En la eurozona, demasiadas goteras juntas para tapar
Por Fernando Heller
BRUSELAS.- La Unión Europea (UE), y especialmente los 17 socios de la zona euro, asisten casi impotentes a una fuga masiva de agua por los cuatro costados, pero cuyos focos sólo se logran taponar de forma temporal, hasta que una nueva gotera acaba inundando el tejado de la "casa euro".
Mientras Bruselas cree haber cerrado la válvula de escape en las tuberías financieras de Irlanda o Portugal, tras sendos paquetes de rescate, las goteras vuelven a aparecer en Grecia, pendiente de un segundo bote salvavidas, y nace un nuevo problema, Italia, que hasta ahora parecía al margen de la tormenta.
Y es que las formulaciones oficiales en uso como "no dejaremos caer a Grecia" o "haremos todo lo que está en nuestras manos para garantizar la estabilidad de la eurozona", diseñadas para calmar a los mercados, ya no parecen convencer y son ignoradas por las agencias de rating, encargadas de la calificación de deuda soberana. Algunas voces acusan a esas agencias de ser el verdadero poder en la sombra.
En ese contexto, la reunión de ministros de Economía y Finanzas del Eurogrupo de anteayer, que en principio estaba destinada a ajustar detalles del segundo plan de rescate para Atenas, y también el Ecofin ayer, quedaron empañados por las alarmas desatadas en torno al elevado endeudamiento de Italia, miembro destacado del G-7.
Roma está bajo la lupa de las agencias de calificación de riesgo Standard & Poor's y Moody's, que advirtieron al primer ministro, Silvio Berlusconi, sobre una posible rebaja en su nota por el magro crecimiento de la economía italiana y el alto nivel de endeudamiento, por encima del 120 por ciento del PBI, cuando el Pacto de Estabilidad fija un techo del 60 por ciento.
En ese contexto, el ministro de Finanzas italiano, Giulio Tremonti, abandonaba ayer la reunión de Bruselas, tras sólo una hora de participación, y salía para Roma, donde se prepara un nuevo paquete de reformas y austeridad. Mientras, la vicepresidenta y ministra de Economía española, Elena Salgado, se quedaba en Madrid para una reunión extraordinaria sobre la crisis con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
Demasiadas filtraciones en el tejado -más permeable que nunca- de algunos de los socios más débiles del euro, especialmente en el flanco sur.
Los analistas advierten contra las consecuencias potencialmente desastrosas que tendría un rescate de España o Italia.
"Italia o España, de tener que ser rescatados, darían otra dimensión a la actual crisis del euro", estimó la agencia de corredores Link.
Desde hace más de un año -con el primer rescate de Atenas a manos de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI)-, Berlín parece haber asumido el papel extraoficial de "nueva Bruselas", desde donde se hacen recomendaciones y se lanzan advertencias a los socios incumplidores del euro, superando incluso el protagonismo del comisario de Asuntos Económicos de los 27, Olli Rehn.
Situación compleja
La situación de la zona euro, con tres socios rescatados (Portugal, Irlanda y Grecia) es tan compleja que quienes soñaron con la unión económica y monetaria, y con la moneda única, nacida en 1999, jamás la habrían imaginado.
No faltan tampoco los pájaros de mal agüero, como el multimillonario de origen húngaro George Soros, que ha sentenciado que la cesación de pagos de Grecia es inevitable. "Grecia se acerca a un default o a una devaluación desordenada de consecuencias imprevisibles", aseguró en una columna publicada ayer en el Financial Times.
En el seno de la eurozona ya no se excluye el impago parcial de la deuda griega, en el marco del segundo rescate para Atenas, según afirmaba el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager.
Se trata de un matiz inédito, pues supone un claro desafío del Eurogrupo a las directrices del Banco Central Europeo (BCE), que rechaza cualquier tipo de quiebra parcial o selectiva del país mediterráneo. La institución de Fráncfort teme que esto provoque un efecto dominó parecido al ocurrido con el hundimiento del banco de inversión Lehman Brothers, en 2008.
La situación actual de impasse, sin decisión europea sobre un nuevo rescate griego, con Italia bajo la mira de los mercados y con España aguantando su posición para evitar un contagio de su vecino ibérico rescatado, entraña serios riesgos, opinan los expertos.
La pregunta es si los mercados y las agencias de calificación crediticia darán una tregua a Atenas o si habrá una nueva inundación en la eurozona en breve.
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