martes, julio 12, 2011

El foco de luz

El foco de luz: ¿Fin de su prohibición?

Mike Brownfield

Algunos políticos de Washington piensan que Ud. no es todo lo inteligente que se cree. Están convencidos de que Ud. no puede tomar buenas decisiones sobre su propia vida diaria, por tanto, se han propuesto imponerle normativas para protegerlo de Ud. mismo. Y no hay mejor ejemplo que la prohibición del Congreso del foco de luz incandescente, una prohibición que se busca derogar hoy en la Cámara de Representantes.

La ley de 2007 tiene por objeto eliminar paulatinamente el foco de luz, el invento de Thomas Edison, para el año 2012 y reemplazarlos con otros más caros pero energéticamente más eficientes, siendo la más popular la lámpara fluorescente compacta (CFLs). Desde la aprobación de esa ley, las inminentes restricciones se han convertido en la viva imagen de los excesos del Estado Niñera, provocando rechazo en todo el país. Los representantes estatales de Carolina del Sur fueron tan lejos como para intentar buscarle las vueltas al Congreso y forzar a que el estado produjera y usase focos incandescentes solo para su propio uso. Y justo la semana pasada, los congresistas Joe Barton (R–TX), Michael Burgess (R–TX) y Marsha Blackburn (R–TN) propusieron una ley para poner fin a la prohibición del foco de luz.

Pero el hecho de que a algunas personas les guste la libertad de elección del consumidor y prefieran la luz levemente amarillenta de los baratos focos incandescentes frente al blanco poco natural, estilo oficina, de los caros fluorescentes es algo que confunde a políticos y reguladores del Estado Niñera. He aquí un caso típico: el Secretario de Energía Steven Chu.

El secretario Chu, defensor de la prohibición, dijo de la posible derogación: “Estamos eliminando una opción que permite a la gente malgastar su propio dinero”. ¿Confundido por el doble lenguaje burocrático? ¿Necesita consultar su ejemplar de la Guía orwelliana del vocabulario del Gran Hermano? Quizá debería. Chu parece creer que las normativas gubernamentales que reducen la libertad de elección y fuerzan a la gente a aceptar decisiones son algo fantástico para la sociedad porque ellos preseleccionan la mejor opción imaginable, quitándole el esfuerzo de preguntarse cosas al ser pensante libre. Y, por si fuera poco, encima le están ahorrando dinero!

Chu no es el único que cree que la prohibición de los focos incandescentes es una gran idea. El exsenador John Warner (R–VA) dijo: “Será una vuelta atrás en la necesidad de que Estados Unidos se convierta en energéticamente más eficiente”. Y también está Jim Presswood, del grupo activista ecologista Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC), que dice: “Claramente, los consumidores, la economía y el medio ambiente sufrirán si se derogan estos estándares”. La organización afirma que la prohibición ahorrará a los consumidores $85 anuales.

Bueno, eso no es completamente cierto. En California, las compañías de la luz gastan cerca de $550 millones para que los consumidores tengan CFLs subsidiadas, pero ni por eso alcanzaron esos buenos resultados. En marzo, el Wall Street Journal informó de que los ahorros de energía bajo el programa fueron un 73% menos de lo esperado.

Esto no quiere decir que reducir el consumo de energía no sea algo bueno — ciertamente lo es. Pero, ¿sabe qué? Ya está ocurriendo y no es precisamente gracias al Estado Niñera. Nicolas Loris, de Heritage, lo explica:

Cuando echa un vistazo al historial de eficiencia energética de Estados Unidos, no es tan deslucido — y es resultado de la innovación y reducción de costos, no de mandatos y regulaciones del gobierno. En conjunto, el consumo de energía por dólar real de producto interior bruto ha caído drásticamente en los pasados 60 años porque hemos innovado y nos hemos hecho tremendamente más eficientes en el proceso.

En pocas palabras, Estados Unidos ha conseguido ahorros de energía como resultado del libre mercado y al libre mercado lo estimula la libertad de elección del consumidor – exactamento lo que a reguladores y políticos les gustaría eliminar. Afortunadamente, hay otra manera.

“Deberíamos dejar decidir al mercado”, dijo Barton acerca del intento de derogar la prohibición del foco de luz incandescente. “Deberíamos dejar que la gente decida si quiere comprar un foco de 6 dólares o uno de 39 centavos”. Quizá, bien pronto, el Congreso vea la luz y permita a los americanos continuar teniendo esa libertad de elección.

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