lunes, octubre 03, 2011

La compasión no está de moda

por Carlos Alberto Montaner*

Inmigrantes

(FIRMAS PRESS) Uno de los deportes más populares en Estados Unidos es mortificar a los inmigrantes ilegales. Da votos. El propósito es martirizarlos hasta lograr que regresen a sus países. No les expiden licencias de conducir, intentan que no puedan alquilar viviendas y tratan de que se les niegue el acceso al trabajo o a los estudios. Quieren rendirlos y expulsarlos por hambre.

No se trata de que los políticos sean sádicos. Los políticos son animales que se alimentan de votos. No son peores que los dentistas o los poetas. Han percibido que mayoritariamente la sociedad quiere echar a los extranjeros sin papeles y se han lanzado a encabezar la cacería. El senador John McCain, que hace unos años, junto a Ted Kennedy, trataba de que se aprobara una sensata reforma migratoria, hoy se ha sumado a la línea dura para sobrevivir en esta atmósfera de xenofobia incrementada por la crisis económica y el aumento del desempleo.

No es la primera vez que esto ocurre en Estados Unidos. Tras la crisis de 1929, en época de Herbert Hoover, pasó lo mismo y un par de millones de personas, casi todas mexicanas, fueron expulsadas con enorme dureza. Entonces, como sucede en nuestros días, miles de norteamericanos culturales, que no hablaban español, acabaron exiliados en México, un país totalmente extraño para ellos.

El ejemplo cundió al otro lado del Atlántico. Por aquellas fechas, Adolfo Hitler ascendía al poder en Alemania y no tardó en dictar las primeras leyes antisemitas. La “lógica” de Hitler era que los judíos eran extranjeros indeseables aunque llevaran diez generaciones en Alemania y estuvieran totalmente germanizados. A partir de 1935 los judíos no pudieron poseer propiedades, tener negocios, ejercer ciertas profesiones o estudiar en los mismos centros que los alemanes “genuinos”. Ni siquiera podían casarse o tener relaciones sexuales con los “arios”. Los nazis querían crearles incomodidades terribles a los judíos para que se largaran. Eventualmente, decidieron exterminar a los que no habían escapado a tiempo.

Mortificar a los ilegales, además de ser un crimen, es una estupidez. Mucho más razonable, como hizo Ronald Reagan en su tiempo, es dictar una suerte de amnistía para que los inmigrantes irregulares que no han cometido crímenes legitimen su estancia en el país, paguen impuestos, cumplan con los deberes que les impone la ley y, cuando pase el tiempo requerido, se conviertan en ciudadanos de pleno derecho. A todos les conviene que eso ocurra.

Naturalmente, tras la amnistía debe fijarse una fecha en el futuro a partir de la cual nadie pueda darle empleo a una persona que carezca de residencia legal y autorización para trabajar, so pena de ser multado severamente, lo que sin duda detendrá la avalancha de ilegales. Es lo que se hace en Suiza con gran éxito.

El argumento de que Estados Unidos, mientras ciertas personas cumplen con las reglas, no puede premiar la conducta delictiva de los desaprensivos que violan las leyes migratorias, se da de bruces con la tradición legal del país. Si el ordenamiento jurídico de la nación contempla la amnistía, el perdón o cualquier otro tipo de benigna redención de la pena, ello quiere decir que el país sí puede y debe emplear estos recursos legales cuando las circunstancias lo exigen. ¿No se benefició Bill Clinton de una amnistía que amparó a quienes evadieron el servicio militar obligatorio en tiempos de guerra y llegó a ser presidente? ¿Quién ha dicho que la compasión no cabe en el estado de derecho?

Desde 1966, por razones especiales, al menos un grupo de extranjeros, las personas de origen cubano, si han llegado legalmente a Estados Unidos, aunque sea como turistas, al cabo de un año de estancia en el país pueden solicitar y obtener su residencia. Esto ha permitido que esta comunidad, que no ha creado guetos marginales pese a radicar mayoritariamente en una ciudad pobre (Miami), haya alcanzado un nivel de desempeño económico, estudios, y obediencia a la ley semejante a la población media norteamericana.

Esa legislación ha logrado, además, que la integración de los cubanos al mainstream norteamericano sea excepcionalmente alta. Si hoy la presidenta del Comité de Relaciones Internacionales del Congreso de Estados Unidos, Ileana Ros-Letinen, es una persona nacida en Cuba; o si el presidente del mayor college de Estados Unidoses otro cubano, el Dr. Eduardo Padrón, es porque los políticos que hace medio siglo se enfrentaron al problema planteado por estos inmigrantes irregulares (como ellos lo fueron en su momento) no se dedicaron a mortificarlos para que se marcharan, sino les tendieron puentes para que se integraran.
Eso es lo inteligente. Eso es lo que se espera de una sociedad compasiva que jura poseer valores cristianos.

PRI e IFE: la regresión

Martín Moreno

El 28 de septiembre de 2011 queda marcado como un día negro para el avance democrático del país. El veto a la reelección legislativa y la prohibición del IFE para realizar debates entre precandidatos a la Presidencia en tiempos no oficiales constituyen un insulto a los ciudadanos, al mantenerse a una partidocracia impune e inútil y evitar que los aspirantes presidenciales se muestren tal como son, sin la hipocresía del spot.

¿Quién es el responsable de rechazar que la ciudadanía evalúe y castigue —enviándolos a su casa— o premie —ratificándolos en sus cargos— a diputados y senadores? El PRI. Es su miedo eterno a los procesos democráticos. Así fueron diseñados los priistas: en la antidemocracia. No conocen otra manera de hacer política. Esa palabrita —democracia— les aterra. No la entienden.

No hay priista demócrata. ¿Quién se atreve a decir el nombre de alguno?

Y más: ¿quién ha rechazado sistemáticamente los debates? Enrique Peña Nieto, a quien Ernesto Cordero, Marcelo Ebrard y hasta Manlio Fabio Beltrones han retado a debatir públicamente para plantear proyectos, compararlos y someterlos, desde ahora, al juicio de los ciudadanos.

Peña Nieto no se ha mostrado por completo, quizá por estrategia. Hasta hoy, las entrevistas que ha dado tras dejar la gubernatura no han sido a fondo. Más allá de eventos partidistas o de imagen publicitaria, necesita enseñar sus aptitudes políticas.

A nueve meses de las elecciones presidenciales, en realidad sabemos muy poco del ideario político, del pensamiento, del programa de gobierno, del proyecto político y, sobre todo, de las propuestas del puntero en las encuestas. Aunque tiene que ver el cuidado de los tiempos electorales.

Y ahora menos conoceremos a quienes aspiran a llegar a Los Pinos, cuando el Instituto Federal Electoral —acatando una sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación— les prohíbe debatir en medios. ¿Para qué debates, si hay spots?

Podrá Leonardo Valdés decir que sólo respetaron un ordenamiento emanado de la instancia electoral máxima. Lo cierto es que, hoy, este IFE genera desconfianza.

No es el IFE de José Woldenberg. De consejeros, ni compararlos. No hay una Jacqueline Peschard que inspire confianza y garantice honradez ideológica y profesional.

Valdés tampoco tiene la autoridad moral de Woldenberg.

Aquel IFE era ciudadano, confiable, autónomo.

El IFE de hoy está mutilado —le faltan tres consejeros— y, lo más grave, genera recelo. No se le ve con respeto. El IFE de Valdés dejó de ser ciudadano para convertirse en una maquinaria electoral al servicio de la partidocracia.

Y será —ni modo— el IFE de 2012.

¿Y qué tal el show de los diputados el miércoles pasado? El PRI con voto en contra para evitar la reelección legislativa, que dignificaría la carrera parlamentaria y volvería más eficaces a diputados y senadores. Premio al que lo merezca. A su casa los improductivos.

“Consulta ciudadana para decidir si hay reelección legislativa”, clamó el diputado Felipe Solís Acero. ¿Y desde cuándo los priistas invocan hipócritamente a esa figura? No lo hicieron cuando López Portillo tomó medidas que llevaron al precipicio. Tampoco cuando Carlos Salinas firmó el TLC, reprivatizó los bancos o modificó artículos básicos de la Constitución. Menos, cuando el PRI aprobó el Fobaproa. Nunca han sido demócratas.

Solís Acero, una vergüenza, de la mano de José Ramón Martell (PRI), quien ordenó a esa otra vergüenza con forma de mujer: Dina Herrera (PRD), que se abstuviera de votar. La perredista obedeció al priista —cuando el PRD y el PAN habían votado a favor—, y entonces se llevó el carajo a la reelección legislativa.

“No me han inducido… quien me conoce sabe que soy una mujer pensante… claro que razono”, lloriqueó la diputada Herrera. Qué pena tener a estos legisladores. México no merece esas calamidades.

Vetada la reelección legislativa. Prohibidos los debates entre precandidatos, como sí ocurre en las democracias consolidadas. Allí están los republicanos en EU, mostrándose ante los electores, criticándose, exponiendo proyectos, evaluados por los futuros votantes, para disputarle la Casa Blanca a Obama. Allá no hay un IFE cavernícola que impida conocer a fondo a los aspirantes.

Aquí, el IFE censura.

Aquí, los diputados evitan que tengamos una democracia consolidada.

Y se equivocan quienes dicen que el PRI será, en 2012, la segunda alternancia política. Alternancias ha habido varias: en 1997, con Cuauhtémoc Cárdenas en el DF; con Fox en 2000. Lo que urge es una democracia con mayor calidad.

Esa democracia que mutilaron, el 28 de septiembre de 2011, diputados del PRI y consejeros del IFE.

ARCHIVO CONFIDENCIAL

* PERIODISTAS. La cronista Elizabeth Macías, ultimada con saña extrema en Tamaulipas. Se cumple un mes del asesinato de Marcela Yarce y Rocío González Trápaga. ¿Quién sigue?

PRI: que nada se mueva

Estamos juntando piedras, en forma de reformas o decisiones aisladas, pero se encuentran muy lejos de construir un andamiaje institucional

Jorge Fernández Menéndez

Para Valeria, que tiene doble celebración

Hace meses dijimos que el PRI y particularmente el equipo de Enrique Peña Nieto se podrían terminar metiendo en problemas por la estrategia de inmovilismo que habían adoptado. A pesar de la ventaja en las encuestas (en realidad pensando conservarla), ese equipo decidió desde hace meses jugar a la defensiva: no alterar para nada el estado de las cosas, no avanzar en la agenda legislativa, tratar de que todo transcurriera de aquí al primero de julio próximo sin movimientos. Dijimos entonces que era un error y lo que ha sucedido en las últimas semanas lo reafirma. Peña Nieto sigue estando muy arriba en las encuestas. No moverse, no mostrar qué se quiere construir, cuáles son sus propuestas, no impulsar sus temas en la agenda legislativa, es un error: por supuesto que ni ése ni ningún candidato con posibilidades va a develar todas sus cartas con tanta anticipación, sobre todo cuando aún no se abre siquiera la campaña formal, pero lo que se debería disipar, en el caso del PRI, es el fantasma (real o no, porque todos sabemos que los fantasmas no existen, pero de que los hay, los hay) de un regreso al pasado, visualizado como una forma de gobernar monolítica y autoritaria.

Sinceramente estoy convencido de que, independientemente de quién termine siendo el nuevo inquilino de Los Pinos en diciembre del 2012, no es posible regresar a ese tipo de gobierno: ni la sociedad ni el andamiaje legal lo permiten. Pero en la política, como en la economía, las percepciones son las que muchas veces determinan la realidad. Todavía no puedo entender por qué en el equipo de Peña Nieto se siguen negando a avanzar en la reforma política que se aprobó por unanimidad en el Senado; por qué se sigue insistiendo en imponer una cláusula de gobernabilidad que no tiene posibilidades de salir adelante en el Congreso o por qué se mantienen congeladas reformas imprescindibles en temas de seguridad.

La reforma política aprobada en el Senado no resuelve la necesaria reconstrucción del andamiaje institucional que requiere el país, sin embargo, avanza y mucho en el sentido correcto. Pero fue detenida en la Cámara de Diputados (controlada por los seguidores del ex gobernador), primero para que esas reformas no se pudieran aplicar para la próxima elección presidencial, o sea que, aunque se apruebe la iniciativa, completa o no, éstas sólo estarán vigentes a partir de 2015 (¿quién puede tener alguna urgencia si todo en el terreno político está funcionando de maravilla?); segundo, para frenar la reelección de legisladores y presidentes municipales, sin poder dar argumento sólido alguno que sustente esa negativa: los malpensados creen que la única razón es que se desea tener una mesa limpia para, en 2012, volver a distribuir las cartas y comenzar entonces un nuevo juego con naipes también nuevos (o viejos pero propios). Y no sé si esa es la intención pero, según muchos otros, no se quiso sacar en tiempo y forma la reforma política para no darle crédito a Manlio Fabio Beltrones, el único que aparece como opositor a Peña Nieto en el priismo.

Esas negativas fortalecen la idea de que no se abrirán espacios ni siquiera para los que deberían ser aliados naturales. Y ello daña la percepción sobre Peña Nieto y particularmente sobre algunos de los miembros de su equipo, a los que se ve más papistas que el Papa.

El tema de la cláusula de gobernabilidad es paradigmático respecto a estas percepciones. Nadie puede negar que el sistema político requiere mayores instrumentos para hacerlo más operativo. La cláusula de gobernabilidad, mediante la cual a quien tuviera un mínimo de 42% de los votos se le adjudicaban diputados en forma automática hasta que tuviera mayoría propia en San Lázaro, funcionó en algún momento, pero fue rápidamente desechada porque no satisface ni la relación político partidaria actual ni tampoco las expectativas de la gente. Intentar imponer la cláusula de gobernabilidad sí es un verdadero regreso al pasado.

La propuesta de gobierno de coalición es mucho más sensata y cuenta con el aval de legisladores de todos los partidos: es un mecanismo que permitiría mayores márgenes de gobernabilidad (en realidad la garantizaría sobre bases reales y no artificiales como la cláusula) porque permite ampliar la base de sustentación de un gobierno.

Decía el matemático Henri Poincaré, hace ya un siglo, que la ciencia son hechos y, de la misma manera que las casas están construidas de piedras, la ciencia está construida de hechos. Pero, agregaba, “un montón de piedras no es una casa y una colección de hechos no es necesariamente ciencia”. Estamos juntando piedras, en forma de reformas o decisiones aisladas, pero están muy lejos de construir la casa de un nuevo andamiaje institucional.

¿Por qué nadie le cree a AMLO?

En tanto político profesional, el señor Andrés Manuel López Obrador sólo cultiva lo que sembró por más de una década.

Ricardo Alemán

La pregunta se ha convertido en un clásico, y se formula en todas las tertulias, reuniones y charlas en donde el tema son los presidenciables.

¿Quién cree que Andrés Manuel López Obrador se retirará de la contienda presidencial, si Marcelo Ebrard le gana —en una o más encuestas—, la candidatura presidencial por la llamada izquierda?

Y si la pregunta es un clásico, la respuesta es aplastante. No se conoce una sola opinión, de enterados o conocedores del tema, que conceda siquiera una ligera posibilidad de que López Obrador honrará su palabra.

Todos los consultados durante meses —salvo la declaración pública de Marcelo Ebrard, quien por estrategia dice creer en AMLO—, sean políticos profesionales o ciudadanos de a pie, se dicen convencidos de que el tabasqueño no aceptará el resultado, que buscará una triquiñuela discursiva, una rendija declarativa, un pretexto, para zafarse del compromiso de retirarse si no lo favorecen las preferencias y, con ello, convertirse en solitario candidato de la dupla PT-Convergencia.

Y frente a ese resultado, la siguiente pregunta es obligada. ¿Por qué un político como López Obrador, que tiene tal nivel de desprestigio y descrédito, cuya palabra es cuestionada por una abrumadora mayoría —más allá de sus fieles, fanáticos y acólitos—, tiene la presencia mediática que lo coloca, por ejemplo, como el candidato presidencial a vencer por el PRI?

Seguramente la respuesta estará en el análisis sociológico o, incluso, en el estudio siquiátrico. Pero en el análisis político se puede concluir que, en tanto político profesional, el señor Andrés Manuel López Obrador sólo cultiva lo que sembró por más de una década. ¿De qué estamos hablando? Que desde su invención como líder político surgido para sustituir a Cuauhtémoc Cárdenas —invención a cargo de su órgano propagandístico, llamado La Jornada—, López Obrador se confirmó como un mentiroso.

Mintió cuando dijo que su mayor ambición era ser gobernador de Tabasco y, al final, llegó al GDF; mintió a Los Chuchos, cuando les prometió la presidencia del partido y, en su lugar, dejó un cochinero para irse como candidato al GDF; mintió cuando dijo que “lo dieran por muerto”, en medio del mayor activismo presidencial, y terminó como candidato impuesto.

Mintió cuando dijo que nunca haría nada que dañara a Cárdenas, y cometió parricidio político contra su mentor y destruyó a todo su grupo político; mintió cuando dijo que nada sabía de las transas de Bejarano y Ponce, cuando era el promotor de ellas; mintió cuando dijo que iba diez puntos arriba en las encuestas, cuando sus cercanos sabían que se había derrumbado en los últimos dos meses de la contienda presidencial de 2006; mintió cuando inventó un fraude electoral que nadie probó; mintió cuando ordenó invadir el corredor Zócalo-Reforma, dizque para evitar una rebelión…

Y hoy miente cuando dice —durante la oficialización del club familiar motejado como Morena—, que “no seré candidato sin el apoyo de las fuerzas progresistas”. El truco está en eso, en “las fuerzas progresistas”. ¿Cuáles son las fuerzas progresistas, según San Andrés? Está claro que esas fuerzas están en el ala radical y transa del PRD, que encabezan la dupla Bejarano-Padierna, y en los no menos transas grupos familiares de Alberto Anaya y Dante Delgado, dueños del PT y Movimiento Ciudadano (antes Convergencia), respectivamente.

Y es que todos saben que AMLO tiene hasta 70% de preferencias de esos grupos radicales —las llamadas fuerzas progresistas—, en tanto Marcelo Ebrard no alcanza ni 30% de simpatías en ese nicho. En el otro extremo, entre la población abierta y no identificada con ese sector de la geometría electoral, Marcelo Ebrard tiene 70% de las preferencias, contra 60% de la intención del voto que tiene AMLO, como potencial candidato presidencial.

Sin embargo, la gran diferencia está, precisamente, en los altísimos negativos que tiene AMLO. Es decir, según todas las encuestas realizadas para análisis interno de los partidos —encuestas no públicas—, al comparar a AMLO en su calidad de candidato presidencial, frente a otros potenciales aspirantes, como Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota, Ernesto Cordero, Santiago Creel o Manlio Fabio Beltrones, las preferencias del tabasqueño se desploman. Son más los potenciales electores que nunca votarían por él, que los que le darían su voto. En cambio, Marcelo Ebrard es un candidato competitivo, que aparece en el pelotón que sigue al puntero, que es Peña Nieto.

En otras palabras, todo indica que las mentiras sepultarán a AMLO. Al tiempo.

Jalisco-Zacatecas es zona de guerra; Excélsior recorrió región azotada por narco

La policía patrulla con la incertidumbre de que en algún camino en colindancias con los estados ocurra una refriega con narcos; en esta área limítrofe, cada pueblo ha sufrido violencia; van 27 policías asesinados en 2011

JC Vargas/
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GUADALAJARA, 3 de octubre.— Entre Jalisco y Zacatecas, cada pueblo por el que se pasa tiene su historia de sangre y fuego: en San Cristóbal de la Barranca, la Policía abatió a seis sicarios; en García de la Cadena, decomisaron tres mil balas; en Santa María de Los Ángeles hubo un tiroteo en mayo; en Colotlán fueron asesinados cinco agentes...

Esta frontera se ha vuelto una zona de guerra. El episodio más reciente ocurrió el 23 de septiembre, en Huejúcar: un ataque a medianoche en el que los sicarios tuvieron varias bajas, huyeron hacia Jerez y secuestraron a doctores para que atendieran a sus heridos.

Grupo Imagen Multimedia recorrió 240 kilómetros de la región, en un convoy de policías rurales de Jalisco, conocidos como Los Negros. “La zona está calientita”, explica un comandante. “Podemos llegar sin novedad o sufrir un ataque en cualquier momento”, dice otro.

“¿Cómo me llamo? No me llamo. Tampoco tengo rostro y usted no sabe el número de unidades ni de policías”, sentencia.

El recorrido se inicia en la Secretaría de Seguridad de Jalisco. Ahí hay 27 placas con los nombres de los agentes asesinados este año. Se pasa por recodos que podrían esconder cualquier cosa. La tensión es permanente. De pronto, un hombre abandona su camioneta, y suena la alerta: “¡Ése es halcón, se acaba de salir de la carretera!”. Hora de entrar en acción.

240 km la ruta del riesgo

La Policía Rural de Jalisco patrulla con la incertidumbre de que en algún camino en colindancias con Zacatecas ocurra una refriega con narcos. Grupo Imagen Multimedia acompañó a un convoy en su recorrido por la línea de batalla.

El silencio, las comunidades fantasma, los vigilantes como estatuas pétreas y las cruces que brotan en la orilla de la carretera Guadalajara-Huejúcar son testimonios mudos de que por ahí circula la muerte con su AK-47 humeante, en espera de que se asomen Los Zetas, los del cártel del Golfo, el Ejército o Los Negros, como se le conoce a los elementos del grupo de la Policía Rural –perteneciente a la Policía Estatal del estado de Jalisco– que llega hasta las zonas más recónditas del estado.

Para entrar a la zona norte de Jalisco hay que meterse por Zacatecas debido al terreno cruzado por la sierra del lado jalisciense. Para nadie es novedad, Zacatecas es territorio de Los Zetas y del cártel del Golfo, por lo que los enfrentamientos entre ellos, con la Policía Estatal o el Ejército, se pueden suscitar a cualquier hora y en la curva o brecha menos esperadas. La lucha es cruenta, uniformados y civiles han muerto en una disputa por la plaza que no cede, sin importar cuánto armamento y bestialidad tengan aquellos que quieren hacer del norte tapatío un territorio fantasma más, como pasa en las comunidades ubicadas del lado de Zacatecas.

Grupo Imagen Multimedia se subió a un convoy con elementos de la Policía Estatal para viajar 240 kilómetros de 1 Guadalajara a la comunidad de Huejúcar, donde el pasado viernes 23 de septiembre se dio el último enfrentamiento entre policías rurales y un comando de zetas que iban en unas 20 camionetas blindadas. En la refriega, de 25 minutos, se dieron bajas —sin contabilizar— de sicarios y un policía resultó herido.

La Secretaría de Seguridad Pública de Jalisco es el sitio acordado para una reunión previa a la partida el lunes, 26 de septiembre. Ahí existen 27 placas con los nombres de los policías caídos durante esta administración. Ni el edificio se salva de atentados, como el de agosto de 2008, cuando lanzaron dos granadas afuera de las instalaciones con resultado de seis heridos y numerosos daños materiales.

Se acuerda que, al otro día, de madrugada, hay que presentarse con Los Negros, firmar una responsiva y ponerse un chaleco antibalas. “Usted y el fotógrafo van conmigo”, explica quien identificaremos como Comandante 2; señala la unidad blindada que irá al frente de un numeroso convoy. “¿Cómo me llamo? No me llamo” —pregunta y se responde—. “Tampoco tengo rostro y usted no sabe el número de unidades ni de policías que van en este operativo hacia Huejúcar”, dice el jefe del comando, quien asegura que no es necesario dar datos y señas que puedan llegar al enemigo.

Subir a una unidad blindada produce sensaciones enfrentadas, pues sentirse en un automóvil protegido pone a todos en alerta. Es largo el camino y pocas las palabras, en un recorrido de más de tres horas que inicia en la oscuridad previa al amanecer.

El Comandante 2 explica que el trayecto por Zapopan es seguro, que los enfrentamientos con los sicarios se dan en las comunidades que colindan con Zacatecas y que el riesgo crece cuando se abandona territorio jalisciense. Lo único que se escucha en el noticiario radial de aquella madrugada es la noticia de los muertos arrojados en una avenida en Veracruz.

Antes de cruzar por Zacatecas, el convoy se detiene en una gasolinería. De manera estratégica se detienen dos unidades para cargar combustible mientras otras rodean el establecimiento y se ponen en guardia, lo que pone nerviosos y en alerta a quienes se detienen al baño o por ahí circulan.

Las ventanas de las unidades son protegidas por barras de metal, es poca la visión al interior y mucho el voyeurismo, por aquello de mirar sin ser visto. El parabrisas es el único espacio que permite visibilidad al interior.

Pasamos por 2 San Cristóbal de la Barranca. Todavía es territorio tapatío. El mando de la Policía Rural señala hacia la izquierda de la carretera, donde la vegetación oculta una población en la sierra.

“Se llama La Lobera y ahí se esconden los sicarios”. Es un poblado con menos de 300 habitantes en el que hay 62 casas, la mayoría apenas de un cuarto y con piso de tierra. Un lugar difícil de recorrer debido a que sólo existen brechas y un camino por el que pasan animales.

Ahí hubo un enfrentamiento en junio pasado. La Policía Rural tuvo un choque con Los Zetas, eliminó a seis de ellos y capturó a diez más. Los sicarios iban con rumbo a Zacatecas para enfrentar a los del Golfo y terminaron perdiendo una batalla que no esperaban. No por lo menos ese día en que les quitaron camionetas, lanzagranadas, fusiles de asalto y más de 500 cartuchos.

De pronto el rostro del Comandante 2 se pone serio. “Estamos entrando a Zacatecas y en cualquier curva nos podemos encontrar a Los Zetas”, dice mientras las ventanas quedan selladas y las unidades aumentan distancias entre cada una.

3 García de la Cadena es el primer municipio zacatecano que atravesamos a buena velocidad y con los cinco sentidos en alerta. Si bien cuenta con casi tres mil habitantes, aquella mañana sólo había algunos menores que se forman en el patio de la austera escuela, un par de viejos sentados junto a la carretera solitaria y dos o tres vaquillas tan flacas como los perros que por ahí se asoman. Las canchas de tierra hacen recordar que alguna vez ahí se jugó futbol entre paisanos.

El mando policiaco externa que el dinero fácil hace que muchos jóvenes zacatecanos —hombres y mujeres— acepten ser reclutados por los grupos criminales. “Muchos se han ido a otra parte y los demás salen muy poco de sus casas”, comenta.

En julio, en esta comunidad detuvieron a El Choche, un joven de 18 años de edad que se convirtió en halcón (informante) del Golfo por cinco mil pesos quincenales. Aquella tarde también la policía decomisó tres mil cartuchos de AK-47.

Este fusil de asalto, conocido como cuerno de chivo, es el más utilizado en el mundo. Se encuentra en Rusia, Líbano, Irak, México, Afganistán, la República de Sierra Leona, Cuba y cualquier país donde exista algún conflicto y las palabras no sean suficientes. Se le conoce oficialmente como Avtomat Kalashnikova, es un arma automática que puede disparar hasta 600 balas por minuto y fue creada por el ruso Mijaíl Kalashnikov en 1947. Hasta la fecha existen más de cien millones de estas armas regadas por todo el planeta.

Precisamente con este tipo de armas se han dado enfrentamientos directos entre zetas y los del Golfo, por 4 Teúl G de González Ortega y Huitzila (poblados muy cercanos), donde los dos grupos delictivos acostumbraban instalar falsos retenes con uniformes de la AFI. Después de las refriegas, cada quien se lleva a sus muertos y los casquillos quedan regados por todos lados.

La comida la hacen en 5 Colotlán, Jalisco, donde la vida sigue su curso en una apariencia natural. Por ser cabecera municipal siempre abundan los policías rurales. Sin olvidar protocolos, Los Negros estacionan las unidades y deciden comer menudo (pancita) en un local donde se les atiende con gusto y se les cobra menos que a los civiles.

La señora que atiende la fondita explica que “desde que está la Policía Estatal se puede vivir tranquilamente en Colotlán”. El tendero de enfrente los califica como los chapulines colorados del pueblo, argumenta que la Policía Municipal no es suficiente para proteger una comunidad muy alejada de Guadalajara y demasiado cerca de Zacatecas.

En 6 Sta. María de los Ángeles la bitácora tiene la última parada antes de llegar a 7 Huejúcar, Jalisco. Hay que instalar un retén para revisar todo vehículo que se mire sospechoso. Los que circulan constantemente por la zona ya están acostumbrados a detenerse, bajarse de su vehículo y permitir que los uniformados revisen por debajo y dentro del auto. Resulta difícil escapar ante tanto policía armado.

Hasta estos rumbos llegaron los enfrentamientos aquella tarde de mayo en que apareció el vehículo blindado de manera rudimentaria conocido como El Monstruo Zeta, asegura el Comandante 1, quien nos guiará hasta Huejúcar. Ese día, hubo refriegas en ambos estados, en Florencia, Zacatecas; Mezquitic, Chimaltitán y Santa María, en las que murieron cinco sicarios y apareció el vehículo de tres toneladas que contaba con 12 escotillas para repeler ataques y una más en la parte superior con movimiento de 360 grados para disparar.

Precisamente, platicando en el retén de Santa María de los Ángeles, llegó una alerta radial de que tres camionetas blancas con encapuchados pasaron por Colotlán y se dirigían hacia Huejúcar. Pasarían por el retén. De nuevo la alerta, indicaciones en clave y armas apuntando hacia todos lados. Cuando se asomaron, se dijo que eran de la Policía Judicial y se les dejó seguir su camino. Ya no iban encapuchados y las camionetas blancas no presentaban logotipo alguno.

Una hora más tarde llegaríamos a Huejúcar, donde el Comandante 1 nos contaría los pormenores del enfrentamiento que tuvo su comando ante Los Zetas el pasado viernes 23 de septiembre y cuyo relato podrá leer mañana en Excélsior. Un ataque casi a medianoche en el que sicarios tuvieron varias bajas, huyeron hacia Jerez, Zacatecas, y secuestraron doctores y enfermeros para que atendieran a sus heridos.

El retorno a Guadalajara inicia a las 15:00 horas y es preciso llegar a la capital todavía con la luz del día. El Comandante 3, con quien retornamos a la base inicial, comenta que “la zona está calientita y no quiero tener un reportero en mi conciencia”.

El relevo de comandos se da sin contratiempos, policías descansados se quedan a patrullar la zona y quienes enfrentaron a Los Zetas el viernes 23 regresan a Guadalajara para descansar. Aún tienen que recorrer 240 kilómetros en tensión, volver a cruzar territorio de Zacatecas y no morir en el intento. “Es como la ruleta rusa”, comenta el Comandante 1, “podemos llegar sin novedad o sufrir un ataque en cualquier momento”.

El retorno es rápido, el Comandante 3 cuenta cómo ha salvado el pellejo en varias ocasiones y expresa el enfado que le causan los halcones: “por culpa de esos cabrones varios de los nuestros han muerto. Les avisan cuando pasamos, a dónde vamos y cuántos somos”.

Pasamos por el rumbo de Colotlán y la carretera hacia Lagos de Moreno. El mando señala hacia el lado opuesto del camino y nos hace girar la cabeza. A unos metros de la vía se observa un nicho y cinco cruces. Es la ofrenda a los policías asesinados en octubre de 2008, cuando se detuvieron cerca de la gasolinería a revisar un automóvil Stratus sospechoso y fueron recibidos con ráfagas de balazos y dos granadas provenientes de camionetas Suburban. Tres policías más resultaron graves, pero vivieron para contarlo.

El Comandante 3 saca algunos discos compactos y pone música norteña para bajar la tensión en la carretera zacatecana. Los demás policías siguen en alerta.

El convoy pasa por Teúl, todavía territorio ajeno, cuando por la radio de la policía se da la alerta de que por ahí vuela un “pajarillo de cuenta”.

“¡Ese cabrón es halcón, se acaba de salir de la carretera!”. De inmediato empieza la persecución, la adrenalina para algunos y la arritmia para otros. Policías corren hacia una camioneta Suburban blanca con placas de California que acaba de ser abandonada en la terracería, los uniformados apuntan a la distancia y otros cubren la retaguardia.

Nadie que no tenga vela en el entierro se asoma. El informante es capturado, sin disparo alguno, pero sigue la revisión cien metros a la redonda. El hombre confiesa ser un RT (jefe de halcones), quien dice ser zacatecano y que trabajaba para Los Zetas porque no encontraba trabajo. Él, junto con su camioneta, fue trasladado a Guadalajara. El comando se comunica a otros sitios y el retorno resulta estresante.

Uno de los policías sube a la unidad blindada con risa nerviosa. Resulta que en la persecución el uniformado fue perseguido por un toro que andaba suelto en la pradera. Una anécdota que rompe la tensión del momento.

De alguna manera se detectan llamadas de atención enemigas, voces que enteran a otras de que un vigilante ha sido detenido y que el convoy es numeroso. Se apresura el paso, ya no se escucha música y se sueltan palabrotas en contra del “ave mensajera”.

Según datos de la SSP local, de 1 de enero a 31 de agosto de 2011, San Cristóbal de la Barranca, Jalisco, es el único municipio con índice delictivo de alto impacto en la zona norte.

En Jalisco han muerto cientos de sicarios y al menos 27 policías en esta administración, se han decomisado arsenales y se mantiene un combate mortal con Los Zetas y el Golfo.

El convoy pasó por San Cristóbal sin problema alguno y llegó a su base en Guadalajara para presentar al detenido. Una jornada más sin bajas que lamentar, pero siempre con los sentidos en alerta. Mañana, las cosas pueden cambiar.

Desarticulan banda de zetas en Jalisco

La Policía Estatal informó sobre la detención en el municipio de Zapopan de seis presuntos zetas –cinco hombres y una mujer–, quienes tenían como misión “abrir la plaza”.

Los sujetos de entre 19 y 36 años, quienes procedían de distintas partes de la República, fueron identificados como Jesús Alberto García, El Chuy; Juan Antonio o Artemio Rico Saucedo, alias El Ninfa, y Yesi Perales Sánchez, El Teletubi, oriundos de Coahuila.

Esteban González Ortiz, El Sonrics, originario de Guanajuato; Miguel Ángel Rodríguez Ortega, El Pelón, nacido en el vecino estado de Zacatecas, y Paola Estefanía Medina, La Morena, de 19 años.

A los detenidos les fueron aseguradas doce armas de fuego (una de ellas con una letra Z grabada) y 72 cargadores, más de 600 cartuchos útiles y 11 fornituras.

Personal militar detuvo a dos personas en posesión de 28 kilos de cocaína y más de un kilo de crystal, 525 pastillas sicotrópicas, un kilo de mariguana, dos pistolas y 202 cartuchos útiles de distintos calibres, cinco cargadores y un vehículo.

Además, con ayuda de denuncias ciudadanas, el personal castrense decomisó tres toneladas de sustancias químicas, armamento y droga en un narcolaboratorio en el municipio de Tala.

Rangel Sostmann, una buena historia

Otto Granados

Con algunas excepciones en el campo de la cultura, las artes o el deporte, México es poco propenso a reconocer sin regateos los méritos de sus buenos ciudadanos. Aunque éstos son, pienso, los que cotidianamente practican los valores que cohesionan y nutren a una sociedad que aspire a ser civilizada, quienes además han aportado su creatividad, energía y liderazgo a hacer de éste un país mejor merecen por ello un homenaje.


Creo que es, sin duda, el caso de Rafael Rangel Sostmann, quien hoy termina un notable y fecundo período de 26 años como rector del Sistema Tecnológico de Monterrey.


A lo largo de ese tiempo y bajo su liderazgo, el Tec —es decir, la comunidad entera que la integra y sus consejeros— ha protagonizado el proceso más vibrante y exitoso en la historia de la educación superior en México hasta convertirse, tanto por su implantación territorial como por su contribución al conocimiento, la innovación y el emprendimiento, en la universidad genuinamente nacional. No es un resultado menor.


El Tec, por ejemplo, pasó de ser en 1985 una sola organización a integrarse, ahora, por otras tres instituciones más, como la Universidad Virtual y TecMilenio, dos modelos de vanguardia en educación, y TecSalud, que agrupa los institutos y centros médicos.


Pasó de 31 mil alumnos a 132 mil, de los cuales 92 mil cuentan con algún tipo de beca o apoyo financiero; de 3 mil 500 profesores, 19% de los cuales tenía un posgrado, a 8 mil 500, todos posgraduados y una cuarta parte de ellos con doctorado. Fue probablemente la primera universidad que, como política deliberada, sometió la mayoría de sus programas a los procesos de evaluación y acreditación nacional e internacional.


Sus 15 campus iniciales se convirtieron en 31 del Tec de Monterrey y 33 de TecMilenio. De ser una universidad prácticamente sin presencia internacional hoy tiene 22 sedes y oficinas en el mundo. Cada año más de 6 mil de sus estudiantes hacen una estancia en algunas de las mejores universidades del extranjero y casi 5 mil extranjeros vienen a sus aulas.


De un grupo de apenas 25 investigadores que tenía en 1985 y en muy pocas especialidades creció a 2 mil 300 investigadores en 2010 que han generado casi mil 150 publicaciones en revistas académicas arbitradas y han permitido que el Tec sea la institución universitaria mexicana, pública o privada, que más patentes solicita por año.


Hacer todo esto, además, en medio de crisis políticas y económicas, globalización, inseguridad, apertura comercial o cambios tecnológicos inéditos, supone en efecto haber tenido la posibilidad de hacer inversiones estratégicas e inteligentes, pero también y sobre todo demostrar que es posible construir, en México, instituciones prestigiadas y altamente competitivas a nivel internacional y darle un potente valor agregado a la educación como un instrumento eficaz para la vida.


Por muchas razones, morales y psicológicas entre otras, México necesita recuperar, contar y celebrar sus buenas historias. Y la de Rafael Rangel es una de ellas.

La frontera prohibida

Héctor Aguilar Camín

Necesitamos “hablar en serio” con Estados Unidos sobre la lucha antinarco, dijo el precandidato de la izquierda Marcelo Ebrard durante una gira por Jalisco. “La verdad”, agregó, “es muy difícil ganar una batalla de ese tamaño sin ellos”.


Ese mismo día, el precandidato republicano a la presidencia, Rick Perry, actual gobernador de Texas, comparó a México con Colombia y dijo que México podría requerir de las fuerzas militares estadunidenses para, “en coordinación” con los mexicanos, “eliminar estos cárteles de narcotraficantes y mantenerlos alejados de nuestras fronteras”.


No es ese el rumbo ni el tono del diálogo, supongo, en que está pensando Ebrard, sino más bien el que trazó ese mismo día el nuevo embajador estadunidense Anthony Wayne, al comprometerse en Tijuana a crear una frontera “del siglo XXI”, “eficiente para mejorar el flujo comercial y turístico, así como para prevenir el tráfico de mercancías ilícitas”. (Excélsior, 2/10/2011)


No deja de ser una ironía que el país que se reputa campeón mundial del libre comercio, tenga prohibidas y persiga dos de las cosas que más demanda de México: mano de obra y drogas. Y que sean esas dos cosas las que más envenenan las relaciones de los dos países a ambos lados de la frontera.


Irónico también que el país que se reputa como profundamente respetuoso de la ley, tolere y administre en su territorio dos mercados ilegales del tamaño de la migración indocumentada (13 millones de personas) y del consumo de drogas ilícitas (25 millones de usuarios).


La frontera es la línea imaginaria de un mercado que en realidad no tiene fronteras. La fantasía de que se reprimirá ese mercado con detenciones y persecuciones es sólo eso, una fantasía. Pero una fantasía de costos terribles para los dos países, en especial para México.


El sellamiento de la frontera contra migrantes ilegales, iniciada por el gobierno del presidente Clinton en 1995, hizo menos porosa, más cara y más violenta la frontera. Sólo en 2010 fueron devueltos 603 mil mexicanos, muchos de ellos delincuentes que los gobiernos locales no quieren en sus cárceles.


Hay que sentarse a hablar con Estados Unidos, como dice Ebrard, pero no sólo de narcotráfico, sino de esa “frontera del siglo XXI” de que habla el embajador Wayne, en el entendido de que esa frontera futura, para ser eficaz, ha de parecerse mucho a la paulatina desaparición de la frontera.

La Presidencia aturde

Luis González de Alba

El PRI, el verdadero PRI, aquella aplanadora que todos conocimos, la mayoría padecimos y muchos combatimos, ya no existe. Sobreviven, en frascos de formol, como aquellas cabras de dos cabezas del antiguo museo del Chopo, algunos prototipos como Manuel Bartlett; pero el tumor principal perdió malignidad, no sin antes lanzar metástasis a todo el sistema político mexicano:


El PRD está compuesto, casi por completo, de células priistas emigradas; lo mismo el PT, acusado por 20 años de ser creación de los hermanos Carlos y Raúl Salinas de Gortari y hoy vitalizado por perredistas, que antes fueron priistas.


El derrumbe del PRI comenzó con la reforma política de Jesús Reyes Heroles y concluyó con la Presidencia de un priista muy poco militante, Ernesto Zedillo.


Pero el desprecio nacional por la política, la necesaria, la que nos dice cómo están conformados los órganos del poder, dónde están las columnas y cuánto resisten, hizo que el hablantín Fox creyera que el triunfo en las urnas era el final, y no el principio.


La reforma de 1996 hizo posible esa victoria al poner la casilla en manos de los vecinos, con la vigilancia de las urnas y conteo de los votos ante la mirada de todos los partidos y de los observadores nacionales y extranjeros inscritos. Bien. Pero sólo era el principio.


Luego Fox se dedicó a lo suyo:


Gobernar por teléfono para moverse entre pueblo, al tuteo como prueba de cambio profundo.


Vimos ignorancia del paquete, frivolidad de un ranchero grandote y medio lelo, incapaz de maldad alguna. Y era necesaria, no maldad, sino malicia para acabar de cerrar las arterias que por ese olvido todavía nutren el tumor. Los cancerólogos llaman angiogénesis a la creación de vasos sanguíneos que el tumor crea para alimentarse y crecer.


Entre las palabras del dicharachero Fox no estaba y de seguro no está: corporativismo. Al parecer, su falta de militancia política, o sus muchas lecturas del gran novelista José Luis Borgues, le impidieron ver el país, lo convencieron de que el PRI era una botarga grandota a la que una buena patada con botas vaqueras tumbaría sin que pudiera volverse a levantar.


Y bien, hemos visto, con el SME, que los trabajadores siguen aún en manos de sus dirigentes. Y las cadenas que los atan son tres: el ingreso al empleo y la salida por el sindicato y sólo por el sindicato, el descuento de las cuotas sindicales desde la nómina misma, y la “autonomía” de los dirigentes para emplear los miles de millones en cuotas sin dar jamás cuenta de esas fortunas. Y eso, sin mucha ciencia política, es vital para el PRI.


Sus metástasis conocen bien el método y lo emplean a fondo: ambulantes, taxistas, viejitos pensionados, madres solteras con ayuda económica, universidad a la que se ingresa por sorteo, aumento en 730 por ciento del narcomenudeo en el DF, obras impresionantes a costa de infraestructura que no se ve. Como diría el maestro de todos: “Arriba y Adelante” con Luis Echeverría.


La gran diferencia es que ahora nos han creado una segunda versión de la Revolución Mexicana, ésa con mayúsculas a cuyo nombre gobernó el PRI. Ahora son la izquierda. Y así van como saltimbanquis de feria pueblerina: ¿alguien recuerda por cuántos partidos-pantanos ha cruzado Muñoz Ledo sin mancharse su plumaje? Y sigue vociferando con la pureza de alma del profeta Jeremías.


Lo mismo que Fox, el presidente Calderón se ha dedicado a insultar al PRI sin quitarle a la granada la espoleta para luego negociar un proyecto de país con un PRI reconvertido a partido fuerte y nada más, pero nada menos, un PRI necesario. Un partido con el que se puede hablar.


Al parecer Calderón no lee tampoco la prensa o los encargados de hacerle los recortes diarios le ocultan la cara agria del PRD. Pretende sacar una reforma fiscal con quienes han dicho y gritado que están en contra de un IVA parejo, una reforma laboral con los que ven atentados contra el proletariado en todo lo que afecte al sindicalismo corporativo porque desean heredar intacta esa columna del PRI, una reforma energética que el PRI propuso en el sexenio de Zedillo y que el PRD no aceptará jamás:


No lo adivino, lo dicen todos los días, lo escriben en sus congresos, lo gritan en sus mítines. Nada más Beltrones, entre los precandidatos fuera del PAN, propone las reformas que Calderón quiere negociar con el PRD.


La Presidencia enloquece, no lo creía, pero es verdad. Al menos, aturde.

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