jueves, marzo 17, 2011

Localizan muerto al coordinador de asesores del gobernador de Colima

La Armada de México informó que ubicó su cuerpo en Jalisco. Las autoridades de la entidad no se han pronunciado

Bertha Reynoso
COLIMA, Col., 17 de marzo.- La Secretaría-Armada de México informó que localizó el cuerpo sin vida de Saúl Adame Barreto, coordinador de asesores del gobernador de Colima, Mario Anguiano Moreno, sin que las autoridades estatales lo hayan comentado.

Adame Barreto fue secuestrado el pasado 24 de febrero en la ciudad de Colima, mientras conducía su automóvil por el centro de la capital.

El día 2 de marzo, después de que la familia permitió la intervención de la Procuraduría estatal, fue detenido uno de sus captores. Según se informó en esa fecha, las huellas dactilares de esta persona aparecieron en la camioneta que conducía Saúl Adame el día del plagio.

El presunto responsable es originario de Sinaloa y cuenta con antecedentes penales.

Este jueves se informó que el cuerpo sin vida fue encontrado por elementos de la Armada, en las inmediaciones del poblado El Pihuamo, estado de Jalisco, aproximadamente a 35 kilómetros al noreste de la ciudad de Colima, gracias a una denuncia anónima.

El cuerpo aun no ha sido reconocido por sus familares.

En el lugar también se aseguró a una persona de sexo masculino, quien dijo pertenecer a un grupo de la delincuencia organizada, en posesión de dos armas largas, dos armas cortas y un tubo lanzagranadas, así como cartuchos útiles de diversos calibres, granadas de 40 milímetros y presunta droga.

PAN y PRD acusan a Peña Nieto de ilícito electoral

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La resolución de la ONU da esperanzas a los rebeldes

La resolución de la ONU da esperanzas a los rebeldes

Las principales batallas se desarrollan en las últimas horas en las ciudades de Misrata y Ajdabiya, puerta al bastión rebelde de Bengasi

ÁLVARO DE CÓZAR | Trípoli

No hubo gritos ni euforia desatada en las calles de Trípoli cuando el delegado chino anunció la prohibición de los vuelos en Libia, pero algunos se atrevieron a decir todo lo que habían callado durante estos días. "Es lo que estábamos esperando desde hace un mes. Espero que no sea tarde. Inshalá", dijo el empleado de un comercio en la capital, pasada la una de la madrugada. Unas horas antes, el mismo hombre hablaba de traición de la comunidad internacional por abandonar a los rebeldes y expresaba de su miedo. "Ha sido un bonito sueño", decía el trabajador, "el problema es que la pesadilla empieza ahora, cuando nos despertamos".

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El mapa de la guerra civil libia

GRAFICO - El Pais - 16-03-2011

- EL PAÍS

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Despliegue aliado en el Mediterráneo

GRAFICO - El Pais - 18-03-2011

- EL PAÍS

El júbilo sí estalló en las calles de Bengasi, donde miles de personas concentradas en la plaza de los juzgados, comenzaron a lanzar fuegos artificiales y dispararon al aire para celebrar la noticia que quizá les permita defender el bastión rebelde del inminente ataque anunciado por las tropas del coronel Gadafi. Los habitantes de la capital de la revolución siguieron en directo a través de la cadena Al Jazeera la retrasmisión de la votación y empezaron a gritar en cuanto el delegado de China anunció que la resolución había sido aprobada. "Ahora, Libia y la revolución", gritaron al tiempo que mostraban fotografías de los caídos en los combates.

Según el hijo de Gadafi y su sucesor, Saif el-Islam, al parecer el régimen habría cambiado su táctica de ataque sobre Bengasi tras conocer la decisión de los 15 miembros del Consejo. Según informa un periodista de la CNN sobre un encuentro con El-Islam, el cambio de táctica se habría suspendido el ataque militar sobre la ciudad por razones humanitarias.

Poco más de media hora después del anuncio, el viceministro de Asuntos Exteriores, Khaled Kaim, compareció para decir que la resolución "pone en peligro la unidad de Libia y hace un llamamiento a los libios a matarse entre sí". Un grupo de manifestantes a favor del régimen apoyaron las palabras del ministro que no dejó de sonreír durante toda su declaración.

Estos días, el régimen de Gadafi se había afanado en aplastar el sueño revolucionario vendiendo la euforia de la victoria y la vuelta a la normalidad de Trípoli. Es lo que han visto los periodistas que se concentran a diario en el hotel Rixos para coger un coche o un autobús del Gobierno y tratar de medir el ambiente. Sobre las diez de la mañana, los voluntarios del régimen organizan tours el que enseñan escuelas, mercados y calles en las que siempre hay gente con banderas verdes y retratos de Gadafi. Los espontáneos miran a las cámaras y acaban gritando siempre la misma proclama: "Ala, Mohamed, Libia obes", que puede traducirse como "no hay nada más que Dios, el profeta y Libia".

Los intentos de escapar de la presencia de los hombres de Gadafi y acercarse a los suburbios, donde vive la mayor parta de la disidencia, suelen acabar en los controles policiales que rodean la ciudad. En principio, los taxistas no ponen problemas cuando se les pide que vayan al distrito de Tajura, al este de Trípoli. Este barrio obrero es uno de los más castigados por el régimen, donde las manifestaciones de las pasadas semanas han acabado con botes de humo y disparos. El viaje hasta allí permite ver los grandes carteles con la imagen del líder libio omnipresente que se impone en los edificios: Gadafi con gafas de sol; Gadafi de coronel; Gadafi de civil; Gadafi sonriente o con el gesto serio; con los brazos abiertos o con el puño alzado. Después de más de media hora en un atasco amenizado por otro grupo de espontáneos, el paseo acaba en un control policial que obliga a dar marcha atrás.

Mientras tanto, la ciudad sigue desconectada. Solo los dos hoteles donde se alojan los periodistas tienen Internet y algunas páginas web como la de la cadena Al Jazeera o Twitter son inaccesibles. "Esa página no existe", dice el mensaje en inglés bajo el logo de la red social. En cuanto a los teléfonos móviles, estos funcionan pero las compañías locales no distribuyen tarjetas nuevas y hacerse con un número es una tarea complicada. Si se consigue hay que pagar unos 100 dinares (unos 60 euros); el precio antes de las revueltas, hace un mes, estaba en torno a los 10 dinares.

"Los teléfonos están pinchados. Hay que tener mucho cuidado con quien se habla porque se le puede estar exponiendo a las represalias. Si uno cree que no le vigilan se equivoca. El régimen está en todas partes", dice un joven desde Nallut, ciudad de mayoría bereber al suroeste de Libia, y una de las que aún no ha caído en manos de Gadafi. A pesar de su declaración, el joven sigue hablando por teléfono: "Estamos bien pero muchos tenemos miedo porque hemos hablado con periodistas y ya debemos estar en las listas del régimen. Sabemos que muchos de los que han hablado en Trípoli con la prensa han desaparecido. Estamos esperando nuestro final. Las tropas están ya muy cerca".

"Cuando las hormigas andan, Gadafi las oye. Si mueven sus antenas, él las siente. Nada puede hacerse en este país sin que él lo sepa; él tiene ojos y oídos por todas partes". Quien dice esto es uno de los pocos habitantes de Trípoli que se atreven a hablar contra el régimen, siempre bajo la promesa de ser lo más impreciso posible a la hora de atribuir sus palabras.

Los combates de ayer en Ajdabiyah y Misrata no ayudaban a eliminar el pesimismo en las filas rebeldes. La primera ciudad, un punto estratégico en la carretera de la costa por el este, es el primer paso para el asalto definitivo a Bengasi, el bastión de los rebeldes. Según el canal de television Al Arabiya, los enfrentamientos en Ajdabiyah se cobraron ayer 30 muertos. La ciudad sigue bajo mando rebelde pero está rodeada y las tropas de Gadafi la dan ya por ganada. Su toma definitiva les permitiría avanzar por la carretera paralela a la costa, llegar hasta Tobruk y rodear Bengasi. En cuanto a Misrata, los rebeldes se preparaban ayer para una batalla campal por la noche y el Gobierno aseguró que se dará por conquistada esta misma mañana. Por la tarde, todavía con el viento a su favor, el ejército libio había anunciado que el domingo dejaría de atacar momentáneamente para dar una oportunidad a todos los rebeldes que quisieran rendirse.

Todo eso cambió por la noche con la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que prohíbe los vuelos y permite abre la puerta a ataques con el fin de proteger a los civiles. El tono de las declaraciones cambió en las dos partes. En Trípoli, pasada la medianoche, algunos se atrevieron a susurrar que quizás esta sea la última esperanza de la revolución y se encomendaron a Alá.

Argentina: Barreras al comercio y desprecio a las Instituciones

Argentina: Barreras al comercio y desprecio a las Instituciones

Por Martín Krause

AIPE

Con la crisis financiera global del 2008 se temió un fuerte retroceso del comercio internacional y un avance de medidas proteccionistas. El peor escenario fue evitado y ahora que las economías se recuperan el impulso mercantilista podría disminuir.

No en la Argentina, país que se resiste a las buenas ideas como pocos. El impacto de la crisis en su economía fue menor que en las auto-infligidas (hiperinflación, colapso de la deuda) y volvió a un buen ritmo de crecimiento gracias al impulso del consumo asiático y brasileño que promueve sus exportaciones.

El Gobierno actual, además, es uno que fomenta las políticas keynesianas tanto sea en la salud como en la adversidad y promueve el consumo a toda velocidad, la que acelera en un año de elecciones. Con una política monetaria más que laxa esto genera inflación (que busca tapar trampeando los indicadores), encarecimiento de la producción local y el aumento de las importaciones.

Como el superávit comercial se reduce y la competencia genera problemas ha comenzado a cerrar el mercado, esto es, más de lo que ya estaba. Ha introducido las que denomina "licencias no-automáticas" para importar unos 600 productos. El nombre, por sí, ya es ridículo, porque implica que antes, y aún hoy en los demás productos, se necesitan licencias "automáticas".

Pero si automática quiere decir que existe libertad para importar, lo cierto es que no tendría que haber ninguna licencia para empezar. La palabra misma hace referencia a una potestad gubernamental para otorgar ese privilegio. Además, las automáticas no lo son tanto, como lo atestiguan los 3.000 vehículos que aún esperan ingresar en el puerto de Buenos Aires, o los 30 tractores que el embajador de India no sabe cómo hacer para que ingresen (La Nación, 12/3/11).

Ahora, entonces, se reconoce que la autorización será discrecional, a gusto del funcionario. Y no sólo eso, la ministra de Industria hizo saber a los fabricantes de automóviles que solamente podrán importar autos por montos similares a los que exporten. Es decir, si exportas por 30 millones de dólares, podrás importar por otros 30. Algunas empresas automotrices tienen fábricas en Argentina y exportan autos a sus contrapartes en Brasil, o se intercambian piezas y partes, esto hace que tengan un margen para ingresar algunos coches importados. Pero, por ejemplo, BMW o Hyundai no tienen producción local. ¿Qué deberán hacer para poder seguir importando? Pues algunos están montando oficinas de trading, tratando de exportar garbanzos o miel o lo que sea con tal de obtener el crédito necesario.

Eso sí, esta política nunca va a verse escrita en ningún papel, ya que el Gobierno no quiere ser luego desafiado en la OMC. Simplemente aprobará licencias "no-automáticas" por el monto de las exportaciones. Y si alguien se queja dirán que esa política no existe, no está escrita en ninguna resolución, no hay nada que reclamar.

Lo que muestra cuál es el principal problema en juego, no ya las barbaridades de la política comercial sino la falta total de institucionalidad. Ya ni las resoluciones del Gobierno se escriben.

Todo esto comenzó varias décadas atrás, cuando el Congreso, al que la Constitución le atribuye el poder de fijar aranceles, delegó esa función en el Poder Ejecutivo, el que desde allí ha hecho y deshecho a gusto. Tan a gusto que ya no se molesta en dictar resoluciones. Ahora es llevado al extremo, no es la primera vez que un funcionario da órdenes pero no firma nada, simplemente amenaza.

Los argentinos necesitan licencias para importar porque han dado licencia a su Gobierno para abusar.

¿El suicidio de Wall Street?

¿El suicidio de Wall Street?

WS-Obama Por Alberto Benegas Lynch (h)

Diario de América

Como es bien sabido, en el siglo XVI el límite norte de la colonia holandesa (New Amsterdam) estaba protegida de los ingleses por una pared (Waal Straat) y desde fines del siglo XVIII fue el lugar donde se concretaban operaciones mercantiles de envergadura, lo cual dio origen al New York Stock Exchange que constituyó el ejemplo más acabado del mercado de capitales mundial. Es de allí donde en gran medida se desenvolvieron los empresarios más activos y prósperos del planeta.

Pero a medida que las regulaciones gubernamentales se fueron expandiendo y el consiguiente intervencionismo estatal fue cercenando relaciones contractuales hasta ocupar 75.000 páginas anuales y ocupar 39.000 burócratas tiempo completo y, consecuentemente, a medida que se fueron sucediendo crisis recurrentes cada vez más intensas, las características de los empresarios comenzó a mutar desde operadores concentrados en las preferencias de la gente para prosperar, hasta llegar a convertirse en lobistas profesionales en busca de mercados cautivos y prebendas de diverso calibre, esto es, convertirse en expertos que arreglan permanentes favores con las autoridades del momento.

Hoy día nos encontramos con llamados “salvatajes” que consisten en transferencias coactivas de recursos desde sectores eficientes distribuidos y fraccionados en la población hacia los antedichos grupos de lobistas al efecto de salvarlos de sus irresponsabilidades e ineptitudes mayúsculas. Así los gobiernos estadounidenses se fueron apoderando en los hechos de empresas automotrices, compañias de seguros, empresas de medicina y bancos. Este último caso agravado por el sistema bancario de reserva fraccional manipulado por la banca central lo cual significa que están en estado de quiebra permanente que siempre se pone en evidencia frente a cambios en la demanda de dinero, generalmente debido a las crisis provocadas por los aparatos políticos. A eso debe agregarse el crecimiento exponencial del gasto, la deuda y el déficit públicos, todo lo cual, de más está decir va a contramano de los valores y principios establecidos por los Padres Fundadores.

Como explica Richard B. McKenzie “cuando no hay límites en la acción gubernamental, los empresarios se ven forzados a competir por el uso del poder gubernamental […] Los empresarios entienden el hecho de que los pedidos de intervención gubernamental contribuirán a debilitar el sistema de libre empresa. Por otra parte, están condenados si no logran privilegios […] Los empresarios necesitan la libre empresa porque es un sistema que los protege contra ellos mismos”. Pero como dice George Stigler “Han sido ellos [los empresarios] quienes han convencido a la administración federal y a la administración de los estados de que iniciaran los controles sobre instituciones financieras, los sistemas de transporte y comunicaciones, las industria extractivas etc […] Muchos empresarios han solicitado aquellos favores gubernamentales pensando que sólo ellos serían los beneficiarios y no otras empresas y sectores, pero en realidad […] el Estado no es una concubina sino una ramera”.

En esta misma dirección el empresario Charles G. Koch se pregunta “¿Qué está pasando aquí? ¿Los dirigentes empresarios de Estados Unidos se han vuelto locos? ¿Por qué están aniquilándose debido a la entrega de ellos mismos y sus empresas a manos de reglamentaciones gubernamentales? […], la contestación, desde luego, es simple. No, los empresarios ejecutivos no comparten el deseo del suicidio colectivo. Ellos piensan que obtienen ventajas especiales para sus empresas al aprobar y estimular la intervención gubernamental en la economía. Pero se están engañando. En realidad están vendiendo su futuro a cambio de beneficios a corto plazo. En el largo plazo, como consecuencia de haber hecho que el gobierno sea tan poderoso como para destruirlos, sufrirán las consecuencias de su ceguera. Y ciertamente se merecen lo que esos empresarios reciban”.

En realidad, el dilema planteado entre recibir prebendas o sucumbir frente a las demandas de accionistas que pretenden más rentabilidad, la solución debe verse en dos frentes simultáneos. En el primero, resistir todo cuanto sea posible y, más importante aún, en el segundo plano, financiar con amplitud todas las instituciones que trabajan en la educación para el entendimiento del significado de una sociedad abierta al efecto de contribuir en el clima de opinión para que los políticos del futuro se vean necesitados de recurrir a un discurso que respete el ámbito privado. Este es un reaseguro fundamental para la supervivencia de la empresa privada.

Y la gran paradoja de nuestro tiempo es que los así llamados “progresistas” que teóricamente están con los pobres apoyan entusiastamente que se les arranquen recursos a los trabajadores medios para entregárselos a grupos de lobistas-empresarios, esos barones feudales que explotan a sus congéneres a través de mercados cautivos y otros privilegios. Esos pseudoempresarios irresponsables e ineptos que obligan a los demás a que absorban sus pérdidas, mientras se embolsan las ganancias.

Hace poco se publicó un libro magnífico de Charles Gasparino titulado Bought and Paid For: The Unholly Alliance Between Barack Obama and Wall Street que contiene información alarmante, en el mismo sentido señalado por los autores mencionados más arriba solo que referido a la situación actual.

Este camino significará el suicidio de Wall Street, el bastión del mercado de capitales, y no por la venta del sesenta por ciento del New York Stock Exchange a la alemana Deutsche Börse, sino por el cambio del espíritu emprendedor por el de prebendario, por el cambio de la empresa libre e independiente por el de corporaciones serviles que solo en los papeles son privadas.

Es cierto que los empresarios deben velar por el retorno sobre la inversión que obtienen los accionistas, pero precisamente por ello es que no pueden rematar su empresa y convertirla en un apéndice de los caprichos gubernamentales. Es por ello que no solo deben pelear en todos los terrenos por mantener la autonomía de la empresa sino que se torna indispensable que contribuyan asiduamente con recursos a financiar la educación en los valores y principios de la sociedad abierta como un camino vital para preservar sus propias corporaciones.

Termino con un pensamiento de Joseph Wood Krutch, quien después de doctorarse en la Universidad de Columbia enseñó en esa casa de estudios desde 1937 a 1953; un prolífico escritor, autor de la célebre biografía de Henry David Thoreau. Krutch consignó que “Cuando los hombres no pueden competir por riqueza, compiten por una posición de autoridad para arrogarse suficiente influencia en los lugares adecuados. Cuando no pueden poseer un palacio, cuatro automóviles y diez mucamos, se las arreglan para ser designados en puestos con conexiones [políticas] para contar con esas cosas”.

Occidente se acuerda demasiado tarde de Gadafi

Occidente se acuerda demasiado tarde de Gadafi

Ante una rebelión interna como la que tumbó los régimenes de Ben Alí o Mubarak, la lección está clara: emular a Gadafi y masacrar sin piedad a los opositores entre la cínica charlatanería de las democracias occidentales.

Aunque las tropas de Gadafi todavía no hayan logrado aplastar por completo las revueltas que desde Túnez y Egipto se extendieron al resto de los países árabes, lo cierto es que tras los últimos días los acontecimientos han dado un importante giro que vuelve cada vez más probable la victoria del régimen.

Si hace unas semanas parecía que eran los rebeldes quienes estaban sitiando Trípoli, ahora es Gadafi quien se encuentra a las puertas de su bastión. La superioridad militar del ejército libio, especialmente en el ámbito aéreo, ha permitido masacrar a unas fuerzas opositoras heterogéneas, desorganizadas y más voluntariosas que disciplinadas.

Los regímenes occidentales han estado durante semanas mareando la perdiz, hablando de sanciones e incluso intervenciones contra la dictadura de Gadafi sin llegar a ningún acuerdo concreto. Bajo el pretexto de la búsqueda de una multilateralidad castrada por los intereses económicos de Rusia y China en Libia, los días han ido pasando sin que los rebeldes recibieran ningún tipo de ayuda o apoyo con la que contrarrestar el empuje de sus enemigos.

Las únicas medidas que hasta el momento se habían adoptado, como la congelación de las cuentas del autócrata libio y de sus hijos, apenas tenían influencia alguna a la hora de inclinar la balanza en la contienda. En este sentido, la zona de exclusión aérea que a última hora ha decidido crear la ONU debería haberse instaurado desde que los aviones del tirano comenzaron a disparar a la población y a los insurgentes. En estos momentos puede llegar ya demasiado tarde.

En definitiva, como siempre Occidente ha vuelto a hacer gala de muchas buenas palabras combinadas con una nula resolución para detener la carnicería libia; a diferencia de lo acaecido con respecto a Japón, donde el alarmismo antinuclear sí ha logrado movilizar a todos los Gobiernos para de alguna forma obstaculizar el desarrollo de esta esencial fuente energética, en Libia se han quedado de brazos cruzados. Los dictadores de la zona, pues, pueden quedarse bien tranquilos. Ante una rebelión interna como la que tumbó los régimenes de Ben Alí o Mubarak, la lección está clara: emular a Gadafi y masacrar sin piedad a los opositores entre la cínica charlatanería de las democracias occidentales.

El día que Rusia se perdió para el liberalismo

'LO QUE HA QUEDADO DEL IMPERIO DE LOS ZARES'

El día que Rusia se perdió para el liberalismo

Por Santiago Navajas

En un artículo del año pasado de la principal estudiosa de la vida y obra de Manuel Chaves Nogales, la profesora María Isabel Cintas, leí que el periodista y novelista sevillano estaba enterrado en el cementerio de Fulham, no lejos de Londres, en un espacio vacío entre dos tumbas, con un pedazo de hierba por lápida. Como si quisiera seguir pasando inadvertido este hombre humilde, que se definía como "reportero" y "liberal pequeñoburgués" en tiempos propicios para fascistas y comunistas formidables.

Es Chaves Nogales un escritor con una prosa bien podada, como un seto inglés, un jardín inglés o, ya que estamos, un cementerio inglés. Dentro de poco, el 11 de mayo, se cumplirá el aniversario de su entierro, en 1944.

No habrá mármol que recuerde su paso honrado y valiente por una Europa devastada por el fanatismo y la estupidez, pero nos quedan sus libros, rescatados del pozo del olvido por la profesora Cintas, responsable fundamental de la tarea ímproba de reunir su obra completa, que ahora se trata de hacer llegar al gran público. Tras los ya clásicos e imprescindibles Juan Belmonte, matador de toros, A sangre y fuego, La agonía de Francia y El maestro Juan Martínez que estaba allí, ahora se publica Lo que ha quedado del imperio de los zares, vasto reportaje que publicó en su momento el diario Ahora.

Si La agonía de Francia crepita con el dolor de un francófilo al ver su país-modelo acobardado y vencido, los trabajos periodísticos sobre la tribu rusa que vaga por toda Europa como alma en pena son todavía mejores, porque permiten disfrutar de Chaves en todo su esplendor de lucidez, bonhomía y desenfado. Nada empático con el alma eslava, el distanciamiento respecto a los bellos brutos rusos le permite compadecerse de su suerte sin perder jamás de vista la máxima "Sine ire et studio", que tan bien le define.

El reportaje original fue publicado en 24 entregas, la última de las cuales apareció el 22 de febrero de 1931. La república española estaba a punto de comenzar, y Chaves Nogales no podía imaginar siquiera que un día no muy lejano él mismo sería una suerte de judío errante, como los rusos que huían del terror rojo leninista.

Hay quien sostiene que se aprende mucha más historia en las novelas que en los libros de ídem. Exageraciones de mentes débiles, impermeables al dato y la argumentación. Pero lo que sí es cierto es que, en la moneda de la indagación sobre el pasado, los manuales de historia son la cara y los reportajes periodísticos, la cruz. O viceversa. Porque lo que se filtra de las entrevistas de Chaves Nogales a altivos grandes duques, resplandecientes estrellas de ballet, poderosos generalísimos, popes místicos, bellísimas princesas y demás gente eslava es esa cotidianidad de la historia que se escapa en los grandes relatos, más atentos a las categorías abstractas que a las anécdotas de andar por casa. Sin embargo, ¿qué habría pasado, se pregunta estremecido el lector, si el muy digno y honorable Kerenski no hubiese tenido tantos escrúpulos y hubiese firmado las sentencias de muerte de un par de terroristas, llamados Lenin y Trotski?, ¿habría cambiado el curso de la historia si el depravado, nihilista y frívolo príncipe Yusupov no hubiese asesinado, como en una novela de Dostoievski, con un chute de arsénico y a tiro limpio, al diabólico, voraz y desalmado monje Rasputín, que sentenció, antes de que lo sentenciaran: "Mientras yo esté vivo se salvarán los Zares y se salvará Rusia; el día que yo muera se hundirá todo"?

A pesar de que con él no habló, el protagonista oculto de este texto es Lenin, al que caló con su agudo olfato liberal:

Un día llegó a Petrogrado un personaje implacable, animado y sostenido por un oscuro poder, que, buscando alojamiento para su cuartel general, vio el palacio de Kchsinska y con ademán imperial lo mandó abrir, y se plantó en medio de sus salones, pisando con sus botazas llenas de barro las ricas alfombras, Lenin.

Tenemos que recodar que en el año 1931 Lenin era visto por la mayoría de la izquierda poco menos que como el Mesías, y que incluso en el 2011 intelectuales de moda como Zizek lo santifican y ven en él un modelo de comportamiento político. Gracias a Chaves Nogales, que no tiene una mala lápida que llevarse a la memoria, y a pesar de Zizek, que se pavonea como solo puede hacerlo un totalitario en una sociedad liberal, aún persevera en la memoria el nombre de Miliukov, el prudente liberal que, junto al razonable socialista que era Kerenski, trataba de construir un Estado de Derecho sobre las ruinas de la pesadillesca autocracia zarista. Sin embargo, fue imposible: se acababa la revolución buena, la liberal de febrero, y comenzaban a darse los primeros pasos hacia la mala, la de los Lenin, los Trotski, los Stalin...

Cuando Miliukov publicó su nota a los aliados sobre los fines de la guerra, Lenin provocó una manifestación anti-imperialista, a consecuencia de la cual hubo muertos y heridos. Miliukov dimitió. Kerenski quiso sostenerlo. El 8 de mayo, Miliukov salía del Gobierno y entraban en él los representantes de los soviets. El profesor liberal había perdido la batalla, y Rusia se había perdido para la causa del liberalismo.

No es por casualidad que, en las fotografías que acompañan al texto, Chaves Nogales quiera que le fotografíen de cara junto a Miliukov (p. 81) y Kerenski (p. 90), como si fueran amigos, mientras que en la que comparte plano con el gran duque Cirilo, heredero de la corona rusa, prefiera salir de espaldas (p. 62) o en un discreto segundo plano (p. 66).

Qué quieren que les diga, pero en estos tiempos en los que se descubre que el mítico Robert Capa mentía sobre sus fotos y que el admirado Ryszard Kapuscinski se inventaba sus relatos supuestamente pegados a la realidad, leer estos escritos de un notario compasivo de los derrotados le reconcilia a uno con la naturaleza humana, con la escritura como una cuestión moral y, permítanme una ligerísima pincelada de patriotismo, le hace sentir orgullo de haber compartido una política, una lengua y una nación con un hombre, Manuel Chaves Nogales, que finalmente descansa lejos, bajo el césped de otra nación y otra lengua, extraña pero, al menos, liberal.

La radicalización islamista que viene

Libia

La radicalización islamista que viene

GEES

Con diálogo o sin él, interviniendo o inhibiéndose, siempre tendremos enfrente a los yihadistas porque ellos están en guerra permanente con nosotros, nos guste o no.

Mientras algunos se empeñan en no ver más que a liberales ocupar las calles y las instituciones de países como Túnez y Egipto, o los campos de batalla anti-Gadafi en Libia, lo cierto es que los vientos del yihadismo no sólo no han pasado sino que vuelven a un terreno cada vez más abonado para que traten de quedarse. Para ello no hay más que observar la evolución de los acontecimientos, por un lado; y recordar que los islamistas radicales –incluidos los "desradicalizados"– suelen permanecer fieles a sus creencias, que al final son "religiosas" tal y como ellos las perciben.

En el proceso que ha llevado al descabezamiento de los Estados en Túnez y en Egipto se han liberado muchos presos y se ha perdido el control de muchas armas, las fuerzas de seguridad en ambos países han sufrido o están sufriendo múltiples transformaciones y las posibilidades que se abren para los radicales, incluso para los que hace poco se habían declarado "desradicalizados", son enormes. En Egipto la última matanza de cristianos coptos es un buen indicador de hacia dónde vamos: habiendo quedado impune el asesinato de una veintena de coptos que asistían en Alejandría a la Misa de Año Nuevo, con los detenidos liberados en el marco de la anarquía de enero y febrero en El Cairo, ahora ha sido en una localidad situada a 210 kilómetros de la capital donde los radicales han vuelto a triunfar de nuevo. El 4 de marzo quemaban la Iglesia de Los Dos Mártires en Sole, provocando varios muertos, y las protestas por dicha profanación realizadas en El Cairo el día 8 costaban la vida a 13 cristianos y heridas a más de un centenar. Está claro que el idílico escenario de coptos y musulmanes confraternizando en la Plaza Tahrir fue más anecdótico, o un espejismo del esfuerzo buenista de algunos periodistas y analistas excitados por la "revolución", que real. No es extraño que muchos coptos miraran desde el principio con recelo la campaña contra Hosni Mubarak: con él no vivían en el paraíso pero sin él los temores son muchos.

Por otro lado, para los islamistas radicales libios ha llegado el momento de saldar viejas cuentas con el clan Gadafi, ejemplo para ellos de impiedad y de enemigo demonizado al que hay que batir. Entre los rebeldes, una multitud de decretos religiosos ("fatuas") ponen hoy en la picota las cabezas del propio Gadafi y de los miembros de su familia, e incluso si al final este lograra imponerse en el campo de batalla nada habrá cambiado respecto a lo que sus enemigos islamistas quieren lograr. Es más, estos últimos están aún más radicalizados hoy ante los daños que las tropas fieles a Gadafi están produciendo, y su ira se extiende hacia un Occidente que para ellos es despreciable en cualquier caso, intervenga finalmente o no en el escenario libio para frenar las matanzas.

Si interviene es atacable porque es un enemigo infiel que se inmiscuye en asuntos de musulmanes; y si no interviene también lo es, porque ha permitido que la matanza siga para que así el mundo islámico se siga debilitando. Las teorías conspiratorias de ahora son las mismas que alimentaban los islamistas en la primera mitad de los noventa: según elucubraban, el mundo occidental abandonaba a su suerte a bosnios y a somalíes porque las vidas de los musulmanes no valen nada, y porque el siniestro objetivo de cristianos y judíos es que el islam no deje de dividirse y de debilitarse. Es importante saber esto, sobre todo para intentar que, de una vez por todas, los buenistas despierten: con diálogo o sin él, interviniendo o inhibiéndose, siempre tendremos enfrente a los yihadistas porque ellos están en guerra permanente con nosotros, nos guste o no.

Como colofón de esta reflexión conviene recordar cómo –tras haberle paseado por Madrid y por otras capitales europeas noviembre y luego en enero– algunos se empeñan en seguir creyendo en las palabras conciliadoras de Noman Benotman, antiguo líder del Grupo Islámico Combatiente Libio (GICL). Sería bueno entrevistarle ahora, pero diga lo que diga este supuesto "arrepentido" su objetivo de crear un Estado islámico en Libia estará a buen seguro más presente que nunca antes en su planificación. Puede que incluso más que cuando marchaba bajo el estandarte del GICL. Sin duda es el mejor momento para que los cientos de liberados de este Grupo en 2010, gracias a la precipitada e irresponsable política de diálogo de Saif El Islam Gadafi con ellos, recuerden su obligación última de luchar por la fe sin importarles incumplir las promesas hechas a quien ahora combate encarnizadamente junto a su padre y a sus hermanos para salvar a un régimen impío.

Gadafi amenaza con derribar aviones civiles

En respuesta a una intervención aliada

Gadafi amenaza con derribar aviones civiles

Antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU autorizase el ataque a Libia, Muamar el Gadafi, amenazó con atacar barcos y aviones civiles en el Mediterráneo si se produce "cualquier acto militar" contra Libia.

En un día cargado de amenazas por parte del régimen libio mientras el Consejo de Seguridad negocia el establecimiento de una zona de exclusión aérea en el país, Gadafi anunció también, sin embargo, un alto el fuego de sus fuerzas a partir de la noche del próximo sábado para "permitir la rendición" de los rebeldes.

Ese parece ser el plazo que se ha dado el régimen libio para acabar definitivamente con los rebeldes, pese a que en un discurso de audio emitido por la televisión estatal el coronel insistió en que esta misma noche sus tropas llegarán a Bengasi y "no tendrán compasión" con quien no se rinda.

El líder libio amenazó con "grandes bombardeos" en Bengasi a partir de esta noche si la ciudad no capitula y advirtió de que no "habrá misericordia con los traidores".

"Estas son las últimas horas de esta tragedia", recalcó y advirtió de que sus tropas "entrarán casa por casa" en la ciudad y que los habitantes de aquellas en las que encuentren armas "serán considerados enemigos"

Gadafi llegó a comparar su pretendida entrada en Bengasi esta noche con la del general Francisco Franco en Madrid durante la guerra civil española.

"Vosotros sois la quinta columna en la ciudad", afirmó dirigiéndose a los habitantes del bastión rebelde en el este del país, a los que considera sus hipotéticos partidarios, y dijo que se apoyará en ellos para "liberar" la urbe de "los traidores y los perros".

Mientras la televisión estatal libia emitió el discurso de Gadafi, la cadena catarí Al Yazira mostró en paralelo imágenes de centenares de simpatizantes de la rebelión en una gran plaza de Bengasi coreando consignas contra el régimen y el líder libio.

Poco antes, el comité general de defensa libio, equivalente al Ministerio de Defensa, advirtió de que "cualquier acto militar" contra Libia "pondrá en peligro las actividades aéreas y marítimas en el Mediterráneo", según un comunicado difundido por la agencia oficial Jana.

Los barcos o aviones que crucen este mar, "sean civiles o militares, serán objeto de ataque defensivo", amenazó el régimen y "toda la cuenca del Mediterráneo estará expuesta a un grave peligro no sólo a corto plazo sino también a largo".

Horas antes el mismo comité general de defensa había anunciado que cesará sus operaciones militares contra "las bandas terroristas armadas" a partir de la medianoche del próximo sábado para darles ocasión de "entregar las armas y beneficiarse de la amnistía general" prometida Gadafi hace unos días.

Y entretanto la ofensiva de las fuerzas de Trípoli se intensificó hoy especialmente en Misrata, la tercera ciudad el país y la única aún controlada por los rebeldes en el oeste libio, además de en la estratégica Ajdabiya, a 160 kilómetros al sur de Bengasi.

El miembro del comité de comunicación del Consejo Nacional Transitorio (CNT) libio Tarek Ali Ejhaui aseguró a EFE que al menos 30 rebeldes han muerto desde el miércoles en los combates en Ajdabiya.

Ejhaui afirmó que los insurgentes abatieron hoy un avión de guerra del régimen de Trípoli en la región de Buhadi, cerca de Ajdabiya y que aviones de Gadafi bombardearon el aeropuerto de Benina, a 10 kilómetros al oeste de Bengasi, además de la localidad de Gnines, a 50 kilómetros de esta urbe.

Los bombardeos erraron sus objetivos, según los insurgentes, que atribuyen esos fallos a que los pilotos de Gadafi se ven obligados a ejecutar las órdenes pero yerran el tiro para no causar daños entre la población civil.

El aeropuerto de Benina es una infraestructura de un cuartel de la aviación militar libia, cuyos oficiales y soldados se unieron a las filas de la rebelión pocos días después de su inicio el pasado 16 de febrero.

El portavoz rebelde rechazó que Misrata fuese hoy recuperada por Gadafi, tal como afirmó la televisión estatal, y dijo que en la ciudad se libran violentos combates y que algunos efectivos de las tropas del régimen han tomado posiciones en edificios desde donde disparan indiscriminadamente sobre la población.

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