Slim ha sido un intocable. Cuando los privilegios de su monopolio expiraron en 1997, los reguladores intentaron obligarlo a proveer acceso a su red, con tarifas competitivas, a los otros operadores. Pero para entonces ya se había acostumbrado a las ventajas del monopolio. Siempre que los reguladores han intentado forzar la implementación de prácticas competitivas, Slim ha recurrido a los tribunales para bloquearlos.
El mayor interés especial de México también es conocido por usar sus influencias en el Congreso y con el poder ejecutivo. Durante la presidencia de Vicente Fox (entre 2000 y 2006), un ex empleado de Telmex fue milagrosamente nombrado secretario de Comunicaciones y Transportes. Ese ministro no fue tímido a la hora de cuidar los intereses de su antiguo jefe.
Hasta ahora, los mexicanos han sido renuentes de incomodar al poderoso Slim, quien se dice que controla un 40% de la publicidad del país. Pero los problemas causados por las prácticas reñidas con la libre competencia de Telmex no pueden seguir siendo ignoradas. Para que eso acabe el regulador de las telecomunicaciones, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), ha redactado un borrador con el objetivo de crear un entorno donde la competencia pueda florecer. La iniciativa pide la interconexión para todos los competidores a tarifas basadas en el costo. Eso podría introducir un marco institucional similar al de la mayoría de los países de la OCDE y poner a México en conformidad con la Organización Mundial de Comercio.
El problema es que Slim ya ha demostrado que puede cuestionar eternamente en los tribunales todo lo que venga del regulador. Por ello, aunque se adopte la nueva regulación, lo más probable es que Telmex use el proceso de requerimiento judicial para bloquear su efectividad. Esto a menos que Calderón le dé algo a Slim a cambio de su cooperación.
Los gigantes económicos tienen apetitos gigantescos y el de Slim tiene que ser alimentado de nuevo. Después de haber consumido la telefonía mexicana, ahora quiere empezar a devorar el mercado de televisión al transmitir video. Pero los términos de la compra de Telmex en 1990 prohíben estrictamente esa expansión.
Entonces todo lo que el gobierno de Calderón tiene que hacer para calmar la bestia de Telmex es hacer cumplir los términos de la concesión existente. Esto significaría que la empresa tendría que adoptar prácticas contables para evitar subsidios cruzados. También significaría aclararle a Slim que la concesión de Telmex prohíbe ofrecer servicios de televisión.
Si Telmex quiere cambiar los términos de ese contrato original para que pueda competir en video, Calderón debe establecer un precio. Si la empresa se acoge a las obligaciones originales, el plan de Cofetel podría ponerse sobre la mesa, junto con un pago, como el costo de una licencia de televisión.
La firmeza en este punto es importante para el futuro de la televisión y la telefonía en México. Actualmente, las empresas de cable están tratando de ofrecer servicios de telefonía, pero las tasas de interconexión de Telmex hacen difícil competir. Slim aplastará a estos competidores de tamaño mediano si se le permite ofrecer video sin abrir la telefonía.
La dinastía Slim no puede prosperar si no se puede expandir a la televisión. Si los reguladores mexicanos son inteligentes y empiezan a privatizar de manera agresiva el espectro inalámbrico, las probabilidades son aún más limitadas. Por ello es que este es el momento clavar una estaca en el corazón del monopolio de Telmex. Si Calderón deja pasar el momento, sellará su propio destino como reformador y prácticamente garantizará que México no logre alcanzar su potencial en la próxima década.
¿Es el Islam compatible con la democracia?
por Daniel Pipes
La Razón
Existe la impresión de que los musulmanes sufren de manera desproporcionada a consecuencia del gobierno de dictadores, tiranos, presidentes impuestos, reyes, emires y diversas formas de hombres fuertes más -- y es precisa. Un análisis cuidadoso de Frederic L. Pryor, del Swarthmore College, en el Middle East Quarterly ("¿Son menos democráticos los países musulmanes?") concluye que "En todos los países excepto los más pobres, el islam está asociado a derechos políticos inferiores".
El dato de que los países de mayoría musulmana son menos democráticos hace tentador concluir que la religión del islam, su común denominador, es en sí misma incompatible con la democracia.
Yo discrepo de esa conclusión. El desaguisado musulmán de hoy en día, en su lugar, refleja más las circunstancias históricas que los rasgos innatos del islam. Dicho de manera diferente, el islam, al igual que todas las religiones pre-modernas, es de espíritu antidemocrático. No menos que las demás, sin embargo, tiene potencial para evolucionar en un sentido democrático.
Marsiglio de Padua |
Hacer al islam consistente con las costumbres democráticas exigirá cambios profundos en su interpretación. Por ejemplo, el antidemocrático Derecho del islam, la sharia, se encuentra en el corazón del problema. Desarrollada hace un milenio, presupone dictadores autócratas y súbditos sumisos, pone el acento en la voluntad de Dios en lugar de la soberanía popular, e insta a la jihad violenta para expandir las fronteras del islam. Además, concede privilegios antidemocráticamente a los musulmanes sobre los no musulmanes, a los varones sobre las mujeres, y a las personas libres sobre esclavos.
Mahmud Mohamed Taha |
Los esfuerzos de Atatürk y las ideas de Taha implican que el islam está en permanente evolución, y que considerarlo inamovible es un error grave. O, en la viva metáfora de Hassán Hanafi, profesor de la filosofía en la universidad de El Cairo, el Corán "es un supermercado donde uno coge lo que quiere y deja lo que no quiere".
El problema del islam no es tanto ser anti-moderno como que su proceso de modernización apenas ha comenzado. Los musulmanes pueden modernizar su religión, pero eso exige cambios importantes: desaparece el emprender la jihad para imponer el gobierno musulmán, la ciudadanía de segunda clase para los no musulmanes, y la pena capital por blasfemia o apostasía. Entran las libertades individuales, los derechos civiles, la participación política, la soberanía popular, la igualdad ante la ley y las elecciones representativas.
Dos obstáculos se interponen no obstante en el camino a estos cambios. Especialmente en Oriente Medio, la afiliación tribal conserva una importancia supina. Como explica Philip Carl Salzman en su reciente libro Cultura y conflicto en Oriente Medio, estos vínculos dan lugar a un complejo patrón de autonomía tribal y centralismo tiránico que obstaculiza el desarrollo del constitucionalismo, el estado de derecho, la ciudadanía, la igualdad entre los sexos y otros prerrequisitos de un estado democrático. Hasta que este arcaico sistema social fundamentado en la familia sea superado, la democracia no podrá hacer verdaderos progresos en Oriente Medio.
A nivel global, el poderoso e irresistible movimiento islamista obstruye la democracia. Busca lo contrario a la reforma y la modernización -- a saber, la reinstauración de la sharia en su totalidad. Un jihadista al estilo de Osama bin Laden puede explicar este objetivo de manera más explícita que un político del estamento como el Primer Ministro de Turquía Recep Tayyip Erdoğan, pero ambos pretenden crear un orden integralmente antidemocrático, por no decir totalitario.
Los islamistas responden a la democracia de dos maneras. En primer lugar, la denuncian por anti islámica. El fundador de la Hermandad Musulmana, Hasán al-Banna, consideraba a la democracia una traición a los valores islámicos. El teórico de la Hermandad Sayyid Qutb rechazaba la soberanía popular, al igual que Abú al-A'la al-Mawdudi, fundador del partido político de Pakistán Jamaat-e-Islami. Yusuf al-Qaradawi, imán de la cadena de televisión Al-Jazira, sostiene que las elecciones son heréticas.
A pesar de este desprecio, los islamistas no tienen problema ninguno en utilizar las elecciones para ganar poder, y han demostrado ser captadores ágiles de votos; hasta una organización terrorista (Hamas) ha ganado unas elecciones. Esta trayectoria no convierte a los islamistas en demócratas, sino que indica su flexibilidad táctica y su determinación a la hora de hacerse con el poder. Como ha explicado Erdoğan reveladoramente, "La democracia es como un tranvía. Cuando llegas a tu parada, te bajas".
El trabajo duro podrá hacer democrático al islam un día. En el ínterin, el islamismo representa la principal fuerza antidemocrática del mundo.
Grupo Modelo podría recomprar sus acciones a Anheuser. Aunque la mexicana podría ser un mecanismo de defensa Vs. InBev y por ello la dueña de Budweiser intentaría tomar el 100%
MÉXICO, mayo 26, 2008.- La posible compra de Anheuser-Busch por parte de la belga InBev, daría a Grupo Modelo la posibilidad de recomprar sus acciones que tiene la estadounidense, aunque para los expertos la productora de Budweiser podría intentar tomar el control de la mexicana para disipar el interés de la belga. La pregunta ¿Cuánto vale el divorcio de la mexicana? La respuesta 10,000 millones de dólares.
El rumor sobre la potencial compra o fusión entre Anheuser-Busch e InBev resurgió el viernes pasado cuando el influyente diario inglés Financial Times a través de su blog Alphaville, informó que la belga trabajaba en una propuesta donde ofrecería 46,000 millones de dólares o 65 dólares por acción de la estadounidense.
Anheuser-Busch es propietario del 50.2% de Grupo Modelo, la productora de la cerveza Corona, marca que se ubica como una de las de mayor consumo en el mundo. En la adquisición de Anheuser-Busch va implícita la participación accionaria en la mexicana.
Según un cable de la agencia de noticias Reuters, fechado en Filadelfia/Bruselas, señaló que a “modo de defensa, Anheuser-Busch podría buscar hacerse mayor adquiriendo control total de Grupo Modelo”, argumentando esto a un reporte del banco de inversión Credit Suisse.
Sin embargo, según algunos intermediarios financieros en México advirtieron que hay cláusulas que darían la posibilidad de que Grupo Modelo recompre las acciones que tiene en su poder la estadounidense.
"De acuerdo al contrato que mantienen Anheuser -Busch y Grupo Modelo, esta última tiene el derecho de rechazar la operación (de compra de Anheuser-Busch por parte de InBev) y, en ese caso, Grupo Modelo tendría la oportunidad de recomprar dicha participación", reportó la casa de bolsa del español BBVA Bancomer.
Modelo “puede objetar esta transacción”, señala la intermediaria del quinto mayor grupo financiero en México en un reporte para sus clientes.
Aunque para la correduría en México del grupo español Santander, la adquisición o fusión de la productora de Budwaiser podría traer un beneficio para Grupo Modelo.
“Si el dueño de una nueva alianza Anheuser-Busch / InBev necesita vender parte de esta participación, probablemente para ayudar a financiar la operación de fusión, Modelo tiene el derecho de tanteo; sin embargo, aun cuando no necesitara venderse el capital, Modelo podría optar por negociar una compra parcial o completa”, escribieron en un reporte los especialistas del sector bebidas en Santander Alexander Robarts y Sergio Matsumoto.
Para Matsumoto y Robarts, la recompra de la participación accionaria de Modelo en poder de la estadounidense, generaría para la mexicana un “escudo fiscal con un valor de 1,800 millones de dólares”, según el reporte escrito en febrero de este año, fecha en la que consideran que la compra de ese paquete significaría unos 7,500 millones de dólares.
A las 14:19 horas (local de la Ciudad de México), el precio de las acciones de Grupo Modelo en la Bolsa Mexicana de Valores ganaban 0.45% a 55.5 pesos, con lo cual el valor de capitalización de la empresa era de casi 17,400 millones de dólares.
Anheuser-Busch empezó a tomar una participación accionaria de la productora de Corona en 1993 cuando desembolsó 477 millones de dólares por el 17.7% de Grupo Modelo y de Diblo (una subcontroladora de empresas de Grupo Modelo). En 1997 pagó otros 605 millones para incrementar su participación a 37% en Diblo y en 1998 se hizo de otro 13.25% de esa compañía al invertir otros 557 millones de dólares. Si bien la estadounidense tiene el 50.2%, Grupo Modelo, el control de la misma es por parte de los mexicanos.
¿CUÁNTO VALE EL DIVORCIO?
Según el reporte pasado de Santander, la recompra de acciones de Modelo podría estar valuada en 7,500 millones de dólares. Sin embargo, la estadounidense señala que es superior a esa cantidad.
Según Bancomer, el efectivo en caja de Modelo a marzo es de poco más de 2,000 millones de dólares.
El valor de mercado de la inversión de Anheuser-Busch en Modelo es de aproximadamente 10,000 millones de dólares, en comparación con los 1,600 de inversión original”, señala la estadounidense en un reporte reciente.
Esa cantidad es cuando menos 20% inferior a los 12,000 millones de dólares que había comentado Anheuser-Busch el año pasado, donde además de ese monto, esperaba una mayor apreciación por el nacimiento de la empresa Crown Imports que surgió de la alianza de Modelo y Barton Beers (subsidiaria de Constellation Brands, Inc.) para la importación de la bebida amarga a Estados Unidos, y con lo cual la ganancia de los intermediarios quedo en manos de la compañía.
Según los expertos, Modelo es el activo más valioso de la estadounidense en el terreno internacional. Tan sólo en 2007 recibió dividendos superiores a los 400 millones de dólares, 150% más respecto a 2006. (Redacción El Semanario Sin Límites)
BBVA Bancomer y Santander tendrán un nuevo rival en México y posteriormente en América Latina con Inbursa - La Caixa. La Española pagará 1,500 millones de euros
MÉXICO, mayo 26, 2008.- El brazo financiero del “Rey Midas Mexicano” Carlos Slim Helú, Grupo Financiero Inbursa tendrá un nuevo socio, la española La Caixa de Barcelona que pagará unos 1,500 millones de euros (unos 2,360 millones de dólares) por el 20% de la compañía.
“La transacción se llevará a cabo mediante la suscripción de un aumento de capital y una oferta pública de compra de acciones dirigidas al público inversionista del Grupo Financiero Inbursa. El monto de la operación será de 38.5 pesos por acción”, informó la compañía mexicana en un comunicado de prensa.
Ese precio pactado es similar al del cierre del viernes pasado, con el cual el valor de capitalización de Inbursa fue de 106,385 millones de pesos (unos 10,220 millones de dólares).
El precio de los 1,500 millones de dólares es el difundido por la prensa española, citando a La Caixa.
Según el comunicado, la familia Slim seguirá con el control de la compañía. Hasta el 26 de abril de 2007, la familia del magnate mexicano controlaba el 70% de las acciones de Inbursa y el resto estaba en el mercado de valores.
El acuerdo en principio pactado entre las partes deberá contar con la aprobación de las autoridades mexicanas y españolas. El pacto podría concretarse a finales del año.
Así, la competencia en México de los bancos españoles: Santander y BBVA, al igual que el resto de los otros participantes del sistema bancario en el país, se incrementará con el nuevo jugador que ocupa la tercera posición en el sistema financiero en España.
"Grupo Financiero Inbursa se convertirá en el vehículo de la expansión del negocio de banca minorista en el continente americano del Grupo La Caixa”, informó en un comunicado la española.
En tanto, para el presidente de Inbursa, Marco Antonio Slim Domit, de 39 años de edad, dijo que la entrada de La Caixa generará sinergias importantes para el grupo financiero, además de que se beneficiarán con el “‘know how’ de La Caixa para la expansión del negocio minorista en México y constituirá la plataforma para llevar a cabo la expansión internacional del negocio en América”.
Inbursa “podrá acelerar su desarrollo en el sector financiero tanto nacional como internacional”.
El Grupo Financiero Inbursa es uno de los más grandes en el país por administración y custodia de activos con más de 17,000 millones de dólares. Como banco, la unidad se encuentra entre los 10 más grandes, donde las primeras cinco posiciones están ocupadas por BBVA Bancomer como líder, seguido en orden descendente por Banamex, Santander, HSBC y el mexicano Banorte, los cuales controlan el 80% del sistema.
En tanto, La Caixa es la tercera mayor entidad financiera de España con activos superiores a los 400,000 millones de dólares. (Redacción El Semanario Sin Límites)
Fue artífice de la actual FEMSA, bajo su mando perdió Serfín con la privatización, compró Bancomer, pactó con British Petroleum la creación de Oxxo, y la llevó a Wall Street
MÉXICO, mayo 26, 2008.- El empresario mexicano Eugenio Garza Lagüera, que condujo por más de tres décadas a lo que actualmente es una de las mayores embotelladoras del mundo con una capitalización de mercado superior a los 16,710 millones de dólares, FEMSA, falleció el fin de semana a la edad de 84 años de edad.
“Con profundo dolor informamos que el día de hoy (sábado 24) a las 20:15 horas, en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México, falleció Don Eugenio Garza Lagüera, presidente honorario vitalicio del consejo de administración de FEMSA desde 2001”, informó la empresa en un comunicado de prensa.
Eugenio Garza Lagüera nació en Monterrey, Nuevo León el 18 de diciembre de 1923. Fue el hijo mayor de ocho hijos de Eugenio Garza Sada y Consuelo Lagüera Zambrano.
A la muerte de Eugenio Garza Sada en septiembre de 1973, su imperio empresarial denominado Grupo Monterrey se dividió en dos conglomerados que tomarían los descendientes de los fundadores de Cervecería Cuauhtémoc, aquellos que en 1890 instalaron la primera cervecería en México. Los fundadores fueron Francisco G. Sada, José A. Muguerza, Isaac Garza Garza (abuelo de Eugenio Garza Lagüera) y José M. Schneider.
El Grupo Monterrey entró a las actividades financieras con la firma Financiera Aceptaciones, misma que años más tarde se convertiría en Banca Serfín. Eugenio Garza Sada y socios también fundaron Hojalata y Lámina (Hylsa, hoy esa siderúrgica en manos de Techint), Empaques de Cartón Titán, y lo que hoy se conoce como Vitro.
En 1974, las empresas Hylsa y Titán (que formaron al actual conglomerado industrial Alfa) quedó en manos de la familia Garza Sada. Las operaciones bancarias y bebidas quedaron en las manos de la familia Garza Lagüera.
Al mando de Eugenio Garza Lagüera, a lo que se conoce actualmente como FEMSA colocó acciones en la Bolsa de Mexicana de Valores (BMV) en 1978.
Bajo su timón, del empresario firmó la alianza con la filial inglesa de British Petroleum (BP), Amoxxo, para crear las tiendas de conveniencia Oxxo. Sufrió la nacionalización del banco de la familia (Serfín), adquirió y vendió empresas diversas, más tarde compraron Bancomer. Además logró vender una participación accionaria a lo que hoy es Citigroup y vendió una participación accionaria de la actual Coca-Cola FEMSA a The Coca-Cola Company. También llevó a la compañía a cotizar en Wall Street.
BONANZA Y CRISIS
Sin saber lo que enfrentarían años más tarde, entre 1977 y 1981, Eugenio Garza Lagüera llevó a la empresa a una etapa de expansión a través de una diversificación de negocios, las cuales estuvieron financiadas con créditos, principalmente de la banca extranjera.
En esa expansión se construyen las primeras tiendas Oxxo, e invirtieron en activos de las industrias hoteleras, construcción, autopartes, alimenticia y pesquera. También compraron la embotelladora de agua mineral Peñafiel, que más tarde (en 1992) vendieron a la inglesa Cadbury Schweppes.
Esa jauja expansiva terminó cuando la administración del entonces presidente José López Portillo suspendió el pago a la deuda externa y nacionalizó la banca comercial. Además de que se desató una de las peores crisis de la economía mexicana, la empresa perdió a Banca Serfín.
A pesar de tener la deuda hasta el cuello, pero aprovechando la crisis, accionistas de la empresa se hicieron de un paquete accionario de control de su rival Cervecería Moctezuma, con lo cual se sentaron las bases para la Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, mejor conocida actualmente como FEMSA Cerveza.
La adquisición de esa cervecera en 1985, que en su momento era la tercera mayor firma del sector en México, se hizo a pesar de la compleja situación financiera de la compañía. Sin embargo, el equipo encabezado por Eugenio Garza Lagüera concluyó en 1988 una reestructura de la deuda de la compañía de aproximadamente 1,300 millones de dólares. Además de la venta de activos, entre ellos su participación mayoritaria en Onexa, la telefónica que opera actualmente como Alestra y es propiedad de la también regiomontana Alfa.
Como parte de la reestructuración de 1988, un banco del actual Citigroup (Citicorp) se hizo del 15% de la controladora de la compañía: Emprex. Fomento Económico Mexicano (FEMSA) es una controladora empresas que tiene como subholding a Emprex. Derivada de esa venta, la participación accionaria de FEMSA en Emprex diminuyó a 60%, la cual aumentó a 68.5% en 1992 cuando recompra parte de las acciones Citicorp.
Una vez superado lo peor de la crisis económica, Eugenio Garza Lagüera siguió invirtiendo. En agosto de 1991, FEMSA recompró aproximadamente el 30% de las acciones a un accionista minoritario. En octubre de ese mismo año, Garza Lagüera, de la mano de Ricardo Guajardo Touché y Mario Laborín pagaron unos 2,800 millones de dólares (al tipo de cambio de ese entonces u 8,564 millones de pesos en términos nominales) por el 56% de Bancomer. FEMSA aportó unos 610 millones de dólares. (En julio de 2000, el español BBVA adquirió el control de Grupo Financiero Bancomer).
Esas dos operaciones, se financiaron con deuda, por ello se vendió el 11% de Emprex a “un socio europeo”, y así la participación de FEMSA en esa compañía se redujo a 51.04%.
Bajo las tres décadas que Eugenio Garza Lagüera tuvo el timón de FEMSA, vendió activos a Cadbury Schweppes, colocó eurobonos por 300 millones de dólares en julio de 1992. En 1993, vendió 30% de Coca-Cola FEMSA a The Coca-Cola Company. Ese mismo año, llevó a Coca-Cola FEMSA a la BMV y a Wall Street con la venta del 19% de sus acciones.
En 1994, vendió a la canadiense John Labatt Limited el 22% (posteriormente aumentó a 30%) de FEMSA Cerveza. Además inició la internacionalización de su unidad de bebidas carbonatadas con la inversión en argentina en una embotelladora de Coca-Cola. Labatt pasó a manos de la belga Interbrew, mejor conocida actualmente como InBev.
En abril de 2001, Eugenio Garza Lagüera fue remplazado por su yerno José Antonio Fernández Carbajal en la presidencia de la compañía, para quedar con el título de Consejero y Presidente Honorario Vitalicio del Consejo de Administración.
Con oficinas centrales en Monterrey, Nuevo León, la actual FEMSA que fue presidida por 32 años por Eugenio Garza Lagüera facturó en 2007 poco más de 13,500 millones de dólares. (Redacción El Semanario Sin Límites)
La muerte de ‘Tirofijo’ abre nuevos interrogantes sobre el futuro de las Farc
(Fotomontaje: Gustavo Poletto)
La muerte del histórico líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Pedro Antonio Marín, alias ‘Tirofijo’, y su reemplazo por Alfonso Cano, identificado como un referente de la línea “política” del grupo armado, abre la posibilidad de una solución pacífica al conflicto. Y podría significar una luz de esperanza para el canje humanitario de los rehenes de la organización terrorista.
Así coincidieron en señalar diversos analistas, tras la confirmación de la muerte de ‘Tirofijo’, líder y fundador de las Farc, organización que en el último mes ha sufrido el golpe más duro en sus 44 años de historia. Es que en apenas 26 días, la guerrilla perdió a tres de siete miembros de su dirección histórica: a la muerte de ‘Tirofijo’, que habría ocurrido el 26 de marzo por un infarto cardiaco según las Farc, deben sumarse las muertes del número dos de la organización, ‘Javier Reyes’, durante una operación militar del Ejército colombiano, y de ‘Iván Ríos’, el integrante más joven del Secretariado, a manos de su jefe de seguridad, a principios de marzo.
El nuevo líder de la guerrilla es un antropólogo con un perfil intelectual y partidario de la búsqueda de soluciones políticas a partir de negociaciones. “Cano es un hombre político, de una estructura ideológica muy seria, muy jugado por la paz en Colombia, hacia una salida política y negociada del conflicto y creo que eso es importante para pensar que el acuerdo continúe, en la posibilidad de trabajarlo y que se puedan dar prontamente esas liberaciones”, dijo el ex presidente colombiano Andrés Pastrana.
¿Oportunidad para la paz? Para el ex mandatario la llegada de Cano a la cúpula máxima de las Farc es una oportunidad para que la guerrilla utilice mecanismos que involucren la política negociada para la resolución de conflictos. Cano deberá lidiar con una situación interna compleja: acosado por el ejército colombiano, con tropas desmoralizadas, enfrenta el desafío de encontrar consensos con el dividido liderazgo de la guerrilla.
Para Alejo Cargas, analista político de la Universidad de Colombia, la muerte de ‘Tirofijo’, también conocido como ‘Manuel Marulanda Vélez’, significa “la pérdida del cohesionador interno”, y agregó que “ahora, la única opción que tienen las Farc es avanzar de manera seria hacia un proceso de paz realista que implique la libertad para todos los secuestrados”.
En opinión de Alfredo Rangel, experto en seguridad colombiano, tras el “grave” proceso de debilitamiento que han sufrido las Farc en los últimos años, la guerrilla estará ahora “mucho más inclinada hacia una negociación de paz”.
Alfonso Cano encabezó las negociaciones en la década de los ‘90 entre el grupo armado y el presidente de esa época César Gaviria, con resultados infructuosos. Posteriormente se produjo otra instancia de negociación entre 1999 y 2002, durante el mandato de Pastrana. El ex comisionado de paz Camilo Gómez, que dirigió esas negociaciones, destacó que el flamante líder de las Farc “tiene una larga experiencia como negociador”, aunque aclaró que si bien “es de una línea más política” no necesariamente facilitaría las cosas “porque puede ser más doctrinario”.
El ex presidente Ernesto Samper (1994-98) también se mostró optimista en que el triunfo del ala política de las Farc por sobre la tendencia militar y dura, que representa Jorge Briceño, alias 'Mono Jojoy', “sería una buena noticia para el intercambio humanitario como salida al conflicto”.
Cautela y escepticismo. No obstante, otros expertos se mantienen cautelosos. “La guerrilla sigue teniendo intacta su capacidad terrorista”, advirtió Vicente Torrijos, catedrático de la Universidad del Rosario, quien sostuvo que “creer que las Farc desaparecen con la muerte de ‘Tirofijo’ es pensar con el deseo”. Las Farc, fundadas en 1964, han llegado a tener un contingente de 17.000 combatientes, y han sido responsables del secuestro de miles de colombianos y extranjeros para justificar su insurrección, mediante el terrorismo.
“No se ve factible, al menos en el corto plazo, que su actual debilidad las conduzca a abandonar su terca postura de no negociar, ni que el nuevo Secretariado decida abrir de pronto una puerta hacia una negociación de paz” que podría ser vista como una señal de debilidad, publicó este lunes el diario ElTiempo en su editorial.
Para otros analistas, los fondos millonarios que las Farc reciben del narcotráfico podrían mantener activo al grupo durante varios años más.
Una puerta para Ingrid. La ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt, en poder de las Farc desde 2001, es la figura emblemática que representa a los secuestrados por la guerrilla. Y sin duda la moneda de cambio más importante que posee el grupo armado para lograr la liberación de rebeldes presos.
Astrid Betancourt, hermana de la ex candidata presidencial, no ocultó su optimismo frente al nuevo liderazgo de la guerrilla. “El hecho que las Farc designaran a Alfonso Cano, de la línea política, más que de la guerrerista, nos parece que es una señal que quieren ir por ese camino” de la negociación política, dijo en un entrevista con AP. "Hombre culto, progresista… él tiene que pensar que la liberación de los secuestrados civiles va a abrir las puertas para la paz", agregó.
En tanto, el ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, también expresó su deseo de que se logren acuerdos para lograr la liberación de los cautivos. “Ojalá entre en razón, ojalá se dé cuenta que la lucha armada no lo lleva a ningún lado, que no tienen futuro y ojalá toque a esa puerta de la paz, porque el Gobierno está listo a recibirlos”, dijo el funcionario.
Aunque el futuro de las Farc no está escrito, la llegada de Cano podría marcar un antes y un después en las relaciones con el gobierno colombiano. La comunidad internacional está expectante ante lo que parece ser una oportunidad para alcanzar la paz en Colombia.
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