Una hecatombe financiera que parece no tener fin
Imagen del pueblo de Victorville, en California, tras la crisis de las hipotecas 'subprime' | AP
Tal día como hoy, hace cuatro años, comenzó la que sería la peor crisis económica y financiera desde la Gran Depresión, con un balance que hasta el momento no hace vislumbrar cómo será su final. Estados Unidos se enfrenta a la peor crisis de deuda de su historia, tres países europeos han tenido que ver rescatadas sus economías y España, Italia y Chipre capean el temporal viendo como cada día su prima de riesgo bate récords y su deuda empeora.
El 9 de agosto de 2007, la crisis de las denominadas hipotecas 'subprime' o de alto riesgo se materializó en los mercados financieros, provocando la caída de todas las Bolsas del mundo y el pánico generalizado ante el presentimiento de que lo peor estaba por llegar. Ese día, BNP Paribas, uno de los pricipales bancos europeos, anunciaba la suspensión de tres de sus fondos de inversion ante los problemas de liquidez provocados por el sector hipotecario estadounidense.
Las hipotecas 'subprime' y cómo generaron la crisis
Pero la gran pregunta era ¿cómo unas hipotecas pueden llevar al colapso financiero y a la quiebra a tantas empresas? Las hipotecas 'subprime' eran un tipo de créditos para personas con pocos recursos y solvencia, más vulnerables a generar impagos, por lo que se concedían a unos intereses mucho mayores que las hipotecas de bajo riesgo. Mediante estas hipotecas, cualquier ciudadano con pocos ingresos podía tener una casa, por lo que el número de 'subprime' concedidas ascendió de manera vertiginosa. Los bancos preferían correr riesgos y conceder este tipo de créditos, por sus altos intereses y condiciones. Se estaba creando la mayor burbuja inmobiliaria de la historia.
A esto se unió su titulización junto con otras hipotecas de mayor calidad. Supervisados por las agencias de calificación, los paquetes de hipotecas buenas y malas parecían tener mejor calidad que los activos por si sólos, y fueron vendidos de unos bancos a otros hasta acabar incluso siendo parte de planes de pensiones.
Las primeras señales de alarma llegaron cuando la Reserva Federal estadounidense tomó la decisión de elevar progresivamente los tipos de interés, y empezaron a producirse impagos y a aumentar el nivel de embargos: sólo en 2006, se produjeron más de 1.200.000 ejecuciones hipotecarias. Y en medio de los rumores la entidad financiera Bearn Stearns anunció en junio de 2007 la crisis de dos de sus fondos 'contaminados' por las hipotecas basura. Casi un año después tendría que ser comprado a precio de saldo por el banco de inversión JP Morgan con la ayuda de la Reseva Federal para evitar su bancarrota.
El artículo 11 del Código de Quiebras
Pero ese sólo sería el principio, ya que poco después Estados Unidos tendría que hacer frente a la situación e intervenir a gigantes empresariales y financieros que parecían imbatibles. Mediante el artículo 11 del Código de Quiebras estadounidense se evitó un colapso mayor, aunque a cambio de miles de millones de dólares.
- Fannie Mae y Freddie Mac: Estas entidades hipotecarias sostenían prácticamente la mitad de todos los créditos hipotecarios de Estados Unidos, unos 12 billones de dólares. La crisis de las hipotecas 'subprime' las salpicó de lleno, y sufrieron grandes pérdidas por el aumento de los impagos. Ante las dudas de su solvencia, el Gobierno estadouniense decidió acudir a su rescate el 6 de septiembre de 2007, nacionalizándolas con un coste para las arcas públicas de al menos 200.000 millones de dólares.
- Lehman Brothers: El 15 de septiembre de 2008, el cuarto mayor banco de inversión de Wall Street se declaró en quiebra. Tras 158 años de actividad y haber superado una guerra civil, la crisis bancaria de 1907 y el 'crash' del 29, Lehman Brothers no pudo hacer frente a la crisis de las hipotecas 'subprime'.
La entidad poseía 46.000 millones de dólares en títulos hipotecarios respaldados por activos, por lo que los inversores y mercados entraron en pánico. El Gobierno intervino para evitar el colapso, pero el pánico ya había cundido entre los inversores y el Dow Jones cerró aquel 'lunes negro' con una caída del 4,42%. El BCE anunció una nueva inyección de liquidez por valor de 30.000 millones de euros, pero pese a ello la Bolsa española cerró con una caída del 4,5%. Además, ese mismo día Bank of America anunciaba la compra de Merril Lynch por unos 50.000 millones de dólares, una iniciativa que trataba de proteger a la entidad del contagio del colapso de Lehman.
- AIG: Como consecuencia de la bancarrota de Lehman Brothers, el gigante que aseguraba a la banca del impagos de sus préstamos tuvo que ser intervenido también con dinero de las arcas públicas estadounidenses el 17 de septiembre de 2008. Se temía que su colapso supusiera la mayor quiebra de la historia, ya que sus activos equivalían al 80% del PIB de España. La fórmula que llevó a cabo Washington fue la de realizar un crédito puente de 85.000 millones de dólares que dejó al Estado con el control del 80% de la empresa, que tenía 307.000 millones de dólares de créditos asegurados de bancos de todo el mundo, que quedaban expuestos a la insolvencia.
- General Motors: La crisis no sólo afectó a los grandes bancos de inversión. La mayor suspensión de pagos en la industria de EEUU estuvo protagonizada por General Motors, que fue nacionalizada el 1 de mayo de 2009 tras haber sido considerada como el mejor ejemplo del modelo capitalista, que con su desarrollo hizo posible que millones de estadounidenses abrazasen la clase media. El Tesoro de EEUU inyectó un total de 49.500 millones de euros, una apuesta arriesgada de la Administración de Obama pero que terminó con buenos resultados para la compañía. En noviembre de 2011 General Motors volvía a Bolsa, suponiendo la desnacionalización y el inicio de una nueva etapa. Una etapa que de momento no va nada mal, ya que este año ha anunciado un aumento del 145% de beneficios en el primer trimestre, hasta llegar a los 5.387 millones de dólares.
Una deuda arrastrada hasta hoy
Desde el inicio de la crisis, el Gobierno de Estados Unidos, que en el camino cambió de signo con la victoria del demócrata Barack Obama, ha gastado más en sostener el sistema financiero e incentivar la recuperación económica que en todas las guerras llevadas a cabo por el país desde su fundación.
Y pese a que las empresas rescatadas en la actualidad ganan millones de euros en beneficios, Estados Unidos continúa en recesión. Su deuda ya supera su Producto Interior Bruto y ha tenido que elevar su techo ante el temor de que el país entre en suspensión de pagos.
En el resto del mundo la situación es similar, la mayoría de países afectados continúa con graves problemas de solvencia y tomando medidas drásticas para tratar de superar una de las peores crisis de la historia, que comenzó hace cuatro años pero que aún continúa sin tocar fondo. El temor a una doble recesión acaba de estallar. El pánico vuelve a inundar las Bolsas mundiales.
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